El concejo

En el salón del trono, todos se encontraban ya reunidos a la espera de novedades, por eso, para evitar que los nobles se adelantaran a la explicación, la reina no ocupo su lugar en el trono, sino que se sentó a la misma mesa que sus hijos y los asesores, ocupando la cabecera.

-Su majestad, asumo que la presencia de los príncipes, además de ser un honor, tiene un motivo más que importante para el desarrollo de la reunión- expresó Sir Brown, uno de los caballeros más ancianos que conformaban el concejo.

-Por supuesto que si, Sir Brown. Quiero pedirle a todo el concejo que escuche el relato que van a exponer mis hijos. Escúchenlos con respeto y paciencia, pues es un relato de vital importancia para el futuro de nuestro reino- dijo la reina hablando con autoridad y a la vez con la dulzura que la caracterizaba.

-Escucharemos a los príncipes, pero creo que podríamos empezar la reunión con un informe del paradero de su majestad, el rey Gregorio...- dijo con arrogancia Sir Draw, era uno de los caballeros que Gregorio había incorporado al concejo, como un gesto de buena voluntad hacia Grana, precisamente. Actuaba como mediador en cuestiones regionales.

-He solicitado al concejo que oiga el testimonio de mis hijos... si usted no está de acuerdo con el orden del día propuesto, le doy mi bendición para retirarse- dijo la reina con frialdad, y el concejo completo guardó silencio- Por favor, Princesa Sharon, comience- indicó, marcando el respeto que debía el concejo a su hija menor

Sharon comenzó su relato, evitando detallar el por qué había partido junto a la comitiva real, solamente haciendo hincapié en que la comitiva se separó cerca de la frontera, dejando al Príncipe Germán junto a los soldados que defendían el frente, y que el resto continuó con el rey rumbo al palacio de Grana. Una vez allí, relató palabra por palabra el planteo de uno y otro rey y como se desarrollaron los acontecimientos hasta que el Rey Gregorio dispuso retirarse y se desencadenó el infierno.

-¡Es imposible que sucediera tal cosa! Creo que la princesa se vio fácilmente manipulada por el terror que sintió frente al desacuerdo de los monarcas...- comenzó a decir Sir Draw

-¿También es manipulable mi propio juicio?- pregunto Sir Graham desde su lugar a la derecha de la reina- porque yo estuve presente en todo momento al lado de su majestad, incluso cuando quisieron apresarnos para ponernos en las mazmorras ... Creo que deberían escuchar toda la historia sin dudar una palabra, pues si la princesa se equivocara en algo, puedo reconducir su relato- dijo mirando a los ojos a cada uno de los nobles, desafiando a quien quisiera poner en duda su palabra o la de Sharon.

La princesa continuó su testimonio, evitando emitir juicios y opiniones, solo contando lo ocurrido hasta el momento de la muerte de su padre. El silencio se podía cortar con un cuchillo, el concejo estaba anonadado con la noticia, y más aún cuando oyeron de los propios labios de su princesa, que había prendido fuego a la cueva, con el cadáver de su padre adentro y con el rey Victorio también.

-¡Princesa, eso es algo inaudito! ¡El rey debía ser honrado y sepultado en su reino, donde todos sus súbditos pudiéramos darle el último adiós!- dijo Purne, uno de los condes que representaba a los terratenientes del reino

-¿Y que me dicen de asesinar al rey de Grana? ¡Es obvio que la princesa se dejó llevar por sus sentimientos y no razonó lo que significaba para Prosal semejante acción!- dijo sir Brown sin medir, otra vez sus palabras. Sharon no pudo conservar un minuto más la calma y la diplomacia

-Es cierto que di muerte al rey de Grana, un rey traidor y rastrero que había causado la muerte de mi padre, el rey de Prosal... y que además se burló de él hasta el último segundo, se burló de mi dolor y pretendió poner a mi reino de rodillas para sacar provecho... si usted u otro miembro del concejo considera repudiable mi accionar, les recuerdo que su lealtad debería ser para con el reino Prosalo y sus monarcas...no para ningún otro reino- dijo mirando a los ojos a Sir Brown, quien se puso rojo de rencor al ser reprendido por una niña

De repente, el salón del trono se había convertido en una cacofonía de voces y gritos a media voz, de cuestionamientos y reproches, hasta que la voz de la reina, en un tono normal pero lleno de frialdad, acallo a todo el mundo.

-He pedido que escucharan el relato de la Princesa hasta el final... les pido respeto para conmigo y con mi familia...no olviden que este no es un reino huérfano, aunque la familia real esté de luto. Guarden silencio y oigan el resto de lo sucedido-

Por fin, todos detuvieron las discusiones y guardaron silencio con la mirada gacha. La Reina era una mujer imponente, y aunque fuera bondadosa y accesible no soportaría una falta de respeto hacia ella o su prole.

Sharon, fortalecida por las palabras de su madre, continuó su relato hasta el final, omitiendo algunos pequeños detalles que tenían que ver con su papel en las luchas que se dieron luego. Los nobles no tenían por qué saber sobre sus habilidades en el campo de batalla ni en las estrategias que hubiese aportado. Lo que sí procuró resaltar, fue el papel que desempeñó su hermano, abriendo una puerta discretamente para lo que se vendría.

