CAPÍTOL NOU (9) - Paranoia.

Nos quedamos en la pelea callejera entre Makar y Lunes Violento, dos personas opuestas al total. Uno era un hombre fornido que parecía masticar hierro en vez de chicle, y otro que colapsaría si le dicen un spoiler sobre su película favorita. Sin presiones.

La confrontación era alentada por una multitud que tenía sed de sangre y unas apuestas que debían solventar. En primera fila siendo empujada y rodeada por el desagradable sudor ajeno y olor a sustancias ilícitas, se encontraba la comisario rezando mentalmente para que Makar saliera vivo de esa situación.

—¡Demuéstrame que eres un macho, niño bonito! —Convidó Lunes Violento atacando de frente.

Makar se sorprendió de lo lento que era Lunes Violento para ejercer un ataque, en eso se le ocurrió una estrategia. Cuando Lunes estaba listo para golpearlo con toda sus fuerzas Makar lo esquivó en el último momento, ocasionando que Lunes se diera un severo golpe con la pared, lo que Makar aprovechó para darle golpes en el abdomen y el rostro.

Los admiradores de Lunes Violento abucheaban a "Puño de Hierro" cada vez que engañaba al hombre musculoso, quien terminaba hiriéndose a sí mismo con la pared, las rejas o el suelo. Esa fue la técnica que uso Makar durante toda la pelea, él ni siquiera atacaba a Lunes sino hasta el remate.

A Eri le inquietaba ver esa versión agresiva de Makar, no podía creer que un chico de su personalidad positiva había crecido en ese ambiente perverso y el como podía desenvolverse en el.

La pelea hubiese visto un final de no ser porque la jefa se asustó de la cercana y segura victoria que tenía Makar. Eso era un problema para ella y su posición de liderazgo.

Él no podía vivir.

—Destruyan este lugar. —Ordenó la mafiosa repentinamente. —Tal como lo planeamos.

—¿Ha ocurrido una emergencia? —Cuestionó uno de los guardaespaldas, que no había visto a Makar aún.

—La policía vendrá pronto, no debe quedar evidencia. —Objetó la mujer sin dar muchos detalles.

El guardaespaldas obedeció, bajó a advertirle a todos sus compañeros sobre la decisión y estos no dudaron en ponerse en marcha para destruir el bar.

Eri seguía presenciando con atención la pelea cuando sintió un extraño olor a gasolina. Vio hacia sus pies observando como charcos de esta sustancia salían de tubos ocultos y manchaban todo el piso. Eso ya lo hizo parecer sospechoso, se cuidó de no pisar la gasolina.

Sin embargo, lo que en realidad captó su atención y reanimó sus sospechas fue ver a un grupo de guardaespaldas escoltar a una mujer con lentes de sol a toda prisa hacia la salida. La comisario dio un salto apartando a las personas a su alrededor, y la mafiosa apenas pudo girar la cabeza cuando ya tenía a Eri sobre ella sin importarle los guardaespaldas.

—¡Quítenmela de encima! —Confrontó la mafiosa en el suelo.

Los guardaespaldas sacaron sus armas en dirección a Eri, pero ella anteriormente había sacado la suya en dirección a la mujer criminal.

—¡Si me mueven de aquí le disparo, no me hagan repetirlo dos veces! —Amenazó la comisario.

—¡Esperen, esperen! —Pidió la mujer alarmada.

—¡No podemos esperar! ¡Debemos irnos ante de que el lugar explote! —Advirtió uno de los guardaespaldas desesperado.

No obstante, la advertencia fue tardía, la campana que anunciaba las peleas desprendía una chispa cada vez que sonaba, por lo que al sonar hizo que todo aquello es estuviese rodeado de gasolina se incendiara al instante.

Las personas comenzaron a correr y a gritar entrando en pánico, algunos de ellos con un tercio de su cuerpo en llamas buscaban como apagarse.

