Capitulo 1. El duque y ¿la paria?

Sentados en una mesa ubicada en el balcón de una mansión. Dos jóvenes almorzaban en perfecto silencio.

Superando el metro noventa, vistiendo camisa marrón en cuello V, pantalones de vestir, y botas de cuero, la chica tenía el cabello castaño claro bastante cortó, y levemente alborotado. Una pequeña cicatriz en su ceja izquierda, y otra en la parte baja de su mentón adornaban su cara, y sus ojos, azules como el cielo despejado, miraban con más atención la comida en su plato, que a su compañero delante suyo.

El joven en cambio, pese a ser 5 años mayor, era unos 25 centímetros más bajo. Donde la chica tenía una complexión fuerte, con músculos que eran visibles aún bajo la ropa y una piel ligeramente bronceada, el joven tenía la piel muy blanca de quién no tiene mucho contacto con el sol, y no parece hacer mucha actividad física. Con ropa quizás demasiado elegante para lo informal del almuerzo, el joven de cabellos negros y bien arreglados, miraba a su compañera cada pocos segundos, y parecía buscar cualquier tema para romper el hielo, ya que sin despegar nunca la vista de su plato, la chica parecía ignorarlo, ya sea consciente o inconscientemente.

Para cualquiera que viera a la pareja, les era imposible decir que ambos estaban comprometidos y que estaban esperando dar una fecha para la boda.

Dejando media docena de platos casi perfectamente limpios delante suyo, donde sólo quedaban huesos sin rastro alguno de carne, y roídos hasta el tuétano. La chica se levantó, e hizo una pequeña reverencia.

— gracias por el almuerzo señor Lumiere.

Asintiendo, el joven dejó su nerviosismo atrás y respondió.

— no tiene que agradecerme señorita Ha… Nereida…, ¿Desea quedarse un poco más y acompañarme con el café?

Sin mostrar ninguna reacción al ser llamada por su nombre sin su consentimiento, Nereida sin levantar la cabeza, solo dijo.

— preferiría retirarme a mi habitación, si no es mucha molestia.

Cerrando los ojos, y negándo levemente, el joven Fran cedió a su petición.

– no, no es molestia, puede retirarse.

– se lo agradezco mi señor.

Declaró la chica, y fue directo al interior del edificio sin voltear a ver al joven muchacho.

Una vez que la puerta se había cerrado, y el joven supo que estaba solo, se reclinó en la silla, llevó sus manos para cubrir su rostro, y dio un largo suspiro.

– dale tiempo, tiempo y espacio.

Declaró una voz femenina detrás suyo.

– no sé qué hacer con ella nana.

Dijo el joven sin quitar las manos de su rostro.

– lleva una semana aquí, y creo que está es la conversación más larga que hemos tenido.

– no está aquí exactamente por voluntad propia.

Respondió la anciana que vestía un elegante uniforme de sirvienta, mientras depositaba una taza humeante delante del muchacho.

Sorbiendo el café, Fran no tenía ni idea de cómo tratar con Nereida, como todos en el reino, había escuchado su historia muy de pasada, solo que en su caso, se enteró de la la parte final cuando una carta firmada por el Rey y otra por parte del General, le habían ordenado al punto de la amenaza que cuidara de la chica. Y antes de que tuviera la oportunidad de responder, un carruaje con su ahora prometida, ya estaba estacionado en la entrada de su casa.

Bebiendo un café que sabía inusualmente amargo, el chico estiró la mano para tomar la azucarera, pero la anciana le dio un manotazo.

– ya tiene 3 cucharadas, es malo tomar tanta azúcar.

Declaró la anciana, mientras retiraba la azucarera de la cercanía del joven.

Sobando su mano donde había sido golpeado, Fran miro a la anciana de largos cabellos canosos. Para cualquier otra persona, hubiera sido un terrible insulto o hasta un ataque directo al duque que gobierna el lugar, sin embargo, aquella anciana ahora jefa de sirvientas, fue en su momento niñera del joven, y lo había criado desde poco después de que el niño haya aprendido a hablar. Siendo Fran el último, o más bien el único de su linaje, aquella anciana un poco gruñona, era la única familia que le quedaba.

