—¿Gatita? — pregunté, sin poder creer lo que estaba escuchando—. Gatita tu madre, pendejo — me solté de su agarre, dándole una bofetada, la cual no detuvo—. ¿Cómo te atreves a decirme todo eso, enfermo? Esto se lo diré a mi madre— me puse de pie al lado de la cama, mientras él se levantaba.
—¿Así que el enfermo soy yo? ¿Quién fue la degenerada que se ha subido sobre su padrastro, frotando su cuerpo y pidiendo atención a gritos? Si tanto querías tener mi atención, te la puedo dar, pero no culpes a los demás por tus perversas acciones. Tu madre viene el domingo, así que juntos podemos dialogar con ella al respecto, pero asegúrate de dar la versión completa de los hechos, no solo la que más te convenga. ¿Estamos, gatita en celo? — con una sonrisa salió de la habitación y le di varios puños a la cama.
No puedo creer lo que acaba de pasar. Lo peor de todo es que en parte la que actuó mal fui yo. No debí dejarme alterar de esa manera por sus palabras, pero es que tiene la facilidad de hacerme perder el control. Incluso si le cuento a mi madre sobre esto, probablemente piense que solo estoy levantando calumnias en contra de él. Es un desgraciado y desvergonzado. No sé qué es lo que planeaba o hasta dónde estaba dispuesto a llegar con esas palabras que dijo, pero no me agradó del todo. Me siento sumamente nerviosa, mi corazón está a punto de salirse de mi pecho. Todo eso ha sido vergonzoso. ¿Cómo pude subirme así sobre él? Es como si quisiera darle el privilegio de poder burlarse de mí. Recordé lo que sentí en mi entrepierna y agité la cabeza. Espero que solo haya sido el cinturón y no algo más.
A la mañana siguiente, tan pronto me levanté, me di un buen baño, pero al momento de cambiarme, no encontré mi ropa interior favorita. No recuerdo haberla usado como para que esté con la ropa sucia. Como no la encontré, decidí ponerme otra. No puedo detenerme mucho rato o llegaré tarde a la universidad. Luego de vestirme, bajé las escaleras para sentarme en la mesa y desayunar. Aunque Malik estaba leyendo el periódico como siempre, no quise dirigirle palabra alguna, razón por la cual es él quien rompió el silencio.
—¿Descansaste? — ignoré su pregunta, y soltó el periódico—. Solo quería decirte que he llamado al banco esta mañana. Ya puedes usar tu tarjeta.
—¿En serio? — levanté la mirada.
—No, pero al menos me he asegurado de que puedes usar tu boca para hablar.
—Pedazo de imbécil.
—Buen provecho — se levantó de la silla como si nada y se marchó.
Falta poco para que mi madre regrese, solo debo esperar pacientemente y volver a sentarme con ella a hablar sobre esto. Quiero que se harte de este sujeto y lo saque de nuestra casa. No puedo esperar para que eso suceda.
En la universidad decidimos terminar con la conclusión en la biblioteca, ya que la profesora faltó y utilizamos esa hora para hacerlo. Por otro lado, me he quedado debiendo dinero, algo que no me gusta para nada, pero al menos Bianca entendió la situación. A la hora de salida, cuando venía acompañada de Bianca, vi a la distancia a Emmanuel y casi me da algo. Más que novios en el pasado, fuimos grandes amigos. Hace tres años decidimos terminar la relación, ya que él se iba a ir de vuelta a su país natal con sus padres. No sabía que había regresado, perdimos comunicación al año de haberse ido. En su momento fue doloroso, pero creo haberlo superado, ya que terminamos quedando en buenos términos. Llegué a pensar que tal vez no estaba aquí por mí, pero me di cuenta de que no es así, al momento de que nuestras miradas se cruzaron. Caminó ligero hacia mi dirección y acortó la distancia entre los dos con un fuerte abrazo. No ha cambiado ni un poco físicamente, solo está un poco más alto.
—Te he encontrado, Samantha. No puedo creerlo. Pensé que no saldrías nunca.
—Emmanuel, ¿qué haces aquí?
—Te dije que regresaría, ¿no?
—Sí, pero pensé que no lo harías.
