La Luna Del Beta (Parte II)

La Luna Del Beta (Parte II)

Capitulo 1

Aquel día se despidieron de Alicia y su esposo, y emprendieron su camino, alejándose del pequeño pueblo. Tomaron por caminos rurales, con mucho verde a su alrededor, así, ante el mínimo problema, sabían que podían esconderse y la naturaleza haría el resto. Lo poco que habían logrado averiguar Jay y Ezra en el pueblo, era que Kyle había caído en un estado de inconsciencia, que el mismo médico de la manada no había podido revertir. El consejo estaba al mando de la manada, ante la ineptitud de la flamante Luna y todo era un caos. Por un lado se sintieron algo tranquilos, con tantos problemas en la manada, ellos no serían prioridad, aunque prefirieron no confiarse.

Recorrían pequeños pueblos, buscando pasar desapercibidos. Se quedaban algunos pocos días, lo justo para descansar y seguir. Cada pueblo florecía con la visita de Akela y quedaban bendecidos ante la misma. Las cosechas eran abundantes, el clima ayudaba a las mismas, el agua brotaba de sus causes y llenaba los ríos y cada pozo de cada hogar. Los animales se multiplicaban a montones y no solo ellos, las mujeres de volvían más fértiles. En un punto, aquello empezó a ser muy notorio.

Los pueblos solían manejarse entre ellos, para no tener que ver con las grandes ciudades de las manadas. Para ellos, solo eran lobos que se creían superiores y siempre buscaban estafarlos, queriendo comprar sus cosechas a menor valor. Por lo cual, solían hacer negocios o intercambiar granos, semillas y animales, con los vecinos de pueblos cercanos. Así fue como algunos comerciantes, empezaron a notar este crecimiento rotundo, no solo en su pueblo, sino en los pueblos aledaños. En algún punto, todos querían saber a qué se debía, no había dudas de que la Diosa los había bendecido y fue Alicia, quien los puso al corriente.

- Es mi Luna. Es Akela Zaer, ella nos bendijo a nosotros y a cada uno con su visita.- Alicia sonrió alegre, mientras acariciaba su pequeño vientre, en el cual crecía su primer cachorro.

- Akela.. tu amiga?.- Su mate le pregunto sin entender.

- Si, la misma.

- Espera un momento.. Akela Zaer? Ese nombre me suena.- Un criador de ovejas de un pueblo no muy lejano, intercedió en la reunión ante lo que había oído. Y muchos posaron un rostro pensativo. El nombre también se les hacia conocido.

- Espera un momento.. "Zaer"? No es..

- Si, la joven mate que el alpha Kyle Kinnaman rechazó.

- Pero no puede ser posible! Ella es una traidora y una fugitiva!

- Hay un precio por su cabeza! Debemos enviar a alguien con la noticia a Niebla Invernal!.- Algunos hombres y mujeres presentes en la reunión, empezaron a asombrarse y también, asustarse. Esto no era nada bueno. Akela había sido declarada enemiga pública para Niebla Invernal, lo único que pudo hacer Katerina, fue pedir su cabeza y ofrecer una enorme recompensa. Nadie quería de enemigo al Alpha Kyle Kinnaman. Ellos eran pueblos pequeños, vivían tranquilos, sin lujos, pero sin faltas. Y si bien no pertenecían a Niebla Invernal y ellos mismos funcionaban como una pequeña manada, no tenían la fuerza para enfrentarse a semejante alpha y todo su ejercito de grandes lobos.

- Nadie hara eso.- Una voz se oyó al fondo del salón donde estaban reunidos. Una mujer de avanzada edad, sentada en uno de los bancos, tejiendo unas mantillas de lana, fue quien intercedió.- Quizás no lo recuerdan o quieren hacerse los olvidadizos. Akela Zaer no es solo la mate rechazada del alpha Kinnaman. Es la hija de Kanan Zaer y su Luna y mate, Selyse. Puede que no lo recuerden, pero ellos ya pasaron por este pueblo, hace años... y con su visita nos regalaron exactamente lo mismo, abundancia, vida y fertilidad.- Todos se miraron unos a otros, menos Alicia, quien entendía a qué se refería aquella anciana.- Con su humilde visita, les ha regalado qué? Más alimentos? Tierras fértiles? Fertilidad no solo para sus tierras, también en sus vientres? Y qué quieren? Entregar semejantes bendiciones por una recompensa? Que ni siquiera saben si se las otorgarán.

