La familia recién llegada comía con desesperación, Ezra les había servido dos veces y ya iban por la tercera. Se notaba el hambre que cargaban en sus cuerpos famélicos. Al principio el padre dudo en comer, no acostumbrados a ser bien tratados y a que alguien tenga hospitalidad con ellos, tomó asiento, pero dudo en hacerlo. Una vez que Jay le hizo saber mediante su aura y semblante que todo estaba bien, y al ver a su pequeño hijo tragando desesperado sin masticar, no pudo no unirse a él. El hambre era algo que los carcomía desde dentro, acabando un poco con su vida, cada día y matando también su esperanza. El amor que el hombre sentía por su pequeño cachorro, era inmenso; como también lo era la culpa. La culpa de saber a la vida a la cual lo había condenado. El hombre y la mujer, eran mates, mates que se habían encontrado antes de que estallara el último conflicto armado entre manadas y dejara a su pequeña aldea, sumidos en la pobreza, la muerte y la destrucción. Con las nuevas leyes que el consejo había decretado, pudieron elegir su destino, era ir a una manada u otra, dónde ambos alphas eran culpables de la destrucción de su aldea, o vivir como desamparados, pícaros. No podía jurar lealtad a quien había acabado con la vida de sus seres queridos y con todos sus sueños y esperanzas, por lo cual, eligieron no vivir bajo la tiranía, sin saber que la mujer ya cargaba vida en su vientre. Desde allí todo fue un vagar y pasar necesidades cada vez más extremas. Los alphas que quedaron de pie después de la guerra, trazaron cada vez límites más firmes, quedándose con los mejores terrenos, llenos de tierra fértil y animales para cazar. Dejando nuevamente a los desamparados productos de aquellos conflictos, con cada vez menos oportunidades y esperanzas de vida.
Akela comía cerca del niño y cada tanto se miraban y se sonrían. La madre lo refugiaba en sus brazos, sin soltarlo, pero también llenando su cuerpo de aquel estofado caliente. El hombre hacia lo mismo, sin sacar su vista de Ezra y Jay, estaba esperando el momento en el que algo malo pasara, por qué tendrían buenas intenciones con ellos?. Fue Akela quien rompió la tensión.
- Me llamo Akela, ustedes?.- Ella pregunto con una sonrisa amable y su tierno tono de voz. Tommy miro a su madre, como queriendo dejar en claro que podía hablar, como si el niño percibiera que aquel grupo de personas, no sería un problema.
- Mí nombre es Elizabeth, el es mi esposo y mate, James y nuestro pequeño hijo, Tommy.- La mujer hablo con algo de vergüenza y titubeando. Akela posó la sonrisa más grande que pudo, intentando buscar que ellos bajasen su guardia.
- Es un gusto Elizabeth. Él es Jay, mi mate. Mery mi mejor amiga y su mate, y amigo mío, Ezra.
- Eee.. Es un gusto.
- Hace mucho andan por aquí?.- Pregunto Jay mirando al hombre.
- Hace bastante tiempo, si.
- Desde la última guerra.- Completo Elizabeth las palabras de su mate y se contemplaron con tristeza.
- Pueden tomar aquella tienda, nosotros estaremos al lado. Deben estar cansados. Allí hay frazadas para que puedan abrigarse.
- No hace falta la molestia señorita, lo agradecemos mucho. La comida ha sido más que suficiente.- El hombre se puso de pie enseguida, agradeciendo e intentando tomar a su familia para alejarse de allí, hasta que su hijo habló.
- Papá.. En verdad me gustaría dormir arropadito hoy... Podemos? Por favor, jamás lo hemos hecho.- Aquellas palabras hicieron estremecer el corazón del padre y saco fuerzas de dónde pudo para no llorar, solo pudo asentir. Todos se sintieron igual al oír al inocente niño. No sabía lo que era dormir bajo el abrigo que ofrece una casa, una cama y una frazada.
- Bien, no se diga más. Tommy, esa tienda es tuya y de tus padres. Podrás dormir arropadito.- Akela se inclino delante del niño y le hablo con alegría, él no pudo evitar un saltito de felicidad y festejar como si hubiera ganado el premio más grande del mundo. Sin dudarlo entro corriendo a la tienda y se quedó sorprendido de ver las frazadas allí. Su madre agradeció en susurros a Akela y entro detrás de su pequeño hijo. El hombre se quedó helado donde estaba, sin querer hacer un mínimo movimiento, porque sentía que se rompería en cualquier momento.
- Tú también deberías ir.
- Yo no.. No puedo..