—¿Por qué no lo haría? — puso sus dos manos en mis hombros y sonrió—. No has cambiado nada, es como si el tiempo no hubiera pasado.
—No puedo decir lo mismo de ti.
—¿En el sentido bueno o malo?
—Bueno. Por cierto, ella es Bianca, mi mejor amiga. Bianca, él es Emmanuel, un viejo amigo.
Ambos se saludaron amablemente y Emmanuel volvió a mirarme.
—¿Estás disponible para ir a dar una vuelta y conversar un poco?
—Bueno — pensé en Malik y asentí con la cabeza—, sí estoy disponible.
Me despedí de Bianca y me fui con Emmanuel. Su mano se había aferrado a la mía y la observé. ¿Por qué me está agarrando la mano así? Miré hacia donde se supone que esté el chófer, pero no estaba. Eso es sumamente extraño. No sé por qué estoy temblando, no es como que esté haciendo algo malo.
—¿Qué te sucede? ¿Por qué estás tan nerviosa? ¿Acaso no quieres salir conmigo?
—No es eso, es solo que… — no terminé de decirlo, cuando el sonido de unas llantas de un coche me interrumpió.
Bajo el mismo susto, miré hacia la dirección del ruido y vi el auto de Malik. Es la primera vez que viene personalmente. Dejó su auto en medio de la carretera y se bajó, quedándose solo en la puerta.
—Sube — me ordenó.
—¿Qué haces tú aquí?
—Vine a recogerte. Sube — se escuchaba muy molesto y no es para menos, debe haber notado que iba a escaparme.
—¿Pasa algo, Samantha?
—Hagámoslo otro día, ¿sí? — me solté de su agarre y sonreí—. Me hizo feliz volver a verte. Espero no vuelvas a desaparecer. Cuídate.
—Pero espera…
—Tengo que irme. Salgamos otro día — caminé hacia el auto de Malik y subí, despidiéndome por la ventana de Emmanuel.
La verdad es que sí, estoy feliz de haberlo visto. Aunque todavía estoy sorprendida. Miré de reojo a Malik, por la forma en que aceleró el auto y llamó la atención de medio mundo.
—¿Cuál es tu problema? Si tanto quieres llamar la atención de todos, ¿por qué no regresas y te pones a bailar delante de ellos?
—¿A dónde pensabas irte?
—¿Y desde cuándo debo darte explicaciones a ti de lo que hago o no hago?
—Me importa una mierda lo que quieras o no, debes entender que no puedes hacer lo que se te dé la gana. Si te contraté a Rodríguez fue por tu propia seguridad, pero veo que te importa poco. No puedes andar en la calle suelta como si nada, así que espero sea la última vez que trates de irte sin consultarlo primero.
—Tu no decides nada. Soy una mujer adulta y puedo hacer lo que quiera. Además, sé defenderme sola, no necesito de ese idiota o de ti.
Detuvo el auto de mala forma en medio de la calle, aferrando su mano a mi cabello y torciendo mi cuello hacia él.
—Me tienes cansado con tu actitud — hicimos contacto visual por unos instantes, pero la incomodidad me obligó a desviarla.
—Igual de cansada estoy yo de la tuya. Todo el tiempo quieres prohibirme todo. ¿Qué tengo que ver yo en tus malditos problemas?
Recostó su cabeza en mi hombro, sin soltar aún mi cabello y la piel se me erizó al sentir su aliento chocar en mi piel.
—Tienes prohibido rotundamente volver a tener planes de escaparte y mucho menos si es con un hombre, ¿te ha quedado claro?
—¿Eso qué tiene que ver contigo? No tengo por qué hacerte caso.
—Entonces no me culpes si por obras del destino, desaparece como por arte de magia — sentenció, en un tono tan aterrador, que estremeció todo mi ser.
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Comments
rubi salgado
está súper obsesionado con ella la tiene bien bijilada y el le robaría su ropa interior para tener sus fantasias con ella/Shhh//Hunger//Bye-Bye/
2024-12-03
0
Sandra Mora
oooooorale entonces di mato al otro individuo que las seguía en el centro comercial...../Grievance/
2024-02-29
2
mariposa 🦋
😲😲 esto es una amenaza!!!!!🧐🧐
2024-01-11
1