Lamento la larga espera y no haber anunciado nada. Ocurre que perdí mi celular y con ello todas mis cuentas y contraseñas. Por fortuna lo bloqueé para evitar peores desgracias pero se perdieron muchas cosas como los capítulos que ya tenía escrito y las contraseñas de varias cuentas como instagram, facebook, wattpad y noveltoon. Luego de tanto tiempo tengo uno nuevo, recupere mis contraseñas aunque los documentos no se salvaron así que empiezo de nuevo. de todas formas me esforcé mucho para escribir en una semana hasta el capítulo 30. daré todo de mí para darles, si es posible, otros 30 capítulos la próxima semana. en caso de no poder simplemente publicar un capítulo o dos el lunes.
Hasta entonces, disfruten los siguientes capítulos, desde el doce hasta el treinta.
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La ex princesa Erika estaba determinada a ir por el camino sencillo y acusar a su madre de asociación con magos oscuros. A pesar de que la sospecha fue una simple suposición, Erika estaba desesperada por derrotar a la duquesa dorada y la idea no era mala. Sin embargo, Diannel le hizo prometer que primero dejara actuar al espía lo necesario y tender la trampa con cautela en caso de que la suposición sea solo eso. Aun así, Erika decidió que era tiempo de revelar el secreto de los sellos a Abraham. “Cuanto más dude de su maestra, más seremos contra ella”, pensó en su corto como hasta la oficina del emperador. A pesar de su disfraz de sirvienta, él la reconoció y de inmediato despacho a los demás.
—¿No es peligroso que vengas aquí a plena luz del día? Mi maestra ya no está en la capital, pero uno nunca sabe cuándo podría entrar por esa puerta.
—Está bien, además quería demostrarte el peso de lo que diré a continuación: Su padre, mi tía y el conde Henry… a los tres se los hechizo con un sello de silencio a costa de sus vidas. Si dicen algo sobre él o los secretos que guardan morirían al instante.
—¿Desde cuándo lo sabes?
—Hace semanas, aunque quien lo averiguó primero fue un conocido
—¿Y por qué esperaste hasta ahora para decírmelo?
—No sabía cómo. Sé que no te agrada que Diannel y yo actuemos o sepamos cosas a tus espaldas como este secreto. Pero necesitábamos pruebas para que nos creas y las conseguiste tú solo al enviar espías a la frontera. Ya confirmaste que mi madre actúa a tus espaldas por eso te pido que me escuches sobre esto: creo que fue ella quien les coloco el sello. Tal vez no sea una maga, pero no sería difícil que tenga magos trabajando bajo sus órdenes. Además, ¿Qué otro sospechoso habría detrás del sello? Solo piénsalo, si quieres más explicación puedes buscarme.
Desde entonces Abraham estuvo buscando toda la información sobre el pasado de los tres afectados. Y cada vez que mencionaba algo indirectamente a sir Henry, notaba en su expresión que ansiaba decirle algo pero no podía. Encerrado solitariamente no pudo evitar la ola de masivos pensamientos relacionados a su padre, su muerte y la revelación de su sello. Los espías continuaban vigilando al ejército dorado, su maestra actuaba más precavida de lo normal y ahora tres figuras importantes del imperio fueron obligados a guardar silencio. Aunque aceptarlo era difícil, Abraham tuvo que reconocer que la confianza hacia su maestra se había perdido.
Los días de entrenamiento para la duquesa Verlur terminaron en cuanto sir Damián afirmó la mejoría en su resistencia física. Se acercaba el peligroso entrenamiento mental con pociones y el verdadero riesgo de enloquecer. Para ello, Abraham entregó las notas de su madre al loco hombre experto en la medicina. El palacio del norte se convirtió en el nuevo laboratorio de Issac Venmer donde preparaba nuevas versiones de las antiguas pociones de la reina Merilia. Algunas debían tener un efecto menos y otras debían ser más fuertes. No tuvo dificultades gracias a la traducción de textos por parte de la misteriosa sirvienta de la duquesa (Erika obviamente). Así logró grandes avances en días y rápidamente preparó una habitación aislada con tan solo una silla y esposas. El lugar indicaba que sería una habitación exclusiva de tortura, pero Issac sabía que su propósito era diferente. Su benefactora sufriría terribles pruebas mentales bajo efectos alucinantes. La duquesa era acompañada por el emperador, el alto general, el conde de Archen, el ministro de finanzas y la sirvienta que ayudó con la traducción de textos.
