Capítulo 19

...Un día después....

El suave viento que soplaba en aquella mañana acompañaba los lentos pasos de Eijiro quien se encontraba yendo hacia la tumba de sus padres, en su zurda iban tres ramos de flores de campana y su expresión se hallaba tranquila, el silencio parecía acompañarlo ese día el cementerio como si le estuviera ofreciendo el luto por las personas a las que iba a visitar y no podía sentirse más melancólico por esa misma razón.

Había dejado a su novio en la universidad antes de dirigirse hacia la florería más cercana a pedir los tres ramos y luego fue que tomó el autobús para llegar a aquel solitario lugar, de eso ya hace diez minutos, puesto que ahora se encontraba llegando al lugar donde la familia Kirishima tenía las cenizas de aquellos que fueron sus integrantes en vida y no tardó en cruzar un par de pilares en forma de estante para llegar hacia el de sus padres; se encargó de limpiar el lugar con cuidado antes de depositar uno de los ramos frente a las fotografías de sus padres, el mismo lugar donde su medalla de graduación se encontraba, antes de agacharse para rezar unos minutos antes de volver a ver las fotografías con una sonrisa pequeña.

—Mamá, papá, he vuelto —Avisó con un pequeño suspiro bajo. —Este mes que pasó ha sido como un sube y baja de emociones. —Estuve en el adiestramiento desde el primer día y no podía estar nada más que emocionado a pesar del cansancio que generaban los continuos ejercicios y estudios, realmente creí que el mes pasaría tranquilo y de lo único que me tendría que lamentar sería de no haberme puesto protector solar desde el primer día —Soltó una risa que prontamente se volvió baja, bajando la mirada al suelo. —No fue así… Hice un amigo, también fue mi compañero de habitación y nos apoyábamos mutuamente para no rendirnos antes de tiempo y regresarnos a casa como cobardes, lo estábamos logrando, en serio que lo hacíamos —Insistió, más para sí mismo que para sus padres. —Pero el destino es una cosa cruel en ocasiones ¿no lo creen?

Él mismo sí lo creía y estaba muy seguro de ello, por ello no tardó en contarles todo, dejando escapar en sus palabras varias lágrimas de arrepentimiento antes de que se las limpiara para poder continuar contándoles todo con lujo de detalles y al terminar se dio cuenta que todavía existía culpa en su interior por lo sucedido, pero no creía que se le fuese a ir en algún momento, quizás más adelante no sería tan doloroso como en esos momentos, pero en esos momentos se permitiría sentir aquella culpa un poco más. Prosiguió a contarles entonces sobre la partida de su suegro en ese mismo mes y volvió a reír, esta vez sin gracia alguna antes de pronunciar:

—Definitivamente fue el mes de las partidas de seres importantes, a tan sólo cuatro meses de tu partida, papá.

Eijiro definitivamente quería saber qué castigo estaba pagando para que la vida le hiciera pasar aquello en tan poco tiempo, no recordaba haber sido malo o cruel con ninguna persona en su vida y aun así parecía que lo estaban castigando por eso, además de que en el proceso también estaba lastimando a su novio y la familia de éste, así que quizás debería disculparse con la vida, aun si no recuerda haber hecho nada malo en su contra. Respiró hondo antes de alzar la mirada nuevamente.

—He decidido seguir con mi meta, entraré a la universidad naval y me aseguraré de pasar con honores, por ustedes, por mi suegro y sobretodo, por Katsuki —Prometió con total seguridad. —¡Así que espero me vean, mamá y papá! ¡Haré que se sientan más orgullosos de mí!

Aseguró antes de despedirse de ambos con la promesa de volver cada semana que pudiera, así que salió prontamente de aquel lugar para encaminarse ahora hacia la dirección escrita en el papel que Izuku le había dado el día anterior, al parecer los Bakugou estaban más cerca de la tumba de sus padres, así que no tardó en dirigirse hacia el pequeño recinto y buscar el lugar indicado en el papel, notando que no habían muchas cenizas en aquel pequeño lugar, no eran muchos los Bakugou que estaban en aquel lugar y sinceramente no iba a cuestionar la razón, simplemente se detuvo frente a la tumba por la cual había ido y sonrió leve al ver que habían algunas flores en el lugar, de seguro había sido Izuku quien las había llevado, así que acomodó las que había llevado junto a las otras, arrodillándose para rezar, al igual que había hecho con sus padres antes de levantarse nuevamente y fijar la mirada en la fotografía del cenizo.

