Como se puede enfrentar aquellos sentimientos que se sienten tan incorrectos, esos que sabes que están ahí, golpeando una y otra vez, pero te niegas abrirle la puerta, porque sabes que es el peor error que puedes cometer, y eso era exactamente lo que estaba ocurriendo en la vida de James Hamilton.
El moreno condujo por la avenida 52, y la música en el coche podía oírse a través del cristal.
-Tú me gustas, Hamilton- la voz sensual se filtró en sus pensamientos y la reacción en su cuerpo fue instantánea.
-¡¡Carajo, deja de pensar en eso!!- protestò golpeando el volante, mientras esperaba que el semáforo se pusiera en verde
Kelay siempre lo ponía de cabezas, pero el moreno se repetía una y otra vez que era porque la admiraba, nada más.
No lo volvía loco, cuando cruzaba sus largas piernas, o cuando elevaba su larga cabellera para sujetarla con el mismo lápiz que solo cumplía esa función, tampoco la manera en que mordía su labio inferior cuando estaba concentrada. No, claro que no, ella era su jefa, condenadamente sensual, pero su jefa nada más.
Detuvo el coche en un edificio conocido y bajo con un pack de cervezas y una caja de pizza, necesitaba relajarse y que mejor que pasar el rato con Brandon.
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Del otro lado de la ciudad, en el pintoresco barrio de Malva, la rubia descendía del coche, para ingresar a la enorme casa.
-Ve a descansar Oliver, mañana tendremos un largo día-
El hombre se despidió y camino rodeando la casa para cumplir con el pedido de su jefa.
Ella abrió la puerta ,dejo sus tacones al costado en la entrada y camino descalza sobre el brillante piso negro, las luces se encendían a medida que avanzaba, hasta llegar a la sala principal.
-Hola cariño- Irina la recibió con un abrazo - ¿sucede algo? - sostuvo las mejillas frías de Kelay, conocía esa mirada a la perfección, algo no estaba bien.
La abogada sujeto las manos de la mujer y las alejo con cuidado- ¿Dónde está? - interrogó evitando hablar de aquel tema que hace días estrujaba su estómago.
Si le decía a Irina que los sueños regresaron, de seguro insistiría que volviera a terapia y no estaba dispuesta a eso.
-En la sala de cine, ya llevé las hamburguesas y las papas fritas, el helado está en el pequeño refri- detallo sonriendo con ternura.
-¿Pidió gaseosa o mojito?- indago suspirando.
-Mojito, cariño, parece que no fue un buen día. – corrió el mechón rubio detrás de la oreja de Kelay y acarició la mejilla con suavidad.
-Bien, iré a ducharme primero, tu descansa, me ocupare de todo- dejo un beso en la frente de Irina y camino en dirección a las escaleras.
-Si tan solo te ocuparás de tus emociones de la misma manera- dijo bajito viendo a Kelay alejarse-
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Brandon corto la pizza viendo a su amigo a través del cristal. James bebía apoyado sobre el concreto del amplio balcón del departamento de soltero de su amigo.
Estaba tan concentrado, que no noto cuando el arquitecto se ubicó a su lado.
-¿Qué te sucede?, llegaste con cerveza y comida, tu solo haces esos cuando algo te molesta- dijo dando un mordisco y saboreando el queso caliente que colgaba de sus labios.
James negó con una sonrisa floja y dio otro trago – nada solo estoy cansado, cuénteme, ¿Cómo volviste del club? – desvió la charla, no quería darles muchas vueltas a sus locas ideas.
-No te imaginas, no dormí en casa, me encontré con una latina de esas con curvas de infarto- movió sus manos en el aire- No voy a mentirte, no estoy acostumbrado a tantas curvas, sabes que me gustan más estilizadas, pero esa mujer me di vuelta como un trompo- Brandon soltó una risa entusiasta – me hizo cosas que… Dios- abrió los ojos y miro al cielo exagerando.
-Brandon tu no cambias, ¿ Y cómo se llama esa diosa latina? - se puso de costado para prestar atención, al desvergonzado de su amigo
Este dio otro mordisco antes de responder sin culpa -No tengo idea…
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- ¿No tienes idea Beca? - Kelay miraba a su amiga que devoraba el helado con ansias. Menta con chip de chocolate, solo a ella podía gustarle ese sabor.
- No... ya sé, me vas a decir que soy una idiota, pero ese papacito estaba de muerte, lo último en lo que pensé era en su nombre cuando lo tuve como dios lo trajo al mundo- los recuerdos de esa noche habían vuelto mas nítidos que nunca- debías ver ese tatuaje que se cargaba- grrrr- gruño emocionada- era un halcón en el costado derecho de su cadera y ese trasero que ….
- Alto ahí- tapo la boca floja de su amiga- no quiero más detalles- Kelay dio un trago al mojito y relamió sus labios.
