CAPÍTULO TRECE

Los siguientes días estuvieron llenos de mi nueva monotonía. Seguía siendo la chica solitaria de siempre, solo que de vez en cuando había ciertas personas que cambiaban eso, algunos momentos al día conversaba o incluso iba a tomar un café con leche a la cafetería con ellos.

Hoy en particular, era un día raro, la clase entera estallo en conversaciones sobre la fiesta del día siguiente. Todos estaban expectantes sobre como pasarían esa noche. Yo, por otro lado, había decidido tomar una decisión a último momento, fuese lo que fuese a pasar, pasaría, no lo forzaría ni me preocuparía. También pensé mucho en que no tenía sentido preocuparme tanto por una salida.

Saqué mi cuaderno de matemáticas y comencé a hacer algunos ejercicios, no me iba particularmente bien en esta clase, pero tampoco me iba mal, así era con las demás materias y en todo, muy promedio.

En ese momento, escuche el sonido de la silla a mi lado siendo arrastrada. Cuando gire mi cabeza vi a Camila sentada a mi lado.

—Mañana nos juntaremos en mi casa con las chicas a las 9 de la noche, para arreglarnos y todo eso antes de la fiesta.

—Está bien, pásame tu dirección.

Camila me miró entusiasmada y me preguntó: — ¿De verdad vas a ir?

—Sí, si dije que sí, lo haré.

Camila sonrió muy felizmente y luego su rostro se volvió un poco más solemne.

—Tú, ¿tienes idea de si a Javier le gustaría ir a la fiesta?— Me preguntó Carla.

—A él le gusta salir, pero no sé si iría a la fiesta de unos adolescentes.

Ella mostró una expresión decepcionada, pero aun así mantuvo una sonrisa cuando dijo que lo invitaría.

Nuevamente, la preocupación por los sentimientos de Carla hacia mi hermano me invadieron. No podía imaginarme que entre ellos surgiera tal relación. Esos pensamientos se fueron solo cuando escuché una conversación en el baño. Estaba en uno de los cubículos cuando un grupo de chicas entraron, eran ruidosas y se podía notar la emoción en sus voces.

—¿De verdad conseguiste que Carla te invitará a su fiesta?— Dijo muy emocionada una de ellas.

—¡Sí! Ayer cuando terminamos de entrenar en el club ella dijo que había estado esperando verme para invitarme.— Dijo altaneramente otra de las chicas, su voz sonó tan presumida, que hasta dude de sus palabras.

—De seguro Arián vaya.— Comentó una de ellas.

—Si, me dijo que irá. De seguro pase la noche con él.— Contesto la chica presumida con ese tono altanero bastante irritante.

En ese momento tuve mucha curiosidad por saber quién era la chica que al parecer tenía una relación más allá de la de simples conocidos o amigos con Arián.

Entonces, para averiguarlo, decidí salir del cubículo antes de que ellas se fueran. En el mismo momento en que lo hice pude distinguir a la chica presumida. Ella estaba en el centro y las demás parecían sus secuaces rodeándola con envidia en sus rostros.

Ellas al verme no parecieron prestarme atención por más de un segundo, pero ella no, la chica presumida me miró por un tiempo considerable antes de decir con un tono completamente diferente al de antes:

—Vámonos de aquí.

Cuando regresé a mi salón de clase, apenas atravesé la puerta, el chico genial estaba apoyado contra la pared de manera relajada, como si ninguna preocupación pudiera perturbarlo, mientras una compañera estaba frente a él hablándole tímidamente. No creo que lo que la chica sonrojada le haya dicho fuese algo gracioso, pero él soltó una risa un poco encantadora.

En ese breve lapso de segundos que me demoraba en caminar hasta tener que girar para dirigirme a mi escritorio, sus ojos se encontraron con los míos, no me detuve ni lo mire por un momento más, sino que seguí mi camino hasta mi asiento.

Solo aproximadamente un minuto después, Arián, el chico genial y atractivo, ese que lograba atraer toda la atención femenina a su alrededor, se paró frente a mí.

—¿A dónde fuiste?— Me preguntó. Ni siquiera había terminado de sentarse en el asiento a mi lado cuándo soltó la pregunta.

