Teniéndolo tan cerca, solo podía recordar ese sueño que tuve. No entiendo su repentino interés conmigo luego de tratarme mal todo el tiempo. Lo peor de todo esto, es que el tono serio y su mirada fija en este momento, no me da indicio de que sea mentira. Es la primera vez que lo veo serio sobre algo y no culmina con esa sonrisa maliciosa o burlesca de siempre.
—Esto no se trata de varios tornillos sueltos, me parece que es algo peor.
—Probablemente. Te daré lo que pidas, solo debes aceptar tu lugar como mi señora.
—¿Lo que pida? ¿Así que se trata de eso? ¿Podrías bajarme la luna si te la pidiera?
—No podré bajarla, pero sí te puedo llevar a ella.
—¿Es eso un mal chiste? Es igual de patético que tú — le quité la mano de mi cabello y sonrío—. Debes estar acostumbrado a esto, ¿cierto? Se nota que eres un idiota que se cree que por tener dinero eso es suficiente para conquistar a una mujer, pero lamento decirte que las cosas no funcionan así. Jamás me casaría con alguien que no quiero y que odio tanto. Me temo que te has hecho una idea equivocada conmigo. Además, existen mejores candidatos, pero no tengo problema en añadirte a la lista de las opciones descartadas. ¿Te apetece ser parte de ella?
—Definitivamente no me equivoqué contigo. Eres una caja de sorpresas. Me encantan los retos. No te descuides, no vaya a ser que termines tragándote tus palabras y tal vez otras cosas.
—Con ese tipo de comentarios tan desagradables y poco románticos, me temo que terminarás solo. Perdóname por bajarte de la nube, pero no eres mi tipo de hombre y jamás lo serás.
—Nunca digas nunca, gatita.
No pensé que algún día podría vengarme, pero no puedo negar que me hace sentir satisfecha el haberle dado un golpe directo a su ego y el poder notar la amarga sonrisa que se ha dibujado en sus labios tras mi rechazo. Así no luce tan aterrador. Todo lo contrario, se ve sumamente miserable. Se nota que está acostumbrado a obtener todo lo que se propone sin esforzarse, solo mostrando y presumiendo su dinero. Ese tipo de personas son lo más que detesto.
—Te llevaré a nuestra casa.
—Te dije que no quiero ir.
—No fue una pregunta. Aunque me hayas cortado las alas, no significa que voy a rendirme contigo.
—Me sorprendes. Al menos admites abiertamente que acabas de ser rechazado.
Se volteó a manejar y traté de controlar la risa por la expresión llena de rabia que con mi comentario mostró. Se supone que tenga temor de que vaya a ser capaz de algo malo, pero ahora mismo simplemente no puedo pensar en eso.
Por el camino estuvo en silencio, mirando la carretera sin controlar el volante. La mansión a la que llegamos era sumamente extravagante para mi gusto. Nunca me han llamado la atención las casas así. Si fuera por mí, hasta un apartamento sería más cómodo y estaría más a gusto.
—Es demasiado extravagante y llama mucho la atención. ¿Cuántas personas viven ahí? Dime que al menos ahí vive también tu familia, porque si es para vivir tú solo, considero que es una forma fácil de malgastar dinero.
—El dinero se hizo para gastarse. ¿Qué gracia tendría trabajar duro y no vivir como te gusta? En ella te sentirás bien y encontrarás de todo.
—¿De todo? ¿Serás capaz de encontrar una cara nueva, payaso? Me pareces que la has perdido por alguna parte.
—Hay alrededor de 30 habitaciones. ¿Te digo por qué? Esta casa la compré por varios motivos. El primero, para vivir cómodamente. Segundo, para cuando vinieras a vivir conmigo poder estrenar las habitaciones y no aburrirnos de usar la misma. Tercero, pensando en la comodidad de todos los hijos que voy a hacerte.
—Sigue soñando, grandísimo idiota — no esperaba su contraataque, por lo que todo mi rostro se calentó y debió notarlo por la forma en que me miró.
—¿Por qué será que siempre que saco ese tema, tu rostro se pone como un tomate? Juzgando por la forma en que actúas cuando me tienes cerca y hablamos del tema o por el tiempo que tu madre te ha dejado encerrada en la casa y lo mucho que te sobreprotege, puedo llegar a la conclusión de que posiblemente nunca has tenido sexo. ¿Me equivoco?
—¡Ese no es tu problema, metiche!
—Parece que acabo de dar justo en el clavo. Tu actitud parece al de una chica inexperta, que no parece haber visto nunca a un hombre desnudo. No creo que con ese novio que tuviste hayas llegado a algo, ya que se le nota a leguas lo tímido y pendejo que es.
¡Maldito cretino! Sería humillante y vergonzoso darle la razón, por lo tanto, he decidido seguirle el juego y darle otro golpe más.
—Parece que tienes mucha curiosidad. Pues si tanto quieres saber, te diré. Sí, me acosté con él y, para serte honesta, fue la mejor experiencia que haya tenido alguna vez, algo que, sin duda alguna, repetiría de nuevo, pero solo con él. ¿Satisfecho?
—Sería una verdadera lástima que sea muy tarde para considerarlo una opción, ¿no lo crees, Sra. Price? — sonrió maliciosamente y caí en cuenta instantáneamente de lo que posiblemente estaba queriendo decir.
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Comments
rubi salgado
del odio al amor solo hay un paso y estos llevan medio paso
2024-12-03
0
Graciela Peralta
en que estarán metido el tipo este y la madre
2023-07-17
1
✨@W🤩
He ahí la frase que nos deja caer mal siempre 🤭🤭
2022-10-03
0