¡Ellos Serán Nuestro Milagro! [KiriTodo]

¡Ellos Serán Nuestro Milagro! [KiriTodo]

Capítulo 1

Los nervios de aquel joven alfa se podía sentir con sólo pasarle por al lado, por suerte el chico llevaba un parque que evitaba que sus feromonas salieran disparadas por doquier. El chico se encontraba dirigiéndose hacia la gran casa de la familia Todoroki, llevando un ramo de rosas, unos bombones y un pequeño peluche de un gato bicolor que él mismo había tejido para su omega, si bien él mismo no era dela misma clase social que su destinado, eso no lo detenía a querer estar junto a él sin ningún interés monetario de por medio.

Eijiro ya había estado cortejando a Shouto desde hacía un par de semanas atrás, los resultados de dicho cortejo eran excelentes, tratándose de la parte del omega, pero sabía que el verdadero reto y la parte más complicada estaba detrás de aquellas grandes puertas marrones que llevaba observando desde hace cinco minutos y sin poder o mejor dicho, querer tocar. Sabía que el padre de la familia era un señor muy sobreprotector con el omega varón, el único en la familia, aunque la mayor de los hermanos también era una omega, pero el menor era el más protegido, además del resto de los alfas de la familia que también sobreprotegían a Shouto, provocando que el omega se estresara y discutiera con ellos mucho más seguido de lo usual. Por ello, no sabía con qué se iba a encontrar cuando entrara y eso lo tenía bastante tenso.

—¿Seguirás de pie allí o vas a tocar de una vez por todas? —Cuestionó Touya desde atrás, sintiéndose estresado con el más joven.

—¡Touya, eso es grosero! ¡Déjalo en paz! ¿No ves que está nervioso? —Cuestionó Fuyumi a su hermano mayor con el fruncido, mismo que suavizó al voltear a ver al pequeño alfa, sabía bien por quién iba. —Hola ¿buscas a Shou?

Eijiro se quería morir allí mismo, dos de los hermanos mayores de Shouto se encontraban frente a él, sus nervios se había disparado aún más al escuchar la voz del mayor de todos, por ello fue que su cerebro no procesó bien cuando respondió la pregunta de la mayor. Primero había asentido y luego negó, una parte de él estaba convencido de que iba por Shouto, pero la otra y la que estaba más decidida, sabía que había ido a hablar primero con el padre de la familia y si tenía suerte, con la madre también.

—¿Sí o no? Decídete chico —Pidió Touya con las manos en ambos lados de su cintura.

—Touya, basta —Pidió Fuyumi pellizcándole el brazo al mayor, ignorando su queja y la mala mirada que le daba. —¿A quién vienes a ver primero?

—A su padre —Respondió Eijiro con toda la seguridad que en esos instantes le salía.

—No creo que el viejo tenga gustos de pederasta —Bromeó Touya antes de huirle al golpe de la menor para abrir las puertas. —Ya, está bien, pasa de una buena vez por todas.

—¿Los regalos son para Shou, cierto? —Cuestionó Fuyumi al acercarse al más joven quien asentía en silencio. —Eso supuse. Ven, te llevaremos con papá.

—Gracias —Murmuró Eijiro antes de seguir a los dos mayores al interior de la gran casa.

Los dos mayores invitaron al menor a pasar, sintiendo vergüenza de inmediato al escuchar a su padre discutir con el menor de la familia, quien lo evitaba cada día desde que el hombre trató de obligarlo a casarse con un desconocido.

—¡Oye viejo, te buscan! —Avisó Touya al dirigirse primero a la sala. —¡Hermanito, te aconsejo no marcharte porque también es contigo!

—¡Touya deja los gritos, estoy tratando de hablar con tu hermano! —Regañó Enji sin importarle la visita y volvió a ver hacia el menor de sus hijos, pero ya no estaba en el sillón donde lo había visto y al buscarlo con la mirada, lo encontró abrazando a un chico que no conocía y sonriéndole, además. —¡Shouto! —Gritó, alargando la o.

El nombrado ignoró por completo a su padre, estaba más concentrado en aquellos detalles que Eijiro le había llevado como parte de su cortejo, sabía la razón de que buscara a su padre y no podía estar más encantado con él, aunque parte de ese sentimiento se lo llevaba aquel peluche tejido que le había pedido al alfa hace semana atrás al saber que tejía peluches.

