Eran aproximadamente las 11 de la noche en Las Vegas, Eri se encontraba en su hotel mientras seguía investigando sobre quién podía ser el traidor.
Ni siquiera se había puesto el pijama, siendo honesta no pensaba dormir hasta descubrir algún indicio. Susana decidió cerrar la investigación con el regreso de Jacharí y la liberación de las niñas, pero lo que la fiscal no entendía era que así como dejaron salir a Jacharí aquella vez, y en consecuencia asesinaron a todos esos policías, fácilmente podía pasar una segunda vez si no descubrían al cómplice.
Otra cosa que la tenía pensando, aunque no iba mucho al tema era la situación que enfrentaban los hermanos Herrera. Para ellos debía ser difícil confiar en esa mujer, en tu propia madre, para que luego te apuñalase por la espalda de esa forma; quitándote un ser querido por simple codicia.
—Como que has estado trabajando todo el día, ¿No crees?
Erika se exaltó al escuchar esa voz intrusa, luego se tranquilizó al ver a Makar recostado sobre el marco de la puerta.
—Serás tonto, ¿Cuánto llevas ahí? —Cuestionó Eri.
—Nah, no es tan importante. —Makar pasó a la habitación sin esperar aprobación. —¿Por qué no descansas y lo dejas para mañana? Lo peor ya pasó...
—Quisiera, pero no puedo. —Evadió Eri observando detenidamente los datos en su pizarrón. —Mi subconsciente no me deja dormir si tengo asuntos pendientes.
—¿Y si tomas una pastilla para dormir?
Eri lo miró mal.
—Si acostumbro a tomar pastillas se me volverá un vicio, y me aborrece pensar en la posibilidad de tener que depender de una droga. —Justificó Eri, concentrada.
La comisario se sentó en el sillón de la habitación y tomó su laptop para escribir en su informe lo que tenía hasta ahora. Makar se sentó junto a ella y en un acto de travesura le empezó a acariciar sus piernas de manera seductora.
—¿Y no has considerado otras maneras de conciliar el sueño? —Sugirió el chico.
—¿Cómo cuáles? —Dudó Eri, sin estar pendiente de nada.
Makar frunció el ceño por la falta de atención, por lo que sostuvo el mentón de la chica e hizo que lo mirara a los ojos.
—Yo podría ayudarte. —Incitó Makar de manera sensual. Eri le dedicó una sonrisa ácida.
—Soy consciente de tus métodos para ayudarme, y es no. —La chica apartó su mano, apagando las ilusiones del muchacho. —¿Pensaste que fue buena idea liberar a Jacharí y a Mariam frente a la estación?
—Si fue buena idea o no, no me importa. Yo no tenía nada que hacer con ellas. —Mencionó Makar mientras se acomodaba en el sofá. —La idea era llevar a Mariam con sus familiares, pero como su único familiar era su hermano le ahorre el viaje.
Eri rodó los ojos. En un instante se le escapó un bostezo por el cual Makar terminó juzgandola, no estaba en sus planes dormir.
—Makar... ¿Una mujer es capaz de asesinar a su esposo por simple codicia, sin importarle lo que piensen sus hijos? —Le Cuestionó Eri repentinamente.
Makar tragó saliva ante la pregunta. Si era cierto que él nunca habló con Eri sobre su infancia y el cómo el asesinato de su madre lo marcó.
—Depende de las razones. El dolor es capaz de cambiar a la gente, sobre todo cuando se trata de un engaño... —Dijo el chico en un hilo de voz, miraba a lo lejos.
En eso Eri recordó lo que dijo Mariam, de que ella pensaba que la culpable de la muerte de su padre era la madre de César en un ataque de celos.
—Te lo pregunto porque... todavía no entiendo la mentalidad europea. —Comentó la latina con pena. —Pensaba que era más liberales.
Lo decía porque en su país la criaron como que era normal que un hombre tuviese dos o varias mujeres, era algo inmoral y machista que cambiaba poco a poco en latinoamerica, pero al menos los implicados no reaccionaban al punto de enloquecer.
