Capitulo 10. Denis

Con el almuerzo terminado y a varias horas de ser servida la cena, la cocina de la mansión se encontraba vacía. Todo estaba muy limpio y en perfecto orden. Para Nereida, que solo había estado aquí en una única ocasión durante la madrugada de ayer, el sitio le parecía incluso diferente.

– En primer lugar, vamos a necesitar una olla, y también habrá que revisar la bodega, depende de qué carne queramos usar, los demás ingredientes que vamos a usar.

Asintiendo, Nereida abrió un par de repisas del estante de más arriba, hasta que vio una olla con un tamaño que le pareció justo.

– La envidio mucho, señorita…

Declaró Neza al mirar cómo la chica sacaba la olla de la estantería sin ninguna dificultad.

– Debe ser maravilloso ser tan alta, poder llegar a todos los estantes sin la necesidad de un banquillo.

– Ni tanto.

Declaró Nereida mientras asentaba la olla en una mesa.

– Hay lugares donde no puedo entrar, y si estoy distraída, suelo golpearme con el marco de las puertas. No tenía ese problema en casa, donde mi padre es incluso más alto que yo, y las puertas ya tomaban su altura en consideración, pero al llegar aquí, ya debo haberme golpeado la cabeza al menos 5 veces en el marco del baño, que no entiendo por qué es tan pequeño.

Profiriendo un suspiro, Neza miró a su compañera de arriba a abajo en un par de ocasiones.

– Aún así, la envidio. Lo que yo podría hacer con su fuerza, podría poner en cintura a mi padre y obligarlo a trabajar en vez de estar de haragán.

A esas palabras, la chica las acompañó colocándose en pose de pelea y dando dos puñetazos al aire. Sin embargo, algo confundida, Nereida hizo una pregunta.

– Si a tu padre no le gusta trabajar, ¿qué problema tiene en que te encargues de los negocios?

– ¡Vamos a ver la bodega! Debe ser esa puerta, ¿verdad?

Respondió Neza dando media vuelta y señalando una puerta al fondo de la cocina.

Con la forma tan brusca de cambiar de tema, Nereida asumió que Neza no quería hablar de eso. Es por eso que eligió respetar su privacidad y no insistir. Es probable que la chica tuviera una situación familiar difícil, y si no quería hablar, tampoco iba a obligarla.

Pese a que un grueso candado debía proteger la puerta, en ese momento se hallaba abierto y las chicas no tuvieron problemas en entrar. La bodega de la mansión bajaba hasta el sótano, donde el frío era más intenso, y ambas mujeres, acostumbradas a climas más cálidos como los de la capital real, no pudieron evitar tener un leve escalofrío.

Una vez en el sótano, mientras Neza elegía verduras y carne, Nereida estaba un poco incómoda.

– ¿Estás segura de que no debemos avisar a alguien? No pedimos permiso para estar aquí.

– Usted es la prometida del duque, nadie debería poder decirle nada.

Replicó Neza mientras llenaba una pequeña cesta con cebollas, ajos y un gran corte de carne de cerdo.

– Bueno, técnicamente soy una candidata, nunca se anunció el compromiso ni nada similar.

– Es lo mismo.

Respondió Neza, terminando de elegir. Con la cesta llena, ambas mujeres se encaminaron a la escalera, pero a medio camino escucharon algo que las hizo detenerse.

El eco de unos gruñidos por esfuerzo, pasos de algo muy pesado y la sensación de que sea lo que sea, se estaba acercando a la puerta de la bodega, hicieron que ambas jóvenes dieran un paso atrás.

Abriendo la puerta casi de golpe, una silueta vagamente humana apareció en el marco. Era enorme, más alto que la propia Nereida, y casi al punto de no caber por la misma puerta. Sus brazos y piernas eran gruesos como troncos, de hombro a hombro abarcaba casi la misma distancia de la apertura del marco. Una máscara de aspecto tosco y tribal cubría su rostro, un gran costal ensangrentado era cargado sobre su hombro, el delantal que cubría su pecho estaba prácticamente rojo por la sangre y en su mano libre, un afilado cuchillo todavía goteaba un líquido carmesí.

Gruñendo, la criatura miró a su alrededor y al notar a las mujeres gritó…

– ¡¡INP TRU SOS!!

La voz de la bestia sonaba rasposa y muy gutural, haciendo casi imposible que una voz así sea humana.

– ¡¡INP TRU SOS!!

Volvió a gritar con más fuerza, solo que esta vez, el nuevo grito sacó a ambas chicas del letargo ocasionado por el miedo, y al grito de la criatura, se sumó el grito de las jóvenes.

Después del sonoro grito que hizo eco en toda la mansión, Nereida empujó a Neza para que se quedara detrás de ella, mientras la criatura empezaba a bajar las escaleras a paso rápido.