—Lo hiciste con los mismos colores de mi cabello —Murmuró encantado con el detalle.

—Y con el color de tus ojos también —Señaló Eijiro quien se sentía más tranquilo gracias a las feromonas que su omega estaba soltando y lo agradecía enormemente.

—Oh, nunca había visto a Shou más contento con algo como ahora y eso que las flores también están preciosas —Comentó Fuyumi con una pequeña risa, observando desde el umbral de la puerta.

—Y yo no había visto a nadie sobrevivir tanto tiempo a la mala mirada del anciano —Se burló Touya mientras veía a su padre gruñir y refunfuñar en el sillón, notando a su madre detrás de su hermana. —Mamá.

—La razón de que Shouto prefiera un peluche antes que las flores es porque fue hecho a mano por el alfaque le gusta y es un bonito detalle —Comentó Rei quien veía a su cachorro ilusionado con el gato bicolor que estaba tejido de manera perfecta. —¿Eres Eijiro, cierto?

—Así es, señora Todoroki —Respondió Eijiro rápidamente con sus nervios volviendo a trepar su sistema.

—Está bien, puedes llamarme Rei —Ofreció la omega con una sonrisa afable en sus labios.

—N-No podría, señora —Respondió Eijiro rápidamente. —Quisiera hablar con su esposo y con usted si es posible.

—No —Sentenció Enji con seriedad y ganándose la mala mirada de su hijo menor. —Lo que sea que vayas a pedir es un no rotundo.

Shouto soltó un gruñido hacia su padre por aquella negación sin escuchar nada de lo que su alfa tenía para decirle. Eijiro tomó suavemente la mano ajena para relajarlo y le regaló una sonrisa cuando tuvo aquella mirada heterocromática que tanto le fascinaba, sobre sí.

—Calma bonito, yo me encargo —Murmuró suavemente antes de entregarle el ramo con los bombones.—Señor Todoroki, entiendo que su instinto le pide que se niegue a entregar a su hijo menor, quien es un omega varón, a cualquiera, pero le aseguro que no lo soy, si bien no soy de su misma clase social, como bien puede notar, aun así mi amor por su hijo no es por mero interés, amo a su hijo por la persona que es, con sus virtudes y sus defectos, aunque bien le he dicho que no los tiene, yo no le he visto ninguno —Comenzó a decir con total sinceridad y seriedad antes de continuar. —Quiero que sepa usted y su esposa que comencé a cortejar a Shouto hace dos semanas, pero quise presentarme ante ustedes antes de que el mes terminara.

—Sigue siendo no, mocoso —Gruñó Enji sin importarle la mala mirada delos tres omegas de su familia.

—Enji —Advirtió Rei seriamente.

—Papá/viejo —Advirtieron Touya y Fuyumi al mismo tiempo también.

Las tristes feromonas de Shouto se esparcieron como humo por toda la sala y aquello preocupó a Eijiro quien sentía a su animal gruñir molesto.

—¿Sabe qué? Ya no me importa si me acepta o no, yo cumplí con mi deber de venir a presentarme ante usted —Sentenció con total seriedad y se colocó frente a Shouto para ver fijamente al hombre pelirrojo. —Yo, Kirishima Eijiro, terminaré de cortejar a su hijo con o sin su permiso.

—Eiji —Murmuró Shouto sorprendido por las palabras ajenas.

El silencio se formó poco después del murmullo del menor mientras Rei, Touya y Fuyumi veían hacia Enji, esperando a que hablara, sabían que no habría ninguna expresión en el hombre puesto que su entrenamiento militar se lo prohibía, aun así esperaban al menos algún comentario, aunque se sorprendieron al escuchar primero un suspiro.

—¿Es eso lo que quiere, Shouto? —Cuestionó Enji refiriéndose al alfa pelinegro.

—Sí, quiero a Eijiro como mi alfa, papá —Respondió Shouto colocándose al lado del nombrado con la mirada decidida hacia su padre.