—Hey, hermano. Ya ha pasado dos semanas de tu partida y el adiestramiento terminó, te graduaste al igual que todos en el equipo —Anunció con emoción y una sonrisa más amplia, a pesar de que sus ojos se aguaron. —Qué injusto fuiste al marcharte de esa manera y aunque fue mi culpa por dejarte ir aquella tarde, tú también debiste buscarme después de lo que hiciste, hubiéramos podido solucionar todo de otra manera y no con tu muerte, idiota —Gruñó entrecortado por las lágrimas. —Te estoy agradecido ¿De acuerdo? Fuiste el pilar que necesitaba para no rendirme en el resto del entrenamiento luego de tu partida, no se suponía que lo fueras en sólo memoria, también debiste serlo en presencia, Katsuki —Regañó, frunciendo el ceño antes de resoplar. —Dejaste a Izuku triste y roto, eso es cruel, hermano…

Él mismo también había quedado de la misma forma, pero el pecoso era la persona más importante para Katsuki, así que por ello lo ponía primero que a sus sentimientos.

—Mi cuñado terminó siendo el destinado de Izuku —Contó con un suspiro hondo. —Fue horrible el que se enterara justo el día después de tu muerte, pero ha sabido respetar el luto de Izuku y sé que lo hará por un par de semanas más antes de acercársele —Comentó mientras se pasaba la diestra por la nuca con una mueca. —Sé que no te debe agradar mucho escuchar esto, pero te prometo que tengo toda la seguridad del mundo en asegurarte que Natsuo no le hará daño a Izuku y lo cuidará con su vida de ser necesario —Aseguró con total seriedad antes de agregar: —Además, él mismo me dijo que cuando decidiera iniciar el cortejo hacia Izuku, vendría a visitarte, no antes porque todavía no es adecuado.

Y era cierto, Natsuo le había dicho aquello el día anterior mientras el mayor le ayudaba a colocarse crema de aloe vera para que ahora no sintiera el ardor de la insolación, ya que su cuerpo se relajaría lo suficiente como para darle paso a aquellos dolores que había tapado por el cansancio también. Siguió hablando un poco más con Katsuki antes de despedirse con la promesa de volver y contarle sus avances en la universidad, saliendo de allí hacia el espacio de la familia Todoroki, su novio le había dicho que lo encontraría fácilmente y pronto notó la razón de que le dijese aquello.

—¿No había una bandera más grande? —Cuestionó de manera sarcástica mientras se acercaba a las cenizas de su suegro con una mueca sobre sus labios. —No estoy seguro de si esto es lo que había deseado cuando muriera, pero si es la forma de que todos se enteren de que sirvió para la milicia, de una vez aviso que yo no quiero esto —Comentó, agachándose para presentar sus respetos antes de dejar el último ramo de flores que había llevado, para esa ocasión se quedó agachado frente a la fotografía de su suegro. —Esto me lo vi venir ¿sabe?, el día en el que me llevó al puerto para abordar el barco y toda la conversación que tuvimos, algo de eso me hizo sospechar de que, efectivamente, usted sabía mucho más de lo que estaba diciendo y no entiendo por qué no fue más directo, si me hubiera avisado que caería en la camilla de un hospital por enfermedad terminal, me hubiera preparado mentalmente para saber cómo ser el apoyo para su familia y no quedar en el limbo —Se quejó con un resoplido molesto antes de dejarse caer sentado sobre el pasto levemente cortado y cruzarse de brazos. —Aun así estoy agradecido; por aceptarme en su casa, aceptarme como pareja de su hijo, por darme una oportunidad de cumplir mi promesa con mi padre y por supuesto, mi sueño de estar en la naval, estoy agradecido por todo eso y todo lo demás que sé que dejó listo para mí y mi futuro.

Eijiro formó una venia frente a la fotografía del pelirrojo con los ojos cerrados por unos minutos mientras le volvía a agradecer, esta vez con muchos más ánimos antes de levantar el torso y fijar la mirada en la fotografía, notando una leve sombra que provenía del fondo, frunció el ceño antes de voltear el rostro y toparse con un hombre castaño que esperaba en silencio afuera del gran recinto familiar.

—¿Viene a visitar al sargento Todoroki? —Cuestionó, usando el cargo que su suegro había tenido y vio la negación ajena, aquello lo confundió. —¿Entonces?

—Kirishima Eijiro, vengo por ti —Respondió el hombre con tranquilidad. —Soy Rem Misagi, el abogado de la familia Todoroki, la señora me dijo que te encontraría aquí —Inquirió tranquilamente, como beta sabía que no debía alertar demasiado a un alfa y menos si éste era aún joven. —Quisiera que viniera conmigo, el señor dejó algo para usted.