—¿Es necesario que esté amarrada? —preguntó Diannel a Abraham y él le respondió:
—Yo pude dejar de ser un recipiente gracias a que tuve bastante tiempo desde niño y que mi madre altero mi cuerpo que a su vez cambió mi mente. Debemos hacer varios pasos en pocos días ya que se trata de una entidad muy poderosa y que desea escapar. Podría aprovechar cualquier distracción para controlar tu cuerpo y lastimarte, o a otros.
—El informe del conde Archen indica que el cuerpo de la duquesa podrá soportar las pociones, aunque su mente es otro asunto —interrumpió Issac—. La reina Merilia creó fórmulas para un feto, tuve que cambiarlas para un adulto y lo logré, aunque no puedo hacer nada con el tema del dolor. Señora, le puedo asegurar que sufrirá mucho.
—Gracias, Issac… siempre tan sincero —Diannel noto el evidente sarcasmo burlón de Issac pero no lo reprendió demás. No podía apartar la vista de la silla con las esposas ni escuchar nada más que las explicaciones del demente genio sobre todo lo que debía beber.
Luego del informe, la explicación detallada y el recorrido por el nuevo laboratorio, todos se retiraron (con excepción de Issac que aguardaba los próximos días ansiosamente). Mientras caminaban, Daniel tranquilizaba a la duquesa señalando su gran determinación, Diannel sonrió agradecida y noto la sinceridad en esas palabras. Henry y Abraham se separaron solo un poco para hablar sobre los movimientos de la duquesa Raintras. Un incómodo silencio se produjo entre la duquesa rehén y el ministro de finanzas. Cansada e incómoda, Diannel comenzó una habitual conversación sobre el clima, cosas de moda hasta que se aburrió y fue directa respecto a un asunto:
—Creí que no era de su agrado, sir Daniel.
—¿Por qué piensa eso, duquesa?
—Mi relación con su majestad no es algo adecuado y tampoco le ayuda mucho.
—Como ministro de finanzas diría que es cierto y le recordaría a su majestad lo peligroso de mantener una relación profunda con la esposa del duque Verlur. Sin embargo, como su amigo, nunca le negaría nada que lo hiciera feliz. Y puedo asegurarle que los años me han convertido más en un amigo que un estricto consejero. Pero estoy tranquilo, confío en el juicio del emperador y que nunca dejaría atrás sus sueños. Tiene muchos planes para el imperio, la financiación en los inventores es solo el primer paso, y él no dejaría todo hasta dar el último de sus pasos.
—¿Cómo decidió seguirlo?
—Amo el lugar donde vivo, al crecer mi padre me explicó que amar es una responsabilidad, sobre todo si se trata de tu hogar. Luego comprendí que mi hogar no es solo la mansión donde nací ni la ciudad que dirigía mi familia. El imperio es grande, tiene una gran historia y le esperaba un buen futuro, pero supe que no sobreviviera a ningún siglo de corrupción o pereza y eso representaba el, aquel entonces, príncipe heredero y su madre. Cuando escuché las historias del 2º príncipe y sus hazañas perdí la esperanza, porque sólo oía relatos de un brutal caballero sin conexiones o interés en la corona. Pero un día fui a Venesten, unos meses después de heredar mi título, pase por uno de los tantos pueblos a las afueras y vi a un joven jugando con los huérfanos, incluidos los matones. Nadie peleaba por una moneda, un pan o un juguete, eran felices al compartir su tiempo para la diversión gracias a un joven al que todo el mundo llamaba la Sangre maldita de Jesten.
—Bram… —susurro su nombre observándolo adelante.
—Supe que aún había esperanza, desde entonces fui más atento al 2° príncipe y descubrí a un huérfano ansioso de venganza que trataba de esconder a un futuro emperador. Me arriesgue y aposté todo por él y no me equivoque: aceptó al monarca en su interior y ahora dirige el imperio hacia un futuro próspero, una era que pasara la historia con su nombre al frente.
—Imagino que defenderá ese futuro con todas sus fuerzas de cualquiera que intente detenerlo o destruirlo —Diannel pensó en varios nombres: Oliver, Jennifer, magos, ella.
—Por supuesto, fue una promesa que le hicimos todos, Henry, Damián y yo: luchar a su lado contra los obstáculos y ayudarlo en caso de que se desviara de su sueño.
