CAPÍTULO UNO (1) - Destrozando el Trauma.

...7 años después......

...BARCELONA, ESPAÑA....

Ya casi era mediodía en la pintoresca pero contaminada ciudad española. A esa hora los jóvenes estudiantes de secundaria debían esperar 40 minutos más para poder salir de clases.

No obstante, dos alumnas aburridas decidieron romper las normas de quedarse en el aula, y ambas con la excusa de que irían al baño se pusieron a caminar por los pasillos del segundo piso a contar chismes. Se cansaron de caminar y se detuvieron al borde de un balcón para seguir hablando.

De repente una de ellas desvió la vista hacia el suelo, donde divisó algo que la dejó pálida y acomplejada.

—¿Qué pasa, Lu? —le preguntó su amiga.

Ella también miró hacia el suelo, y al igual que su amiga su rostro pareció perder oxígeno. Comenzó a gritar aterrada llamando la atención de todos los estudiantes y profesores del instituto. Su otra amiga Lu, en cambio, se desmayó ya que no pudo soportar ver el cuerpo de una estudiante desangrándose en el suelo...

Las alarmas fueron sonadas, todos se pusieron alerta. Los estudiantes fueron despachados pero aún seguían en la institución queriendo saber que sucedía, la policía llegó cuanto antes a custodiar la escena del crimen.

Algunos estudiantes veían expectantes el cuerpo de la muchacha rodeado de la cinta amarilla, los policias trataban de apartar a los estudiantes, algunos los que lograban ver el cuerpo salían de ahí vomitando, otros quedaban en estado de shock.

Entre la multitud, una estudiante llamada Mariam apartaba a los estudiantes del medio. Sabía que una chica había muerto, pero ella quería saber quién. Un alumno frente a ella salió corriendo, lo que permitió que Mariam pudiese ver el cuerpo sin vida de la que alguna vez fue su amiga.

Los demás estudiantes lucían afectados al ver a la fallecida, salvo Mariam, quien a pesar de no parecer afectada, el remordimiento comenzaba a comersela por dentro...

—Señorita retírese, por favor... ¿Mariam?

Una voz familiar por parte de un policía la hizo volver a la realidad. El joven policía de cabellos rubios miró el cadáver detrás de él, y al reconocerla miró con una sonrisa de regreso a Mariam, su media hermana.

—¿Otra más que se desilusionó con el mundo de la mafia? —Cuestionó el joven policía.

—Cállate, César. —Soltó la muchacha, pendiente de que no los escucharan. —Nos vas a delatar...

—¿Nos? No hermanita, tú te vas a delatar. —Recalcó César en susurro. —Ya van cinco de tus amigas que han muerto, has creado un patrón, no tardarán en dar contigo.

—Eres tan culpable como yo, César, por encubrirme. —Agregó Mariam. —Además de que yo no las maté, ellas mismas han decidido caminar hasta la muerte para escapar de este mundo.

—¿Y quién las orilló a tomar ese camino?

Mariam gruñó para retirarse de ahí molesta dejando a su hermano con la palabra en la boca, no sin antes mirar por última vez el cuerpo de su ex amiga.

...✖...

Siete años atrás...

...AEROPUERTO DE COLOMBIA....

En aquel entonces, Erika era rodeada por varios policías. Ella estaba perdida en ese aeropuerto, lastimada de forma física y mental. Nadie la iba a proteger.

Sabía que ese era el final, que moriría.

No se iba a entregar. Se cubrió el rostro con sus manos esperando que algún disparo le quitará la vida, cuando de repente la gran ventana detrás de ella se rompió en una explosión que provocó que miles de trozos de vidrio salieran volando por doquier.

Erika se agachó asustada por la explosión, y lo siguiente que escuchó fue el comienzo de un tiroteo. Aterrada, su primer impulso fue querer salir corriendo de ahí. Se arrastró por el suelo, evitando las balas y esquivando los trozos de vidrio. Cuando estuvo lejos de la pelea se unió a una multitud de pasajeros que corrían asustados hacia la salida.

Al estar en el exterior fue hacia la carretera, sin saber que hacer. No tenía dinero para un taxi y todavía seguía sin saber en que país estaba. En ese instante un grupo de autos comenzó a rodearla, Eri al darse cuenta corrió. Los autos no parecían ser de la policia, pero igual sentía el requisito de correr hasta que los autos le impidieron el paso.

Un hombre con lentes de sol bajó del auto frente a ella, junto a dos hombres más que la capturaron en contra de su voluntad.

—¿Usted es Erika Irasuegui? —Cuestionó el hombre con gafas de sol.

Eri le escupió en la cara, como consecuencia los hombres que la agarraban le golpearon el estómago y la sostuvieron con más brusquedad.

—¿No le enseñaron modales a la niña bonita? —El hombre se limpió la saliva con un pañuelo, cabía resaltar que tenía un acento particular.