- Por qué no lo harían?.

- No has oído lo que dicen de la Luna de Niebla Invernal?

- Mientras el alpha se marchita postrado en una cama, ella no para de revolcarse con cual guerrero se le cruza en el camino.

- Dicen que no la dejan visitarlo, por temor a que lo mate.- Entre ellos mismos habían empezado a cuchichearse, preguntarse y responderse, mientras la anciana loba, seguía con su tarea de tejer.

- Entonces les pregunto nuevamente... van a desagradecer semejante bendición por dinero?.- Todos los presentes se miraron entre ellos y se sintieron avergonzados de haber querido flaquear ante semejante regalo desinteresado, por dinero.

- Pero.. cómo es posible? Quién es ella?.

- No lo sé, pero siempre se dijo que su familia estaba relacionada a la Diosa.

- Esos son chismes!.

- Chismes o no, la visita de un Zaer, ya nos había deparado cosas buenas. No una vez, sino dos veces. Y esas cosas se marchitaron con la visita de un Kinnaman.- La anciana hablaba con todo el conocimiento que los años que cargaba, le daban. Sus siglos vividos, la hacían la enciclopedia del lugar. Todos se miraron aún sin entender, acaso aquella jóven era una deidad?

- Por qué tejes tanto Alondra?.

- Porque para el próximo invierno, habrá muchos cachorros que abrigar.- Ella sonrió tierna, mientras apuraba sus agujas y tejía como toda una experta. Las mujeres se miraron y se sonrieron entre ellas. Un cachorro era una bendición en la pareja y la manada. Habían pasado cuatro meses de la visita de Akela, y siete lobas estaban embarazadas de casi el mismo tiempo. Si ella había hecho eso, no podía ser mala.

El tiempo pasó, y cada pueblo que visitaba Akela y resurgía de sus cenizas, solo demostraba que Alondra estaba en lo cierto. Aquella información se regó como pólvora, de boca en boca. Para cuando llegaron al próximo pueblo, ya todos estaban ansiosos esperando la visita de la joven de cabellos color fuego. Tremenda fue su sorpresa al ver cómo los esperaban. Jay y Ezra se pusieron en posición de ataque, creyendo que era un trampa y que en realidad, iban a entregarlos. Una vez que se dieron cuenta de que no eran esas las intenciones, bajaron su guardia, solo a medias.

- Pero.. qué es ésto?.- Pregunto Akela, por demás sorprendida.

- Los estábamos esperando! Es nuestra bienvenida.- La mujer que oficiaba de líder del grupo, fue quien habló y les entregó una canasta con algunos pequeños presentes, de cada familia del lugar. Jay la tomó y junto con Ezra la miraron con recelo.- No tenemos un hotel o posada para que se puedan hospedar, pero les ofrezco un lugar en mi casa durante su estadía. Es grande, podrán ponerse cómodos.- Akela la miró y sonrió alegre aceptando

- Akela, creo que..

- Vamos, caminamos mucho y quiero tomar un baño y recostarme un poco. La barriga ya empieza a hacerme doler las caderas.- Akela le hizo un puchero y Jay no tuvo más objeciones ante ella.

- Bueno.. quizás no nos vendría mal. Mery se ha sentido mal y le vendría bien descansar.- Ezra fue quien se unió a la conversación y dejó un beso en la frente de su amada.

- Bien, iremos.- Jay fue quien a regañadientes, acepto.

- Bueno, no se diga más!! Vengan entonces. Los estaba esperando con un rico desayuno!- Akela abrió su boca alegre, ante la felicidad de una bebida caliente y poder tomar asiento. Cargaba un embarazo de seis meses ya, y su cachorro no paraba de moverse.

Resulta que cuando escapó de la manada, ella ya cargaba dos meses de embarazo. Por eso Hati no había podido hacer aparición alguna para ayudarla, debía proteger al cachorro del aconito que le suministraban. Ya una vez en la casa, Akela y Mery tomaron asiento sin dudarlo, mientras y Jay y Ezra fueron más precavidos. Se sentaron junto a sus lobas, pero sin dejar de estudiar el lugar ante la mínima amenaza posible. Fue allí cuando Akela posó una mano sobre la de Jay, intentando que se calmé y empezó a hablar.

