CAPÍTULO CATORCE

El ambiente en la habitación era agradable, había música baja sonando, y las conversaciones animadas de las chicas complementaban el ambiente. Era un momento de chicas antes de que la diversión comenzará.

Pero aun en ese tipo de ambiente no podía animarme, mientras ellas me maquillaban y peinaban, yo no podía dejar de pensar en lo que vi el día de ayer. De vez en cuándo mis ojos se dirigían a la animada Sofía, quien parecía ser totalmente ajena al engaño de su tonto novio. Pensé en como le diría lo que vi, dependía de ella creerme o no, pero por más que me repetía eso no podía dejar de temer esa situación.

Mi coraje se redujo totalmente cuando la observé divertirse, sentí que decirle eso arruinaría esta noche. Ella se estaba divirtiendo mucho y no se merecía eso.

—¿Por qué estás tan distraída?— Me preguntó Astrid.

—Ah, es que, tengo unas cosas en la cabeza.— Respondí.

—Bueno, por esta noche olvídate de todo y pasémosla bien.

Después de eso todas confirmaron con gritos las palabras de ella. Pensé que era bueno hacerlo, solo pasémosla bien y luego buscaré una buena oportunidad para decirle a Sofía.

...

Después de beber un poco con las chicas mientras nos preparamos, la hora llegó, la gente comenzó a llegar y debido al alcohol en mi sistema no me sentí tan cohibida y la estaba pasando muy bien. En ese momento mi celular hizo un zumbido advirtiendome de algo.

Cuando lo saqué vi el nombre de Arián.

[Arián Sepúlveda: ¿Dónde estás?]

[Arián Sepúlveda: Te espero en las puertas del patio.]

Suspiré un poco ante sus palabras y guardé el celular. Estaba jugando con algunas personas, entre ellas incluidas las chicas, Carla, Sofía y Astrid, al beer pong. Justo era mi turno, decidí que Arián podía esperar un poco más.

El chico frente a mí me miró con una sonrisa de autosuficiencia cuando la pelotita cayó de mi lado.

—¡Sí!— grito mirando a las personas de su equipo. Luego dirigió sus ojos petulantes hacia mí —Vamos bebe.

Gire los ojos con un poco de aburrimiento por su débil provocación y tome la bebida del vaso. Luego fue mi turno, sostuve la pelota y la tire, con un lindo arco cayó sobre uno de los vasos. Las chicas comenzaron a gritar llenas de entusiasmo.

—Hasta acá juego, sigan sin mí.— Dije pensando en que alguien me estaba esperando para vaya a saber Dios que cosa.

—¿Por qué?— Dijo Ciro, un compañero que estaba jugando en mi equipo.

—Tengo algo que hacer.— Respondí vagamente.

En ese momento una figura apareció. Todos lo voltearon a ver y con grandes sonrisas lo saludaron.

—Arián, ¿vienes a jugar?— preguntó una de las personas, era un chico, no recuerdo haberlo visto antes de esta noche.

—No, vengo a buscar a alguien que ignora mis mensajes.— Dijo dirigiendo sus claros ojos hacia mí.

Algunos empezaron a preguntar sobre quién hablaba, pero él los ignoró y me hizo una seña para que saliéramos del lugar.

Iba caminando justo detrás de él, había demasiada gente abarrotada en la casa por lo que rápidamente me encontré desorientada, no sabía hacia donde me estaba llevando Arián.

En un momento en el que estuve por perderlo de vista, por reflejo estire mi mano para agarrar su ropa. Él, en cambio, con un movimiento ágil movió su brazo, ahora su mano sostenía la mía. Él en ningún momento volteo a verme, solo yo veía lateralmente su rostro desde atrás, su rostro mostraba una leve sonrisa mientras saludaba a las personas a su alrededor.

El calor de su palma me provocaba cosquillas y sensaciones raras, y tal vez por el alcohol que había invadido mi cerebro también sostuve su mano. No sé si fue por un efecto de la luz o solo mi imaginación, pero en ese momento su sonrisa se ensanchó un poco más y dejo de ser esa sonrisa diplomática que le brindaba a todos, esa sonrisa realmente pareció llegar a sus ojos.

Sin darme cuenta sostuve el aliento.