—Eso puedo ver —Murmuró Enji con pesar antes de ver hacia el alfa joven con seriedad. —Tienes agallas muchacho, me diste la contraria como un verdadero alfa, creí que sólo eras un cobarde que se quedaría detrás de las feromonas de mi hijo, pero supiste defenderte y a tu cortejo —Comentó directamente hacia Eijiro quien estaba sorprendido, aun así no lo dejó hablar. —Esto no significa que te acepte, no todavía, no hasta ver que verdaderamente te mereces a mi hijo.

—No soy un cobarde, señor, sólo no tengo su mismo entrenamiento, por eso, yo sí conozco lo que es que la valentía con la que llegas, se esfume como humo cuando te encuentras frente a los padres de la persona que te gusta —Respondió Eijiro con una sonrisa leve hacia el hombre antes de formar una venia. —¡Le prometo que no se arrepentirá cuando me acepte, haré muy feliz a Shouto y lo protegeré con mi vida de ser necesario!

—Eiji —Se quejó Shouto con el sonrojo trepando sus mejillas por la vergüenza que le causaba las palabras ajenas.

Enji observó a su hijo y la reacción de éste, asintió levemente mientras volvía a observar al joven que ahora conocía como Eijiro, supuso que ya no había forma de hacer cambiar de opinión a su cachorro, después de todo, su animal interno también había escogido a aquel muchacho. Solamente le deseó suerte a Eijiro antes de levantarse del sillón para retirarse hacia su oficina a hacer un poco de papeleo para calmar su mente.

—Bueno, eso pudo haber sido peor —Comentó Touya con la risa en su voz antes de resoplar. —Aunque me esperaba más dramatismo, gritos, sangre luego de una pelea entre los dos, pero supongo que el viejo se está ablandando por ser Shouto y por la edad, qué triste.

—Tú también te ablandaste, Touya —Se burló Rei de su primogénito quien la vio indignado por tal traición, provocando que el resto también riera. —Dejemos a Touya con su indignación y vamos a merendar, tú también estás invitado, Eijiro.

—Gracias, lamento las molestias —Respondió Eijiro avergonzado mientras seguía a los hermanos y a la madre de Shouto, teniendo a éste a su lado, así que no tardó en ayudarlo con el ramo y se dio cuenta que quizás exageró un poco con la cantidad de estas. —Presiento que lo que más te gustó fue el peluche y nada más.

—Eso es mentira, aunque sí es mi favorito de entre todo —Confesó Shouto con una sonrisa pequeña sonrisa pequeña sobre sus labios mientras se pegaba al cuerpo ajeno con un suave ronroneo. —¿Me harás más?

—Claro que sí mi bonito —Respondió Eijiro entre risas, rodeándole la cintura mientras lo veía contento con el peluche mediano. —Tengo curiosidad ¿Por qué es tu favorito?

—Porque huele a ti —Respondió Shouto con mucha sinceridad mientras dejaba a Eijiro en el umbral de la puerta para acomodarse.

Los otros tres pudieron ver el rostro del joven pintarse en completo rojo por la respuesta que Shouto le había entregado tan naturalmente y terminaron riéndose cuando lo vieron esconder el rostro entre las rosas. Rei se apiadó de él y lo invitó a sentarse, quitándole las rosas para acomodarlas dentro de uno de los jarrones vacíos de la casa, dejando que Fuyumi sirviera el té para todos y luego de terminar con lo que había, fue por los pedazos de pastel que había hecho antes de la llegada de Eijiro. Éste último no tardó en acomodarse al lado de Shouto quien se volvió a pegar a su cuerpo para tomar sus bombones y guardarlos antes de que Natsuo llegara, no pudiendo hacerlo a tiempo, puesto que el mayor cruzó la puerta y fijó su mirada en la pequeña mesa con felicidad.

—¡Bombones! —Exclamó Natsuo contento al ver los pequeños chocolatitos.

—¡Son míos, fuera! —Exclamó Shouto defendiendo su regalo de cortejo, guardando todo antes de terminar de pegarse a Eijiro.

—Nada de eso, sabes bien que si hay bombones en casa, es nuestro —Corrigió Natsuo acercándose al menor. —Dame la mitad, Shou.

—¡No! ¡Son parte de mi cortejo, no del tuyo! —Exclamó Shouto abrazándose a Eijiro antes de fruncir el ceño y sacarle la lengua al mayor.