Su abuela siempre lo aceptó, permitió que su abuelo tuviese varias mujeres, aunque podía deberse a sus raíces islámicas. La única que le puso un paro a esa costumbre fue su madre con su padre, aún así, no creía que ella fuese capaz de matar a su padre por simple despecho o quitarle su fortuna. Lo más que podía hacer era divorciarse y ya.
—No lo sé, pero... Cuando mi madre engañó a mi padre, él ya estaba roto, cambiado totalmente. —Relató Makar con voz quebrada. —Después de que mi abuelo murió se volvió una persona intratable, se la pasaba todo el día ausente, y cuando llegaba no quería que nadie le hablara. Y como él me dijo una vez me dijo, ni su amor ni mi amor eran suficientes para mí madre, y pues ella buscó ese amor en otro hombre.
—Oh... no lo sabía. —Eri lo vio con melancolía.
—Él me dijo que a pesar de todo el cambio, siempre creyó que mi madre lo amaría y estaría junto a él... hasta el día de la traición. Mi padre nunca la engañó mientras vivió, el dinero que ganaba iba para ella y comenzó a hacerse una burbuja falsa en su cabeza que explotó junto con su cordura al encontrar a mi madre en ese acto.
—¿No sabes si el se arrepintió de quitarle la vida?
—A cualquiera le decía que no, pero yo se que sí. —Admitió Makar. —Nunca la superó, cada mujer que veía le sacaba una mera similitud con mi madre, Jacharí no fue la excepción.
—Lo lamento mucho...
—No te preocupes. —Makar se recompusó como pudo. —Al menos ese evento hizo que uno de mis padres me prestara atención.
—Todo niño tiene derecho de crecer recibiendo amor y atención por parte de ambos padres, es injusto permitir que se les arrebate algo tan preciado que puede perjudicarlos a futuro. —Opinó Erika.
Consideraba que de no ser por descubrir la corrupción de su padre tal vez, y sólo tal vez su vida seguiría siendo perfecta como en aquel entonces.
Makar la vió con tristeza.
—Yo también odié a las mujeres después de eso, ¿Sabes? —Confesó el joven, causando impresión en Eri. —Por un tiempo pensé, en parte a las influencias de mi padre, que todas eran unas falsas a las que teníamos que doblegar, y que si les dábamos los mismos derechos que los hombres podían provocar caos en el mundo.
Eri rió levemente por aquellos pensamientos de Makar niño.
—¿Y qué te hizo cambiar de opinión?
—Bueno, varias mujeres que llegaron a mi vida me demostraron lo contrario... Pero hubo una en especial que, a día de hoy, todavía no comprendo porqué causa tanto impacto en mi. —Pronunció Makar observando con cariño a su compañera.
El chico tuvo el atrevimiento de acariciar su mejilla delicadamente. No obstante, de un suspiro Eri apartó la mano de Makar y dejó la laptop de lado. Makar se desilusionó una vez más, pero al menos logró acariciarla sin ser mordido.
La comisario se sentó recostada en el sillón, cerró los ojos al unísono de liberar una fuerte exhalación.
—Solo esta vez. —Decidió Erika, con voz temblorosa.
Makar frunció el ceño sin entender a que se refería con eso.
—¿Qué cosa?
—Solo... esta vez. —Repitió con algo de vergüenza. —Pero si no me logra dar sueño, volveré a trabajar.
Makar seguía confundido, no fue hasta que observó los ojos de Eri recorriendo su cuerpo que pudo captar el mensaje. No obstante, su primera reacción fue el nerviosismo al no poder creerlo.
—Pe-Pe-Pero... ¿lo dices en serio?
—No hagas que me arrepienta..
—¡No! —Exclamó Makar, aun en trance. —De-Dejame afrontarlo, ¿Piensas que creía ser correspondido así de repente?