Solo me di cuenta de mí ubicación geográfica cuando Arián abrió una puerta y el frío de la noche tocó mi rostro. En ese momento todo el alcohol pareció evaporarse de mi sistema, solté su mano y fingí que ese momento nunca ocurrió.

El jardín trasero estaba desierto de gente, después de todo, el invierno aún no llegaba a su fin y el frío parecía penetrar profundamente hasta llegar a los huesos.

Cuando Arián cerró la puerta nuevamente, el sonido de la música disminuyó, se creó un raro ambiente muy diferente al del otro lado de esa puerta.

Cuando mire a Arián, quien todavía seguía sin decirme la razón por la que me buscaba, él estaba mirándome con ojos que pusieron de punta mis nervios.

—Recién me doy cuenta de que estás maquillada, creo que es la primera vez que te veo así. Te ves muy bien.

Sus palabras me hicieron sentir calor en el rostro, estaba bastante segura que debajo de la base y el polvo compacto mi piel estaba color carmesí.

—Ah, gracias.— Dije sin saber realmente que debería decir.

—¿Para que me buscabas?— Pregunté solo para dirigir la conversación hacia otro lado.

Toda la persona de Arián pareció cambiar en un segundo. Me miró con una mirada intensa, como si hubiera algo sumamente importante que debía informarme.

—Descubrí algo importante.— Dijo mientras movía su dedo en la pantalla de su celular.

La curiosidad se despertó en mí ante su actitud. Quería saber rápidamente que había descubierto y quería enseñarme.

—Pude adivinar que todavía no le dijiste nada a Sofía, pero esto nos va a facilitar las cosas.—Dijo cuando pareció encontrar en su celular aquello que había descubierto.

Puso el celular frente a mí, en la pantalla se mostraba un perfil de Instagram, no supe por qué me mostraba algo así hasta que me di cuenta de que la última foto que había posteado la dueña de esta cuenta era la de dos manos entrelazadas, y allí estaba el descubrimiento de Arián, una de esas manos tenía envuelta en su muñeca una pulsera de pareja, la otra pulsera no estaba en la otra persona de la foto, sino que siempre iba en la muñeca de Sofía.

Rápidamente, le quité el celular a Arián y comencé a revisar las publicaciones e historias recientes de esa cuenta, no era la única imagen reveladora. En una foto publicada hace dos días, Martina, la dueña de la cuenta, se había sacado una selfi, sin embargo, se veía un espejo detrás de ella, y en el reflejo se veía a Marcos, el novio de Sofía. Era un detalle que pasaba desapercibido fácilmente, pero para Arián no, él me mostró la imagen indicándome con euforia a Marcos. Si la situación hubiese sido otra, me reiría del lado chismoso de Arián. Pero después de ver a esta pareja promiscua, quienes según este registro parecían llevar más de un mes juntos, sentí mucha impotencia.

—No puedo entender por qué alguien engañaría a su pareja.— Dije con el ceño fruncido, me sentía muy mal por Sofía, tanto que sentía que también me lo hacían a mí.

—¡Yo tampoco! Ese tipo... —Dijo Arián con cierto desprecio en su voz.

—¿Nunca has hecho algo así?— Pregunté muy curiosa debido a su reacción.

Arián me miró con un poco de obviedad y enojo en su rostro ante la pregunta.

—No he tenido muchas relaciones, nunca llegué muy lejos con las pocas chicas con quiénes tuve citas. Pero pienso que cuando salga con una chica que me guste y a quien quiera, le voy a ser fiel hasta el final y voy a dar todo de mí por ella.

Parecía que sus ojos que me quemarían en cualquier momento, esas palabras parecieron atravesar algo en mí, provocando muchos sentimientos, pero también un pánico que nunca antes había experimentado.

No sabía cómo lidiar con ese sentimiento, quería irme de allí, escapar, pero mis pies estaban pegados al piso y mis ojos no podían apartarse de los de Arián. Hasta paso por mi cabeza el pensamiento de que había sido hechizada por él.

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Comments

Agnieszka

Agnieszka

Tuve que editar el capítulo, después de casi 12 horas publicado, me di cuenta que cambie el nombre del novio de Sofía 🤦

2023-10-07

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