–¿Porque siempre me pasan estas cosas nana?

Se quejó el joven mientras volvía a reclinarse en la silla.

– ni siquiera la conozco y ahora debo casarme con ella, y si le llegará a ocurrir algo, tendré a su padre y un batallón de 10 mil soldados tocando mi puerta.

– y no olvides que si llegaras a engañarla, la casa Lumiere se quedaría sin descendencia.

Río la anciana mientras recogía los platos.

– escuche el rumor que el vizconde Stone nunca volvió a ser el mismo después de la patada que esa chica le dio a la gemas su familia, hay quienes dicen que hasta su voz se volvió más aguda.

Continuó la mujer mientras reía, y colocaba los trastes sucios en una bandeja.

– no es divertido nana, realmente no sé qué hacer y el pesar me ha quitado el sueño de las últimas noches.

Con esas palabras, el chico iba a dar otro sorbo a su café, pero la anciana también se lo quitó de las manos.

– si no puedes dormir, es porque tomas 20 tazas de café al día, ya me di cuenta que debo hacer que bajes la cantidad.

– venga nana, al menos déjeme eso, el café es lo único que me hace feliz.

Con un largo suspiro, la mujer le devolvió la taza al muchacho, que continuó bebiendo con más pesar que con gusto.

– dale espacio y tiempo.

Repitió la anciana.

– si eres demasiado insistente, solo harás que se cierre ante ti, la chica ha pasado por mucho, no está viviendo exactamente el mejor momento de su vida. Fue apartada de su familia, casi es ejecutada, está sola en un lugar donde no conoce a nadie, le tomará tiempo, pero poco a poco se abrirá. Solo dale su espacio.

– si...

Respondió el joven mirando su taza ahora vacía.

– fue obligada a ir a una tierra olvidada por la mano de Dios, donde nada crece y dónde todos son miserables...

– muchacho, muchacho…

Comentó la mujer mientras negaba con la cabeza.

– no te comas la cabeza, haces un buen trabajo como duque, está tierra ya tenía mala reputación desde mucho antes de que nacieras, no se cambia la percepción de la gente en un par de años.

Con un largo suspiro, el chico se reclinó en su silla, y llevó sus manos para cubrir su rostro.

– ya lo sé nana, es solo que… no sé cómo sentirme al descubrir que es un castigo tan horrible el casarse conmigo.

Sonriendo de manera triste, la anciana sirvienta colocó una mano en el hombro del joven duque.

– ayy, muchacho, muchacho, yo soy la que no sabe qué hacer contigo.

...****************...

Ajena a la conversación del duque y su nana, mientras Nereida caminaba en dirección a su habitación, se repetía a sí misma que estaba viviendo el mejor momento de su vida.

En este lugar había un frío bastante agradable, nada de ese calor sofocante que había en la capital, si no un frescor que la ayuda con el molestó problema de sudor que la había atormentado toda su vida.

En el medio del camino, se encontró con un pequeño grupo de sirvientas que apenas verla, se alegraron y le sonrieron.

— Buenas tardes señorita Hammer.

Declaró el grupo casi al unísono, con visible buen humor

– Buenas tardes.

Respondió la chica devolviendo la sonrisa. En este ducado, tan lejos de la capital, una persona como el príncipe, no era más que una figura a la que nadie podía darle cara, era importante, pero hasta ahí, a la mayoría le daba bastante igual si le había atacado o no.

Antes de continuar, solo para probar un punto, miró a las sirvientas y dijo.

– disculpen, ¿podrían subir una taza de té y aperitivos a mi habitación?

Con sonrisas en su rostro, el grupo le respondió de manera afirmativa, y casi fueron corriendo a cumplir su pedido.

