Un par de meses transcurrió como si nada, James se abocó a las tareas asignadas por la rubia y estuvo atento a cada paso que esta hiciera sin protestar.
Para su sorpresa, Beca tenía razón, si bien parecía que a la abogada todo le daba igual, siempre que podía ayudar lo hacía, sin mostrarse.
Grande fue su sorpresa cuando se enteró que la hija de Rodríguez había entrado a la guardería porque ella hablo con Beca, quizás esa mujer no era una roca sin sentimientos como pensaba.
Pero lo que sucedería esa mañana lo sorprendería más. La rubia logró lo que pocos abogados podían, adelanto el papeleó para que Theodor tuviera a su hijo, alegando que los tiempos del juzgado ponían en riesgo el bienestar del menor.
El moreno no podía dejar de admirar la tenacidad de esa hermosa mujer, que ingresò a tribunales con un traje rojo, una alta coleta que estilizaba su rostro y un maquillaje sutil, casi natural.
La abogada saludó a todos con firmeza e ingreso a la sala, donde un hombre abatido ponía las pocas esperanzas que le quedaban, en sus manos.
James fue testigo de cómo se destrozaba a Constanza Hardy sin piedad. Kelay, demostró que la mujer era promiscua y violenta, dejando a todos helados cuando se reprodujeron las imágenes en una pantalla.
Se podía ver a Constanza en fiestas con diferentes hombres, incluso durante su matrimonio con Theodor Ferrer, quien solo sabía la cuarta parte de lo que esa mujer era capaz de hacer. Pero lo que termino por dejar a todos en silencio, eran las imagines donde se la veía maltratando al pequeño Hernán.
La sentencia no se hizo esperar, Theodor Ferrer no perdería un centavo y había logrado la custodia completa de su hijo.
El hombre no se contuvo cuando todo terminó y sorprendió a la rubia con un abrazo quita oxígeno.
Hamilton cubrió sus labios con el puño, conteniendo la risa cuando vio la cara de pánico de la rubia que no tardo en separarse como si ese acto la quemara.
-Gracias, muchas gracias- repetía feliz. - sé que lo que pague, no es nada, en comparación con lo que me has dado- Theodor la veía con admiración y ella lo observaba sin un ápice de emoción, hasta que hablo.
-No haga que me arrepienta, fue testigo de mi trabajo, no va a temblarme la mano si debo destruirlo como lo hice con su ex , no haga que vaya por usted si osa lastimar al niño.
Theodor y James quedaron sorprendidos, fueron los únicos que oyeron las palabras amenazantes de la rubia que termino ese discurso con una sonrisa falsa. Visto desde lejos parecía que se trataba de una charla amable luego de un resultado favorable.
-¡¡Maldita hija de put%!!- los gritos de Constanza los interrumpió.
La rubia giro, para ver como la mujer caminaba hecha una feria, en su dirección.
James quiso intervenir, pero Kelay lo aparto no toleraría que lo vuelvan a golpear.
-No voy a dejar que me quiten lo que por derecho me corresponde- grito histérica empujando las sillas que obstaculizaban su paso.
Las pocas personas que quedaron en la sala estaban asombradas por la escena.
- Creo que ya lo perdiste- la declaración soberbia de Kelay le gano una fuerte cachetada, volteando su delicado rostro.
Hamilton sintió un calor invadiendo cada uno se sus poros al ver la mejilla coloreada de su jefa, pero en el instante que quiso acercarse fue sorprendido por la reacción de Kelay.
La abogada extendió la mano con velocidad y tomo por la nuca a Constanza acercándola a su rostro.
Las uñas se clavaron en la piel, haciendo que la mujer dejara salir un gemido lastimero.
-Nada va hacerme más feliz que saber, que mientras brindo esta noche por ganar el caso, tú estarás revolcándote en una fría y asquerosa celda. - la mirada sombría, erizo la piel de la mujer que jadeo al momento en que fue liberada.
-Por favor llévensela, presentaré cargos por disturbios en la corte y atentar contra mi persona- declaro mirando al guardia que rápidamente intervino tomando a Constanza para sacarla del lugar.
La ex esposa de Ferrer fue arrastrada mientras forcejaba, el moreno no espero y rápidamente se acercó a Kelay que acomodaba su coleta como si nada hubiera pasado
-¡¡Papi!!- la vocecita dulce atrajo a la mirada de los tres adultos.
-Por suerte no vio a su madre como una loca- murmuró James. Estaba feliz de que minutos antes sacaran a Constanza, o seria desbastador para el pequeño.
Theodor cayó sobre sus rodillas, como si sus piernas lo abandonaran y los bracitos frágiles se aferraron a su cuello.
-Hola cariño, al fin podemos estar juntos- la risa mezclada con sollozos, hizo que la abogada anclara sus ojos en ese momento.