—¿Cortejo? —Cuestionó Natsuo dándose cuenta del otro adolescente que se encontraba abrazando a su hermanito. —¿Y tú quién eres?

—Kirishima Eijiro —Se presentó el pelinegro con calma, manteniendo agarrado a Shouto en caso de que tuviera que defenderlo de su propio hermano.

—¿Y cortejas a mi hermanito? —Cuestionó Natsuo olvidándose de los bombones para ver al chico de manera seria al verlo asentir. —Eso sí que no, prohibido.

—Ya papá lo sabe, Natsuo —Comentó Fuyumi alejando al menor de la pareja para que no hubiera una pelea entre alfas. —Y mamá lo aceptó, así que bájale a tus feromonas territoriales —Regañó.

—¿Mamá lo aceptó? —Cuestionó Natsuo con sorpresa antes de buscar a Touya con la mirada para que le diera refuerzos, pero hasta el mayor parecía aceptar al muchacho. —Hermano ¿tú también?

—Ya basta, Natsuo —Regañó Rei llegando con una bandeja en manos, arrodillándose al lado de Shouto para comenzar a entregar los platos hacia cada uno para que acompañaran el té. —Siéntate a comer la merienda y deja de ver a Eijiro tan feo —Ordenó casi sutilmente.

—Pero mamá, es Shou-

—Siéntate Natsuo —Interrumpió Rei viendo de manera seria a su hijo.

Todos vieron al nombrado acomodarse rápidamente a un lado de Touya en completo silencio mientras tomaba su pedazo de pastel sin refutar nada más, aunque de vez en cuando veía de manera seria al desconocido que abrazaba a su hermanito. Rei se disculpó con Eijiro por el comportamiento de su hijo y éste último rió divertido mientras negaba levemente, no le había molestado la actitud ajena, de hecho, se encontraba entretenido y a la expectativa.

—Cuéntame, Eijiro ¿quién te enseñó a tejer? —Cuestionó Rei queriendo conocer más al pelinegro que formaría parte de su familia pronto.

—Fue mi madre —Respondió Eijiro con una sonrisa nostálgica sobre sus labios antes de continuar. —Solía enseñarme a tejer cuando la iba a visitar al hospital para que aprendiera a hacerle flores que no se marchitaran, con el tiempo, después de su muerte, yo mismo aprendí a hacer más cosas tejidas para mantenerla presente y conmigo.

—Oh, es una pena, debió ser una mujer grandiosa —Comentó Rei con pesar al ver al chico deprimirse por su pregunta. —¿Has vuelto a hacer más flores tejidas?

—Lo fue, papá me lo recuerda cada día —Concordó Eijiro con una sonrisa leve sobre sus labios antes de asentir a la pregunta. —Suelo hacer una en su cumpleaños y en el día en el que murió, hago claveles y orquídeas, sus favoritas —Contó antes de ver hacia Shouto de manera momentánea. —Aunque hice una rosa y un girasol para Shou cuando le pedí permiso para cortejarlo.

—¿De verdad? No las llegué a ver —Comentó Rei de manera pensativa.

—Están muy bien guardadas en mi habitación —Aseguró Shouto con seriedad. —Y este bonito gatito las acompañará pronto.

—Creí que se las mostrarías —Comentó Eijiro bastante divertido por las expresiones de los mayores.

—Por supuesto que no, es mi regalo, no tienen por qué verlos —Respondió Shouto indignado por las palabras ajenas lo vio serio cuando lo escuchó reírse. —¿Qué?

—Ya vieron estos —Le contó Eijiro como si fuera un secreto.

—Lo sé, pero no por eso tienen derecho a ver el resto de mis regalos —Sentenció Shouto seriamente y se cruzó de brazos con el ceño fruncido. —No los voy a mostrar.

Todos terminaron riéndose por el berrinche de Shouto y Eijiro asintió levemente para demostrarle que no lo obligaría a hacerlo, acercándose a dejarle un beso en la mejilla de manera natural como solía hacer para contentarlo y olvidando que tenía cuatro pares de ojos observándolos, al menos por unos segundos, volteó a verlos con un sonrojo avergonzado en sus mejillas por lo que había hecho.