En ese prospecto de futuro de Daniel, Diannel supo que una aventura sería una mancha. Un peñasco insultante para la historia perfecta de un glorioso emperador. Se preguntó entonces, ¿A dónde se dirigían los dos con sus sentimientos descubiertos? Los pensamientos angustiantes dolieron en su pecho, luego se esfumaron ante la voz de Daniel señalando a sus doncellas acompañadas de su hermano mayor. Antes de que los dos grupos se saludaran, una sombra pasó por Diannel hacia Vladimir, un peculiar monstruo con forma humana se abalanzó hacia el pelirrojo amenazadoramente y puso a los más cercanos en guardia.
—¡Hermano! —grito Diannel al ver a Lionert con deseos peligrosos y una furia incontrolable en sus oscuros ojos,
De inmediato, Abraham decidió atacar al monstruo que venció a los magos en el bosque Lowen y se esfumó luego de herir su orgullo. Atacó a Lionert quien ni siquiera se movió para no permitirle al heredero de Arank escapar. Ni siquiera le prestaba atención al recipiente del dragón, toda su concentración estaba en el hombre con similares rasgos con la mujer a quien amo.
—¡Ya basta, Lionert! ¡Te ordeno que dejes libre a mi hermano! —Diannel interrumpió el combate y se acercó furiosa hacia el tirano, pero él no la obedeció.
—¡Tú no me ordenas! ¡La única razón por la que te sigo es porque no sé a dónde ir! ¡Pero de lo que estoy seguro es de mi odio hacia esta sangre! —Lionert levantó a Vladimir del cuello observando el cabello rojo y los ojos verdes con tanto resentimiento y frustración—. ¡Escuché tu conversación sobre lo que me hicieron y pensé en lo que debía hacer con los Arank!
—¡Matarlos no hará una diferencia en nada! ¡La mujer a quien amabas también fue una víctima, ella tuvo un final miserable al igual que tú!
—¡¿Y por qué soy el único que sigue sufriendo?! ¡Viven en mi reino, habitan mi castillo e insultan mi nombre! ¡Su victoria es tan solo el resultado de un sucio truco!
—¿Sucio truco? Son palabras muy hirientes para el cruel tirano de Almatz —dijo Vladimir apenas con el peligro de morir asfixiado—. Tu gobierno es un ejemplo a seguir… tus hazañas son recordadas y usadas en las batallas y los que gobiernan siempre estudian sobre ti… pero acéptalo, fuiste cruel, sanguinario y arrogante, nadie podía caminar un paso por el miedo. Arank estará lejos de ser lo que tu reino alguna vez fue, pero… la gente es feliz siendo un ducado y olvidando lo que fue ser un reino en el pasado… Eras un villano y sabias que no todos te temían…
—Cierra la boca o me tomaré el tiempo de torturarte a mi manera.
—¡Si asesinas a mi hermano ya no pienso defenderte! —grito Diannel cansada.
—¿Defenderme? ¿De quién, duquesa? —Lionert no necesito una respuesta, porque vio al emperador atrás listo para matarlo con su fuerza, rapidez y poder mágico ancestral. No había pasado tanto tiempo desde su encuentro en el bosque, pero sin duda ocurrió un tremendo aumento de fuerza. Por primera vez, el tirano resucitado sintió el filo de la muerte en su deformado cuerpo.
—Tal vez sea lo mejor, porque veo que mentiste al decir que buscabas un nuevo propósito. Sigues atado al pasado y la prueba está en tu mano sosteniendo el cuello de mi hermano
Las palabras de Diannel le afectaron porque él no era alguien de arrepentimientos, aceptaba las consecuencias y nunca deseaba volver al pasado. Su glorioso reino tirano ya no existía por un sentimiento insaciable y destructor forzado, pero aun así era su culpa por dejarse afectar por otro mago. Matar a los Arank sería una clara muestra de su arrepentimiento, por eso lo soltó. Diannel corrió hacia su hermano quien tosió y respiró lentamente. Pero había otro problema, la duquesa ahora debía explicar la existencia de Lionert y por qué no dijo nada a unos enfadados caballeros.
—Su majestad, lamento no haber sido sincera, pero era algo de lo que no hallé explicación alguna. El ser que usted y sus caballero vieron es Lionert “Corazón Negro” quien fue resucitado por magia negra y ha decido seguirme solo por capricho —esa fue la mejor explicación que pudo dar apenas llego a la oficina del emperador con la compañía de Henry, Damián y Daniel.