En este lugar tan alejado, la historia de la agresión al príncipe casi no se había extendido porque no era alguien a quien conocieran, sin embargo, su otra reputación, la de una mujer que repudiaba a los hombres infieles, había calado bastante fuerte, y al llegar, se había ganado la aprobación de todas la mujeres casi al instante.

Caminando a su habitación, Nereida era feliz.

Aquí, las sirvientas le traían dulces siempre que pidiera, no estaba su madre para decirle que se sentará derecha, masticara con la boca cerrada, y no subiera los codos en la mesa.

Al llegar a su habitación, esta estaba casi vacía, pero no vacía como en su antigua habitación, en su hogar, gracias a su tradición militar, se practicaba mucho el ascetismo y por lo tanto no podía tener muchas cosas, sin embargo, aquí no habían tradiciones así, es por eso que más que un espacio vacío, su habitación era un lienzo en blanco.

Al llegar a su cama, mirando a las suaves almohadas, tomó una entre sus brazos, y acto seguido, se tiró a la cama y empezó a rodar mientras usaba la almohada para contener sus gritos. Nereida estaba feliz, tan feliz que quería gritar.

En este lugar no tenía que tomar clases de etiqueta o baile, no era obligada a recibir prospectos matrimoniales, no tenía que seguir las mil y un reglas de etiqueta que tanto imponía su madre, y por sobre todo, no tenía que unirse al ejército.

Nereida amaba a su padre, le encantaba entrenar con él, acompañarlo en sus partidas de caza, y había heredado el mismo amor por las espadas, sin embargo, Nereida no quería unirse al ejército, y menos aún ser comandante de tropas.

Simplemente, odiaba la vida noble con sus fiestas y su infinidad de reglas, y la vida militar le era una opción ligeramente mejor, aún le tenía sus peros, pero lo prefería a ser una "señorita de sociedad" como tanto deseaba su madre.

Al poco tiempo, escuchó que tocaron la puerta, y poniéndose de pie, dio permiso para que entraran.

Una tetera, y una bandeja llena casi a rebosar de pasteles y galletas, le fueron colocados en una pequeña mesita. Y aunque Nereida acaba de tener un almuerzo abundante, siempre tenía espacio para los postres.

Comiendo acostada en su cama, porque aquí no había nadie para decirle que no lo haga, Nereida estaba viviendo el mejor momento de su vida.

Podría recibir cartas de sus padres, y estos podrían visitarla en situación especiales como su cumpleaños o festivales, quitando el hecho que no podía salir del ducado de Lumiere, este lugar era un paraíso, y no podía hacer otra cosa que alabar a la siempre benevolente y muy sabia Reina, que sin decirle una sola palabra, había visto que Nereida era infeliz, y le había hecho hasta lo imposible para cumplir cada uno de sus caprichos.

Sin embargo, en su pequeño paraíso, había un problema que lo manchaba.

Ella era incapaz de ver a la cara al joven duque de Lumiere, porque cada vez que lo hacía, sentía su estómago contraerse, y sus mejillas sonrojarse.

Es por eso que se sentía un poco sola por no tener a nadie con quién hablar sobre eso, deseaba enviar una carta a su madre acerca del tema, pero estaba segura que solo le diría que es un efecto secundario de comer muchos dulces.

Dándose golpecitos en las mejillas, Nereida apartó todos esos pensamientos que oscurecían su mente. Este lugar era un pequeño paraíso, y no importaba que no la dejarán salir, era ella quien no tenía razones para irse.

