Capitulo 12

Akela tomó asiento y unto mermelada en una tostada, como si no acabara de hacer una gran revelación. Orys solo pudo suspirar, entendiendo que por nada del mundo podría cambiar de parecer a la joven de cabellos rojos.

- De acuerdo, de acuerdo... De todas formas, debo llevarte conmigo. Creo que es más que obvio para todos que no es seguro que sigan caminando en el bosque. Mira tu barriga! Vas a tener a tu cachorro entre los árboles?!.- El alpha Knight dijo aquello preocupado y mirando a Jay, buscando algo de apoyo para hacerla entrar en razones.

- Lo que dice el alpha es cierto Akela, deberías ir con él. Puedes ir en su auto. Tú y Mery, nosotros iremos con el resto de la gente.

- No, de ninguna manera.- Akela respondía y se servía té como si nada.

- Akela, por favor.- Jay y Knight intentaban de todas las formas posibles, hacerla cambiar de parecer, pero la decisión ya estaba tomada.

- Iremos a su manada Alpha Knight, pero no iré en su auto. Iré con el resto de mí gente a pie. He caminado todo mi embarazo, puedo caminar un poco más. En cambio, Mery si puede ir con usted si ella así lo desea.

- De ninguna manera, si tu no vas, yo tampoco.- Mery se unía a su amiga ante la resignación de Ezra.

- Bien, no se diga más entonces. Usted vaya a su manada, nosotros llegaremos en pocos días.- Knight miró a Jay y esté solo pudo encogerse de hombros, nada haría que Akela cambie su parecer.

El alpha Knight habló un poco más con Jay, sobre como podían llegar sin ser vistos. Había unos terrenos libres cercanos a su manada, por allí podrían pasar sin ser un problema. Y dejaría avisado a los guerreros que patrullan los límites de su territorio, que ellos eran bienvenidos a entrar. Jay agradeció y aunque Knight titubeó y tuvo ganas de llevar a la joven por la fuerza al auto, solo negó con la cabeza y se alejó del lugar, esperando que todos llegaran sanos y salvos. Akela salió de la casa, y la gente que se había unido a ella, la esperaba fuera preocupada.

- Alpha.. Nos abandonará?.- Fue Melissa quien pregunto llena de miedo.

- No! De ninguna manera! Viajaremos todos juntos a la manada del alpha Orys Knight, Lago Azul.- Akela respondió amable y con una sonrisa en su rostro, Tommy y uno de los pequeños hijos de Melissa corrieron hacia ella abrazándola y caminando de su mano.

- Es seguro Alpha?.- Está vez fue el hombre del matrimonio mayor quien pregunto, Paul.

- Es seguro Paul, el alpha Knight es un buen amigo.

- Bien, deberíamos emprender camino para no perder más tiempo.- Fue Jay quien habló y Akela asintió, ante la tranquilidad de todos, de saber que no serían abandonados una vez más a su suerte.

Luego de ocho días, llegaron a Lago Azul, los guerreros que patrullaban los límites los visualizaron y no dudaron en dejarlos pasar. Por algún razón, el aura de la joven les hizo hacer una reverencia y exponer sus cuellos en forma de sumisión. Algo que los hizo verse entre ellos, extrañados por la acción que acababan de realizar.

- Buenos días Alpha Akela Zaer. Sean bienvenidos a la manada Lago Azul. El alpha Orys Knight los espera.

- Muchas gracias.- Akela respondió e hizo un gesto amable con su cabeza y prosiguió entrando al territorio de la manada. Todos la siguieron temerosos de que al poner un pie en la manada, les arranquen la cabeza, pero nada pasó. En verdad ellos eran bienvenidos allí. Uno de los guerreros los escoltó hacia la empacadora, la casa de la manada. El lugar donde vivía el Alpha y su Luna. En el transcurso todos los observaban, pero no eran miradas de desaprobación, más bien eran miradas curiosas o alegres, como si les estuvieran dando la bienvenida cada uno de ellos. Al llegar a la gran mansión, Orys Knight y su Luna, Myrcella, esperaban a sus invitados.

