CASUALIDAD

Desperté por la alarma, estaba sumamente agotada y algo desorientada. Por más que trataba de recordar cómo demonios llegué a la casa, ni siquiera puedo hacerlo. Lo último que recuerdo fue cuando ese loco se bajó del auto, después de eso, nada más. Me alisté para la universidad y pensando que me encontraría con ese estúpido en la mesa, tardé en bajar, pero para mí sorpresa, su lado de la mesa estaba vacío.

—¿Dónde está ese señor? — le cuestioné a Maribel.

—No lo sé, señorita. El señor no regresó a la casa anoche.

—¿Será que por fin decidió largarse?

—No lo creo.

—Pues espero que sí.

—¿Ha discutido con su padre?

—Él no es mi papá, así que no le llames así. Probablemente esté molesto por haber decidido salir con mi amiga Bianca sin pedirle permiso.

—¿Así que fue eso? El señor estaba actuando extraño ayer, pero no dijo nada, solo salió de la casa. Pensé que se habían peleado.

—Así que extraño, ¿eh? Tal parece que he encontrado la forma de hacerlo enojar — sonreí.

—Señorita, perdone que me meta donde no me han llamado, pero ¿no cree que debería ser un poco más considerada y amable con el señor? Quiero decir, él se preocupa mucho por usted.

—¿Preocuparse por mí? ¿Me estás fastidiando? No sé en qué momento lo ha hecho según tú, pero lo mejor será no tocar ese tema nunca más. No soporto oír siquiera su nombre.

Tan pronto desayuné, Rodríguez me trajo a la universidad y me encontré con Bianca quien, por alguna razón, estaba actuando raro. He estado observando su actitud durante toda la mañana, pero no logro descifrar lo que le sucede. No ha querido soltar prendas sobre su extraña actitud.

—¿Y a ti qué te pasa? Has tenido cara de culo toda la mañana.

—Creo que me estoy resfriando.

—Es la excusa más barata que me has dado alguna vez.

—¿Te sientes mejor luego de lo de anoche?

—El dolor de cabeza es insoportable, pero estoy bien.

—Al menos llegaste bien a la casa.

—¿Y por qué no habría de llegar bien a la casa? ¿Me dirás qué te sucede?

Miró a nuestro alrededor y luego se acercó lo más que pudo a mi oído.

—¿En qué trabaja tu padrastro, aparte de abogado?

—En nada más, que yo sepa. ¿Por qué? ¿Qué hay con esa curiosidad? ¿No me digas que aún estás ligándote a ese tipo?

—No, no es lo que crees. ¿No recuerdas lo que pasó anoche?

—¿Anoche? Bueno, lo último que recuerdo fue subir al auto con ese ser inmundo.

—¿No recuerdas sobre el enfrentamiento que hubo? El sujeto ese que, al parecer nos estaba siguiendo desde que salimos de la barra.

—¿De qué hablas?

—Por lo que veo, no lo recuerdas. Al salir de la barra un sujeto se nos acercó y me empujó. No sé quién era o qué quería, pero ninguna buena intención traía, de eso estoy segura.

—Tal vez estaba borracho o quería entrar a la barra, yo qué sé. ¿Qué hay de extraño en eso?

—Tu padrastro llegó con otro hombre, que fue quien se lo llevó casi arrastrado a otro auto.

—Tal vez se conocían.

Buscó su teléfono y me mostró una noticia donde, aparentemente un sujeto había sido asesinado en horas de la madrugada. Su rostro no me parece conocido, tampoco el nombre.

—¿Y esto qué tiene que ver con lo que estamos hablando?

—Es el mismo hombre de anoche, Samantha. ¿No te parece esto muy raro?

—No lo sé, no puedo decir nada porque no recuerdo haberle visto la cara a ese sujeto.

—Pero yo sí.

—Tal vez no se trata de la misma persona o es pura coincidencia. El novio de mi mamá podrá ser un desgraciado, un imbécil, egocéntrico y un hijo de puta, pero asesino no es. ¿Has pensado en lo ridículo que suena todo esto?

—No me gusta esto, Samantha.

—Te lo digo yo, esto debe ser pura casualidad o quizá viste mal. No le des mente a esto, es absurdo. Dejando todo esto a un lado, ¿hoy nos podremos reunir de nuevo en mi casa y continuar con el proyecto? Quiero terminarlo de una vez.

Guardó su teléfono en el bolsillo y suspiró.

—Tal vez tengas razón.

No entiendo nada, pero no puedo decir mucho al respecto, ya que no recuerdo lo que sucedió anoche. Además, me parece algo ridículo y absurdo pensar que ese idiota podría tener algo que ver en algo así.

Luego de salir de la universidad, llegamos a la casa y mientras estábamos en el auto con el chófer, vi a la distancia a Malik salir de la casa con una chica y la acompañó hasta un auto. Me estuvo muy extraño y curioso la apariencia y la forma en que estaba vestida. Llegué a pensar que solo yo me había dado cuenta de ese extraño parecido a mi antigua yo, pero Bianca lo dijo antes de que pudiera hacerlo.

—¿Tienes una hermana gemela? — bufó Bianca.