Eri rodó los ojos, comenzaba a arrepentirse por lo que intentó alejarse, pero Makar la sostuvo de la muñeca tumbándola sobre su regazo.
—No pienses que te dejaré escapar. —Impuso el muchacho.
Se miraron frente a frente, hacia años que sus rostros no estaban tan cercanos. Eri detalló sus facciones, no habían cambiado en nada. La lujuria en la mirada de Makar aceleraba cada vez más el pulso de su corazón.
—Más te vale que valga la pena. —Dijo la mujer frunciendo la mirada.
Makar le sonrió mientras acariciaba su mejilla.
—Después de esta noche, prometo que me buscarás cada que quieras dormir plácidamente.
Él la tomó del mentón para unir sus labios de una forma apasionada, casi hambrienta. Eri tardó un poco en acostumbrarse, batallaba contra sus nervios que ansiaban controlarla.
Las manos del chico bajaron a su cintura, la rodeó para después acercarla más a él y evitando que hubiese un tramo de distancia, ambos intensificaron el beso cuando con una mordida en su labios. Eri había olvidado cuanto disfrutaba besarlo de esa forma.
Makar la apretó nuevamente con mayor fuerza, ocasionando que Eri gimió se exaltara en medio del beso, lo que con ayuda de Makar comenzaría un vaivén en sus caderas en son de estimulación mutua.
Makar siguió guiando el vaivén hasta que decidió subir sus manos hacia arriba, quitándole la camisa a Eri y lanzarla al suelo. El brasier tampoco duró mucho sobre su vista, sin pensarlo los dejó en libertad para lamerlos y darles amor. Eri suspiraba de placer, sin detener la placentera sensación que ocasionaba el roce de sus caderas con el de su amante.
La chica soltaba murmuros incoherentes que Makar solo escuchaba a lo lejos al estar concentrado en adorar unos pechos. Se detuvo con la voz agitada y con su erección activa que delataba su desesperación. Hizo que Eri lo rodeara con sus piernas y la cargó hacia la habitación.
En el proceso tumbaron unas cosas, pero poco les importó, recogerlas era lo menos que harían en ese momento.
Al llegar a la habitación, Makar cerró la puerta Dios sabrá porqué si estaban solos, y con la misma rapidez con la que llegaron cayeron en la cama y sus labios se volvieron a juntar con pasión.
Makar se quitó su camisa mostrándole su abdomen atractivo, luego al recostarse sobre ella quitó como pudo sus pantalones y las botas.
Al tenerla así quiso tomarse un tiempo para admirarla detalladamente, ocasionando que Eri se sonrojara de lo incomodidad, aunque también el desespero era responsable.
—¿Qué tanto miras? —Reclamó Eri.
—Extrañaba este cuerpo. —Makar paseó su mano por su vientre, el torso, consecutivamente los senos hasta llegar a su hombro, el cual tenía la cicatriz de un disparo. Makar desconocía la existencia de esa herida, debía ser reciente. —Se vuelve más provocativo a través de los años... Es una lástima que este siempre oculto bajo un uniforme de policía.
Eri apartó su mirada, hacia años que no recibía un comentario así referente a su físico. Quizá el uniforme si tenía mucho que ver. Makar la volvió a besar en los labios de manera breve, para después sorprender a Eri con su siguiente acción.
Besando cada parte de su cuerpo, Makar bajaba lentamente, saboreando y percibiendo el dulce aroma de su piel hasta llegar al centro de sus piernas. El rostro de Eri se volvió mucho más rojo, y antes de que pudiera reaccionar ya Makar le había dado una lamida a ese espacio tan sensible de su cuerpo haciendole soltar un grito.
Ella gemia y suspiraba con fuerza, arañando las sábanas y arqueando la espalda a medida que los movimientos variaban.
—No grites. —La regañó él, asustado por el ruido. —¿Sabes qué? Mejor hazlo, al diablo con los vecinos.
Eri rió de gracia.