—Ah… Yo-

Eijiro realmente no sabía qué decir y vio hacia la fotografía de su suegro con reproche al recordar lo otro que también le había dicho en el auto: “El abogado familiar te hará llegar algunas cosas cuando llegue su tiempo, aprovéchalas chico, tendrás un permiso especial para todo eso, así que espero que pienses bien las cosas y en frío, no vayas a escuchar nunca un consejo de Touya, ve siempre a Rei, sino busca a Natsuo o a Fuyumi, incluso puedes hablarlo con Shouto, nunca con Touya o todo lo que planees bien, se irá a la basura.”, no estaba para nada de acuerdo con el hecho de que le dejara algo con el abogado cuando ni siquiera se le dio una mejor advertencia, pero recordó que así era su suegro, así que terminó suspirando y asintió levemente.

—Está bien, sigamos haciendo las cosas a su manera —Sentenció con los hombros hundidos antes de hacer la señal de saludo hacia las cenizas ajenas, bajando la mano izquierda unos segundos después para darse la vuelta y ver hacia el abogado. —¿A dónde iremos?

—A su casa, por supuesto —Respondió Rem con tranquilidad, haciéndose a un lado para dejar que el menor pasara. —Vamos, lo llevaré.

Eijiro asintió levemente en respuesta antes de ver por última vez la fotografía de su suegro y luego caminó a paso seguro frente al abogado para dirigirse hacia afuera del cementerio, siguiendo al beta hacia el estacionamiento, notando que venía en su propio auto, así que no tardó en abordarlo cuando el otro se lo indicó, colocándose el cinturón de seguridad y le envió un mensaje a su novio para avisarle que ya había terminado de hacer sus visitas y ahora se dirigía a la casa con el abogado de su familia, le puso el nombre del hombre sólo para confirmar que no se estaba yendo con un desconocido. Y le alivió bastante cuando su novio le confirmó que sí lo era.

El auto se dirigió hacia la casa familiar Todoroki, llegando sólo quince minutos después frente a la gran casa y misma donde Touya se hallaba junto a Keigo, Eijiro no sabía si iban de salida o de llegada, pero tampoco cuestionó nada mientras se bajaba del auto con el abogado y la expresión del mayor cambió por completo.

—Es increíble que ese viejo lo haya hecho —Comentó Touya en un bufido antes de fijar la mirada en el adulto. —¿Siquiera dejó algo para que nosotros lo escucháramos?

—Lo hizo, pero primero debo hablar con el joven Kirishima antes de reunirlos a ustedes —Respondió Rem con un asentamiento leve antes de seguir al joven alfa al interior de la casa. —Sigamos hacia la oficina del señor, por favor.

—No creo que sea adecuado que-

—Adelante Eijiro, pueden utilizarla —Interrumpió Rei saliendo de la sala principal de la casa con expresión tranquila. —Esas son las instrucciones que dejó Enji, así que por favor sigue al abogado Misagi a la oficina que le pertenecía a Enji.

Eijiro accedió no muy convencido, pero no quiso llevarle la contraria a la mujer, así que caminó el largo pasillo del lado derecho de la casa para dirigirse hacia la oficina que le perteneció a su suegro y abrió la puerta con cuidado antes de entrar al lugar, encendiendo las luces y notando rápidamente que su suegra había estado limpiando el lugar que no era tan pequeño como se imaginó.

Al fondo habían varios estantes con muchos y diversos libros, algunos pequeños, otros medianos y muy pocos grandes, estos abarcaban todos y cada uno de los estantes sin problema e incluso en el segundo piso del lugar se podía encontrar estantes igual de llenos que los de abajo, para subir había del lado izquierdo unas escaleras caracol y en medio de los estantes del primer piso se encontraba un escritorio grande que tenía algunas hojas sobre este, además de una pequeña lamparita con la forma de la misma flor que le había llevado a su suegro, aquello lo sorprendió bastante, aun así no dijo nada y se dirigió hacia la pequeña mesa que había cerca de la ventana, indicándole al abogado que se sentara antes de hacerlo él mismo también.

—Muy bien, por favor comience —Pidió tranquilamente.