- James..- Jay se acercó al afligido hombre y puso una mano en su hombro, queriendo darle consuelo.- Ves el vientre de mi mujer?.- El hombre observo el avanzado embarazo de Akela y asintió.- Sé que son circunstancias distintas, pero créeme, entiendo lo que sientes. No es tu culpa, lo has hecho bien hasta ahora.
- Ahora déjanos ayudarte. Ve con tu familia. Mañana será otro día. Uno distinto.- Akela sonrió y de alguna forma, las palabras de la joven lo llenaron de una paz reconfortante. Una calidez que su alma y su corazón estaban necesitando hacía tiempo. Únicamente pudo asentir e ingresar a la tienda, donde su hijo lo recibió feliz y con besos.
- Mira papá, tenemos una casa!!!.- El niño gritaba feliz, no creyendo lo que veía. Jay suspiro, lo que acababa de presenciar lo había llenado de emociones.
- Qué sucede amor?
- No quiero terminar así, no quiero esa vida para ti y mucho menos para mi hijo.
- Y no la tendrá, no te preocupes. Esto recién empieza.- Akela se aferró al brazo de Jay, quién hundió su cabeza en el cuello de ella, buscando su aroma.
- Ahora bien... Dónde se supone que dormiremos nosotros? Les has dado nuestra tienda.
- Pues dónde más? Con Mery y Ezra!.- Dicho aquello, Mery se asomó por la abertura de la tienda y le hizo señas a la pareja para que entre. Akela se dirigió allí feliz, mientras Jay aún no podía creer que debería dormir junto a su amigo.
La tienda era pequeña, para dos personas, es por eso que cada pareja tenía la suya propia. Akela no iba a poder dormir, sabiendo que aquella familia estaba a la intemperie y fue por eso, que sin pensarlo ofreció la suya. Jay había compartido en muchísimas ocasiones una habitación y hasta tiendas cuando de pequeños se iban de campamento, pero ahora estaban con sus mates y si bien eran amigos y sabían que el otro no quería nada con la pareja de cada quién, no dejaban de ser dos lobos machos, posesivos de su hembra. Decidieron dormir ellos al medio, de forma que no estarían cerca de la mate del otro, pero luego estaba el problema de que ellos estarían demasiado cerca. Optaron por acostarse espalda con espalda. De costado, para poder entrar los cuatro, y ellos abrazando de manera protectora a sus parejas. Akela no pudo evitar una risa de felicidad.
- Qué te alegra?.- Pregunto Jay con curiosidad.
- Jamás había hecho una pijamada!!.- A ella en verdad le encantaba la idea de esta allí compartido esa diminuta tienda de campamento. Mery no pudo evitar reír ante la ocurrencia de Akela, quien hablo sinceramente.
- Pues, no tendría problemas con el asunto de la pijamada, sino fuera porque tengo el trasero de Jay, tallándome la espalda.- Ezra fue quien objetó algo incómodo y dándole un golpe con su trasero a su amigo para que se corra. Jay respondió al golpe, con otro igual.
- No es más cómodo para mí, empiezo a apestar a tu aroma.- Se quejó Jay.
- Ay no te hagas! Te encanta! Por eso te pegas con tu trasero a mí!.- Ezra replico a su amigo sonando coqueto, haciendo que tanto Akela, como Mery estallaran en carcajadas y Jay no pudiera más que sorprenderse ante el descaro del Delta.
- Ellos vendrán con nosotros Akela?.- Mery fue quien preguntó.
- Será su decisión, pero si quieren hacerlo, serán bienvenidos. Ellos y todos los que vendrán.
- Hay más?.- Pregunto Ezra preocupado.
- Los hay y espero que nuestros caminos se crucen.
- Vieron la desesperación en la mirada de ese hombre? Me hizo arrugar el corazón.- Se podía percibir la emoción en el tono de voz de Ezra. Tanto él como Jay, se habían visto afectados por la realidad del padre de familia. Ellos también tenían. Asus mates embarazadas y hasta el momento no tenían una casa que ofrece. A Jay aquello le pesaba más, porque Akela ya estaba entrando en el último trimestre de su embarazo. Ezra aún no lo había sentido así, ya que Mery estaba de menos de tres meses, pero ver la tristeza infinita en aquel hombre, lo había hecho caer en la realidad.
- Y si ellos deciden no unirse?.- Mery pregunto y Jay se quedó pensativo.
- No puedo obligarlos, es su decisión, pero.. Algo me dicen que vendrán con nosotros.- Akela respondió, dando un poco de calma a todo el grupo. Se abrazó fuerte a Jay, y está vez fue ella quien hundió su nariz en el cuello de él, para respirar su aroma y llenarse de él. Algo que Jay amaba que hiciera.