– ¡¡¡ENEE SOIS!!!!

Gruñó la bestia, quedando a escasos metros de las chicas y apuntándolas con su cuchillo.

Sin perder tiempo, Nereida pateó la mano donde la bestia sujetaba el arma, haciendo que ésta saliera volando a varios metros de distancia.

Gruñendo de dolor, la bestia tiró el costal que sujetaba y se abalanzó sobre la chica. Previendo el movimiento, Nereida ya estaba preparada para contraatacar. Una patada directa a su estómago fue detenida por la combinación de músculo y grasa del gigante, y apenas lo hizo retroceder. Aprovechando el tiempo que le dio el leve trastabilleo, Nereida tomó impulso y, golpeando con su hombro, intentó hacer que el gigante cayera, pero plantando con fuerza los pies en el suelo, la criatura se mantuvo firme.

Sin apenas espacio para moverse, la bestia sujetó a Nereida de los hombros y la levantó sin el menor esfuerzo. Pero apenas se levantaba, la joven aprovechó para darle un rodillazo justo en el mentón, obligándolo de esa forma a soltarla.

Logrando caer de pie, la chica pateó una de las piernas de la bestia para hacerle perder el equilibrio, pero una vez más le faltó fuerza para hacerlo tambalear. Y sin que se diera cuenta, una mano mucho más grande que su cara la tomó por el cuello.

Tirando rodillazos y patadas, Nereida quería hacer que la bestia la soltara. Y pese a que sus uñas se clavaban en la carne del brazo que la sujetaba, al punto que un hilillo de sangre caía, la bestia no tenía intenciones de dejarla ir.

– ¿ENN ERESSS?

Gruñó la bestia, pero su grito fue opacado por uno más fuerte que venía de afuera de la bodega.

– ¿¿¿¡¡¡Qué demonios está pasando aquí!!!???

Gritó la jefa Mirta con los cabellos revueltos y jadeando por la carrera que había tenido que dar.

Con la imagen de la mujer a punto de desplomarse en el marco de la puerta, la bestia soltó a Nereida y corrió hacia donde estaba la anciana. De un único movimiento la cargó y salió de la vista que la entrada dejaba ver.

Jadeando un momento para recuperar el aire, Nereida notó que Neza se había ocultado debajo de una estantería. Sabiendo que estaría segura ahí, la chica buscó con la vista el cuchillo que llevaba la criatura y se abalanzó sobre él al ver una parte de su mango en medio de unas cajas. Con un arma a su disposición, salió disparada por las escaleras, pero al subir a la cocina, tuvo que detenerse en seco.

La jefa Mirta se hallaba recuperando el aliento sentada en una silla, mientras la enorme bestia asentaba una taza de té delante de ella. A la escena, una docena de sirvientas llegaron corriendo. Todas preguntaban qué estaba pasando, pero ninguna parecía notar algo mínimamente extraño en la enorme criatura cubierta de sangre que llevaba una extraña máscara de madera.

Después de dar un sorbo al té que le habían ofrecido, la anciana se mostró más calmada y miró de manera fría a Nereida.

– Niña… ¿no ves que ya estoy muy mayor para que me den estos sustos? ¿Qué rayos estabas haciendo?

Con el cuchillo todavía en su mano e incapaz de procesar la escena, Nereida solo podía tartamudear.

– No, pero yo… pero… ¿quién es él?

Preguntó mientras señalaba al enorme ser que se había quedado al lado de la anciana.

Mirando de reojo a "la bestia", la anciana dio un suspiro.

– Él es Denis, es el jefe de la cocina. Y ya le había dicho que esa tonta máscara algún día le daría un susto a alguien.

Lanzando un gruñido de súplica, Denis negó con la cabeza, pero la anciana insistió.

– Quítate la máscara, muchacho, no me hagas hacer que la esconda de nuevo.

Sin la máscara puesta, reveló el rostro de un hombre a finales de sus 30. Tenía una cara redonda similar a la de un niño, cabello castaño bastante corto y al menos una docena de feas cicatrices que iban desde su mejilla a su cuello.

Al tener el rostro, o mejor dicho, sus cicatrices al descubierto, el hombre dio un par de pasos atrás y se mostró avergonzado.

– Sufrió un "accidente" hace ya algunos años. Fue un milagro que lograra salvarle, pero su garganta quedó casi destrozada y no puede hablar mucho.

Mirando a "Denis", la imagen mental que Nereida se había hecho se rompió. Para hacer esas flores tan delicadas, ella imaginaba que Denis debía ser una mujer pequeña y con facciones aniñadas, no el gigante de aspecto bruto que tenía delante.