Ese bebida se volvió una de sus preferidas cuando Beca se la dio a probar hace cuatro años atrás. -
-Entonces, ¿Cuándo se llevó tu braga amarilla? Era cuando te babeabas por su tatuaje o después de entregarle el nidito- rio bajito cuando la morena dio otro bocado al helado, hinchando sus mejillas.
-Quema… mmm…quema - exclamo desesperada tratando de tragar
La rubia no retuvo la carcajada. Beca era de las pocas personas que veía esa Kelay y se sentía dichosa.
-Se llevó mi tanguita después de visitar el nido unas cuantas veces, ese halcón era insaciables, - armo trompita con tristeza- se llevó mi suerte –
La abogada rodo los ojos y dejo caer la cabeza en el mullido cojín del sillón gris –tú y esas locas creencias, - volteo a ver la película que se trasmitía en la enorme pantalla y suspiro- es necesario ver esto- señalo con desagrado.
-Kelay ten corazón, es un clásico- dijo indignada- es una historia de amor que no termina bien, pero aun así me gusta.
-¿Que tiene de romántico?, la tonta se da cuenta que gusta de su amigo cuando este se va a casar- suelta con fastidio, no le gusta para nada esas películas románticas que la morena la obligaba a ver.
-Es la historia de mi vida- declaró Beca dando otro bocado al helado- ¡¡oye!!- se quejó cuando le arrebataron el pote.
Kelay se levantó del sofá y llevo el helado al refrigerador que se encontraba a un costado de la sala junto a la barra. Preparo dos mojitos y se lo acerco a su mejor amiga. -
-Explícate- exigió resignada, sería una larga noche.
- Esas bragas siempre me dieron suerte\, las compré para rendir mi último examen y ¡¡aprobé!!- exclamo excitada
-Dios, Beca, ¿Cuántos años tienen en tu cajón? - abrió sus ojos grises incrédula
-Ya… solo la uso en ocasiones especiales, y esa noche pensé que encontraría al amor de mi vida, pero mírame un maldito ladrón se la llevó, la pobre debe estar desamparada en algún cajón con otras descartadas por ese bribón sin compasión-
-Bien que te gusto el bribón, dejaste que visite tu nido varias veces-agrego la rubia cubriéndose, cuando un cojín fue en su dirección.
-Ya se, sueno como una tonta, pero siempre quise alguien a quien amar y que me amara, tener hijitos corriendo por las casa- los ojitos color miel de Beca se iluminaron y Kelay la observo interesada, al parecer la palabra, niños, la perseguía desde el fin de semana.
-Serás una gran madre Beca, no necesitas a un idiota para eso- extendió su mano para acariciar la de su amiga.
-Pero lo quiero, quiero un amor único, de esos de película, sé que crees que no existe, pero yo si Kelay, quiero casarme enamorada y tener una familia ¿pido mucho? - cruzo sus piernas en posición india y la miro esperando una respuesta.
Kelay negó, su amiga merecía eso y más- no creo en eso, tienes razón; pero si eres feliz y lo consigues, me parece bien. - se encogió de hombros sin darle mucha importancia a sus palabras.
Beca sonrió y se lanzó abrazarla- te quiero tanto.
-Ya suéltame, no seas pegajosa- ponía sus manos evitando los besos en vano- Beca, suéltame – gritaba entre risas.
-Tú también serás una gran mamá- declaró la morena y pudo ver como la rubia se congelaba en lugar- sé que intentas alejar a todo el mundo, pero a mí no me engañas.
-Estas loca, no sé porque quieres niños- dijo removiéndose incomoda y tomo el vaso para darle un trago.
-Ay amiga, nada más puro que un bebé, no tienen maldad, aman de manera incondicional. - Beca sonrió y sus ojos brillaron- no sé cómo los adultos contaminamos algo tan puro a medida que crecen, pero te aseguro un hijo es lo más hermoso que te puede pasar.
Kelay recordó a Daniel, el gordito que la había babeado y lo bien que se sintió con él, aunque al principio se negó a aceptarlo.
-Cuando se es madre o padre, un hijo lo es todo- afirmó Beca levantándose para buscar el helado otra vez.
La rubia no emitió palabra, su corazón se agito con aquellas palabras y el nudo en su garganta le dificultaba pasar saliva cuando recordó a esa persona.
-Al parecer para él no fui tan importante-
💕💕💕💕💕
Un abrazo, las quiero. Pronto se viene la propuesta
Gaby
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Comments
Clodin Sldb
oye, oye pequeña! q a mis hijos y a mi nos encanta ese gusto de helado! más respeto che jajaja
2025-01-16
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Jaxmin Glez
Yo espero q Kelat no haya sido víctima de abuso de parte de quien debía cuidarla, por dios
2024-08-08
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Zulna BM
🥺 que te habrán hecho querida Kelay para que pienses que el amor no existe y más aún que el de padres no es incondicional y puro 🥺 mucho me temo que a ese que viste como tu padre mientras crecías y tanto daño te hizo realmente no era tu padre biológico 🥺🥺
2024-05-06
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