El sonido de la alarma marcaba las seis de la mañana, mientras las cortinas oscuras, a control, se abrían; dejando ver un nuevo amanecer.
Kelay se retorció en la cama, estiro sus brazos disfrutando de la suavidad de las sabanas de seda egipcias y con mucho esfuerzo se incorporó.
La delicada tela se deslizó de sus senos a la cintura y cuando sus pies desnudos tocaron la alfombra termino por caer.
Camino hasta la ventana y observo el bello jardín rodeado por un alto muro.
-Mmm, vamos tu puedes- se alentó, fue hasta el guardarropa de un tamaño considerable, busco ropa cómoda y después de elegir que poner se encerró en el baño.
Media hora después, revisó su atuendo en el espejo, unos leggins negros y un top deportivo se amoldaban a su figura. Elevo su cabello en un alta coleta y busco sobre la cama una campera azul liviana
-Toc, toc. – El sonido de la puerta interrumpió su rutina y fue abrir.
-Buenos días, mi hermosa niña- la mujer de cabello corto y rubio iluminó su rostro con una amplia sonrisa que marcaba las arruguitas a los costados de unos llamativos ojos celestes.
-Bueno días Irina- curvo sus labios con sutiliza y alcanzo el café humeante que la mujer le pasaba amablemente- ¿Llegò? - preguntó luego de probar la infusión.
-Si cariño, te espera en el cuarto- la mano se movió con delicadeza sobre el rostro de la rubia que solo se mantuvo quieta- Cariño, ¿Por qué insistes con eso, no crees que es suficiente, podrías lastimarte? -
Ella respiro pesado y entrego el pocillo sin terminar- Lo hago para que no vuelvan a lastimarme, iré con él- sin más paso junto a la mujer que contemplo con pena la esbelta figura alejarse por el pasillo.
Kelay llego a una de las habitaciones ubicadas al final de la casa, abrió la puerta y la oscuridad la recibió.
No dio importancia, avanzo varios pasos y el aire de su garganta fue bloqueada por un brazo musculoso que presiono sin piedad.
-¿Estas lista?- el aliento caliente dio en su oído y el corazón palpito a una velocidad inimaginable, bombeando sangre a todas las extremidades.
Rápidamente tomo el brazo, llevó la cadera a un costado y el codo impacto en el abdomen firme.
-Hug- el sonido ahogado fue música para la rubia que usando el peso del oponente lo impulso hacia delante.
El cuerpo cayo con fuerza en el piso y la risa ronca lleno la oscuridad. -
-Lista, siempre estoy lista- respondió agitada y las luces se encendieron.
-Así me gusta- el hombre robusto se puso de pie y acomodo la ropa deportiva- has mejorado en la lucha cuerpo a cuerpo, pero aún falta.
-¿Cuándo iremos a la plaza de tiros?- pregunto caminado a una mesa donde unos guantes la esperaban.
-Mañana, deje todo preparado, tengo un colega que en unos días va ayudarte en el uso de arma blanca- observo a la hermosa mujer que asintió sin mostrar una pisca de temor.
-¿Puedo saber porque tanto afán en el uso de armas?, lo ideal es que puedas defenderte y huir a tiempo, un arma…
-No pedí tu opinión León, no te pago para eso- dijo fríamente, poniéndose en posición de lucha frente al hombre.
León Casal era un ex militar de cuarenta y seis años, entrenado por los mejores, de brazos fuertes y temperamento calmo. Había conocido a la famosa abogada unos años atrás.
Aun podía recordar aquel día, donde una hermosa rubia ingreso a su oficina, una tarde de verano, con un vestido que lo dejo sin aliento.
Ese cuerpo de curvas deliciosas había dejado al grupo de hombres que trabajaba para León con la boca abierta.
El militar dirigía una organización un tanto particular, de esas donde el trabajo se da tras bambalinas, en especial cuando las cosas se ponen complicadas en otro país.
Al principio pensó que era una clienta con algún marido complicado que necesitaba de sus servicios, pero grande fue su sorpresa cuando la rubia saco un importante fajo de dólares sobre su escritorio y pidió que la entrene, desde ese momento no ha hecho más que eso y estaba orgulloso de su aprendiz
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Él sonrió al oír las palabras duras de Kelay y rápidamente lanzo un golpe que fue esquivado con éxito, continuaron así por más de una hora y cuando ambos estuvieron lo suficientemente cansados, ella lo despidió para continuar con su día en tribunales.
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Mientras tanto en el edificio de unos quince pisos, que se levantaba majestuoso en una de las calles principales de Nueva York, James se detuvo, como cada mañana, admirando en detalle esas ventanas espejadas para contemplarlo con altivez, pertenecía allí, se lo había ganado.
Como pudo trato de equilibrar los cuatro cafés y la bolsa de donas que busco de pasada; e ingreso al lugar debía preparar todo en espera de su reina.
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Irina terminaba de preparar el desayuno, de sus labios escapada algunas notas que le recordaban a su tierra.