Más populares

Comments

lechuza 🦉

lechuza 🦉

awww esta enamorada

2024-06-18

1

lechuza 🦉

lechuza 🦉

jaja todos reciben preocupados por ella y Nereida re feliz

2024-06-18

0

lechuza 🦉

lechuza 🦉

huy ya se deprimió

2024-06-18

0

Total
Capítulos
1 Prefacio.
2 Capitulo 1. El duque y ¿la paria?
3 Capitulo 2. Mantén tu distancia.
4 Capitulo 3. El estudio.
5 Capitulo 4. gema de ámbar.
6 Capitulo 5. las patatas.
7 Capitulo 6. almorzando con otra...
8 Capitulo 7. Neza.
9 Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.
10 Capitulo 9. Insistencia.
11 Capitulo 10. Denis
12 Capitulo 11. La primera salida.
13 Capitulo 12. Collette.
14 Capitulo 13. El campanario.
15 Capitulo 14. Prometida...
16 Capitulo 15. Una relación formal.
17 Capitulo 16. La verdad...
18 Capitulo 17. El plan, primeros pasos.
19 Capitulo 18. El plan, segundos pasos.
20 Capitulo 19. El plan, ejecución...
21 Capitulo 20. El plan, consecuencias.
22 Capitulo 21. Razones.
23 Capitulo 22. El cuadro.
24 Capitulo 23. Una promesa.
25 Capitulo 24. El collar.
26 Capitulo 25. Esa mirada...
27 Capitulo 26. Para mí amada...
28 Capitulo 27. Dudas.
29 Capitulo 28. Todo ha terminado.
30 Capitulo 29. Planta la duda.
31 Capitulo 30. Trabajo.
32 Capitulo 31. El castillo Ferrer.
33 capitulo 32. Un regalo especial.
34 Capitulo 33. Tu eras la mejor.
35 Capitulo 34. insomnio.
36 Capitulo 35. El primer mes.
37 Capitulo 36. Ojos de serpiente.
38 Capitulo 37. La propuesta.
39 Capitulo 38. Un primer paso.
40 Capitulo 39. Padre e hija.
41 Capitulo 40. Predecibles
42 Capitulo 41. Aquella habitación.
43 Thomas Richard Reyinal Lumiere.
44 Lo importante o "Lo importante"
45 Siempre.
46 Terapia de shock
47 Intenciones.
48 El primer paso.
49 Puntos suspensivos.
50 Mejor.
Capítulos

Updated 50 Episodes

1
Prefacio.
2
Capitulo 1. El duque y ¿la paria?
3
Capitulo 2. Mantén tu distancia.
4
Capitulo 3. El estudio.
5
Capitulo 4. gema de ámbar.
6
Capitulo 5. las patatas.
7
Capitulo 6. almorzando con otra...
8
Capitulo 7. Neza.
9
Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.
10
Capitulo 9. Insistencia.
11
Capitulo 10. Denis
12
Capitulo 11. La primera salida.
13
Capitulo 12. Collette.
14
Capitulo 13. El campanario.
15
Capitulo 14. Prometida...
16
Capitulo 15. Una relación formal.
17
Capitulo 16. La verdad...
18
Capitulo 17. El plan, primeros pasos.
19
Capitulo 18. El plan, segundos pasos.
20
Capitulo 19. El plan, ejecución...
21
Capitulo 20. El plan, consecuencias.
22
Capitulo 21. Razones.
23
Capitulo 22. El cuadro.
24
Capitulo 23. Una promesa.
25
Capitulo 24. El collar.
26
Capitulo 25. Esa mirada...
27
Capitulo 26. Para mí amada...
28
Capitulo 27. Dudas.
29
Capitulo 28. Todo ha terminado.
30
Capitulo 29. Planta la duda.
31
Capitulo 30. Trabajo.
32
Capitulo 31. El castillo Ferrer.
33
capitulo 32. Un regalo especial.
34
Capitulo 33. Tu eras la mejor.
35
Capitulo 34. insomnio.
36
Capitulo 35. El primer mes.
37
Capitulo 36. Ojos de serpiente.
38
Capitulo 37. La propuesta.
39
Capitulo 38. Un primer paso.
40
Capitulo 39. Padre e hija.
41
Capitulo 40. Predecibles
42
Capitulo 41. Aquella habitación.
43
Thomas Richard Reyinal Lumiere.
44
Lo importante o "Lo importante"
45
Siempre.
46
Terapia de shock
47
Intenciones.
48
El primer paso.
49
Puntos suspensivos.
50
Mejor.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play