Myrcella no pudo evitar un grito de alegría y correr hacia la joven. Rodeándola de un afectuoso abrazo. Los pocos días que había estado en Niebla Invernal, habían sabido hacerse muy buenas amigas y luego de que Knight la puso al tanto de la situación con Akela, no paso un día en que no pensara en la joven.

- Akela! No sabes cuánto pensé en ti! Pero.. Mira tu pancita! Estás hermosa!!.- Myrcella acarició el vientre y nuevamente abrazo a la joven. Orys se acercó a su mujer, para saludar al igual que ella. Temerario y tosco como todo alpha, su idea era un saludo frío de manos, pero Akela lo sorprendió con un abrazo, que lo dejo helado al principio, pero que no dudo en responder después. Una leve sonrisa se formó en sus labios, y cuando creyó que ya era mucho, se alejo de la chica y saludo a Jay con un apretón de manos, buscando tener nuevamente ese aspecto duro, que el abrazo de la joven le había robado por unos instantes. Fue allí que observó detrás de ellos y notó que había caras nuevas.

- Logramos más amigos en el camino hacia aquí.- Respondió risueña Akela a lo que el alpha solo pudo asentir resignado. Fue entonces cuando una mujer que aparentaba unos cincuenta años, se acercó a la joven con lágrimas en sus ojos y una cara de completa incredulidad.

- Parece un sueño lo que veo, pero si eres igual a ella.- La mujer acaricio la mejilla de Akela con cariño maternal y extrañada por lo que veía.

- Ella es mí madre, Danesa Knight.- Respondió Orys detrás de la mujer.

- Cuando mí hijo me dijo que vendrías, no podía perderme la oportunidad de conocerte. Creo que ya sabes la historia, pero si aquí estoy con vida, es gracias a la hermosa persona de tu madre. Eres igual a ella, aunque tienes la profundidad de la mirada de tu padre.

- He oído eso.- Respondió Akela con cariño.

- Pasen por favor! Mi nuera y yo les hemos preparado el gran salón para que puedan almorzar. No sabíamos que eran tantos, pero creo que alcanzará para todos.- Danesa hablo con el cariño que solo una madre podría hacerlo y se acercó a Myrcella tomando de la mano a su nuera y guiando el camino al lugar donde los esperaba un banquete.

Todo el grupo siguió a Myrcella y Danesa y entraron a un hermoso salón. El piso era de madera y las paredes estaban hechas con piedras, daba la sensación de ser una construcción muy antigua, pero bien mantenida. Una larga mesa en el medio del lugar, llena de variedades de platos de comida y bebidas, que no hizo más que invitarlos a degustar. Todos tomaron asiento y si bien intentaron ser lo más educados posible, la realidad era que necesitaban saciar su hambre. El alpha Knight y Myrcella estaban en la punta de la mesa, y Akela y Jay a un lateral juntos a ellos. La pareja comía y hablaba en secreto en absoluta complicidad, y cualquiera diría que eran la mejor pareja de enamorados del mundo.

- Entonces en verdad si son mates.- Dijo Myrcella con cariño ante lo que veía.

- Al parecer sí.- Respondió Knight, que si bien quería ocultarlo, estaba contento de que la suerte de la joven hubiese cambiado. Él sabía que algo pasaba entre ellos, se dió cuenta la noche en que Akela peleó con Kinnaman y Jay en vez de intervenir por él, lo hizo por ella. Y al ver cómo ella se calmaba respirando su aroma, no necesito mucho más. En ese entonces creyó que era solo una aventura, y si bien no la aprobaba por las complicaciones que eso podría traerle a la joven, no le molestaba que Kyle Kinnaman reciba una probada de su propio chocolate, pero saber ahora que eran la segunda oportunidad del otro, lo cambiaba todo.

