Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.

Habiendo caído la noche, Nereida no podía dormir y solo daba vueltas en la cama. Había hecho una promesa que no sabía exactamente cómo cumplir, y lo que es peor, una vez más se dejó llevar por el calor del momento e irrumpió en la reunión del duque solo porque creyó que este le había dicho una mentira. Había asustado a las sirvientas que eran muy buenas con ella, hecho que la anciana jefa Mirta casi sufriera un ataque, arruinado de forma indirecta la reunión de Neza, y para colmo, no se había disculpado con Fran, quien sin pedirle nada a cambio, le daba asilo en su casa.

Con la cabeza llena de pensamientos, su estómago estaba vacío. Siguiendo las extrañas tradiciones de su casa, apenas caer la noche, había entrado a su habitación para hacer voto de silencio y meditar, rechazando de ese modo la cena. Con su cabeza tan revuelta como la tenía, necesitaba calmar su estómago para poder pensar con claridad. Es por eso que, sin llevar consigo una vela para evitar llamar la atención, salió a hurtadillas de su cuarto y se encaminó a la cocina.

Tras varias horas en la oscuridad de su cuarto, sus ojos ya se habían acostumbrado a la poca luz, y mientras tuviera cuidado, era capaz de caminar sin tropezarse con nada. Siendo la cocina un lugar relativamente fácil de llegar a partir del gran salón, fue capaz de llegar ahí sin perderse. Sin embargo, mientras avanzaba, la duda de si la cocina y la bodega la cerraban en la noche la invadió, y no sabría qué hacer en caso de encontrar la puerta cerrada.

Llegando hasta las puertas de la cocina, vio algo que la hizo entrar en alerta: la puerta estaba ligeramente abierta, y escuchaba el sonido de alguien abriendo estanterías y revisando cajones. Parándose a un lado de la puerta, afinó el oído y se puso a escuchar con atención los movimientos dentro de la cocina. En primer lugar, la persona no había encendido una vela y no parecía conocer la disposición de las cosas en la cocina. Por el sonido, daba la impresión de que buscaba algo, y una persona de dentro de la casa no tendría problemas en ubicarse.

La idea de un ladrón cruzó por su mente. En una mansión de estas proporciones, cubertería de plata era usada para las ocasiones importantes, y al no ser algo que se vea todos los días, como un jarrón o un cuadro, daría tiempo suficiente al ladrón para venderlo y escapar con el dinero. Era un robo simple, pero inteligente en lo poco que llamaba la atención, pero un robo al final del día.

Después de un sonido de alguien forzando una cerradura, una queda expresión de triunfo pudo escucharse en la oscuridad de la noche. El ladrón finalmente había encontrado lo que buscaba, y Nereida no podía permitir que hubiera un robo en su presencia.

Tensando cada músculo de su cuerpo, Nereida se preparó para entrar y someter al ladrón. No tenía una buena imagen mental de la cocina, pero el ladrón parecía actuar solo, y siendo que solo había una entrada a la vez que una salida, mientras impidiera su paso, todo saldría bien.

Midiendo la ubicación del ladrón por el sonido de sus pasos, cuando lo escuchó caminar en dirección a la puerta, supo que era el momento de entrar.

De un único movimiento, golpeó la puerta semiabierta y entró corriendo a grandes zancadas. En el medio de la cocina, vio una silueta bastante más baja que ella y enfiló en su dirección.

Al verla entrar de golpe, la silueta se sorprendió y aunque pareció decir algo, por la adrenalina del momento, Nereida fue incapaz de escuchar.

Intentando atrapar a la figura con una mano, al momento de cerrar su puño, se vio agarrando el aire. El ladrón había reaccionado rápido y se había barrido, y habiendo tal diferencia de tamaño, el brazo de la chica pasó encima de su cabeza.

Sin quemar el impulso de la carrera, la chica dio un giro e intentó pegar una patada justo a la cabeza del ladrón que había quedado de rodillas, pero siendo más rápido que ella, este había se tirado al piso en una posición similar a si hiciera una lagartija, para acto seguido, ponerse de pie de un impulso con sus brazos.

Por la mala visibilidad y su poco control del espacio, la rodilla de la chica chocó en una esquina de una repisa, haciéndola trastabillar y haciendo que todos los platos en el interior se tambaleen y amenacen con caer.

Dando un paso atrás, Nereida se agarró la rodilla y se distrajo un momento, mientras el ladrón corría rápido en dirección a la repisa para evitar que los platos cayeran.

Cuando el ladrón logró estabilizar el tambaleo de la repisa, suspiró y al dar media vuelta para encarar a la chica, un brazo lo tomó del cuello y lo levantó del piso.

Enojada por haberse golpeado la rodilla y haber fallado en atrapar al ladrón dos veces, Nereida lo acercó lo más posible a su rostro, y cuando aún en la oscuridad fue capaz de reconocer el rostro del duque Fran, no pudo evitar soltar un grito.

...****************...

