CAPÍTULO DIECISÉIS

El día domingo había despertado en mi casa con mucha resaca, tenía recuerdos vagos de la noche anterior, justo después de nuestra charla en el sofá todo se difuminó.

Después de que Arián me ayudara a disminuir un poco mi embriaguez me trajo a casa, sinceramente se lo agradecí, fue la primera vez que me emborrache fuera de casa y sin nadie de mi familia presente. Probablemente en ese estado no hubiese sido muy seguro volver a casa sola.

Mi hermana no dejaba de molestarme por Arián, a ella le gustó mucho, no paraba de comentar lo atractivo, atento y amable que era. Por otro lado, mis hermanos estaban enojados por haberme emborrachado fuera, y se sentían recelosos de Arián, solo después de confirmarles varias veces que él se portó bien conmigo, pararon su intensidad.

Cuando desperté también encontré un mensaje de la persona que causó una revuelta en mi casa.

[Arián Sepúlveda: Buen día.]

[Arián Sepúlveda: ¿Cómo amaneciste?]

[Ludmila Díaz: Hola.]

[Ludmila Díaz: Bien, gracias.]

Casi presiono enviar a un mensaje que decía, "estaría mejor si no me hubieras hecho beber tanto.", pero era un poco ridículo discutir sobre eso, sobre todo porque cuando se dio cuenta de mi estado inmediatamente perdió para que dejara de beber y me cuido durante la noche. Hubiese alabado su comportamiento, pero se dio cuenta demasiado tarde.

Ahora, en clase, lo tenía frente a mí. Apenas ingreso al aula camino en mi dirección y me entregó una bolsa de papel con el olor de croissants recién horneados.

Tome la bolsa y la abrí, los croissants se veían muy deliciosos, pero no entendí por qué me los estaba entregando. ¿Desde cuándo Arián, el genial, se convirtió en delivery?

—¿Qué es esto?— Pregunté con dudas.

—Croissant.— Respondió con un tono de obviedad, muy molesto para ser sincera.

Gire los ojos con fastidio y dije: —Lo sé, pero por qué.

—Ah, eso.— Dijo mientras soltó una pequeña carcajada. —Es mi disculpa por hacerte perder tan mal.

Lo miré con fastidio. No sabía desde cuándo agarro tanta confianza, no es que me moleste, pero a veces era un poco fastidioso.

—Mentira, no te molestes. Es por qué por mi culpa bebiste mucho. Mis disculpas.—Dijo mostrando una expresión más sincera, pero todavía había un deje de travesura en su sonrisa.

—Bueno, te perdono, ahora vete.— Lo eche de mi escritorio, la clase estaba por comenzar y no quería que la profesora nos llamará la atención. También, porque era un poco molesto que todos decidieran poner sus ojos en nosotros.

Arián sonrió traviesamente y se fue luego de robarme un croissant. Decidí que luego le preguntaría por la panadería dónde los compro, eran los croissants más deliciosos que probé en mis diecisiete años de vida.

Después de eso la primera clase transcurrió como normalmente lo hacían. Pero a mitad de clase Carla se volteó a verme con grandes ojos y una expresión de pánico, no sabía la razón de su reacción, y me dio un poco de pánico.

¿Qué podría haber provocado tal reacción en ella?

El timbre no había parado de sonar, cuando tres personas me rodearon y me sacaron del salón de clase, hasta llevarme a un lugar recóndito del patio.

—¿Qué pasa?— Les pregunté a ellas.

En ese momento, me di cuenta de que me había olvidado del tema de Sofía. La miré buscando señales. ¿Quizás la razón de esto es porque descubrieron algo?

Pero no, no era nada de eso, jamás hubiera esperado la verdadera razón de todo este alboroto.

Superficialmente, me veía tranquila, pero mi interior era un poco complicado. Astrid me mostró su celular. En una página de Facebook, llamada "Chismes de San José Instituto" habían hecho una serie de publicaciones sobre Arián, la chica presumida, que al parecer se llamaba Linda, y sobre mí. El hilo se titulaba "triángulo de A".

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...Triángulo de A...

En las noticias de hoy informaremos los hechos de la noche del sábado, en la fascinante fiesta de Carla Pacheco, dónde hechos sorprendentes sucedieron.

El protagonista de esta noticia es Arián Sepúlveda y dos hermosas chicas, la hermosa y extrovertida Linda Rodríguez, de penúltimo año, y la introvertida y deslumbrante Ludmila Díaz, de último año. Cabe aclarar que ella se transfirió a esta escuela a principio del actual año escolar, los rumores dicen que fue expulsada de su anterior escuela por una pelea.

Volviendo a la noticia, todo empezó cuando Linda aseguro y cito, "Pasaré toda la noche con Arián, a él le gustó y nos llevamos bien", pero Linda no se esperó que otra rosa robara la atención de su enamorado, quien, como la brisa, cambió su atención a Ludmila, con quién se divirtió y abandonó la fiesta ese día.

A continuación hay capturas para complementar su interés. Muchas gracias por su atención y seguiremos trabajando en traerles buenas noticias.

[imágenes]

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La noticia era tan ridículamente amarillista que no me hubiese preocupado por ella, probablemente me hubiese hecho un poco de gracia, de no ser que, desafortunadamente, había fotos. No sabía en qué momento ni quién, se atrevió a tomar fotos de Arián y de mi en diferentes situaciones. Si yo misma no hubiese sido protagonista de cada una de esas situaciones, también lo malinterpretaría.

Arián y yo tomados de la mano caminando entre la gente, Arián y yo hablando en los sofás, Arián y yo en la cocina, Arián y yo saliendo de la casa de Camila, y la más sorprendente, Arián siendo sostenido del brazo por Linda y a unos pasos yo.

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