Capitulo 13

VALERIA.

Todas las mañanas eran para ella como un regalo, en su rutina matutina primeramente agradecía al cielo por despertar, luego se duchaba con el agua ambiente, bien fría, para que le quitare las vibras que llaman a la pereza, y activarán su inspiración. Se quedaba durante un rato prolongado recibiendo las maravillosas y relajantes gotas diminutas como lluvia en verano; era su mantra.

Hacía días que no se levantaba con tanto ímpetu. La vida le sabía lo mismo que sabe la miel. Era como si su alma hubiera absorbido un elixir mágico que renovará la vida, no solo de juventud, sino asimismo de creatividad e ilusión. No cabe dudas que la aventura de ayer tuvo gran parte que ver con su buen humor. Pero, la moneda tenía dos caras, del mismo modo no podía negar que también tuvo que ver la compañía de Andrew. Se preguntaba desde qué momento pronunciar su nombre la hacía temblar de pies a cabeza, y le erizaba la piel, como un efecto narcótico le nublaba los pensamientos.

Su mente voló al recuerdo donde él se desvestía frente a ella, aunque varias veces lo había visto sin camiseta una extraña sensación la abrumaba, se resistía, pero su cuerpo aún no tocado por ningunas manos que no fueran las suyas propias pedía silenciosamente que las manos de él le acariciarán, y dejará su marca en su piel, así como ella deseó tocar la de él.

Cuando Andrew le pidió ayuda para sacarse el pantalón no supo como reaccionar, jamás le había quitado o desabrochado los pantalones a un hombre, y la simple idea le pareció muy guarra, lo más atrevido que había hecho en sus 19 años de edad. Dejó de pensar por un momento y le ayudó a quitárselo, intentando no ver demasiado más arriba de sus muslos, pero vagamente su vista se le posó allí; en su entrepierna, aunque fugaz, se había dado cuenta de que su intento fue un completo fracaso, entonces, se apartó con mucha discreción, pero cuando lo vio a los ojos, le fue complejo ocultar su rubor, y extrañamente la excitó... cuando él hizo esa expresión tan mona, esa sonrisa torcida y enigmática.

La excitación abrió pasó al deseo y el deseo a la lujuria. No existió la pena, ni se sintió avergonzada al quitarse la ropa y quedarse semidesnuda, mientras Andrew la observaba. La timidez la cohibía al recordar cómo pudo ser capaz de hacerlo, le echó la culpa a la adrenalina del momento, 《Fue muy ardiente modelar para él》pensó con picardía, sus mejillas le comenzaron a arder y a tomar el color del tomate más rojo.

Los recuerdos pasaban por su mente como cintas de fotografías y cada una le invadía de cosquilleos en su vientre, por lo reciente y por lo emocionante que fue, hasta podía percibir el agua fría tensándole su cuerpo cuando entró en contacto con ella, los roces accidentales debajo del agua, y sus manos entrelazadas para apoyarse el uno en el otro para evitar resbalarse con las rocas.

Solo las paredes atestiguaban lo que acontecía, el secreto afloraba como una rosa en primavera ¿Acaso se estaba enamorando de su mejor amigo?, si la limerencia no consistía en alterarse y que su corazón se le quería salir del pecho cada vez que lo veía, entonces no sabía que otra cosa era. Y no tenía la más remota idea de a dónde iba a parar aquello, eso la asustaba, y al mismo tiempo le emocionaba.

Su celular emitió una llamada entrante haciendo que se sobresaltará en medio de la ingravidez de su ensoñación, era Carla.

...***...

Valeria caminó un par de cuadras hasta el Starbucks que frecuentaba para pedirse una de sus bebidas favoritas; un café vainilla frappuccino, podía pedirlo por medio del servicio de domicilio hasta su casa, pero decidió salir a despejar la mente y recoger un poquito de vitamina D, solo un poquito, porque el sol quemaba mucho, y eso que aún faltaba aproximadamente un mes y medio para el verano.

Cuando ingresó saludo educadamente a algunos de sus vecinos entre los comensales que estaban allí, y estos le devolvieron la cortesía con la misma amabilidad.

—Café vainilla frappuccino, por favor — dijo al llegar a la barra.

—Hola, Valeria, que alegría verte. En un momento te atiendo — respondió una muchacha uniformada.

—Gracias, igualmente.

Su pedido no demoró mucho, nadie era inmune al encanto de Valeria Castañeda. En unos minutos ya estaba acomodada en uno de los sillones al fondo del salón, probando las delicias de su bebida y un cupcake para acompañar.

El establecimiento estaba decorado a su gusto, algo vintage, estilo que hacía parte de una de las razones por lo cual le gustaba ir allí, además de la buena degustación, eso sí, aunque la mayoría de veces solo pidiera su bebida preferida. Del mismo modo era un lugar donde la música que le gustaba combinaba, sacó su celular, enchufó los manos libres y se los colocó en las orejas, luego buscó su playlist; empezó a sonar "November Rain, de Guns N' Roses".

Se distrajo con la música que vibraba en sus oídos, mientras veía que se cocía por ahí en su red social, todos mencionaban acerca del eclipse lunar que ocurriría en la noche, y que según los expertos acontecería de nuevo en un año, también leyó los horarios y las recomendaciones para apreciar mejor el evento.