—¡Suéltenme! —Exigió Eri, forcejeando.

—¿Y a dónde irás? No muy lejos, pues eres la señorita más buscada por el gobierno de su país.

—¡¿Y qué me asegura que estaré mejor con ustedes?!

—Entonces recomiendo que empieces a rezar. —El hombre sonrió acomodándose los lentes. —Metanla al auto.

Le pusieron un saco en la cabeza y la metieron obligada al auto. Un hombre se sentó al lado de ella con el trabajo de apuntarle con una pistola en la cabeza para que no se moviera. Eri rompió en llanto dentro del saco, sentía que iba hacia el matadero. Pero su terror aumentó cuando escuchó sirenas de policía detrás de ella.

—Ring, Ring... ¿Qué hubo? ¿Con quién hablo? —Pronunció el hombre con la gafas de sol, parecía ser el líder. —¡La puta guardia nacional!

—¡Hay que salir de la ciudad!

—¿Está loco? ¡Apenas salgamos se abrirán fuego contra nosotros! En cambio si nos quedamos...

—¡Me vale una mierda! —Exclamó el líder. —¡Sea ciudad o sea carretera, hay que despistarlos!

El auto se movía con movimientos descontrolados que la hacían perder el equilibrio. Era desesperante escuchar tanto caos y no poder actuar o siquiera verlo.

—¿Do-Dónde estamos...? —Eri se atrevió a preguntar.

—¡Cállate, nosotros hacemos las preguntas! —La regañó el hombre a su lado.

—¡Cierra el orto, Bollo! —Gritó el líder. —Estamos en Colombia, y te pediré el favor de hacer el mayor silencio posible.

—Pe-Pero... —Mejor decidió callarse.

Bollo era el hombre que la apuntaba con una pistola a su lado. Solo escuchaba disparos y gritos que para su mente se escuchaban lejanos e inconclusos. ¿Ciudad o carretera? no sabía nada.

No fue hasta que escuchó un gran choque y sintió golpe tras golpe, luego solo sintió sueño y cerró los ojos...

—¡Irasuegui!

Al escuchar la voz Erika se exaltó al volver al presente y por accidente el vaso de café caliente que se encontraba en su escritorio se derramó sobre sus piernas, quemándola.

—¡Auch! ¡Joder! —Se quejó Eri levantándose de la silla.

—Lo siento, comisario. —Dijo sin importancia la mujer que la sacó del trance.

—¡¿Qué diablos haces en mi oficina?! —Exclamó la comisario con su típico mal carácter, limpiando el derrame con una servilleta.

—Estaba buscándote, vi la puerta abierta, entre y tu... —Dejó la Fiscal al aire. Aunque después decidió hablar, de todos modos sería reprendida por la comisario. —Estabas en tu mundo.

Eri solo la vio con malos ojos, y con un gruñido se sentó en su escritorio.

—¿Qué pasa, fiscal? ¿Siguen los problemas con los bajos presupuestos? ¿O algún otro policía idiota rompió la cafetera? —Cuestionó Eri de mala gana.

Riéndose, la fiscal se sentó en la silla frente al escritorio de la comisario, en su uniforme tenia una placa con su nombre: S. Morao.

Al sentarse Susana hizo una mueca de dolor. Ya hacía como un mes que tuvo un accidente durante una emboscada, causándole una lesión de la columna vertebral. Aunque ya estaba mejor que antes, le seguía doliendo con el más mínimo movimiento.

—No, desde el incidente con Gutiérrez ninguno a vuelto a tocar la cafetera. —La fiscal rió por un momento, pero después su expresión se puso sería. —Murió otra estudiante, del College Monseñor. Es la quinta en estos dos meses.

—¿Otra más? ¿Dónde la encontraron?

—En su propio colegio, las pistas apuntan a que se lanzó desde el segundo piso, muriendo en la caída. —Susana le mostró un archivo con documentos. Eri lo abrió con el ceño fruncido. —Su nombre era Yorgelis Ramos, dejó a sus padres y a tres hermanos menores.

—No es solo su expediente, es el de las demás víctimas. —Comentó Eri sacando los cinco expedientes. —¿Ahora te das cuenta de la gravedad del caso?

—Es un patrón, eso lo supimos a partir de la tercera víctima. Lo que no sabíamos es que sería un patrón tan veloz...

—Hay una mafia involucrada, estoy segura.

—Yo no lo estaría tanto. Muchos concluyen con que puede ser otro juego de moda entre los adolescentes...

—Si es así, ¿Por qué no lo han descubierto hasta ahora?

—Por eso lo tomamos como una amenaza real. —Susana respiró y se recostó en la silla. —Quiero que te encargues del caso, comisario. Con la condición de que no seas impulsiva...