Con una vela iluminando levemente la cocina y una cafetera de latón hirviendo al fuego, Nereida tenía la cara roja por la vergüenza y no sabía dónde ocultar su rostro.

– Tomé.

Declaró el duque Fran mientras asentaba frente a ella un plato con una hogaza de pan y algunos tipos de quesos. Mientras la chica tomaba el pan y lo devoraba en un par de mordidas, el muchacho jalaba una silla y se sentaba.

— ¿Tampoco podías dormir?

Preguntó Fran sabiendo que su conducta era demasiado sospechosa y, por ende, no culpaba a Nereida por su manera de actuar.

Parando de comer, aún sin mirar al duque a la cara, la chica se limitó a asentir.

– Debió ser raro, ¿creías que era un ladrón, no es verdad? También fue mi culpa por no encender una vela.

Mirando a la chica, ésta permaneció callada y se limitó a asentir.

– Me disculpo por la confusión. Pero cuando se abrió la puerta, la reconocí al instante y grité su nombre, ¿no me escuchó, verdad?

Aún en silencio, Nereida se limitó a negar con la cabeza.

– Sí, me lo suponía.

Declaró Fran mientras se reclinaba en la silla, observando que Nereida se negaba a hablar con él.

Por varios minutos, ambos jóvenes permanecieron así, Nereida con la cabeza baja, muerta de la vergüenza y masticando en silencio, y con Fran reclinado en la silla, con sus manos cubriendo su rostro.

La escena era incómoda, ambos claramente tenían mucho que decir, pero no podían hablar, y al borde del momento en que su relación se habría roto para siempre, una voz vieja y cansada rompió el silencio.

– Ya estoy muy vieja para esto.

Llevando un candil en su mano y vistiendo un largo camisón, la jefa Mirta miró a los dos jóvenes que estaban sentados frente a frente sin decirse nada, y dando un largo suspiro, fue a arreglar los malentendidos.

Parándose frente a Nereida, la miró de arriba a abajo y preguntó.

— ¿No puedes hablar, verdad?

Mirándola a los ojos, la chica negó con la cabeza. Y acto seguido la anciana miró al plato delante de ella.

– Pero veo que sí puedes comer.

Avergonzada, Nereida volvió a bajar la cabeza y asintió en señal de disculpa.

Continuando su camino, la anciana esta vez miró al joven duque de reojo, para luego mirar a la repisa forzada, y la cafetera que hervía al fuego.

– Contigo la respuesta es obvia.

Sin detenerse, la anciana fue a donde la cafetera, y usó su contenido para apagar el fuego. Ignorando la fútil súplica del joven, la anciana se paró frente a la mesa y empezó a explicar.

– En primer lugar, la señorita no tiene problemas en almorzar con usted. Lo que es más, esta tarde pasó cerca de una hora esperando que llegara a su almuerzo con ella.

– ¿Eso es verdad?

Preguntó el chico confundido, y mirando a Nereida, ésta asintió.

– La señorita declara disfrutar almorzando en su compañía, y aunque no me lo dijo, estoy convencida de la razón por la que irrumpió en su reunión. Fue el hecho de haberlo visto "almorzando" en compañía de otra persona. Ella lo estuvo esperando y se debió haber sentido traicionada, ¿verdad?

Con ambos mirando a la chica, ésta se limitó a asentir con la cabeza. La sensación de alivio que sintió al principio por descubrir que Nereida no lo odiaba se convirtió en pesar al descubrir que la había dejado esperando. Ante la expresión contrariada del muchacho, la anciana continuó explicando.

– Tampoco se sienta mal por no haber llegado, pese a decir que lo esperaría. La chica empezó a almorzar sola a los pocos minutos y vació todos los platos alrededor suyo. Cuando mucho, habrá comido más lento de lo habitual.

Con ambos volviendo a mirar a Nereida, se mostraba apenada y se limitó a asentir una vez más.

– Ahora, el por qué no puede hablar y por qué rechazó su invitación a cenar, supuestamente por tradición familiar, la señorita hace voto de silencio algunas noches de la semana. Supuestamente tampoco debería comer, pero veo que esa parte se la salta.

Roja por la vergüenza, la chica no sabía dónde ocultar su rostro. Fran, por su lado, sintió como si una pesada roca fuera quitada de su pecho. Nereida no lo odiaba, si no hablaba con él o evitaba mirarlo a la cara, quizás se deba a más tradiciones familiares de ese estilo. Quizás y solo quizás, debía guardar cierto espacio con los hombres que acaba de conocer, y he ahí el por qué parecía tan abierta con las sirvientas, la jefa Mirta e incluso la señorita Weints.

Sin el peso que oprimía su estómago, Fran miró a Nereida, y esta por primera vez levantó levemente la vista para mirarlo de frente.

– Señorita Hammer…

Comenzó a decir el muchacho, a lo que la chica asintió sin apartar la vista.

– Tal y como se lo pregunté el primer día en que llegó, ¿tengo su permiso para almorzar con usted todos los días? Le prometo que no volveré a faltar a mi palabra.