Eri aprovechó la distracción para desaparecer junto a la mujer y evadir a los guardaespaldas, escondiéndose detrás de la barra donde aún no llegaba el fuego. La comisario le arrebató los lentes para detallar bien su rostro, lo que la impactó fue ver que la conocía.

—Hola de nuevo, comisario. —Saludó la mafiosa con una sonrisa altanera.

—Usted... es la madre de Mariam. —Añadió Eri con sorpresa. —No era inocente después de todo. Se va a quedar quietecita y se dejará arrestar, ¿Entendido?

—Jaja... ¿Y permitirás que vaya a ese lugar a decirle a todos que coges con un criminal? —La mujer se le rió en burla. —Entiendo porqué la gente se decepciona de ti, Irasuegui.

Eri se ofendió por el comentario, por lo que no dudó en golpear a la mujer en la cara sin medirse, el golpe fue tan fuerte que la dejó sangrando de la nariz y con un labio roto.

La mafiosa era una mujer obsesionada con su aspecto y belleza, por lo que también se alimentó su rabia. Le dio una cachetada a la comisario rasguñándola con sus uñas largas en el proceso, Eri se quejó pero de inmediato le quitó el seguro a su arma y le apuntó antes de que pasara a mayores.

—¡Las manos arriba!

Ese grito aunque era característico de Eri ella no lo pronunció, asegurando a la mujer observó que la policía entraba al establecimiento junto a los bomberos que apagaban el fuego. Todos los consumidores salieron volando de ahí, no quedó nadie. Eri sintió alivio al verlos.

—No importa lo que hagas, estás perdida. —Añadió Eri ante los forcejeos de la mafiosa.

—Tu más que yo, comisario. —Se burlaba entre risas con su nariz sangrante. —Tienes el mismo destino que yo al esconder un criminal...

—Un criminal que estuvo a tu mando, Jacharí. —Makar apareció con algunos moretones con la intención de ayudar a Eri.

La mujer de nombre Jacharí quedó estática con su presencia, ni siquiera pudo dirigirle la mirada.

La policía ayudó en arrestar a la mujer, de inmediato hicieron una orden para buscar a su hija Mariam y a los demás cómplices para ponerlos tras las rejas también. Makar solo se quedó viendo a lo lejos como elaboraban todo, no quería llamar la atención pero no podía negar sentir algo de resentimiento.

—Eres un traidor... —Le susurró Jacharí con desdén mientras la encerraban en la patrulla.

...⭐️...

Esa mañana en el Departamento de policía estuvo muy movido, como cosa rara había salido en las noticias (cortesía de nuestro amigo Gabriel Fregoso) que la mujer responsable de los suicidios de las estudiantes del College Monseñor fue arrestada en el bar que ejercía gracias a la comisario Erika Irasuegui y las autoridades competentes. Además del cargo de incitación al homicidio, Jacharí Romero fue acusada de narcotráfico, trata de blancas, prostitución de menores y otros cargos más que la pondrían varios años tras las rejas.

Eri llegó al departamento y no aguantó las ansias de ver a Jacharí tras las rejas. Mientras se dirigía a las celdas se cruzó con la fiscal Susana Morao, quien le impidió el paso.

—Necesito hablar con usted, comisario. —Requirió Susana.

—Entendido, lo haré después.

—El oficial Víctor no te dejará pasar a menos que yo se lo pida. —Intervino Susana, con seriedad. —Vamos a la oficina, ahora.

Eri gruñó con frustración, divisó de forma fulminante a ese tal Victor. No lo había visto antes, debía ser un novato, pero tenía una cara de depravado que le desagradaba. En fin, Eri se fue siguiendo a Susana hacia la oficina donde pretendían tener privacidad para entablar su conversación.

—La verdad no sé qué decirte... —Inició la fiscal con decepción.

—No sé para qué me trajiste aquí entonces. —Eri se cruzó de brazos.