—Es increíble su incompetencia. Es tan sencillo como saber que hay una mafia detrás... —Eri se quedó en silencio al ver en el expediente de Yorgelis el testimonio de su madre.

—Espero que esto te mantenga entretenida, no quiero que te involucres en las investigaciones de la Masacre de Fráncfort. —Susana hablaba pero Eri la ignoraba.

—Su familia afirma que fue asesinada, que es imposible que se haya suicidado. Yorgelis era una chica alegre que siempre les contaba todo. Lo mismo dice en el expediente de María Santaella, hasta tenía novio. —Eri se puso a pensar. —Hay alguien involucrado en estos crimenes, porque si, es un crimen. No un simple juego de adolescentes, y tal vez Yorgelis Ramos se tiró del segundo piso de su colegio bajo la influencia de otras personas...

—Nadie mejor que tú para resolver este caso. Confío en ti, comisario. —Finalizó Susana, esforzándose para levantarse.

—Tanta confianza como para ponerme condiciones... —Murmuró Eri resentida.

Susana rió unos segundos ante el comentario.

—Tienes que entender que hay castigos peores para los criminales que la muerte, Erika. —Resaltó la fiscal. —¿Sabes a cuántas personas asesinaste en Fráncfort? Sea por las razones que sea, tuviste que enfrentarlos con moderación.

—Ellos no merecen ser castigados, ellos merecen desaparecer. —Contestó cortante.

—Como sea, me retiró. —Bufó Susana sin querer extender ese conflicto. Se dirigió a la salida. —Te dejo el cargo de la organización, estaré de reposo.

—Ajá. —Habló indiferente, sin desviar su atención de los expedientes. —Salúdame a Viridiana.

La fiscal sonrió ante lo último dicho, quizá Erika tuviese un corazón de piedra, pero a veces dejaba salir un lado dulce. La fiscal y la comisario tenían una relación cercana luego de tantos años combatiendo el crimen juntas.

Eri se quedó estudiando y analizando cada detalle de los expedientes. Ningún crimen era perfecto, siempre había un cabo suelto del cual podía aferrarse y llegar a la cima de la verdad.

Para ella era increíble pensar que hace 7 años atrás era una niña que maltrataron sin piedad por cuerpos de la mafia, y ahora, ella era la mayor pesadilla de cualquier criminal.

Después de que su padre la vendiera, cada noche juraba sin falta que algún día tendría el poder de verlos sufrir a todos. Lo único que le agradeció a esos miserables mafiosos fue que gracias a ellos descubrió su vocación: ser policía.

Eri tenía el propósito de cambiar el mundo y deshacerse de todos los criminales, y eso la llevo a ser comisario del Cuerpo Contra el Crimen Organizado. Su odio hacia los criminales era tan grande que más de una vez se metió en problemas.

Bueno, eso quedó claro en la Masacre de Fráncfort, en la que Eri dio la orden de matar a toda persona que tuviese un arma en su mano. ¿Dónde estaba el problema? Pues que la mayoría de los armados no eran sicarios, sino civiles que intentaban defenderse.

Pero aun asi, Eri no debía tener poder sobre la vida ajena. Fuesen malos o no.

Aunque para Eri, desde que una persona tomaba un arma por primera vez con fines de maldad, merecía morir. Ellos eran simple escoria podrida que no debían seguir en el mundo, la cárcel era un simple chiste.

Ahora Erika tenía el poder, a costa del cariño de su familia y de vivir una vida normal. Ella no iba a permitir que ningún ladrón, asesino o criminal arruinará su paz...

—¡Comisario!

Un oficial tocó la puerta de su oficina.

—¿¡Qué!?

—Hay alguien en el teléfono, quieren hablar con usted. —Informó el policía.

—¿Quién molesta a esta hora? —Exclamó fastidiada.

—La policía cibernética.

Eri frunció el ceño ante eso, ¿Por qué la llamaba la policía cibernética? Extrañada, la llamada fue pasada a su teléfono y de inmediato contestó.

—¿Aló? —El rostro confundido de Eri pasó a ser de sorpresa mezclado con enojo. —...¿¡QUÉ MAKAR HIZO QUÉ!?