El abogado asintió levemente, acomodándose frente al menor y sacó de su maletín con sumo cuidado el testamento del sargento, dejándolo sobre el mismo maletín mientras se acomodaba los lentes sobre el puente de la nariz antes de comenzar a leer las palabras dejadas para el joven alfa y mismo al que le fue dejado todo lo relacionado con la milicia y algunos que otros bienes, permisos y demás papeles que le servirán al menor para que pudiese manejar todo como heredero principal, a pesar de que el sargento Enji también le había dejado bienes a su familia, quienes también eran herederos. Pero a Eijiro lo dejó autorizado para todo lo relacionado a lo legal, su firma sería la que reforzaría la de Rei para cualquier papel o permiso que se necesitara para ese momento o en un futuro.

Eijiro no podía creer lo que escuchaba, su cabeza se encontraba en continua negación como si no pudiese creer lo que había hecho su suegro y ahora que lo pensaba mejor, al parecer su suegra ya sabía de aquello o al menos se hacía una idea, sino no hubiera permitido esa reunión en solitario con el abogado, suspiró de manera honda antes de ver hacia el abogado y luego hacia el papel que se le era extendido.

—Necesito que coloque su firma en este papel junto a sus huellas dactilares para poderlo pasar al gobierno y de esa manera quede registrado en el sistema —Explicó Rem con calma antes de agregar: —Además de que así todos podrán confirmar su firma en caso de que la utilice en algún documento del señor Todoroki.

—No entiendo por qué me dejó todo —Murmuró Eijiro con la mirada perdida en el papel, aunque sus ojos se encontraban leyendo lo que allí ponía. —Ni siquiera me aceptó como alfa de Shou la primera vez que me vine a presentar.

—El señor lo estaba poniendo a prueba y aprobó cuando continuó su entrenamiento con el señor Takami, fue cuando lo aceptó por completo —Informó Rem quien además de ser el abogado familiar, también era confidente del sargento. —El señor no se lo dijo directamente, pero todos nos podemos dar cuenta que lo hizo por su testamento y, aunque fue agregado de último, aun así le dejó la potestad legal de manejar todo —Inquirió con tranquilidad y paciencia, sabía que el menor entraría en negación y no lo culpaba. —Supongo que el señor le habrá advertido de esto y le habrá dado algún consejo luego ¿O me equivoco?

—El día en el que me llevaba al puerto para recibir mi adiestramiento, me dijo que usted llegaría a entregarme todo esto y me dijo: espero que pienses bien las cosas y en frío, no vayas a escuchar nunca un consejo de Touya, ve siempre a Rei, sino busca a Natsuo o a Fuyumi, incluso puedes hablarlo con Shouto, nunca con Touya o todo lo que planees bien, se irá a la basura —Respondió Eijiro soltando una risa desganada por el sólo recuerdo. —Me hubiera gustado que me dijera que algo le sucedería, para hacerme una idea de cómo reaccionar ahora.

—El señor sabía que si decía algo a usted o a sus hijos, buscarían la forma para ayudarlo y no se centrarían en sus estudios, él no quería eso y por eso mantuvo el secreto, aunque no pudo hacerlo con su señora esposa ya que ésta fue informada, aun así ella también guardó el secreto a pedido del señor —Respondió Rem extendiéndole el lapicero al joven. —Aun así él tenía mucha fe en usted joven, sabía que cumpliría todas sus expectativas y le otorgaría la oportunidad de irse completamente feliz de saber que alguien de su familia seguiría sus mismos pasos, aunque no fuera en la misma rama que la suya —Contó con una sonrisa leve sobre sus labios que prontamente cambió a una triste. —Aunque el señor no previó la pérdida que tuvo antes de él caer grave en el hospital.

Eijiro confirmó las palabras del abogado, era cierto que hubieran dejado todo para buscarle una cura a su suegro para que siguiese viviendo por mucho más tiempo, así que no se le hizo tan injusto el hecho de que les guardara aquella importante información como un secreto. Escuchó el resto de lo que el abogado decía y apretó los labios sintiendo sus ojos aguarse por el sentimiento, aunque sólo derramó las lágrimas con lo último que el abogado le decía, era cierto que nadie previó la muerte de su amigo y compañero, pero tampoco estuvo preparado para perder a su suegro semana después, eran fechas cercanas y muy dolorosas para ellos.

—Está bien si no quiere aceptar el cargo, puedo redactar una carta de revocatoria para hacerla llegar al gobierno y de esa manera sólo la forma de la señora Todoroki será suficiente para los documentos y permisos que se necesiten en un futuro —Explicó Rem al ver todavía la duda en el menor.

—No, no. Tomaré la responsabilidad que el señor me dejó —Respondió Eijiro tomando el lapicero que el abogado le había estado extendiendo y suspiró hondo antes de ver con decisión el documento legal para colocar su firma y pronto también colocó sus huellas con la tinta especial. —¿Tendré que manejar todos los bienes junto a la señora Rei?