Aunque la chica tenía la cabeza todavía más confundida por la revelación, eso no detuvo el interrogatorio de la anciana.

– Muy bien, ahora dime niña, ¿qué estabas haciendo?

– Ehh, pues yo… queríamos usar la cocina…

– ¿Y le avisaste a alguien?

– No. Lo siento...

Bajando la cabeza, Nereida se sentía avergonzada de sus actos. Y aunque para la anciana Mirta el regaño apenas había empezado, asomándose por una esquina de la puerta, una chica con trenzas dejó ver su rostro, y solo con verla, la anciana entendió parte de la historia.

– Es una suerte que el duque haya salido.

Declaró la anciana después de soltar un largo suspiro.

– Nadie dirá una palabra de lo que ocurrió esta tarde, ¿me oyeron?

Mirando a las sirvientas, cuyo número se había casi triplicado, todas asintieron e hicieron ademán de cerrar sus labios. Dirigiendo su vista a Nereida, ésta asintió todavía avergonzada. E ignorando a la loca de las patatas, que carecía de voz y voto, la anciana miró a Denis y le preguntó:

– ¿Estás conforme con el resultado? Esa señorita bastante alta es algo así como la prometida del joven duque. Es una mocosa torpe e impulsiva que desde que llegó me saca canas verdes, pero no diría que es mala chica.

Con un tenue gruñido, Denis asintió y miró de reojo a Nereida. Y aunque era imposible saber qué pasaba por la cabeza del gigante, la chica creyó verlo asentir por un instante.

Unos minutos después, la multitud de sirvientas se había dispersado, la jefa Mirta había sido llevada a su cuarto a descansar, y mientras Denis limpiaba las manchas de sangre que habían quedado en el piso, tanto Nereida como Neza se habían quedado en una esquina bastante avergonzadas sin saber qué hacer.

Suspirando, Nereida miró a Neza y, aunque ya era un poco tarde, empezó a caminar en dirección a Denis y decidió hacer las cosas bien.

– Señor Denis.

Declaró la chica, parándose derecha y bajando levemente la cabeza. Deteniendo su trabajo, el gigante la miró de frente.

– Perdón por las molestias que le ocasioné. Le pido disculpas y le pido que me deje usar un espacio de su cocina.

Soltando un tenue gruñido en respuesta, el hombre asintió e hizo un ademán de que era libre de usar lo que le plazca.

...****************...

A varias horas de haber caído la noche, el carruaje del duque volvió a la mansión. A una hora donde la mayoría ya se había ido a su cama, Fran le dio las buenas al cochero y, después de haber saludado a los guardias que hacían la ronda, se encaminó a la entrada de la mansión.

Al abrir la puerta, como en todas las ocasiones, la jefa Mirta estaba de pie esperándolo y, como siempre hacía cuando el duque volvía a casa, le dio la bienvenida.

– Buenas noches, joven Fran.

– Buenas noches, nana.

Respondió el muchacho.

– Volviste muy tarde.

– Nos surgió un problema, tardamos mucho en solucionarlo, pero ya está.

Asintiendo, la mujer tomó el saco del duque y lo condujo al interior de la mansión.

– He de suponer que no ha cenado. Acompáñeme, le serviré.

– Gracias, nana.

Llegando a la cocina, Fran se sentó a la mesa y, de una olla que hervía a fuego lento, la mujer le sirvió un plato de estofado.

Mirando el plato frente a él, Fran podía reconocer cebollas, trozos de cerdo, zanahorias y unas rodajas blancas que se le hacían conocidas.

– ¿Qué es esto, nana?

Preguntó el joven mientras tomaba una de las rodajas blancas con su cuchara.

– Se llama "estofado de cerdo y patatas". Lo prepararon la señorita Hammer y esa chica Neza, aunque bueno, esta es la versión que Denis hizo imitando la receta con las patatas que sobraron. La primera olla desapareció en el estómago de la señorita y de unas 20 sirvientas que llegaron atraídas por el olor.

Comiendo el estofado, el sabor era excelente. Podía notar la gran habilidad culinaria de Denis al condimentar el plato, pero aún así, no podía quitar mérito a las llamadas patatas. Eran un cultivo versátil, a la par que sabroso. Si podían cultivarlas en el ducado, uno de los mayores problemas estaría cubierto.

– Esa chica, ¿fue demasiado insistente hoy?

Preguntó mientras seguía masticando en silencio.

– Sí, se plantó en la puerta desde la mañana intentando hablar con usted, y cuando sintió que era inútil, pidió hablar con la señorita y ésta aceptó recibirla.

Terminado de comer, Fran se reclinó en la silla y se puso a pensar.

– ¿Has descubierto algo, nana? Realmente quiero aceptar el contrato, pero hay algo que no me gusta de esa mujer.

