Espere todo el día para salir de clases y correr a casa, durante todo ese tiempo reprimí tanto como pude mis sentimientos. Actúe con toda la normalidad que pude, puse una cara de póker y fingí que nada podía alterarme.
Cuando llegue a casa corrí a mi habitación y me escondí debajo de mis sábanas.
—¡Maldito Arián! Sabía que jamás debí involucrarme contigo, desde el primer día que te vi sabía que no debía hablar contigo.— Dije agitando con violencia al conejo con jardinera.
Cada vez que recordaba lo que sucedió después de esa pregunta, me daba ganas de ir hasta su casa y golpearlo.
—¿Y qué piensas tú?— Pregunté en respuesta.
Él sonrió con diversión y solo entonces apartó sus ojos de mí.
—Como no quieres responder supongo que te mereces un castigo.
—¿Qué?— Dije totalmente confundida por sus palabras.
—A ver...— Dijo ignorando mis palabras, y haciendo una pausa para pensar sus siguientes palabras.— Creo qué todo fue bastante exagerado, totalmente sacado de contexto. Somos muy buenos compañeros de clase, no entiendo por qué alguien nos mal interpretaría así.
Su tono era totalmente exagerado y fingido. Fue muy molesto y no supe que decir, me le quede observando un momento y después de comprender su idea, también le devolví una sonrisa.
—¿Verdad?— Sonreí y puse mi mano en su hombro.— Después de todo, talvez sea una de las pocas chicas que no tiene esa idea contigo.
La sonrisa de Arián flaqueó un poco, y la mía se ensanchó. Entonces, él quitó mi mano de su hombro y coloco la suya en el mío.
—Y tú tampoco tienes que preocuparte de mi en ese aspecto.
Ambos nos quedamos viendo con molestia detrás de una sonrisa.
Después de un momento dejé en paz al conejo y me compuse. Esto no era normal, no podía seguir ignorando lo que pasaba, era obvio que algo estaba pasando, pero no sabía si estaba lista para eso.
La situación se complicaba debido a que Arián parecía tener algún tipo de sentimiento ambiguo hacia mí. Si tan solo fuera un interés no correspondido, eso sería mucho más fácil de tratar, solo podía alejarme y extinguir todo lo que estaba emergiendo.
Pero no era así, como se supone que me aleje de alguien que va detrás de mi interés, sobre todo cuando eso que él busca está luchando por nacer.
Los siguientes días trate de evitar pensar en algo y me propuse actuar con normalidad alrededor de Arián. Supuse que él pensó lo mismo, o talvez fui demasiado obvia en mi actitud y él solo estaba colaborando con eso.
—Ese idiota, lo odio. Además, sigue mandándome mensajes. No sé que tiene en la cabeza para pensar que lo voy a perdonar después de lo que hizo.— Dijo Sofía.
Era la hora del almuerzo y nos encontrábamos en la cafetería de la escuela. En ese momento, Sofía comenzó a hablar de su ruptura con Marcos.
—Es tan tarado, puedo asegurar que también le insiste a la otra.— Dijo Carla.
—Ni lo dudes.— Respondió Sofía.
—Las relaciones son difíciles.— Comenté distraídamente. Aunque no había pasado mucho tiempo desde entonces, Sofía se veía bien, pero se había vuelto normal que por las mañanas sus ojos tuvieran una leve inflamación.
—Oye, y tú, ¿has tenido alguna relación?— Preguntó Carla, con un tono lleno de curiosidad.
—Salí con alguien hace bastante tiempo, desde entonces no tuve otra relación.— Respondí, no era un tema muy importante para mí, pero ellas reaccionaron con sorpresa.
—¿De verdad?, ¿hace cuánto?— Pregunto Sofía, aparentemente sorprendida.
—Hace más de un año.
—¿Con quién?
—Un amigo de mi hermanastro, normalmente en vacaciones voy a la casa de mi padre, ese verano lo conocí y salimos por un tiempo.— Al ver que ellas estaban muy interesadas por tal tema, profundice un poco más.
—¿Tienes su Instagram?— Preguntó Carla, luego agrego.— Solo quiero saber cómo es.
—Claro.
Después de sacar mi celular y mostrarles el perfil de Mateo, ellas comenzaron a revisar las fotos de él. Sus rostros mostraban curiosidad y sorpresa, me divirtió mucho, ya que pensaba que estaban exagerando.
—¿Qué están viendo?
La voz de Arián me asustó, incluso la sonrisa que tenía ante la actitud de las chicas se esfumó. El bello de la nuca se me puso de punta y quise agarrar el celular, esconderlo y fingir que nada pasaba. Sin embargo, las cosas fueron diferentes, Carla con una gran sonrisa colocó el celular frente a Arián.
—Es el ex de Ludmila.
A veces Carla era demasiado entusiasta, no es algo que esté mal, pero podía llegar a ser un poco molesto.
Arián ya había tomado asiento cuando agarro el celular y vio un par de fotos, antes de mirarme.
—¿Es verdad?— Preguntó. La seriedad en su tono me hizo sentir muy incómoda.
—Mhm.— Fue el único sonido que hice para responder a su pregunta. Me llevé un bocado de comida a mi boca, tratando de simular calma, pero en realidad parecía que masticaba cartón. Totalmente insípido.
—¿Y todavía lo sigues?— Cuestionó con inconformidad.
—¿Qué tiene de malo?— Respondí con mi mejor cara de póker, con total imperturbabilidad.
—Es algo normal si no fue nada serio.— Dijo Astrid. Lo dijo como si fuese un comentario cualquiera, pero sus palabras concluyeron todo este asunto sin sentido. Tuve muchas ganas de ir hasta ella y darle un fuerte abrazo.
Arián pareció quedar satisfecho con eso y me devolvió el celular. Después de dar un par de bocados a su comida, pensé que todo había terminado, pero al parecer nuevas dudas surgieron en su cabeza.
—¿Por qué hablaban de él?
—Ya terminé de comer, ¿vamos?— Dije mirando a las chicas e ignorando a Arián.
—¿Ah?... sí, tenemos que hacer algo.— Dijo Carla.
—Disfruta tu comida Arián.— Habló Astrid, con cierto tono burlón.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 33 Episodes
Comments
Melisuga
Tal cual.
Astrid acaba de salvar el momento y, probablemente, el día.
2023-11-02
1
Melisuga
*vello de la nuca
2023-11-02
1