Rodearse de flores traía calma a esa dulce mujer que estaba transitando las cinco décadas, Kelay jamás se negó en darle un espacio donde se sintiera a gusto, entendía que estar lejos de su hogar de seguro no era fácil para Irina.
Sus manos trabajan la tierra fértil, preparando el futuro descanso para cuando la nieve se haga presente, pero aun podía disfrutar de su flor preferida.
--
La singular milenrama, sus flores resultan muy fragantes, por esa razón, hay industrias que la utilizan para la cosmética y perfumería. Pero para Irina eran el recuerdo de la más pura amistad.
Acerco su naricita y aspiro el rico aroma, dejando que sus pulmones se saciaran con ese sentimiento de paz.
Para ella no fue fácil dejar su amada Moscú, pero su corazón estaba en esa niña dañada hasta los huesos. Se sentían culpable por no haber hecho suficiente, por no llegar a tiempo aquella noche cuando todo termino por estropearse.
Sus manos con signos de que le tiempo las había acariciado, tocaron los pétalos blancos y un gemido casi adolorido surgió de sus labios.
-Nos haces falta Katia- susurrò viendo las flores a su alrededor, esas que poco a poco se irían apagando con la llegada del crudo invierno.
--------------------
-¿Qué haces Irina?- una hermosa mujer de cabellos claros, como si el sol descansara en ellos, se acerco- otra vez intentando lo imposible- la risa cálida y los ojos celestes como un cielo primaveral se posaron ella.
-No te burles Kat, odio perderlas- Irina de unos 28 años, limpio sus manos sobre el delantal.
-Ven aquí, - Katia extendió la mano y la jalo hasta una hamaca donde ambas se sentaron a ver el cielo- va a llover- suspiro como si estuviera cansada.
-Sí, parece que no es suficiente el frio arrasador, la lluvia tampoco pretende darles unos días más a mis flores- respondió, meciendo la hamaca.
La mano tibia apretó la suya, no hubo necesidad de mirarse, su amistad creció tanto que no necesitaban palabras.
El dolor no era por la pérdida de sus flores, sino porque el tiempo era cruel y a su amiga no le quedaba mucho…
-Tu sabes que todo tiene un inicio y un final- la voz dulce salió calma como si la vida la hubiera preparado para eso.
-No es justo- trato de tragar el nudo sollozante en su garganta- que será de tu sexi extranjero y de mi dulce Dasha.
Katia rio y giro para ver a los ojos de esa hermana que la vida le regalo.
Se habían conocido cuando tenía siete años e Irina nueve, esta última era la hija de Agatha una de las mucamas de la casa, que luego de separarse conto con el apoyo de la señora de casa, para vivir en la mansión con su pequeña hija.
Katia nunca la hizo sentir menos, ellas eran amigas a pesar de ser la hija de una mucama.
-Confió en ti Irina, cuida de ambos- rogó y extendió su mano para que el pulgar limpiara las lágrimas que caían sin pena- Marcus va a necesitar de una buena mujer para criar a mi princesa- la voz se quebró.
Katia trago saliva, su angustia crecía ante lo inevitable, no había nada que hacer, el cáncer se estaba adueñando de su cuerpo.
-No voy a poder, él no va a poder, Kat- afirmo entre sollozos- Es que te olvidas, que ese hombre dejo todo para correr detrás de ti, vino a Moscú para no perderte y aun así te escapas de sus manos y de las mías- el abrazo que la cubrió no era suficiente para calmar el dolor, estaba perdiendo a su amiga, a su hermana y no podía hacer nada. Era como cuando el invierno arrasabas con sus flores sin piedad.
-Irina- se alejó para tomar las mejillas húmedas- confió en ti, mi dulce Dasha, necesita que te mantengas fuertes, cuida de Marcus, él se muestra fuerte, pero lo oigo llorar en las madrugadas- los labios temblaron- mi amor sufre y no puedo hacer nada para evitarlo- seco sus lágrimas con el dorso de la mano- por favor, promete que los vas a cuidar... por favor, promételo.
-Lo prometo, lo prometo- el abrazo se cerró entre lágrimas, el invierno llegaría y nada podía evitarlo.
------
Te falle amiga- gimió bajito sacando los guantes, para secar las lágrimas que caían sin contemplación.
----------------------------------
De todas las situaciones incomodas que había atravesado en su vida Theodor Ferrer. esta de seguro estaba en primer lugar.
La mirada gélida escaneando cada uno de sus gestos, ni hablar del sonido molesto de la pluma dando sobre el escritorio, esa mujer llevaba varios minutos viéndolo sin emitir palabra.
Frederick le advirtió, pero esto no estaba ni remotamente cerca. Le dijo que la abogada era un tanto distantes, pero nunca se imaginó que chocaría de lleno con ese muro desprovisto de sentimientos.
Kelay por su parte no se fiaba de ese rostro de hombre bueno, algo de perverso ocultaba o no se hubiera llevado a la cama a una mujercita de veintidós años.
Lo cierto es que verlo con el niño, removió sentimientos que había ocultado en lo más oscuro de su ser, lo que este hombre le provocaba no era de su agrado. Ella no quería sentir y ese caso la estaba obligando a reencontrarse con la niña que creyó dejar en Moscú.
Para ella Ferrer era como un maldito vampiro que extrajo cuanto podía de la energía juvenil de esa mujer con la que compartió diez años; necesitaba creerlo.