—Yo no grit-¡AH!
Gritó cuando Makar volvió a lo suyo. La comisario no sabía dónde poner sus manos, pasaba de despeinar sus propios cabellos a apretar las sábanas mientras gemía a toda voz.
Cuando sus manos presionaron la cabeza de su amante en contra de su parte íntima sus gemidos cambiaron de tono, como una señal de que estaba a punto de llegar a su límite.
Makar se levantó y a mirar a Eri con fascinación, la chica estaba roja desde las mejillas hasta su pecho que subía y bajaba en una respiración acelerada, ver su cabello desaliñado lo excitó aún más.
Se separó de la chica, levantándose de la cama sacó un preservativo de su cartera que se puso después de bajarse los pantalones, todo bajo la vista llena de lujuria de Eri, quien admiraba su cuerpo desde que se alejó hasta que se acercó a ella, que fue cuando casi le da un paro cardíaco.
Sus ojos se encontraron por un momento, Eri se sentía tan deseada y querida con tan solo ver la mirada hambrienta que desprendía aquel hombre, deja vus de lo que vivieron la hacían muy feliz.
Makar unió sus labios nuevamente en un beso encantadoramente apasionante, uno que la hacia ver las estrellas a través de sus oscuros ojos, hasta que sintió como tomaba uno de sus muslos y se introducía dentro de ella con lentitud. Entró con cuidado y se movía de la misma forma, Eri lo abrazó anhelando disfrutar ese momento tan mágico de los pocos que vivía cada día.
—Eri... —Suspiró Makar, pasó a besar su quijada y a encender una chispa en el corazón de la chica.
Ella se estremecía, el placer le ocasionaba espasmos que se intensificaban junto al movimiento y profundidad alcanzada. Sus movimientos comenzaron a perder coordinación. Eri se separó del beso y se mordía el labio tratando de no gemir tanto, mientras Makar gruñía profundizando las embestidas, mirando los ojos en llamas de la mujer por la que daría la vida.
—Te amo... —Susurro Makar en su oido con los ojos cristalizados, penetrando con fuerza a la latina mientras ella arañaba su espalda. —Por favor, amame como yo te amo a ti...
Eri no pudo resistir sus gemidos con aquella fuerza con la que su cuerpo era embestido. Todo, absolutamente todo le provocaba una sensación indescriptible.
Su intimidad se oprimía alrededor del miembro de su amante, quien le bajó a la fuerza de sus embestidas para hacerlas más lentas pero igual de profundas, él también estaba cercano a llegar.
Makar miró a su chica sudada y despeinada con las mejillas rojas húmedas en lágrimas, de su provocativa boca seguían saliendo suspiros que le dieron el impulso de besarla. Estaba seguro de que ninguna chica lo haría excitarse con el simple hecho de ver su rostro. Solo Eri.
Con unas últimas estocadas sintió como después de un gemido Eri se desplomó en sus brazos, y Makar al sentir que se corría le dió un último beso en los labios para salir de ella.
Luego de desechar el preservativo se recostaron uno al lado del otro. Makar nunca esperó que apenas se acostara Eri lo abrazaría y recostaria su cabeza sobre su pecho buscando comodidad para dormir.
El besó su frente como el loco enamorado que era, y sin decir nada más se fueron a dormir.
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Comments
Julia Monta88lvan
No te preocupes autora este capitulo lo venia esperando con anhelo y ansias y juro q me gusto, fue lindooo!!! y me complacio las expectativas
Y si seria q te des unas buenas vacaciones y disfrutes de ellas ,pq a diferencia de otros escritores q se toman 5 dias en estrenar un solo capitulo y me deja con los nervios de punta,tu no los das diarios y si te tardas no das un buen capitulo y peor q escribes como 4 historias
Tan lindo los 2
Erika disfruta mientras puedas nose pq(sera intuicion de lectora)pero presiento q viene algo malo..😞...ojala y mi intuicion falle🤗
2023-12-27
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