Capítulos
1 PRÓLOGO
2 PRÓLOGO II - Traición a la Patria.
3 CAPÍTULO UNO (1) - Destrozando el Trauma.
4 CAPITOLO DUE (2) - Prisioneros.
5 CAPÍTULO TRES (3) - El video.
6 CAPÍTOL QUATRE (4) - La Herencia.
7 CAPÍTOL CINC (5) - Sancionada, otra vez.
8 CAPÍTOL SIS (6) - El Fuego de Aries.
9 CAPÍTOL SET (7) - Nacida con Sangre...
10 CAPÍTOL VUIT (8) - Catarsis.
11 CAPÍTOL NOU (9) - Paranoia.
12 CAPÍTOL DEU (10) - Beautiful, Dirty, Rich.
13 CAPÍTOL ONZE (11) - ¡Traidor!
14 CAPÍTOL DOTZE (12) - Nací para Esto.
15 CAPÍTOL TRETZE (13) - Rendirse.
16 CAPÍTOL CATORZE (14) - Las Vegas.
17 CAPÍTOL QUINZE (15) - Entre el bien y el mal.
18 CAPÍTOL SETZE (16) - Culpable.
19 CAPÍTOL DISSET (17) - Verdad Bajo Presión.
20 CAPÍTOL DIVUIT (18) - Un Minuto.
21 CAPÍTOL DINOU (19) - Cuando Muere la Ley.
22 CAPÍTOL VINT (20) - Novia de la Muerte.
23 CAPÍTOL VINT-I-UN (21) - Revólver.
24 CAPITOL VINT-I-DUE (22) - Obediencia.
25 CAPÍTOL VINT-I-TRES (23) - El Plan.
26 CAPÍTOL VINT-I-QUATRE (24) - M.E.N.C.A.
27 CAPÍTOL VINT-I-CINQUE (25) - Acorralado.
28 CAPÍTOL VINT-I-SIS (26) - El Lugar Donde Existo...
29 CAPÍTOL VINT-I-SET (27) - Venganzas por Doquier.
30 CAPÍTOL VINT-I-VUIT (28) - Cero Oportunidades.
31 CAPÍTOL VINT-I-NOU (29) - Garras Contra Espinas.
32 CAPÍTOL TRENTA (30) - Peor Que El Diablo.
33 CAPÍTOL TRENTA-U (31) - ¡Europa es Mía!
34 CAPÍTOL TRENTA-DUE (32) - La Cumbia de los Camarones.
35 CAPÍTOL TRENTA-TRES (33) - Perderás, así como yo perdí.
36 CAPÍTOL TRENTA-QUATRE (34) - ¡Por los Aires!
37 CAPÍTOL TRENTA-CINC (35) - Sentencia Final.
38 CÓMPLICES.
39 CHARACTER CODE
40 DATOS CURIOSOS.
41 Sígueme para más historias!
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PRÓLOGO
2
PRÓLOGO II - Traición a la Patria.
3
CAPÍTULO UNO (1) - Destrozando el Trauma.
4
CAPITOLO DUE (2) - Prisioneros.
5
CAPÍTULO TRES (3) - El video.
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CAPÍTOL QUATRE (4) - La Herencia.
7
CAPÍTOL CINC (5) - Sancionada, otra vez.
8
CAPÍTOL SIS (6) - El Fuego de Aries.
9
CAPÍTOL SET (7) - Nacida con Sangre...
10
CAPÍTOL VUIT (8) - Catarsis.
11
CAPÍTOL NOU (9) - Paranoia.
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CAPÍTOL DEU (10) - Beautiful, Dirty, Rich.
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CAPÍTOL ONZE (11) - ¡Traidor!
14
CAPÍTOL DOTZE (12) - Nací para Esto.
15
CAPÍTOL TRETZE (13) - Rendirse.
16
CAPÍTOL CATORZE (14) - Las Vegas.
17
CAPÍTOL QUINZE (15) - Entre el bien y el mal.
18
CAPÍTOL SETZE (16) - Culpable.
19
CAPÍTOL DISSET (17) - Verdad Bajo Presión.
20
CAPÍTOL DIVUIT (18) - Un Minuto.
21
CAPÍTOL DINOU (19) - Cuando Muere la Ley.
22
CAPÍTOL VINT (20) - Novia de la Muerte.
23
CAPÍTOL VINT-I-UN (21) - Revólver.
24
CAPITOL VINT-I-DUE (22) - Obediencia.
25
CAPÍTOL VINT-I-TRES (23) - El Plan.
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CAPÍTOL VINT-I-QUATRE (24) - M.E.N.C.A.
27
CAPÍTOL VINT-I-CINQUE (25) - Acorralado.
28
CAPÍTOL VINT-I-SIS (26) - El Lugar Donde Existo...
29
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CAPÍTOL VINT-I-VUIT (28) - Cero Oportunidades.
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CAPÍTOL VINT-I-NOU (29) - Garras Contra Espinas.
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CAPÍTOL TRENTA (30) - Peor Que El Diablo.
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CAPÍTOL TRENTA-U (31) - ¡Europa es Mía!
34
CAPÍTOL TRENTA-DUE (32) - La Cumbia de los Camarones.
35
CAPÍTOL TRENTA-TRES (33) - Perderás, así como yo perdí.
36
CAPÍTOL TRENTA-QUATRE (34) - ¡Por los Aires!
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CAPÍTOL TRENTA-CINC (35) - Sentencia Final.
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