No quería, no podía aceptar que era un padre desesperado, eso no era posible, en especial cuando había escuchado como Constanza Hardy, hacia lo que quería con su voluntad.
-Los hombres por una braga olvidan lo importante- se repitió viéndolo a los ojos
Pero tampoco podía desechar que esa mujer no tenía nada de santa, se había cobrado muy bien cada caricia libidinosa y hasta un hijo se hizo en el afán de dejarlo sin nada.
-Entonces, señor Ferrer, ¿usted que quiere? - dejo caer la espalda en el alto respaldo y elevó una de sus cejas viendo al hombre con vanidad.
Theodor la miro sorprendido -Creí que Frederick le explicó mi caso- el hombre sonrió con nerviosismo, nunca se había sentido tan inferior ante la mirada de una mujer, ni siquiera cuando encontró a Constanza enredada con su amante.
Kelay desvió su mirada a un costado solo unos segundos, con cierta molestia y se inclinó sobre el escritorio apoyando los codos.
-El señor Davis no está aquí, ¿o me equivoco? - su rostro desprovisto de emoción lo observo detenidamente.
Theodor trago saliva, si fuera por él se levantaría y se iría, jamás lo habían hecho sentir de esa manera, pero el pequeño Hernán necesitaba de un papá capaz de todo por protegerlo.
-Quiero el divorcio, esa mujer no es un buen ejemplo, se revuelca con cuanto hombre tiene a su alcance, y maltrata a mi niño- apretó los dientes al decir lo último- mi hijo no puede seguir compartiendo el mismo techo con ella.
La rubia curvo sus labios- Oh- asintió varias veces- Entonces usted no está interesado en el niño, en realidad le dieron duro a su ego machista.
-¡¡Qué!!… No- elevo la voz, apretando los puños- yo… yo...
-De seguro le molesto que una mujer tan joven como Constanza, buscara afuera, lo que no recibía en casa . - Kelay dejó salir cada palabra con el mayor veneno posible.
-¡¡Qué carajo!!- el hombre comenzaba a desesperarse y ella disfrutaba de lo que estaba generando, estaba deseosa de quitarle la careta, o eso quería creer...
-No le importa su hijo, solo quiere que ella sienta su enojo, dejarla sin nada luego de usarla a su antojo ¿me equivoco? - curvo sus labios y eso termino por descolocarlo
-¡¡¡Eso es mentira!!!- grito exaltado y sus puños dieron con fuerza sobre el escritorio - Fred me dijo que eres la mejor, pero solo veo una perra desalmada que tiene una historia distorsionada de lo que realmente sucede, sino quiere representarme genial, iré por alguien que si le importe- se puso de pie enfurecido.
Ella frunció el ceño al ver la reacción- ¿Qué quiere? - volvió a preguntar con tranquilidad, sin importarle que ese hombre esté a punto de explotar por la ira.
-¡¡Quiero a mi hijo!! - respondió Theodor y volteo a verla con los ojos cargados de lágrimas- quiero a mi bebé a salvo.
Decir que eso no removió algo en la abogada era mentira, pero aun así arremetió.
-Señor Ferrer, las afirmaciones que me atreví a exponer es poco a lo que dirán los abogados de su esposa- respiro hondo y espero que el hombre entendiera- Dirán que su esposa, fue engañada a sus veinte por un hombre que le lleva treinta años de diferencia, que usted no cubría sus necesidades, incluso con las pastillita azul- prosiguió aun viendo como sus palabras lo herían.
-Dirán que usted la obligaba, y estoy casi segura que tiene intenciones de acusarlo por violencia
-No, jamás toque a Constanza, yo la amaba, ella era mi mundo- dijo desesperado volviendo a su lugar.
-Pedirán mucho dinero, y la tenencia del niño. ¿Qué está dispuesto a ceder? - indago con calma, aunque en su interior quería comprobar que no estaba equivocada.
-Veremos cuando amor pregonas- pensó contrariada.
- Si quiere todo... se lo daré\, solo quiero a mi hijo\, solo a mi hijo. - respondió al instante\, su amor era más grande que su fortuna.
-¿Está seguro?- insistió incrédula; este caso estaba afectándola más de lo que quería aceptar.
-¿Usted tienes hijos?- indago mirándola a los ojos.
Al ver la negativa de la abogada prosiguió- por eso le es difícil de comprender. – sonrió con tristeza-
-Cuando nació mi pequeño, mi mundo tuvo color, pensé que Constanza era mi vida, pero me equivoque, mi vida era ese bultito al que me aferre con fuerza un 15 de marzo.- sonrió emocionado al recordarlo- Me enamore de mi hijo a penas lo vi, es un amor sin límites, de esos que hacen el corazón latir con fuerza indescriptible y entendí al fin el significado de dar la vida por el otro, porque…- respiro profundo ahogando el sollozo- daría mi vida sin pensar por mi pequeño, entonces si soy capaz de eso, ¿creer que me importe mi fortuna?.
💕💕💕💕💕💕💕
AQUI VAMOS
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 152 Episodes
Comments
Nomi Ukara
Eso es ser padre, Amar hasta el último aliento 💝
2024-02-04
4
anaru
hay no este capitulo me hizo chillar 😭😭😭
2024-01-28
2
Lucia Feliciano Falcao
Kelay va luchar para que Theodor tenga la custodia del niño y pobre de Constanza, sus podres secretos van volar en el ventilador 😸😸😸.
2023-12-10
2