Ella aún tenía la esperanza que Kelay probara bocado y no fuera a trabajar con tan solo un sorbo de café.
-¿Qué haces?- la voz que sin esfuerzo se oía sensual, interrumpió el cantico ruso .
-Unas tostadas con miel y otro café recién hecho, debes comer algo cariño- respondió viendo como la rubia rodeaba la isla para ubicarse en una de las banquetas.
- Estoy bien así\, de seguro Hamilton comprara roscas con azúcar cerca de tribunales y tendré alguna.
Irina rio, ese muchacho era un rayo de luz en la vida de su pequeña, porque Kelay seguía siendo la niña que había jurado proteger.
-¿Volverás a robarles los dulces?- preguntó emocionada viendo como la rubia que hace cinco segundos rechazaba la comida se llevaba una tostada a los labios.
-Mmm, me gusta molestarlo, arruga su nariz de forma graciosa- declaro chupando el dulce que quedo en sus dedos.
-Antes de olvidarlo, llamo el señor Luca- la mujer busco algún gesto de molestia, pero la Kelay seguía concentrada en la mermelada.
-¿Se quejó?- interrogo después de unos segundos
-Bueno cariño, debo decir que no fue muy amable y es comprensible rechazaste su propuesta- explico tranquila, untando otra tostada.
Kelay rodo los ojos- que lo supere, no es mi problema. que no quiera entender que jamás voy a casarme.
Irina negó resignada, no creía vivir para ver a esa bella mujer comprometida y con una tierna familia como se merecía.
-¿Harás algo el fin de semana?- prefirió cambiar de tema, porque no las llevaría a nada..
-Iré a ver a Olga, - explico dando un sorbo al café humeante- Fred dijo que me extrañan.
- Si\, te deben extrañar cariño\, ella se aferró mas a ti cuando Devon se casó y decidió vivir en España con su esposa.
Kelay asintió sin más, pero el sonido del teléfono las interrumpió.
📱📱-Hola, Beca- dijo en un tono pesado que hizo reír a la mujer que ahora observaba los utensilios sucios que tendría que lavar.
-Hola amiga, escuchar el entusiasmo en tu vocecita al responder mi llamada ilumina mi corazón- expreso graciosa.
-Ya dime que quieres- no pudo contener la sonrisa que poco a poco se formó.
-Quería saber si tienes algo que hacer el fin de semana, es el cumpleaños de la tía Rosa y nos juntamos todos- grito emocionada- vienen mis primas.
Kelay trago grueso, no era fanática de las reuniones familiares, esas muy cariñosas donde los abrazos y besos eran inevitables, en especial con la familia de su amiga de fuertes raíces mexicanas.
-No podré- respondió rápidamente y Irina la miro y negó, pero ella solo se encogió de hombros dando un mordisco a la tostada.
- Huy\, este sábado entonces estarás ocupada- la voz con un sesgo de desilusión cruzo la línea y aunque Kelay sintió cierta incomodidad en su pecho\, no se rindió.
-Sí, el sábado- repitió.
-¡¡Qué bueno!!- exclamó- porque la fiesta es el domingo, tú no te preocupes, sé que el chofer tiene su día libre – Kelay se atoro y la mano de Irina golpeó la espalda mientras reía.
-Iré por ti amiga, nos vemos, chau- la llamada se terminó antes de que la rubia recuperara el aliento.📱📱
-Esa niña es única- agrego Irina riendo a pesar de la mirada feroz sobre ella
-No es gracioso, será un día complicado. - protesto nerviosa
-Vamos cariño te vas a divertir- tomo los utensilios sucios y los llevo para lavarlos.
-Tu iras conmigo- el rostro se mostró entretenido al ver como las manos de Irina dejaron de enjabonar- el tío Rogelio será feliz al verte- subió y bajo las cejas divertida.
Irina trago duro y giro sobres sus pantuflas grises, para ver el rostro vengativo de esa mujercita.
-No, además quiero descansar y...
-Podrán hablar del jardín- continúo diciendo ignorando por completo los deseos de Irina- él es un excelente jardinero y es dueño de un vivero, podría sugerirte que otras flores plantar- respondió entretenida al ver las mejillas rojas de la mujer. - Hacen linda pareja-
Irina dejo todo, entrecerró los ojos viendo la burla crecer – mira tú, la mujer que no cree en el compromiso y amor, ahora quiere hacer de celestina-
Kelay se acercó riendo y dejo un beso en la frente de la mujer
- No quiero que te cases Irina\, a menos que tu quieras hacer ese sacrificio\, pero no estaría mal que alguien riegue tu plantita cada tanto- el tono sugestivo provocó que la mujer abriera sus ojos y le diera un golpecito el brazo en señal de protesta.
La risa relajada de la abogada zumbo en la habitación, antes de abandonarla.
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Comments
Yazmin Gómez
a pero si tiene buen humor 🤭🤭🤭
2024-09-20
2
Malú Nava
🤣 nesesito una amiga de esas
2024-08-05
2
LectoraPR
Creo ella es La Niña que estaba presente en la escena del crimen.
2024-05-18
2