No habían pasado siquiera 1 minuto desde que Nereida volvió a su habitación, cuando una sirvienta con una expresión que solo denotaba fastidio, llegó a hacerle una pregunta.
– la señorita Neza Weints pide reunirse con usted, ¿Desea verla?
Aunque la vergüenza que había sufrido más temprano todavía enrojece su rostro, Nereida creyó que la chica había llegado en el mejor momento, debido a que tenía que comunicarle todo lo que le había dicho el duque. Es por eso, que dando un par de palmadas en sus mejillas para calmar su mente, Nereida aceptó, pero al hacerlo, la sirvienta dio un largo suspiro antes de salir para buscar a su invitada.
En esta ocasión, escoltando a Neza, habían 5 sirvientas, todas con expresión irritada y no del todo conformes con la orden que se les había dado. Una vez que la chica entró a la habitación, lejos de retirarse, dos sirvientas se quedaron cuidando la puerta.
— Está vez la atrapamos intentando entrar por una ventana.
Declaró una de las mujeres, que tenía el mayor rostro de hastío que Nereida hubiera visto nunca.
Por su parte, apenas Neza vio a Nereida, fue corriendo en su dirección, y como siempre, le tomó de las manos.
– Señorita, ¿Cumplió su promesa verdad? ¿Cuándo podré ver al duque?
Sonriendo porque tenía buenas noticias, Nereida empezó a explicar.
– Si, pude hablar con el duque, y lo hice reconsiderar su audiencia.
Con la respuesta, el rostro de Neza se iluminó, e incluso apretó aún más fuerte las manos de Nereida.
– Siempre supe que podría confiar en usted, ¿Cuando podrá verme? ¿Mañana por la tarde? Estoy algo justa de tiempo, pero pasado mañana sigue siendo una buena fecha.
– Hasta hoy es posible, según creo, hoy solo tenía que hacer una visita al nuevo encargado de un taller o algo así, si no regresa demasiado tarde, quizás hasta pueda atenderte.
Casi al borde la euforia, la chica quería gritar, sin embargo, su júbilo sólo duró el tiempo en el Nereida decía su siguiente frase.
– Bueno, sigue pidiendo el informe y el presupuesto que te había solicitado desde la última reunión, pero eso claramente ya los tienes ¿verdad?
Al ver el cambio tan brusco de la euforia a la total desolación, Nereida era incapaz de comprender cuál era el problema, si la chica era tan responsable, ya debería haber terminado el trabajo, que tampoco es como si hubiera pasado los dos últimos días intentando colarse a la oficina del duque.
Durante una hora, hubo una poco infructuosa conversación circular, dónde Neza intentaba explicar que la petición del duque era tan sencilla que podía hacerse en cualquier momento, y Nereida contra argumentaba que si era tan simple, porque entonces aún no lo había hecho.
Las sirvientas en la puerta, solo permanecían en silencio con gesto cansado, y cada vez que los ojos de Nereida se desviaban en su dirección , en los rostros de las mujeres podían leerse "te lo dijimos".
Después de mucho discutir, con sus manos, firmemente apretadas a las suyas, y a escasos centímetros de su rostro, la chica insistió.
– Se lo vuelvo a repetir señorita, no es necesario que examine ninguno de los campos, las patatas no es sólo que puedan crecer en climas fríos, si no que lo necesitan. En realidad, pueden crecer casi donde sea, pero en un clima como el de Lumiere, les será idóneo, si me dejara ver al duque, podré explicarle todo esto.
Bastante incómoda por la situación, Nereida no sabía qué hacer, al mirar hacia la puerta, las sirvientas que se habían quedado la miraban con una expresión que decía "solo de la orden y la sacamos" era obvio pensar que todos en la mansión ya estaban hartos de Neza, pero Nereida no quería dejarla sola, por muy molesta e insistente que sea.
– Bueno, al menos ya debería tener listo el presupuesto… ¿Verdad…?
– ¡¡¡También es irrelevante!!!