—¿Tu enviaste a ese monstruo al bosque cuando fuimos a rescatar a tu hijo?
—Así es, pero no porque desconfiaba de las habilidades de todos los caballeros que cooperaron, sino porque deseaba que los magos sufrieran por atentar contra mi vida usando a mi bebé. Pero desconozco quien resucitó a Lionert, ni siquiera él lo recuerda y solo decidió participar en el torneo como Cuervo de Sangre para acercarse a mí. Su intención no era más que curiosidad por mi linaje familiar con los Arank, la familia que lo derrotó.
—¿Y qué es lo que tu misterioso amigo estuvo haciendo bajo tu supervisión?
—Proteger a los espías que van a Raintras y a mi halcón cuando trae mensajes.
—Duquesa, aunque sea cierto lo que dice, aseguro que no la obedecía del todo —dijo Henry.
—Es cierto, Lionert solo sigue mis órdenes por mero capricho, no sabe qué hacer y piensa que si está cerca de mí lo hará. Además, no puede deshacerme de él, use el collar que me dio para llamarlo y desde entonces selle un lazo de cercanía con su alma.
—Por favor explíquelo con más detalle, duquesa —pidió Daniel.
—El collar tiene la magia del tirano antes de morir, era un tipo de localizador muy fuerte. Pero esa parte mágica pasó a mí en cuanto lo use, es una forma de asegurarse de que no me desharé de él a sus espaldas. Es un mutuo acuerdo con partes iguales, su única condición fue que no le dijera a nadie sobre su resurrección, no está de humor en ser nuevamente popular.
—La ley dicta que tus acciones deben ser monitoreadas y no debes ocultarle nada a la corona —a pesar de la explicación, el humor de Abraham estaba lejos de ser bueno—. Como castigo retrasare la segunda fase de tu entrenamiento, quédate en tu habitación y dile a tu “amigo” que se reúna conmigo en el palacio del norte.
“¿En serio me mando a mi cuarto? Sé que hice mal, pero el castigo me hace sentir infantil y patética. Odio ser tratada así y él lo sabe, sin duda ya me conoce lo suficiente”.
—Como ordene, majestad.
En cuanto Diannel llegó a su habitación, rápidamente llamó a Lionert a quien regañó una larga hora sin conseguir nada, pues el tirano la ignoró todo el tiempo. Luego lo envió al palacio del norte a una reunión que no podría atestiguar debido a su castigo. No estuvo mucho tiempo sola, pues su hermano pasó a verla completamente curado por un sacerdote. El joven duque escuchó a su hermana sin interrumpirla y la comprendió, lo que hizo que ella se enfadara un poco con Abraham por reaccionar de otra manera. Aun así no lo culpaba, en su interior agradeció que la tratara acorde a su posición en la capital y dejando a un lado el favoritismo por su relación.
“Lo que me enfada es esperar por el entrenamiento mental. Solo espero que Lionert no haga que lo maten. El tirano es tan útil como peligroso, una espada de doble filo que puede cortar al enemigo o al portador mismo”.
—Vladimir, ¿y si mi esposo y yo fuimos afectados por ese hechizo y maldición?
—Entonces debemos romperlos, porque no quiero que tengas un mal final.
—Hermano, me gustaría confesarte algo…
Con total sinceridad, Diannel le reveló a Vladimir el secreto del Lobo Blanco, el hada Genys, el dragón ancestral y sus futuros planes para no ser un recipiente temeroso o sin voluntad. No podía ignorar a la duquesa dorada, pero tampoco a los rastros de Heitor en la tierra mortal. Para eso, necesitaba recopilar toda la información que pudiera en la gran biblioteca de los Arank.
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Comments
Leida Pacheco
atrapante historia larga pero vale la pena a quien le guste este género de fantasía bien narrada tiene de todo misterio, conflictos ectera aplausos a la escritora /Good/
2024-06-05
3
Leida Pacheco
atrapante historia larga pero vale la pena a quien le guste este género de fantasía bien narrada tiene de todo misterio, conflictos ectera aplausos a la escritora /Good/
2024-06-05
1
Alicia Quintana
la verdad muy pocas escritoras tienen la capacidad de relatar tan bien y explicadar claramente las historias
2024-05-02
0