—Así es, cuando sea necesario, ambos deberán presentarse —Respondió Rem recogiendo todo y levantarse de la silla. —Por favor dé el mensaje al resto de los integrantes de la familia que se les leerá el testamento dentro de tres días aquí mismo, por hoy me retiraré.

Eijiro asintió en silencio, despidiéndose del abogado desde el mismo lugar donde se había acomodado en un principio y lo vio salir, desvió la mirada hacia el pequeño jardín que había al lado de la oficina antes de cerrar los ojos con un suspiro, era increíble lo que había hecho su suegro, no se le había siquiera pasado por la mente ese día y ahora mismo que sería el heredero principal de todo lo que el hombre había dejado para su familia, y si se lo preguntaban, seguía sin poder creérselo. Bastaron unos pocos minutos para que la silla frente a él fuese arrastrada y alguien se sentara, así que no tardó en abrir los ojos y notar que se trataba de su suegra que quería decir algo, pero terminó negando para que no excusara a su esposo y sus acciones con el testamento, porque era obvio que la mujer sabía lo que este contenía.

—Seré tu apoyo Eijiro, para cuando estés listo para hablar —Aseguró Rei con tranquilidad.

—El abogado se reunirá con todos los demás y usted dentro de tres días para leer el testamento con todos presentes —Comentó Eijiro dando el mensaje que el hombre le había dejado.

—Le diré a los chicos para que no hagan planes, entonces —Comentó Rei con un asentamiento leve. —¿Te quedarás aquí o buscarás a Shou?

Eijiro pensó un momento la respuesta antes de decirle que iría a buscarlo, así que se levantó de la silla, despidiéndose de su suegra para salir de la oficina, yendo hacia la puerta principal, se detuvo a mitad de pasillo frente a una de las fotografías familiares y fijó la mirada en su suegro, el hombre realmente había sabido cómo hacerle saber que lo había aceptado como alfa de su hijo menor y era justo que él también demostrara que aceptaba la decisión del hombre y todo lo que le tenía preparado para su futuro, así que con la decisión en mente, salió de la casa con la cara en alto.

Observó la hora mientras caminaba calle abajo y notó que aún faltaban un par de horas para que su novio saliera de clases, así que cambió de rumbo hacia el centro comercial, quizás lo que haría sería una locura, pero el pensamiento no lo abandonaría por lo pronto y tampoco creía arrepentirse, sería una forma de mantener a su suegro presente, además de recordarle también que sus metas no eran sólo suyas.

...•••••...

...Tres horas después....

Eijiro se encontraba yendo camino a la universidad de su novio para pasarlo buscando, le había pasado un mensaje para avisarle que lo esperara.

Había salido hacía unos minutos de la peluquería a donde había ido luego de llegar al centro comercial y le había pedido a una de las chicas del lugar que le hiciera un cambio de look y con cambio se refería a que le pintara el cabello completamente de rojo, pagó por adelantado para no tener opción de arrepentirse a mitad de camino y se sentó donde se le fue indicado antes de que le comenzaran a decolorar el cabello que por suerte no lo tenía tan largo, pero aun así le había tomado tiempo por el color azabache que tenía de manera natural. Se le había explicado que para que quedara completamente rojo su cabello debía ser decolorado completamente para que el color tomara la intensidad indicada, así que no tuvo queja alguna cuando la chica siguió decolorando hasta que su cabello quedó en un color pollito que le causó gracia antes de que se le fuese colocada la tintura roja.

Estaba nervioso por lo que su novio pudiese decir al verlo, pero ya no había vuelta atrás hasta que se le cayera el tinte, aunque la chica le explicó que debía ir cuando el rojo comenzara a parecer un color pastel ya que debía retocarlo cada tanto para que siguiera igual de brilloso y bonito, así que esperaba que a su novio no le desagradara para poderlo seguir llevando de esa manera.

Llegó a la parte de enfrente de la universidad minutos después, pasándole un mensaje a su novio para avisarle que estaba afuera y se quedó enfrente de la puerta con las manos en los bolsillos delanteros del pantalón, observando con tranquilidad los jardines del lugar y notó un par de miradas indiscretas que le incomodaron, pero eso pronto pasó a segundo plano cuando vio aquellos ojos heterocomáticos fijarse en su persona y sonrió divertido por la expresión en el rostro de su novio quien no parecía creer lo que veía, simplemente se le acercó para tomar su mochila y besar corto sus labios para despertarlo de su shock, sintiendo preocupación por su silencio.

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