Insistió la chica.
– Los costos tampoco son tan elevados, bueno, eso no es del todo cierto, habría que tomar en cuenta… ¡No importa! Se puede hacer después. No es algo que tomaría mucho tiempo, y necesito que el contrato se firme ya.
Mirando el rostro desesperado de la chica, Nereida suspiro y tomó una decisión. Desviando la mirada a las sirvientas que quedaban en el cuarto, con voz firme declaró.
– Podrían hacer el favor de retirarse, necesito hablar a solas con la señorita Neza.
Con expresiones calmadas, ambas mujeres obedecieron en silencio, y se retiraron. Mirando una vez más a la chica, Nereida endureció su expresión, y ante el rostro atónito de esta preguntó.
– Si quieres que te ayude, quiero que me digas la verdad. ¿Por qué necesitas que el contrato se firme a la brevedad? ¿Porque eres tan insistente?
Con una risa nerviosa, Neza quiso cambiar de tema, pero al mirar el rostro tan serio de la chica, ésta se limitó a suspirar, y desviar la mirada.
– Solo lo necesito… se lo repito, está es mi única oportunidad…
Soltando las manos de Neza, Nereida replicó con tono rudo.
– Si esa es su respuesta hemos terminado aquí, le pediré que se retire y que no vuelva a intentar visitarme.
Anonadada, Neza vio como Nereida se ponía dé pié y se acercaba a la puerta, y apretando mucho los puños, dijo casi a voz de gritó.
– ¡¡Mi padre no sabe que vine!!
Aliviando su expresión, Nereida volvió a acercarse a la mesa y le pidió que continúe hablando.
– Mi padre no esta al tanto de que vine en su lugar. Altere la fecha de su visita del día 11, al día 17 del mes, por lo que él debería llegar el domingo a cerrar el trato con el duque.
– ¿Por qué?
preguntó Nereida mientras veía como la chica ocultaba el rostro por la vergüenza.
– Me quiero independizarse… Mi padre… el barón Weints, es un hombre difícil de tratar, su carácter y poca profesionalidad, nos han hecho perder al menos 4 contratos, y está llevando a nuestra familia a la ruina. Es por eso que yo quiero independizar mi parte y la de mi madre y llevar el negocio por mi lado, sin embargo, nadie me haría caso solo a mi, y pese a sus "deslices" mi padre sigue gozando de cierta reputación que lo hace seguir obteniendo contratos. Por eso altere la fecha y vine antes, si logro firmar un contrato a mi nombre antes de la llegada de mi padre, entonces nada de lo que pueda hacer va a importar. Si así lo quiere, él puede seguir arruinando su reputación y la de nuestra casa, y yo sacaré adelante el negocio que nuestra familia ha construido con años de esfuerzo.
Con la historia de la Neza, Nereida sonrió aliviada. Su historia era triste, pero había sido honesta y se la había confiado, y ahora podía entender porqué estaba tan desesperada. Queriendo de corazón ayudar a la chica, Nereida la volvió a tomar de las manos.
– Le agradezco que me dijera la verdad. Entiendo que por la naturaleza de la historia y siendo algo tan privado, debió haber sido difícil, y por eso mi alivio es mayor. Y de la misma forma en que usted fue honesta, yo tengo que serlo, y admitir que no soy tan cercana al duque como para influir en sus decisiones, pero si es una reunión todo lo que necesita para explicar todos sus puntos, entonces creo que podré ayudarle con eso.
Lejos de una expresión eufórica por la nueva promesa de Nereida, Neza seguía sin mirarla a la cara , y se limitó a asentir en respuesta.
– Se lo agradecería…
Respondió, y Nereida no podía entender la tristeza en su expresión, sin embargo, pensando en formas de reunir a ella y al duque, se quedó callada un momento hasta finalmente decir.
– Convencer al duque de una reunión no lo veo como la mejor opción, y tomando en cuenta que solo tiene hasta el domingo, entonces, esto es lo que vamos a hacer...
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