Por la mañana, la familia salió de la tienda y descubrieron al grupo preparando el desayuno.
- Oh.. Lo sentimos mucho!.- Elizabeth, la madre, habló apenada de haberse quedado dormidos. Sentía que ella debería estar ayudando como forma de agradecimiento.- Déjenme ayudarlos, por favor!.
- No hace falta Elizabeth, eres nuestra invitada.- Mery hablo, mientras Akela untaba mermelada en unas tostadas. James salió de la tienda y observo todo, saludo haciendo un gesto de respeto con su cabeza y tomando asiento cerca de su esposa.
- Tommy aún está durmiendo. No quise despertarlo aún, está muy cómodo. Jamás había dormido.. Resguardado de la noche... Gracias. De todas formas, no los molestaremos mucho más.
- No son molestia James.- Está vez fue Jay quien hablo, haciendo que el hombre se sintiera extrañado al notar que los trataban por sus nombres y no como simples pícaros. Él podía sentir que ellos no lo eran, no tenían ese olor característico de los pícaros, de aquellos que no pertenecían a una manada; sin embargo, por qué estaban en tierras libres? Si no eran desamparados, no debían estar allí.
- Deben saber que luego del desayuno pensamos partir, debemos seguir camino. No los voy a obligar, es su decisión, pero están invitados a unirse a nosotros si es lo que desean.- Akela fue quien hablo con un manto de solemnidad, que sus cabellos rojos siendo batidos por la brisa de la mañana, solo hizo ver cómo la escena más mística y surreal. Elizabeth y James se miraron entre ellos y luego a la joven, estaban atónitos. No entendían lo que acababa de oír.
- Qué.. nos están invitando a unirnos a ustedes?.- James pregunto aún estupefacto por lo que oía y Elizabeth miraba incrédula entre su esposo y la joven.
- Así es, pero es su decisión. Pueden destinar y decirnos luego que decidieron.- Akela sonrió y siguió con su desayuno. La pareja se miró sin entender lo que acababa de pasar. Tommy despertó y se dispuso a desayunar y fue luego de un buen rato, en el cual la pareja observo que los Jay y Ezra empezaban a cuadra todo y a levantar las tiendas. Las mujeres lavaban las ollas y utensilios y todo era guardado de forma ordenada en sus mochilas.
- Qué sucede papá?.- Pregunto el niño.
- Ellos deben seguir viaje.
- Te vas a ir a Akela?.- Tommy le pregunto con gran tristeza.
- Así es, debemos seguir camino.- Respondió ella con ternura, pero con algo de incertidumbre por lo que sería de aquella familia si no decidían unirse. Hasta ese punto ella había estado muy segura de que se irían con ellos, pero el tiempo se terminaba y ellos no habían dado su respuesta a la invitación.
- Voy a extrañarte mucho Akela!!.- El niño triste y en sollozos se acercó a ella y se abrazó a sus piernas. Akela lo abrazo con cariño y acaricio sus cabellos castaños.
- No lo harás hijo, porque iremos con ellos.- James respondió, haciendo que todos dejarán de hacer sus cosas y giran a verlo. Tommy abrió sus ojos grandes, y chilló feliz.
- Iré contigo Akela!! Iré contigo!!! La tienda aún será para nosotros?!.
- La tienda es tuya Tommy!.
- Si!! Tendré un techito para dormir, y las suaves mantas me arroparán. Nunca más tendremos frío papá!! La panza no nos va a sonar nunca más de hambre!! Que feliz soy!!.- El niño contento enumeraba todos los cambios que había experimentado. En su inocencia saltaba feliz. Elizabeth y James sonreían, hasta que esas sonrisas se transformaron en lágrimas, de alegría y de tristeza. De tristeza por saber lo mal que habían vivido y lo duro que había llegado a ser y de alegría al sentir que estaban en el lugar correcto, con la gente correcta.
- Bien, entonces... Tomemos nuestras mochilas y sigamos!!.
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...Buena a todos y todas!....
...Estoy con algunos problemas con el celular, es por eso que no he podido subir capítulos. Intentaré ponerme al día!!....
...Espero tengan una linda noche!!...
...Les dejo un enorme abrazo!! 🐺...
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Updated 76 Episodes
Comments
Gloria Texcahua
/Cry//Cry//Cry//Cry//Cry/
2024-10-04
0
ma.guadalupe galeana nuñezx
otra .novela buenísima un 10 escritora
2024-04-27
1
Irma Ruelas
😍🙏🙏🙏🙏
2024-01-27
1