Aún sin desviar la mirada, Nereida asintió.

Suspirando y negando con la cabeza, la anciana mujer era incapaz de creer el nivel de incompetencia de ambos jóvenes. Les había costado la vida solo llegar al punto de partida.

– Volveré a acostarme. Usted, deje de comer, y usted, ya le dije que deje de beber tanto café.

Y con esas palabras, la mujer salió de la cocina.

Más populares

Comments

Ana Maria Campanello

Ana Maria Campanello

es libda

2023-09-15

1

Brocoly 1 nena

Brocoly 1 nena

yo comiendo y bebiendo cafe a altas horas de la noche

"si aganle caso a la señora

2023-07-18

0

Total
Capítulos
1 Prefacio.
2 Capitulo 1. El duque y ¿la paria?
3 Capitulo 2. Mantén tu distancia.
4 Capitulo 3. El estudio.
5 Capitulo 4. gema de ámbar.
6 Capitulo 5. las patatas.
7 Capitulo 6. almorzando con otra...
8 Capitulo 7. Neza.
9 Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.
10 Capitulo 9. Insistencia.
11 Capitulo 10. Denis
12 Capitulo 11. La primera salida.
13 Capitulo 12. Collette.
14 Capitulo 13. El campanario.
15 Capitulo 14. Prometida...
16 Capitulo 15. Una relación formal.
17 Capitulo 16. La verdad...
18 Capitulo 17. El plan, primeros pasos.
19 Capitulo 18. El plan, segundos pasos.
20 Capitulo 19. El plan, ejecución...
21 Capitulo 20. El plan, consecuencias.
22 Capitulo 21. Razones.
23 Capitulo 22. El cuadro.
24 Capitulo 23. Una promesa.
25 Capitulo 24. El collar.
26 Capitulo 25. Esa mirada...
27 Capitulo 26. Para mí amada...
28 Capitulo 27. Dudas.
29 Capitulo 28. Todo ha terminado.
30 Capitulo 29. Planta la duda.
31 Capitulo 30. Trabajo.
32 Capitulo 31. El castillo Ferrer.
33 capitulo 32. Un regalo especial.
34 Capitulo 33. Tu eras la mejor.
35 Capitulo 34. insomnio.
36 Capitulo 35. El primer mes.
37 Capitulo 36. Ojos de serpiente.
38 Capitulo 37. La propuesta.
39 Capitulo 38. Un primer paso.
40 Capitulo 39. Padre e hija.
41 Capitulo 40. Predecibles
42 Capitulo 41. Aquella habitación.
43 Thomas Richard Reyinal Lumiere.
44 Lo importante o "Lo importante"
45 Siempre.
46 Terapia de shock
47 Intenciones.
48 El primer paso.
49 Puntos suspensivos.
50 Mejor.
Capítulos

Updated 50 Episodes

1
Prefacio.
2
Capitulo 1. El duque y ¿la paria?
3
Capitulo 2. Mantén tu distancia.
4
Capitulo 3. El estudio.
5
Capitulo 4. gema de ámbar.
6
Capitulo 5. las patatas.
7
Capitulo 6. almorzando con otra...
8
Capitulo 7. Neza.
9
Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.
10
Capitulo 9. Insistencia.
11
Capitulo 10. Denis
12
Capitulo 11. La primera salida.
13
Capitulo 12. Collette.
14
Capitulo 13. El campanario.
15
Capitulo 14. Prometida...
16
Capitulo 15. Una relación formal.
17
Capitulo 16. La verdad...
18
Capitulo 17. El plan, primeros pasos.
19
Capitulo 18. El plan, segundos pasos.
20
Capitulo 19. El plan, ejecución...
21
Capitulo 20. El plan, consecuencias.
22
Capitulo 21. Razones.
23
Capitulo 22. El cuadro.
24
Capitulo 23. Una promesa.
25
Capitulo 24. El collar.
26
Capitulo 25. Esa mirada...
27
Capitulo 26. Para mí amada...
28
Capitulo 27. Dudas.
29
Capitulo 28. Todo ha terminado.
30
Capitulo 29. Planta la duda.
31
Capitulo 30. Trabajo.
32
Capitulo 31. El castillo Ferrer.
33
capitulo 32. Un regalo especial.
34
Capitulo 33. Tu eras la mejor.
35
Capitulo 34. insomnio.
36
Capitulo 35. El primer mes.
37
Capitulo 36. Ojos de serpiente.
38
Capitulo 37. La propuesta.
39
Capitulo 38. Un primer paso.
40
Capitulo 39. Padre e hija.
41
Capitulo 40. Predecibles
42
Capitulo 41. Aquella habitación.
43
Thomas Richard Reyinal Lumiere.
44
Lo importante o "Lo importante"
45
Siempre.
46
Terapia de shock
47
Intenciones.
48
El primer paso.
49
Puntos suspensivos.
50
Mejor.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play