Luego del banquete, Orys Knight había mandado a preparar más habitaciones, no contaba con que Akela siga rescatando pícaros en el bosque. Tal era el caso, de que no alcanzan las habitaciones de la empacadora, por lo cual, pidió a un hotel que se alisten para albergar a sus invitados.

- De ninguna manera Alpha Knight. Nosotros tenemos nuestras propias tiendas, solo requerimos un espacio de su tierra, hasta que podamos seguir camino.- Al alpha Knight le parecía estar viviendo un

déjà vu. Lo mismo había acontecido con sus padres y como si de alguna manera estuviese esperando esa respuesta, solo asintió y los guió a la tierra que les fue preparada. En el lugar había tiendas alistadas, mejores que las que ellos cargaban consigo.

- El gimnasio de la manda está cerca, pueden usar las duchas y baños cuando lo deseen.

- Muchas gracias Alpha Knight.

- Pueden quedarse cuánto lo deseen.

El alpha Knight se alejo y observo al grupo que feliz se alistaba en las tiendas y dejaba sus cosas. Las risas y charlas podían oírse como una simpática melodía. De la misma forma que había sido con cada pueblo que visito, Lago Azul no fue la excepción. A la semana de estar allí Akela, las cosechas habían crecido de una forma extraordinaria, todos sabían que se debía a la joven. Los rumores sobre ella la precedían, era algo que se sabía de boca en boca. Si bien la manada no estaba mal, el hecho de poder guardar más cosechas para pasar el invierno, era algo que los tranquilizaba. Los inviernos en la manada solían ser muy crudos, por lo cual la tierra muchas veces no favorecía para la siembra en esa época. Los animales empezaron a multiplicarse, todo parecía ser fértil no solo la tierra. Hasta que un día, la noticia más esperada por todos llegó, Myrcella estaba esperando al primogénito del Alpha Knight.

Todo fue algarabía, se hicieron festejos por dos días seguidos, era una noticia digna de celebrar. La pareja llevaba varios años juntos y por alguna razón el bebé no llegaba, aunque todo en ellos estaba bien. Myrcella no ahorro en agradecimientos para con Akela, quien solo podía agradecer conmovida por la felicidad de su amiga.

- Gracias Luna Myrcella, aunque no creo que yo haya tenido algo que ver.

- Ay solo dime Myrcella!.- La Luna abrazaba a Akela y las lágrimas corrían por sus ojos. La mujer explotaba en felicidad.

- Quiero hablar contigo Jay. Vamos a dar un paseo.- Los hombres habían estado a un lado de sus mujeres, observándolas, cuando a Knight decidió hablar con Jay. Se dirigieron al auto del alpha y este condujo un largo trecho, para luego detenerse y quedar de pie ante un espeso bosque. Jay se bajó del auto y lo miro sin entender.

- Debemos transformarnos para llegar a lo que quiero que veas.- Jay asintió, y luego los huesos tronaron reubicándose y dando paso a sus lobos. Ambos corrieron por los arbustos, entre los enormes árboles de feroces troncos y cuando parecía que nunca iban a frenar, el lobo del alpha Knight se detuvo. Jax también lo hizo y lo que vió lo dejo anonadado. Un basto territorio, lleno de verde. Los huesos tronaron y el alpha Knight estaba allí en su forma humana.

- Es tierra libre, pueden reclamarla para sí y dar aquí el comienzo a su manada. Nadie los detendrá, mis tierras son las más cercanas y no me pondré a qué las usen. Cómo has visto es difícil llegar al lugar, el bosque los protegerá, como sé que lo hacía con Selyse, la madre de Akela. Es mi regalo para ustedes, por darme lo que más ansiaba.

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Comments

Josefina Ramirez

Josefina Ramirez

creo que allí era prado verse cuando aún vivian los papas de Akela ☺☺☺

2024-09-04

0

Irma Ruelas

Irma Ruelas

🤨🤔😍🙏😍🙏🐺👶🫄

2024-01-29

2

AMAZONAS44

AMAZONAS44

que lindo detalle

2023-11-12

3

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