– En efecto.

Dijo la anciana sirvienta mientras sacaba las dos cartas que le había entregado el duque y una tercera de parte del experto filógrafo.

– El viejo Tomás ya las revisó, dijo que ambas firmas son tan similares como el día y la noche.

Colocando ambas cartas delante de él, Fran comenzó a leer el informe del filógrafo.

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Comments

Brocoly 1 nena

Brocoly 1 nena

me recuerda al cocinero de total drama

2023-07-20

1

Brocoly 1 nena

Brocoly 1 nena

uffff casi crei que iba a lastimar a señor cocinero

2023-07-20

0

Brocoly 1 nena

Brocoly 1 nena

a de ser el cocinero XD

2023-07-20

0

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Capítulos
1 Prefacio.
2 Capitulo 1. El duque y ¿la paria?
3 Capitulo 2. Mantén tu distancia.
4 Capitulo 3. El estudio.
5 Capitulo 4. gema de ámbar.
6 Capitulo 5. las patatas.
7 Capitulo 6. almorzando con otra...
8 Capitulo 7. Neza.
9 Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.
10 Capitulo 9. Insistencia.
11 Capitulo 10. Denis
12 Capitulo 11. La primera salida.
13 Capitulo 12. Collette.
14 Capitulo 13. El campanario.
15 Capitulo 14. Prometida...
16 Capitulo 15. Una relación formal.
17 Capitulo 16. La verdad...
18 Capitulo 17. El plan, primeros pasos.
19 Capitulo 18. El plan, segundos pasos.
20 Capitulo 19. El plan, ejecución...
21 Capitulo 20. El plan, consecuencias.
22 Capitulo 21. Razones.
23 Capitulo 22. El cuadro.
24 Capitulo 23. Una promesa.
25 Capitulo 24. El collar.
26 Capitulo 25. Esa mirada...
27 Capitulo 26. Para mí amada...
28 Capitulo 27. Dudas.
29 Capitulo 28. Todo ha terminado.
30 Capitulo 29. Planta la duda.
31 Capitulo 30. Trabajo.
32 Capitulo 31. El castillo Ferrer.
33 capitulo 32. Un regalo especial.
34 Capitulo 33. Tu eras la mejor.
35 Capitulo 34. insomnio.
36 Capitulo 35. El primer mes.
37 Capitulo 36. Ojos de serpiente.
38 Capitulo 37. La propuesta.
39 Capitulo 38. Un primer paso.
40 Capitulo 39. Padre e hija.
41 Capitulo 40. Predecibles
42 Capitulo 41. Aquella habitación.
43 Thomas Richard Reyinal Lumiere.
44 Lo importante o "Lo importante"
45 Siempre.
46 Terapia de shock
47 Intenciones.
48 El primer paso.
49 Puntos suspensivos.
50 Mejor.
Capítulos

Updated 50 Episodes

1
Prefacio.
2
Capitulo 1. El duque y ¿la paria?
3
Capitulo 2. Mantén tu distancia.
4
Capitulo 3. El estudio.
5
Capitulo 4. gema de ámbar.
6
Capitulo 5. las patatas.
7
Capitulo 6. almorzando con otra...
8
Capitulo 7. Neza.
9
Capitulo 8. Y así, finalmente están en el punto de partida.
10
Capitulo 9. Insistencia.
11
Capitulo 10. Denis
12
Capitulo 11. La primera salida.
13
Capitulo 12. Collette.
14
Capitulo 13. El campanario.
15
Capitulo 14. Prometida...
16
Capitulo 15. Una relación formal.
17
Capitulo 16. La verdad...
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Capitulo 17. El plan, primeros pasos.
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Capitulo 18. El plan, segundos pasos.
20
Capitulo 19. El plan, ejecución...
21
Capitulo 20. El plan, consecuencias.
22
Capitulo 21. Razones.
23
Capitulo 22. El cuadro.
24
Capitulo 23. Una promesa.
25
Capitulo 24. El collar.
26
Capitulo 25. Esa mirada...
27
Capitulo 26. Para mí amada...
28
Capitulo 27. Dudas.
29
Capitulo 28. Todo ha terminado.
30
Capitulo 29. Planta la duda.
31
Capitulo 30. Trabajo.
32
Capitulo 31. El castillo Ferrer.
33
capitulo 32. Un regalo especial.
34
Capitulo 33. Tu eras la mejor.
35
Capitulo 34. insomnio.
36
Capitulo 35. El primer mes.
37
Capitulo 36. Ojos de serpiente.
38
Capitulo 37. La propuesta.
39
Capitulo 38. Un primer paso.
40
Capitulo 39. Padre e hija.
41
Capitulo 40. Predecibles
42
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