—Lo siento, es costumbre —Comentó, viendo a la madre de la familia.

—¡¿Besas a mi hermanito?! —Cuestionó Natsuo completamente alterado mientras se levantaba para acercarse a tomarlo por el cuello de la camisa y alzarlo. —¡¿Cómo te atreves?!

—¡Natsuo suéltalo! —Ordenó Shouto golpeando a su hermano para que dejara a Eijiro tranquilo. —¡Yo le di permiso para hacerlo!

Aquella confesión provocó que Natsuo entrara en shock, soltando de inmediato al pelinegro antes de ver hacia su hermanito sin poder o saber decir nada, podía ver que el menor estaba avergonzado por sus palabras, pero no mentía y tampoco parecía estar obligado a decir aquello, así que sus hombros se hundieron al notar que efectivamente el chico había sido aceptado por Shouto y el omega interior de éste, no había podido cumplirse la promesa de hacer que su hermano menor llegara soltero hasta los diecinueve y con la culpa carcomiéndole, salió de allí hacia su habitación para encerrarse en esta.

—¿Estás bien Eiji? —Cuestionó Shouto preocupado por su alfa mientras alisaba su camisa con suavidad. —Natsuo tonto —Murmuró entre pequeños gruñidos.

—Estoy bien bonito, no te preocupes —Respondió Eijiro tomándole las manos para mantenerlo tranquilo y sonrió abrazándolo. —No te molestes con tu hermano, Shou, sólo está preocupado por ti como tu papá, así que entiéndelos poquito ¿sí?

—Oh querido, entenderás a tu hermano y a tu padre cuando tengas tus propios cachorros —Aseguró Rei con una sonrisa divertida que se convirtió en una risa al ver la vergüenza de los dos menores. —Uh-uh nada de cachorros hasta que cumplan los veintitrés como mínimo.

—¡Mamá, basta! —Exclamó Shouto quejándose con la mayor, ni siquiera había tenido su primera vez con el alfa, así que no estaba pensando para nada en cachorros.

—Veintitrés como mínimo, lo tendré en cuenta —Respondió Eijiro con un asentamiento, para ese entonces estarían en la universidad y esperaba tener un trabajo estable que pudiera darle estabilidad suficiente para vivir con su omega.

—¡Eijiro no le sigas el juego! —Se quejó Shouto muriendo de la vergüenza de manera veloz.

—Oh ¿Quién matará primero a Shou de la vergüenza? Hagan sus apuestas, yo apuesto por mamá —Comentó Touya con diversión.

—Yo igual apuesto por tu mamá —Comentó Eijiro con un asentamiento leve, puesto que los padres tenían una facilidad de avergonzar a sus hijos que él todavía no tenía.

Shouto se levantó del cojín donde estaba sentado y tomó su peluche antes de salir de allí para irse a su habitación, no se quedaría a ser avergonzado hasta la muerte por su madre y menos por su alfa, así que prefería esconderse en su habitación, ignorando los llamados de Eijiro quien se reía junto a sus hermanos y madre.

—Y se molestó—Comentó Fuyumi mientras veía al pelinegro querer ir detrás de su hermanito, pero aun así quedándose en su lugar, supuso que por respeto. —Ya se le pasará, no le hagan caso.

—No creo que sea buena idea que se quede molesto —Murmuró Eijiro preocupado mientras formaba una mueca que se acrecentó cuando escuchó su celular sonar y lo sacó para leer mensaje con un suspiro. —Ya debo marcharme, mi padre tuvo otra recaída.

—Cuando la otra mitad muere, la mitad que queda viva tiene contados sus días —Comentó Rei con suavidad y notando la tristeza en el rostro del menor. —¿Ya te dijeron cierto?

—Los doctores le daban tres meses como mínimo, he podido hacer que lleve dos meses más de esa fecha, pero no creo que pueda vivir más —Murmuró Eijiro con la mirada perdida en la pantalla de su celular mientras se levantaba del cojín y suspiró antes de ver a la mujer. —No me preocupa quedarme solo, pero me entristece la idea de perderlo también —Contó antes de ver el pedazo de pastel intacto.