—Estúpida — le di un sutil golpe en el hombro y rio.

—Esto deberías capturarlo. No todos los días se encuentra a alguien tan parecido a uno. Debe ser extraño, ¿verdad? — preguntó Jonathan.

—En eso tienes razón, se siente bastante raro.

Nos bajamos del auto y sin saludar a Malik, entramos a la casa y subimos a mi habitación. Solo nos centramos en el proyecto. Lo mejor del asunto es que ese idiota no nos interrumpió en ningún momento. Adelantamos mucho más que el otro día, pero aún nos falta la conclusión y decidimos dejarlo para mañana, ya que se estaba haciendo tarde.

—Mañana te pagaré, no me he olvidado de eso.

—No tienes de qué preocuparte, Samantha. Mañana te traeré las bolsas.

—Gracias.

Los despaché frente al auto y luego entré a la casa en busca de ese idiota. Maribel me avisó de que estaba en el estudio, por lo que fui directamente a donde se encontraba y toqué la puerta. Teniendo su permiso para entrar, entré y me detuve frente a su escritorio.

—¿Quién era esa mujer que estaba aquí? — mi pregunta hizo que soltara en el escritorio los documentos que tenía en la mano.

—¿Y para cuándo los modales?

—No vine aquí para sentarme a tomar un rico café contigo o para tener una larga charla de amigos, solo acabo de hacerte una simple pregunta, solo limítate a responder.

—Me temo que esto es algo de lo que no debo hablar con una niña fastidiosa y caprichosa como tú. Si eso era todo, ve a tomarte el vaso de leche dulce y caliente de la noche, para que así logres entregarte a los brazos de Morfeo.

—El único fastidioso aquí eres tú. En esta casa no tienes ningún derecho de meter a quien sea y mucho menos a una mujer mientras mi madre no está.

—¿Según quién? Creo que esto es algo que le corresponde reclamar a tu mamá, no a ti. Y me temo que ella jamás lo ha hecho.

—Porque supongo que no le cuentas. Esa mujer que estaba aquí se veía muy sospechosa. Además, ¿cómo recibes a una mujer así? ¿No eres el mismo que dice que una mujer debe comportarse como tal y no estar vestida en esos trapos cortos?

—Este reclamo no tiene sentido. Lamento decirte que no a todas las chicas le queda bien vestirse de esa manera.

—Ah, ¿ahora cambias la versión? Ahora es a conveniencia, ¿eh? Ustedes los hombres son unos cerdos.

—¿Por qué tan alterada? ¿Acaso estás enojada por la crítica que te hice el otro día? Tomate una dosis de agua azahar, a ver si te reduce un poco el estrés y la histeria.

—Eres odioso. Haz lo que te dé la gana fuera de la casa, pero aquí dentro no quiero a ninguna mujer mientras mi madre no está.

—¿Podría ser que mi hijastra querida está celosa? — arqueó una ceja y rechiné los dientes.

—Muérete, idiota — tiré todos los documentos que tenía en el escritorio al suelo y solo sonrió con arrogancia.

—¿Por qué no te halas las greñas, así como hacen las mujeres histéricas y celosas? Eso es lo que te falta por hacer.

No puedo darle el privilegio de sacarme más de mis casillas, pero es que el simple hecho de verlo me es irritante y me descontrola.

—Quiero que descongeles mis cuentas. Sé perfectamente que fuiste tú quien lo hizo.

—¿Y si no lo hago qué? — se levantó de la silla y lo seguí con la mirada.

—Se lo diré a mi madre.

—¡Uy, qué miedo! La niña me está amenazando con su mamita. Se me baja el calzón del miedo, míralo está por el suelo.

—No tienes ningún derecho para hacer lo que hiciste. Ese dinero me lo dio mi madre.

—Pues déjame decirte que sí tengo todo el derecho. Fuiste tú quien se pasó mis reglas por el trasero, cuando te advertí desde un principio que habría un severo castigo si me desobedecías. Mientras te portes bonito, tal vez considere levantarte el castigo en un mes, pero si sigues comportándote como una niña inmadura y rebelde, quién sabe si como mínimo un año.

—¡¿Un año?! ¡¿Y tú quién mierda te crees?!

—Tu papá.

—¡Tú no eres mi padre y estás lejos de serlo!

—Perfecto, eso se escucha mejor. ¿Tanto así necesitas el dinero?

—Por supuesto que sí. Por tu culpa ahora debo dinero.

—Uy, eso es serio — llevó su mano a la barbilla e hizo una expresión de sorpresa—. Entonces… — acortó la distancia que había entre los dos y su mano se posó en mi mentón, algo que me dejó petrificada—, ¿qué estás dispuesta a hacer con esta boquita para hacerme cambiar de opinión?

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Comments

rubi salgado

rubi salgado

Ami se me ase que la mamá no tiene nada que Ber con el y tal vez tienen un trato

2024-12-03

0

Cori Shoes

Cori Shoes

Ya decía que esta chica es muy tonta e inmadura, y con poco sentido común

2024-01-13

1

mariposa 🦋

mariposa 🦋

quisiera que se lo preguntara delante de su madre!!!! 🧐🧐

2024-01-11

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