Sir Graham apoyo cada parte del relato, y solo acotó algunos detalles en cuanto a la sanguinaria actuación del General Raynes. Sir Draw no podía más con todo lo que se estaba diciendo de su reino y el monarca que los representaba, e Intentaba por todos los medios disuadir a los prosalos sobre lo ocurrido, evocando errores y malentendidos, pero no había vuelta atrás después de lo expuesto por los sobrevivientes. Grana era una nación enemiga y su presencia en el consejo pendía de un hilo.

Después de permitir que se expresarán todos, la reina volvió a imponer el silencio, y a proponer un orden del día, para continuar con lo que de verdad importaba.

-Los arreglos para el homenaje al rey Gregorio, serán puestos en marcha de inmediato, Sir Brown y Sir Graham me acompañarán para representar los intereses del concejo. Creo que el lugar más adecuado sería la plaza del pueblo, donde todos sus súbditos pudieran participar...- la reina no logró avanzar más en su discurso, ya que en Prosal también había una élite que trataba constantemente de no perder terreno.

-Su majestad, creo que no es una decisión adecuada. Los salones del palacio son más adecuados para contar con la presencia de dignatarios, nobles y reyes. Además, el pueblo puede dejar sus ofrendas en el templo...- expresó Sir Cadwell. Hijo y nieto de nobles, le costaba ceder en ciertas cuestiones

-Entiendo su postura Sir Cadwell ruego al concejo que vote en esta cuestión, al igual que los príncipes, teniendo en cuenta los deseos de nuestro difunto soberano, sobre todo...- ante la petición de la reina, muchos de los presentes reflexionaron.

Cuando la votación se llevó a cabo, fue inevitable que incluso los nobles miembros del concejo real, decidieran llevar a cabo las honras fúnebres en la plaza del pueblo. El rey Gregorio siempre fue devoto con su gente, humilde y entregado...su despedida no podría hacerse de otro modo sin faltar a sus deseos.

-Hay otro punto importante a tratar- dijo la reina, y todos prestaron atención- La coronación del príncipe Germán se llevará a cabo en el templo, al día siguiente del homenaje a su padre- intentaron interrumpir varias voces, pero la reina las atajó con su mano derecha en alto- en este momento, la familia real y el reino Prosalo se encuentran de luto, no sería adecuada una coronación pomposa ni una fiesta multitudinaria. Se hará de manera sencilla y solo asistirán al templo los miembros de este concejo y los representantes de los grupos de trabajadores que invitemos-

-Su majestad, se hará como lo desee la familia real, pero sería bueno que el príncipe saliera del templo coronado, y acompañado de quien será su mano derecha.- expresó Sir Purne y todos prestaron atención.

Germán, ante la atenta mirada de su madre se enderezó en el asiento y declaró con seguridad:

-Serán dos mis concejeros- ante los ojos asombrados continuó-Sir Graham y la Princesa Sharon- apenas terminó la frase comenzaron las discusiones

-¿Se da cuenta que la posición que le ofrece a su hermana, no ha sido jamás ocupada por una mujer? Será el hazmerreír de todos los reinos cercanos-

-¡No puede desprestigiar así la posición de Sir Graham! Es una falta de respeto colocarle a la altura de su hermana!-

-No permita que su afecto nuble su razón, joven Príncipe-

-Reina Virginia, por favor intervenga en esta cuestión... estamos seguros que el príncipe será un gran soberano, pero le falta experiencia en cuanto al manejo de cierta etiqueta...-

A la reina le bastó con mirar a los ojos a Germán, para ver su decisión plasmada.

-Sir Graham, ¿Está usted de acuerdo con el cargo que se le solicita ocupar?- preguntó suavemente

-Lo estoy y me siento honrado- respondió escueto.

-¿Se siente incómodo de ocupar la misma posición que la Princesa?-

-En absoluto, me siento agradecido- remarcó mirando a una silenciosa Sharon a los ojos

-Entonces, creo que no es necesario continuar con esta discusión. Confío en la decisión de mi hijo, y en la sabiduría de mi hija para acompañarle de manera eficiente y correcta- las voces comenzaron a crear un ruido de fondo- También confío en el buen juicio de este concejo, que sabrá distinguir entre las formas tradicionales y las formas adecuadas...- todos guardaron silencio- Estamos frente a una nueva era para nuestra nación, y seguramente habrá cambios que pueden desconcertar a los extranjeros, pero entre nosotros, solo puede haber unión y respeto. Espero que cualquier disenso, sea tratado con prudencia y discreción DENTRO DE ESTA HABITACIÓN desde ahora en más...-

Ante las palabras de la reina, los nobles no necesitaron siquiera mirarse entre ellos. Uno a uno fueron poniéndose de pie, e hincando la rodilla frente al Príncipe repitieron:

-¡Larga vida al Rey Germán!- y besando la mano de la reina,sobre su anillo de matrimonio- ¡Larga vida a la reina!- y la mayoría de ellos se fueron retirando, excepto Sir Brown y Sir Graham, que debían comenzar a planear los homenajes con la reina.

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