—Porque pretendo que si llegas a pasar a las celdas va a ser para liberar a un inocente que lleva días encerrado injustamente. —Priorizó Susana.

—¿Qué más pruebas quieres? Jacharí Romero es madre de su hermana Mariam ¡Su madrastra...!

—¡Tu padre también era un criminal! —Atacó la fiscal. —¡Pero eso no significa que deba meterte a prisión!

—No uses la carta de mi padre, ¡Son dos casos completamente diferentes! —Exclamó Eri molesta. —Rose Anne me confesó que Jacharí las amenazaba con tener contactos con la policía, ¿Qué otro contacto que no fuese un familiar directo?

—¿¡Interrogaste a Rose Anne sin mi permiso!? ¡Ella no está capacitada mentalmente para responder!

—¡Si estás inconforme entonces libera a Jacharí y capturenla cuando les salga del culo! —Gritó Eri revosando furia. —¿Y no entiendo, si tienes más poder que yo, por qué no liberas a César tu misma si te da tanta lástima?

—¡Porque además de eso debes admitir que cometiste un error! —El estrés de la discusión hicieron que volvieran los dolores de la columna vertebral. —Erika, he mandado a interrogarlo millones de veces y él sigue negando tus acusaciones.

—¿Interrogado por quién? ¿Por Gutiérrez, por Clisánchez, Peña, Díaz...? ¡Todos son sus malditos amigos, es obvio que lo encubrirán como lo han estado haciendo durante todo este tiempo!

—¡DEJA DE SER TAN PARANOICA! —Exclamó la fiscal con hartazgo. —¡Verte en un maldito espejo Erika, no tienes amigos, no te llevas bien con nadie! ¡No te preocupas ni de tu aspecto! ¡Y eso no es normal, morirás como una miserable!

—¡Prefiero eso antes de ser una ridícula madre soltera que no puede lidiar con una niña! —Contrarrestó Eri, ahí Susana entendió lo que se sentía recibir un golpe bajo. —Tú estás envidiosa, de que yo he logrado avanzar en el caso sin el apoyo de nadie.

—En esta vida siempre vas a necesitar ayuda, Erika. Un solo ser no puede con todo. —Suspiró la fiscal.

—Yo lo haré, mi objetivo es desaparecer el crimen por siempre y si me muero en el proceso, poco me importa. —Decretó la comisario con determinación. —A diferencia de ustedes, yo si atiendo el caso directamente y no espero por nada.

Eri no quiso hablar más, se dio la vuelta y salió de la oficina de un portazo. No obstante, se encontró con medio personal escuchando la conversación desde afuera. No le dio importancia, solo quería irse de ahí para no cruzarse con esos idiotas.

—Comisario... —La llamó la novata, Flor Elisalde, con algo de pena quiso calmar su rabia. —No se dé por vencida, a pesar de que todos digan que está loca usted sigue haciendo un buen trabajo.

Eri no pudo contener una risa nasal ante ese comentario. .

—¿Dicen que me he vuelto loca? Pues admito que desde hace tiempo lo estoy reconsiderando. —Agregó Eri, divisando la puerta que le abre camino a las celdas.

En toda la puerta estaba ese tal Víctor, que no apartaba la vista de ella y de su arma a la que acariciaba como si fuese un tesoro... era un hombre raro.

¿De verdad tenía de que dejar su brazo a torcer y liberar a César aunque fuese contra su moral?

—Es horrible cuando no te toman en cuenta, sé lo que se siente eso. —Decía Flor intentando concordar con su ídolo.

—Eso es porque yo no soy nada comparado a la gente que tiene el poder de esta organización. Mientras vivamos en la ignorancia y el caos, es mejor para ellos... —Eri fue interrumpida por la vibración de su teléfono.

Un nuevo mensaje le llegó, y no era uno cualquiera. Más sin embargo fue capaz de despertar todas sus dudas e interrogantes de un golpe.

..."Olvidé decirte el nombre de mi próxima victima: Mariam Herrera"...

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