Capitulo 5

CARLA.

Carla, se retocaba en el lavabo del baño de mujeres, un poco de labial abrillantó sus carnosos labios. Su boca formaba una <>, muy sensual, mostrando sus dientes delanteros tan blancos como la luz de la luna. Sus manos rebuscaron su neceser portátil sacando un rímel negro, volvió a mirar al espejo y acarició hacia arriba sus pestañas con el rímel. Luego se roció un poco de su perfume favorito.

Valeria apareció a sus espaldas, saliendo de un cubículo, se acercó a un lavabo a su lado.

—¿Quieres un poco?— le preguntó a su amiga, agitando el frasco de perfume.

—Sí, solo un poco.

Carla, estiro su delgado brazo hasta el cuello de Valeria sujetando el frasco, esparciendo la fragancia de su contenido.

—Huele bien— dijo Valeria.

Carla se cruzó de hombros, satisfecha— huele más que bien.

Ambas salieron del baño codo a codo.

Valeria y ella a primera impresión parecían hermanas, con ciertos contrastes complementarios, las dos tenían casi la misma estatura; Valeria le ganaba un par de centímetros, tenían la piel tersa y suave, sus cabellos lacios, en dos tonos; negro y rojo, sus contexturas delgadas derrochaban sensualidad pura y dulce. El carácter de las dos era en lo que se distinguían, la pasión y locura de Carla, antónimo de la dulzura y determinación de Valeria, eran como fuego y hielo. Juntas deslumbraban su andar, como si un foco siguiera sus pasos pendiente a sus movimientos

Llegaron a la cafetería, caminaron por el pasillo que separaba las mesas y se sentaron en una de las mesas desocupadas. Carla llevaba en su mano una manzana, mientras Valeria un yogur griego.

—Sí tuvieras la oportunidad de pedir un deseo ¿Qué sería?— inquirió Carla, dándole una mordida a su manzana roja.

Mientras preguntaba su mente formaba varios deseos propios.

—No sé, supongo que lo que todos quieren: ser millonaria— dijo Valeria con una de sus sonrisas características.

—¡Obvio! Pero eso fue muy fácil— replicó Carla—. Yo me imaginaba con algo más, como ser feliz, encontrar tu media naranja o tener un poder.

La última sugerencia que uso era uno de sus deseos, tener la capacidad de leer la mente, porque siendo telépata podría conocer más a las personas, saber sus secretos más íntimos y más profundos. También, sería un buen poder para conocer que es lo que piensa realmente Jacob de ella ¿de verdad la quería tanto? O solo le hacía creer que la quería para acostarse con ella.

Valeria, se pasó su lengua por su labio inferior, saboreando el grumo de yogur.

—Creo que ser feliz— dijo fríamente, luego cayó en la cuenta en lo que decía— es decir, soy feliz, la felicidad tiene varias capas, pero quiero que perdure, quiero que mi felicidad sea completa...— dejó la frase inacabada, flotando en el aire.

—Muy bien, ese es un deseo válido.

La chicharra sonó fuerte, dando por terminado el receso.

...***...

El teléfono de Carla vibro con insistencia en su bolsito.

Pero cuando quiso contestar la llamada ya se había ido a buzón.

Había tres llamadas perdidas de Jacob. Adivinó cuál era su intención, la quería a ella, y no exactamente para ir a una cita. No recuerda cuando fue la última vez que tuvo una cita romántica, ni cuando fue la última vez en que ando de manita sudada, o el efecto de cosquilleo en su pubis. Ya todo había cambiado, su pensar era totalmente diferente a cuando comenzó aquella aventura con un hombre mayor que ella.

Sin embargo, aunque su mente estaba despertando, abriéndole sus ojos, su corazón aún se negaba a responderle. Sus latidos aún tenían gravado el nombre de él. Aferrada a su sentimiento genuino, tan fuerte como su deseo de romper de raíz, pronto, se encontraba en un tira y afloja. ¿Debería llamarlo? ¿Debería dejarlo?

Aún miraba las llamadas perdidas. El botón verde parecía su salvaguarda, para calmar su corazón, y los temblores que este le provocaba.

Su dedo hizo todo lo contrario a lo que su mente le ordenaba y se deslizó por la pantalla hasta el botón verde.

Fue una larga y desesperada espera, mientras timbraba.

Pasados unos segundos le respondió la contestadora. Sintió algo de decepción, por otro lado, sintió alivio.

Quería dejar de ser demasiado sensible, y aunque no lo pareciera, puesto a que no lo demostraba, no podía engañarse a sí misma, a su subconsciente no, era quien la que jugaba con ella, se divertía con ella, le demostraba lo débil que era, y se lo recordaba cada vez.

Ella merecía algo mejor que esto, mejor que unas palabras lindas cerca de su oído, merecía algo mucho mejor que roces en la piel, si le gustaba y todo, pero, el amor no se trataba explícitamente de eso, ¿era eso?, ¿merecía amor?, a decir verdad, no sabía ya lo que quería o lo que deseaba, dicen que los deseos vienen de nuestro corazón, pero su corazón estaba confundido, no se hallaba en sus cabales. Su cuerpo quería ser tocado, pero también abrazado, mimado, amado.

No querer y querer. Aquel vaivén la estaba enloqueciendo.

En la privacidad de su habitación se hallaba escuchando las canciones que le ponían la piel gallina, las que lograban tocar su corazón conmovido. Se identificaba con varias letras de cada canción diferente.

...I want my heart to be only mine...

...(Yo quiero que mi corazón sea solo mio)...

...That's the reason, only mine...

...(Esa es la razón, solo mio)...

...Be happy, be free...

...(Ser feliz, ser libre)...

...Not to be by your side, by your side...

...(No estar a tu lado, a tu lado)...

Las melodías calmaron sus emociones, fueron apagando su euforia, su abrumación, lento y despacio se fue quedando dormida, tan plácidamente, con los auriculares puestos. Llevándola a sueños llenos de vida y alegría, donde nada más importaba, solo ella misma, una vida alterna, un escape de la realidad, una inundación de sueños de amor y música. Justo el mundo perfecto que deseaba, pero que no pensaba con claridad.

Sus sueños pasaron a ser besos, caricias, recuerdos. Pero el color se había vuelto triste, gris. Soñaba que estaba siendo tocada por las manos de aquel hombre, pero no lo quería, ella no quería que la tocará, trataba de soltarse, pero era inútil, él era más fuerte, la sujetaba por las manos, inmovilizándola, no podía hacer nada, estaba atrapada bajo su peso. Solo lo sentía respirar en su nuca, algo que le pareció asqueroso, con sus manos apretaba sus pechos desnudos, luego le pasaba la lengua por las puntas, sentía náuseas solo con verlo, quería apartarlo, pero no lograba moverse, estaba paralizada, a su merced. Él se quitó su pantalón, dejando su miembro a la vista, no sabía en qué momento le quitó sus bragas, pero él se apuntalaba a introducir esa cosa dentro de ella, pero no quería..., no quería, lucho con todas sus fuerzas, hasta que el sueño se dispersó. Abrió apresuradamente sus ojos para ver la oscuridad que la rodeaba en su habitación, percibía que estaba sudada, y el sonido de la música en sus auriculares.

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Comments

😄😄😄

😄😄😄

lo ame mi historia favorita es muy entretenida

2023-10-24

2

Unicornio magico🦄

Unicornio magico🦄

Cada una pedian deseos

2023-09-19

0

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