—A los baños, ¿por qué?— No sabía por qué el tono de mi voz sonó más duro del que pretendía. Interiormente, suspiré aliviada cuando Arián pareció no darse cuenta de ello.

—Nada, es qué de un momento a otro desapareciste.

—¿Me buscabas para algo?— Le pregunté un poco curiosa.

—Nada en particular.— Dijo él tumbado en la silla. —Ah, si, casi me olvido, ¿vas mañana a la fiesta?

—Sí.

A Arián pareció sorprenderle mi respuesta porque me miró entre sorprendido y entusiasmado.

—¿De verdad?—Me preguntó, yo solo asentí.

—¿Vas a ir?— Pregunté de vuelta.

—Claro, si vas no puedo faltar. Tengo que ver con mis propios ojos cuánto es beber poco para ti.

Después de eso corrí a Arián de mi escritorio, él se fue muy poco arrepentido mientras su sonrisa cubría todo su rostro.

Al finalizar el día, como de costumbre, caminé hacia la salida del instituto, esta vez caminaba sola. Cuando estaba por llegar a las puertas de salida vi a un chico y una chica detrás de un pilar, hablaban muy cerca el uno del otro, no iba a prestarle más atención de la necesaria. Pero justo en el momento en que iba a quitar mis ojos, el chico se corrió hacia un lado y un rostro conocido apareció ante mis ojos. Lo que más me sorprendió fue que inclino su rostro y beso los labios de ella.

Me sentía un poco conmocionada, tanto que no me había dado cuenta de que había detenido mis pasos mirando a las dos figuras, hasta que una voz sonó junto a mis oídos.

Arián se había inclinado desde atrás y me susurro:

—No sabía que te gusta observar este tipo de cosas.

Había descubierto que Arián podía ser irritante a veces. Tire mi brazo hacia atrás, logrando pegarle con el codo en su, recién descubierto, firme abdomen. Luego lo agarre del brazo y mientras lo sacaba de ahí, le hacía señas para que se mantuviera en silencio.

Solo cuando estuvimos dentro de un salón de clase lo solté. Vi una mirada extraña en el rostro de Arián que no comprendí y que, siendo sincera, tampoco quería indagar en ello.

—Ese chico era el novio de Sofía.— Dije.

El novio de Sofía estaba también en último año, pero era de otra división. Su noviazgo fue muy conocido por todo el instituto, ya que hace aproximadamente tres meses él hizo un evento grande y lindo en la escuela para pedirle que sea su novia. Fue muy sorprendente haberlo visto engañarla, después de todo, pensé que debería quererla mucho para hacerle una propuesta tan linda.

—¿Era Marcos?— Preguntó Arián también con un tono un poco perplejo.

—Sí, estoy segura.

—¿Quién era la chica?— El tono de Arián paso de perplejidad, al tono que usaría una persona chismosa que quería conocer a detalle el chisme.

—No sé, estaba de espaldas. Solo vi un poco de su perfil.— Cuando termine de hablar otra idea paso por mi mente. —¿Cómo le diremos a Sofía?

—¿Diremos? Es tu amiga, deberías decirle tú.— Dijo Arián tratando de lavarse las manos.

—Tú la conoces más.— Contraataque. Arián lo pensó un tiempo y luego asintió.

—¿Deberíamos ir a sacar una foto o sería demasiado?— Preguntó con dudas Arián.

—No sé.— Respondí de igual manera.— No quiero ser de esos que llevan chismes.

—Yo tampoco.

Por alguna razón no le creí.

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Comments

Melisuga

Melisuga

No, pero Tobías y tú son uña y mugre, así que no dudó que ambos disfruten del chimento, aunque sea entre ustedes nada más.

2024-06-23

0

Melisuga

Melisuga

¿Camila o Carla?
🚨🚨🚨
Estimada escritora, creo que este cambio de nombres también ha ocurrido en algunos capítulos anteriores.

2024-06-23

0

Melisuga

Melisuga

¡Es una linda novela de adolescentes!
👏💖👏💖👏
¡Felicitaciones, estimada escritora!
Me tiene super atrapada.

2023-11-01

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