El hombre tomaba el rostro de su pequeño y lo llenaba de besos para detenerse cada tanto y mirar la carita feliz como si temiera que fuera un sueño.
-Lo hiciste, jefa- Hamilton se mostró entusiasta y la tomo por la cintura, pero lo cierto es que estaba preocupado, al ver la mejilla enrojecida por el golpe.
Kelay no presto atención, tampoco se sintió moleta por el agarre firme de su asistente, estaba tratando de comprender porque una sensación desconocida se arremolinaba en su estómago.
-¿Ese es el amor del que hablas, Hamilton?- interrogò frunciendo el ceño, sin dejar de ver las demostraciones de cariño entre padre e hijo.
James fue sorprendido por la pregunta, pero sonrió cuando Hernán movía su naricita de manera graciosa al recibir besos de su papá- Si, eso es amor.
Kelay asintió, no quería a pensarlo más, esos meses la idea había dado vuelta en su cabeza y las visitas a casa de Olga fueron solo una excusa para ver al pequeño Daniel.
Quería eso, un vínculo especial, uno en el que podía confiar, porque estaba segura que ella si lo cuidaría.
Tomo su bolso, ese que estaba sobre una de las sillas y salió del lugar decidida.
-¿Hey a dónde vas, no quieres celebrar con ellos?- grito el abogado siguiéndola
La rubia giro sobre sus tacones y escaneo a su lindo asistente, lo cierto es que ese día no le había prestado atención.
James portaba un traje gris y una corbata en un tono lila, que hacía que su piel chocolate se vea radiante.
-Es atractivo – pensó, pero rápidamente aclaro su garganta.
-Debo hacer algo importante, ve tu Hamilton, te lo mereces, esto no hubiera salido bien, sino ponías tu mejilla- aseguro con una sonrisa burlona y disfrutó al verlo abrir la boca sorprendido.
Retomo su camino como toda una diosa, pero el moreno esta vez no se quedó con las ganas.
-¡¡Tu cerraste con broche de oro al poner la otra!!
Kelay no volteó, elevó la mano despidiéndose y en su rostro una mueca de diversión apareció.
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-Déjame aquí- ordeno frente a una clínica, que por la fachada se veía elegante.
Había investigado, luego de abandonar tribunales el día anterior y estaba mas que decidida a seguir adelante con el loco plan.
Oliver asintió sin preguntar … el solo era un chofer que a pesar de apreciar a esa mujer, nunca cruzo la línea.
El hombre de cincuenta y tantos conocía a la rubia desde que llegó a casa de los Davis, y no dudo en decir que si, cuando le ofreció trabajar para ella, sentía que necesitaba de alguien que la cuidara sin ser entrometido.
La abogada acomodó su vestido e ingresó al lugar, la sala de espera era pequeña, pero con finos detalles, los muebles en tonos cálidos y en las paredes se podían apreciar imágenes de jóvenes parejas y bebés sonrientes.
-Buenos días, ¿en que la puedo ayudar? - una joven mujer atrajo la atención de la abogada que no tardo en acercarse al mostrador.
-Quiero concertar una cita con el doctor Galeano Alejandro- Kelay extendió su tarjeta, para que la mujer anotara sus datos y no presto atención al hombre que había salido del consultorio para acercarse a la secretaria con unos documentos.
La rubia miraba todo con curiosidad, las plantas en la sala hacían del lugar un espacio confortable.
- Con que aquí sucederá- se dijo para si-
-Señorita Johansson- la voz masculina la llamó y esto la hizo voltear, para encontrarse con un hombre alto, bien parecido y sonriente.
-Si- dijo con esa actitud que deja en claro un “no te metas conmigo”.
El hombre sonrió amable- ¿Usted fue la abogada representó a Jackie Morales? - el medico interrogo interesado, sus ojos marrones recorrieron la expresión altanera de la abogada con fascinación.
Kelay inclino ligeramente la cabeza y asintió
-Debo decir que admiro su trabajo- declaro, pero reconoció la incomodidad de la mujer que miro a los lados, antes de fijar sus hermosos ojos en él otra vez.
- Oh\, lo lamento\, no me presente- dejo los expedientes y extendió la mano - Alejandro Galeano\, experto en fertilidad\, es un placer tener frente a mí a Kelay Johansson.
💕💕💕💕💕💕
Siii, estoy re contenta con esta historia, no se ustedes .
Mil gracias por sus comentarios, trato de responder a todos en cuanto tengo un tiempito
Un abrazo
Gaby
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Comments
PATUBELA
Eso es "Trabajo en Equipo" 🤭🤣🤣🤣🤣🤣
2024-03-18
7
PATUBELA
Lo usó como conejillo de indias 🤣🤣🤣🤣
2024-03-18
4
PATUBELA
SEÑORÍA, AGRESION VERBAL POR PARTE DE UNA PUTIBRUJA!!!! 😠
2024-03-18
4