- Perdón, usted dijo que nos estaban esperando?.

- Si! Mi hermana vive en el pueblo del que vienen y ella me puso al tanto de que se dirigían hacia aquí.

- Su hermana le aviso?.- Jay se alertó ante aquello.

- Oh sí, pero nos comunicamos mediante el enlace mental. No teman, no fue una llamada telefónica o algo de eso. Cuando hablamos sobre usted Luna, lo hacemos solo de palabra, para que nadie pueda rastrearla y dar con su paradero.- La mujer hablo con ternura y calidez, Jay la observó con sorpresa y Akela igual.

- Luna? Pero yo.. no soy Luna.

- Oh sí lo siento, es una forma de decirle. Es como nos referimos a usted, señorita Akela.

-Señora.- La corrigió Jay, Akela se descubrió un poco la capa que llevaba para dejar en evidencia su vientre crecido y la mujer sonrió y junto sus manos de alegría.

- Lo siento, señora Akela. Vaya!! Que precioso! Es su primer cachorro?.

- Lo es, si.

- Hacen una pareja bellísima. La Luna sí que los bendijo al unirlos.- Un carraspeó se pudo oír detrás de la mujer y un hombre apareció en el comedor.- Oh lo siento, él es mi esposo y mate, Chris y yo soy Janet, creo que no me había presentado.

- Aunque al parecer, algunos tienen más suerte que otros con sus mates.- El hombre dijo aquello en tono de broma y Janet le dió un pequeño codazo y rieron.- Es un gusto!.- El hombre extendió su mano y Jay la tomó, estrechándola en un apretón.

- Sigo sin entender, por qué hablan de mí?.

- Oh vera.. puedo llamarla Akela?.

- Si, claro.

- A cada pueblo que ha visitado, usted lo bendijo de alguna forma.

- Qué?!.- La cara de Akela era desconcierto puro, en realidad, la de todo el grupo.

- Si, vera... cómo le explico? Si bien algunos pueblos estaban mejor que otros, fue notorio el cambio que hubo en cada uno. Se llenaron de verde, sus tierras se volvieron fértiles, los animales, los vientres de las lobas. Fue usted.- Akela se veía anonadada, no podía creer lo que oía. Ella sabía que era cierto, que era ella. La misma Diosa se lo había explicado, era el don de su madre y la fuerza de su padre, nunca una mejor combinación.

- Agradezco tal hermoso gesto y lindos pensamientos, pero.. creo que son solo coincidencias.- Akela lo negó, si bien esta gente parecía de lo más hospitalaria, lo mejor era no levantar la perdiz. Jay estaba al tanto de todo, Akela ha le había explicado todo sobre su familia y cada palabra que la Diosa le dijo, por lo cual sabía que era tal cual lo decían, todo era producto de Akela. Pero al igual que ella, creía que lo mejor era seguir con el perfil bajo.

- En Lavanda, el primer pueblo al que llegaron, una loba muy anciana.. ella fue quien se dió cuenta de que provocaba toda esta buena fortuna para los pequeños pueblos. Usted, una Zaer. Sus padres ya habían atravesado estos caminos hace años.. y en ese entonces, Alondra jura que sucedió lo mismo. Es usted Luna, usted nos bendice con su presencia.- Akela estaba por negar nuevamente, hasta que oyó que alguien había visto a sus padres y que lo mismo había sucedido con la visita de ellos. Acaso estaba haciendo el mismo trayecto que sus padres cuando buscaban lugar para su manada? En verdad aquellos pueblo florecía con ella? Y lo más importante, por qué le decían Luna, si ella no lo era?.

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Comments

AMAZONAS44

AMAZONAS44

acabo de leer la primera parte y moria ya.por esta segunda

2023-11-12

8

Mari Garcia

Mari Garcia

gracias me encanta tu novela 😍

2023-11-01

0

Carolina Acosta

Carolina Acosta

excelente lastima que no me llegó notificación de está continuación, pero ya estoy por aquí así que a ponerse al día 😊

2023-10-09

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