Cuando alzó la cabeza divisó a alguien conocido haciendo un pedido en la barra, y también reconoció a su acompañante. Rodrigo la saludó con la mano cuando se percató de ella, acto que igual realizó Sara Bullock, enterándose de primera mano que la nueva conquista del hermano mayor de su mejor amiga era ni más ni menos que una amiga suya, y que la conocía muy bien. Sara le dijo algo al primero y se dirigió hacia ella.

—Hola, Val— dijo Sara, tenía en su rostro una enorme sonrisa.

—Hola, Sarita— contestó Valeria, quitándose los manos libres.

—Val, que casualidad y que dicha verte, es que yo quería hablar contigo sobre algo— expresó su amiga, disimulando su pena.

—Sí, claro, dime.

—Es que bueno... yo sé que hace tiempo Rodrigo quería contigo y la verdad no sé qué pasó entre ustedes... pero bueno...— Sara titubeo, carraspeó y prosiguió—: solo quería saber si te parece bien que yo salga con él, es que eres una de mis mejores amigas.

—Tranquila, entre Rodrigo y yo jamás hubo algo, tanto él como tú son libres de salir, y la verdad me alegro por ti— manifestó Valeria, culminando con una agradable sonrisa.

Le pareció bonito ver como a Sara se le achicaron los ojos y expresaba emoción, de verdad se alegraba por ella, y por Rodrigo, ambos hacían buena pareja. Inevitablemente, se imaginó como se vería ella junto a Andrew.

...***...

La habitación de Valeria era el claro ejemplo de su personalidad, estaba completamente ordenada y limpia, el edredón en la cama no tenía ninguna sola arruga por lo bien tendida, en el tapiz del piso no había ni mota de suciedad. El efecto que hacia el espejo grande de la pared con los cuadros hecho a mano por ella le daba el toque deseado, sin duda ese era el cuarto de una artista.

El sonido endeble de la regadera armonizaba junto a la voz de Valeria mientras tarareaba una letra de una canción, a la vez que su mano con el jabón se resbalaba por su cuerpo haciéndole espuma. Ella se acostumbraba a ducharse tres veces al día para sacarse las impurezas y para mantenerse fresca.

Al salir del baño continuó a su habitación, se arregló con prendas cómodas y frescas, ya no saldría más de la comodidad de su casa, no tenía otro plan adicional, tal vez que no sea el de ver el eclipse de esa noche, y para eso tenía un suéter manga larga para cubrirse del frío que imperaba en las noches.

Su celular vibró y luego emitió una notificación. Los latidos se le incrementaron al tratar de adivinar si era de quien pensaba.

Pero al fijarse vio que el mensaje era de un número desconocido y lo que decía le resultó extraño.

Número desconocido:

《Así que tú eres Valeria 》.

Los pelos se le encresparon cuando lo leyó, ¿Quién era y cómo sabía su nombre? Era tétrico tanto el número como el mensaje, lo que le pareció una broma telefónica. En todos esos casos lo mejor era bloquearlo por si se trataba de estafadores, ladrones de identidades, entre otros actores delictivos, pero ella sintió la profunda necesidad de desenmarañar, de descubrir quién era.

Presionó la cajita de mensaje y el teclado ascendió ante su vista expectante.

^^^Valeria:^^^

^^^《Quién eres y por qué tienes mi número?!》.^^^

La respuesta llegó casi al instante. Y era aún más extraño.

Número desconocido:

《Reservaré la identidad de quien me dio tu número, pero con gusto me presentaré, me llamó Juliana Carson》.

Así que el desconocido se trataba de una mujer cuyo nombre le sonaba conocido ¡oh Dios! ¿Dijo Carson? Era ella miembro de la familia Carson de Flor Verde ¿Qué hacía alguien de tan prestigiosa familia dirigiéndole la palabra? Pero sea como sea, no comprendía el motivo por el cual le escribió, así como también, el hecho de que alguien que si la conocía al parecer le entregó su número a esa tipa, ¿con qué intenciones? No le interesaba, pero invadió su privacidad, eso la ofuscó.

Otro mensaje apareció debajo del anterior.

Juliana Carson:

《Solo quería conocer a la chica de nuestro amigo en común》.

Este le pareció aún más raro que los anteriores, y la situación ya empezaba a agobiarla ¿Cómo que chica de nuestro amigo en común? ¿Y de que amigo se refería?

^^^Valeria:^^^

^^^《No entiendo nada de esto, creo que te equivocaste》.^^^

Su mente empezaba a llenarse de dudas.

Juliana Carson:

《No, claro que no me equivoco. Escuché claramente tu nombre de la boca de Andrew mientras teníamos sexo ¿Acaso eres su novia?》.

Valeria sintió una punzada que le atenazaba el pecho impidiéndole respirar con normalidad, como si el oxígeno se hubiera agotado. Sus ojos se pusieron vidriosos y le costaba tragar saliva. Sus manos le temblaban en un ataque febril de desilusión, decepción, rabia, y un montón más de emociones y sentimientos encontrados.

Sus dedos teclearon velozmente el táctil de su celular.

^^^Valeria:^^^

^^^《No te incumbe, estás loca》.^^^

Y después de enviar el mensaje bloqueó el contacto. Pero se quedó con el celular en la mano, su mirada perdida en los rincones de sus pensamientos, estaba claro que Andrew y ella no eran pareja, pero le afectaba como si lo fueran, inútilmente deseó haber bloqueado antes y nunca saber aquello.

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