ÓDIAME

El día había ido bien hasta que tuvimos esa discusión. La distancia que mantuvo fue bastante notoria. Salió en un momento dado del río y regresó tiempo después con una manzana que lavó dentro del agua y cortó en varios trozos con un cuchillo que había sacado de la silla del caballo. Se sentó en el borde con las piernas dentro del agua y me extendió el cuchillo con un pedazo de manzana en la punta.

—¿Quieres? No está envenenada, por si acaso.

—¿Es necesario hacer ese comentario? — le arrebaté el cuchillo de la mano y comí de la manzana.

Es la manzana más dulce que alguna vez haya probado. Es deliciosa.

—¿Te gusta?

—Sí, está deliciosa. ¿No comerás?

—No.

—¿Por qué?

—No me gustan las cosas dulces. ¿Quieres acostarte y tomar una siesta? Así te secas y podemos volver.

—Sí, me parece bien — salí del agua, tapando mi cuerpo con las manos y me senté en una roca.

—Si tienes sed, avísame —se sentó bastante distante de mí, tal parece que aún está molesto por lo que dije.

—Cuando dije que mantuvieras tu distancia, no me refería a esto. Además, no tienes que disfrazar tu molestia y disgusto con esa forzosa e hipócrita sonrisa. Te ves horrible cuando lo haces.

—¿Por qué buscas cambiar la versión? ¿Podría ser que te estás arrepintiendo de lo que dijiste?

—¿Arrepintiéndome? Jamás. Todo lo que dije es lo que siento.

—De acuerdo — se arrastró hacia la misma roca que me encontraba, y miré a otra parte—. Si no te gusto, no sientes nada por mí y estás segura de eso, entonces no tienes nada de qué temer — su mano se fue por detrás de mi cuello y me presionó a recostar mi cabeza en su regazo.

—¿Qué crees que haces? ¡No tienes pantalón, desvergonzado! — me quedé inmóvil, sin atreverme a mover un solo músculo.

—Imagina que soy parte de la roca y toma una siesta, no creo que sea tan difícil, puesto a que como ella estoy.

—¿Qué?

—No te levantes y trata de relajarte.

—¿Quién podría relajarse en esta posición? No me gusta.

—Deja de armar tanto alboroto y toma una siesta.

—¡No! — retomé la postura, y sus brazos se aferraron a mi cintura, llevándome arrastrada al suelo y de lado.

Sus brazos me sujetaban tan fuerte que no podía soltarme.

—Suéltame, Malik.

—Si ya me desprecias lo suficiente, no pierdo nada obligándote a estar entre mis brazos. Incluso si esto te lleva a odiarme más, estoy dispuesto a aceptarlo.

—No hagas esto más difícil.

—¿Y puede ser más difícil? Puedo ser una escoria, un demonio como sueles llamarme comúnmente, pero, aunque trate de fingir que nada puede afectarme, llegas tú a atravesar un puñal aquí en mi pecho con tus palabras e indiferencia. Debo darte la razón en todo lo que dijiste, pero este soy yo y no voy a fingir ser quien no soy; tampoco pienso darte la oportunidad de estar con alguien más, porque tú solamente puedes ser mía. Ódiame todo lo que quieras, de igual manera, haga las cosas bien o mal, no hará la diferencia o cambiará tu forma de verme. Por otro lado, si aún guardas una esperanza de estar con ese tipo, te aconsejo desde ya que la pierdas. Mataría a cualquiera que intente robarme lo que me pertenece.

—¡¿Te das cuenta de cómo eres y de cómo hablas?! ¡Yo no soy un objeto!

—No, no eres un objeto y jamás he considerado que lo seas, pero eres mi mujer y solo puedes tener ojos para mí.

—¡Suéltame de una vez, maldito loco!

—Sabes bien que no te soltaría nunca, mi hermosa gatita. Ahora que tengo oportunidad de sentir tu calor, tocar tu piel y deleitarme con tu olor, jamás podría hacerlo — sentí la suavidad de sus labios en mi hombro y todo mi cuerpo se estremeció.

Sus palabras son aterradoras, enfermas y retorcidas, pero la forma en que me abraza y besa mi piel con gentileza, me hace imposible sentirme en peligro.

—Quiero tenerte — movió mi cabello hacia la espalda y se adueñó de mi cuello, haciendo que pierda la fuerza y todo mi ser se acalore—, sentirte— el calor de su aliento en mi cuello me producía cosquillas, tanto como sus labios —, oírte gemir mi nombre una y otra vez — mordió mi oreja y un gemido se escapó de mi garganta—. ¡Maldición, vas a volverme loco!

—Loco siempre has sido.

—No puedo desmentirte, pero en parte es tu culpa por tener todo lo que me gusta y me excita — acarició mi muslo con la yema de sus dedos, ascendiendo despacio hacia mi cintura y jugando con mis lonjas.

—No quiero esto, no ahora, no así — dije con mi voz temblorosa.

—No es difícil darse cuenta sobre lo que sucede. No has hecho esto antes, ¿cierto?

—No — confesé tímidamente, esperando que eso sea suficiente para detenerlo.

Sé que le había mentido con respecto a eso, pero no podía soportar un segundo más de sus caricias. Sé que si permito que esto continúe, no sé si la situación se me salga de las manos y termine arrepintiéndome.

—Para mí esto es algo importante y, aunque probablemente pienses que es ridículo, si algún día lo hago, quiero que sea con alguien a quien quiero y con el que tenga una relación estable. Espero que respetes eso y no intentes llegar más lejos.

—Toma una siesta y descansa, ¿sí? — su mano acarició mi cabeza y continuó peinando mi cabello hacia atrás.

Pensé que iba a disgustarse de nuevo, pero en su tono no percibí molestia. Espero realmente eso sí pueda respetarlo y no haga esto es más difícil de lo que ya es.

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Comments

rubi salgado

rubi salgado

El pobre de Malik tiene que ser paciente y no perder el autocontrol de sus actos

2024-12-03

0

André ❤️🥀

André ❤️🥀

ella ya está enamorada de él. pero solo lo va aceptar cuando el se vaya. o tenga algún distanciamiento

2024-04-05

4

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que pasara con ellos ahora

2023-07-18

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