—Está bien, puedes venir a comer pastel otro día, Eijiro —Comentó Rei al ver la duda en el menor y se levantó para acompañarlo a la salida. —Ven con tu padre cuando puedas ¿de acuerdo?, estoy seguro que a Shouto le agradará conocerlo antes de que lo inevitable suceda.

—Trataré de convencerlo, pero no creo que pueda —Respondió Eijiro saliendo de la gran casa con una sonrisa pequeña sobre sus labios. —Shou ya lo conoció, papá quedó encantado y le dijo que estaba seguro que a mi madre le hubiera encantado conocerlo, de mi parte ya está aceptado —Contó contento antes de despedirse de la mujer. —Despídame de Shou, yo le pasaré luego un mensaje. ¡Gracias por su hospitalidad, señora Todoroki!

Rei se despidió del chico y lo vio partir, soltó un suspiro antes de cerrar la puerta y dirigirse hacia la habitación de su hijo menor, le causaba tristeza y preocupación la situación del pelinegro, pero admiraba lo fuerte que parecía ser, aunque esa fuerza tuviese grietas y por estas se vieran la tristeza que aguardaba en su interior. Quería ayudar, pero sabía que no tenía las herramientas necesarias para hacerlo, por eso iba a por su cachorro, él sí podría hacerlo, después de todo, él sería el pilar más importante en la vida del alfa joven cuando el padre de éste último le faltara.

—¿Shouto, hijo? ¿Puedo pasar? —Cuestionó luego de tocar la puerta, asomando la cabeza cuando escuchó la respuesta ajena. —Eijiro acaba de irse.

—Lo sé, lo vi por la ventana —Respondió Shouto con la mirada en su peluche de gato. —¿Se molestó, cierto?

—No, estaba preocupado por ti cuando te viniste a tu habitación, pero se marchó porque le avisaron que su padre volvió a recaer —Contó Rei con suavidad, caminando para sentarse en el pequeño sillón de la habitación, viendo la reacción de su hijo.

—¿De nuevo? —Cuestionó Shouto preocupado. —Es la tercera vez en esta semana que decae, está poniéndose peor, no puede ser —Comentó angustiado.

—Dime algo ¿si el señor muere, con quien se queda Eijiro, hijo? —Cuestionó Rei queriendo confirmar sus sospechas luego de las palabras del menor.

—Solo, Eiji no tiene más familia que su padre —Respondió Shouto con la mirada perdida en el peluche. —Su padre me contó que su familia y la de su omega los rechazaron luego de enterarse que la señora estaba embarazada de un niño, parece que esperaban una niña omega y resultó ser un niño alfa, así que les dieron la espalda, no tienen a nadie más que ellos —Contó, sintiéndose de vuelta molesto con aquellas personas que no conocía por rechazar a su guapo alfa sólo por no ser lo que ellos esperaban.

—Imagino que el señor dejó todo organizado con el abogado para no dejar a su hijo a la deriva —Comentó Rei y vio a su hijo alzar los hombros, no tenía ese conocimiento, así que asintió levemente. —Le diré a tu padre que averigüe eso por mí, lo ayudaremos todo lo que podamos ¿está bien? No tienes que preocuparte, sólo sigue siendo su pilar, porque te va a necesitar y mucho.

Shouto asintió rápidamente al consejo que su madre le daba, sabía perfectamente que Eijiro lo iba a necesitar para no derrumbarse en el momento en el que el señor partiera de ese mundo, pero esperaba y deseaba que el señor durara un par de meses más, aunque sabía que eso sería sólo alargar el dolor de su alfa. Suspiró triste mientras veía a su madre retirarse para ir a hacerlo que le dijo que haría, agradecía que su madre apoyara su futura relación con Eijiro y le hacía feliz, tanto como el haber sido aceptado por el padre de Eijiro desde dos días después de haber aceptado que Eijiro lo cortejara, sabía que al hombre le hacía feliz conocerlo antes de su partida y, aunque le hubiera gustado conocer a la esposa del alfa, se conformaba con saber que incluso ella lo hubiera aceptado.

Vio el mensaje que Eijiro le había pasado y sonrió levemente antes de responderle para que no se preocupara, estaba contento con el sólo hecho de haberlo tenido en su casa enfrentándose a su padre para que lo aceptara, no estaba molesto, estaba preocupado.

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