Capítulo XVI- Preguntas

Habían pasado dos meses desde la celebración de la compañía. El profesor de turno dictaba la clase con voz monótona, por lo que Víctor apenas captaba fragmentos de la explicación mientras divagaba sobre una nueva forma de molestar a cierta persona en las semanas de receso que tendrían pronto. La temporada le hizo pensar que a final del periodo académico se graduarían y cada uno tomaría un camino distinto. Sintió un rastro de melancolía al pensar en eso. Pero también curiosidad por saber qué haría Dante después del instituto.

De repente el maestro soltó una exclamación que atrajo la atención de todos (los que lo escuchaban y los que no):

- ¡ah!\, casi lo olvido. Pronto llegará un nuevo estudiante\, por favor sean amables y denle la bienvenida- algunos estudiantes contestaron con afirmaciones y se pusieron a murmurar entre ellos sobre esto. A Víctor le parecía extraño al igual que algunos compañeros que susurraban a su costado que alguien se cambiara de escuela a mitad de año lectivo\, pero no le pareció una noticia trascendental. Faltaba poco para la graduación\, por lo que escasamente conocería a este nuevo alumno.

En el descanso estaban sentados en una mesa en el exterior del restaurante cerca de la tienda escolar cuando Dante sacó el tema del viaje.

-Por cierto tu madre me invitó a esquiar en vacaciones -Víctor lo miró sorprendido.

- ¿desde cuándo ustedes se ponen en contacto?

-intercambiamos números en la fiesta- explicó Dante.

- ¿qué? -inquirió Víctor sin poder salir de su estupor- ¿por qué no me lo dijiste?

-Creí que no querías hablar del tema -Víctor oteó el rostro de su pareja con ojos entornados. Luego desvió la vista. Era cierto que no deseaba hablar sobre nada que tuviera que ver con esa mujer.

Después Dante volvió a mencionarla como si realmente no considerara lo que él sentía o lo hacía deliberadamente.

-en la fiesta, llevaba poco maquillaje -comentó Dante- Le sentaba mejor.

-en eso estamos de acuerdo- replicó Víctor.

- ¿qué edad tiene? Luce muy joven.

-treinta y tres -contestó Víctor indiferente. Dante abrió los ojos con sorpresa.

-espera, ¿a qué edad te tuvo?

-a los dieciséis - Dante bajó la mirada y meditó un rato para sí mismo.

-era muy joven. Al igual que mi madre.

Víctor contempló el gesto indescifrable del otro. Ahora que lo pensaba, Dante nunca mencionaba a sus padres y en las pocas veces que lo hacía era porque sin intención lo había instado a hacerlo. Estuvo tentado a preguntar, pero por alguna razón no le parecía oportuno. Además, en seguida Dante se le adelantó:

-cuando vi a Charlotte la primera vez creí que era una de tus amantes- Víctor se le quedó viendo por un rato y después frunció el ceño al procesar lo que dijo Dante.

- ¿de cuáles amantes hablas? No tengo ninguna.

-... sí, claro- respondió Dante sarcástico- entonces ¿puedo decir que tenías? -Víctor evitó aquel tema que aunque no era verdad en la actualidad sabía que iban a terminar discutiendo si continuaba por ese sendero. En otras palabras, no le convenía ese rumbo de la conversación.

Unos minutos más tarde la chica más fea que había visto en su vida los avistó (o mejor dicho había divisado a Dante a su lado) y se dirigía en dirección a ellos. En el acto Víctor rodeó la espalda de su compañero con un brazo y descansó su mano en el muslo de este. En respuesta Dante giró la cabeza hacia él con gesto de extrañeza y la chica enrojecida volvió en sus pasos. Entonces Dante miró al frente y vio que se alejaba.

Desde que se acostaba con Dante las insinuaciones que recibía Víctor habían disminuido. Lo mismo para Dante (no era como si fueran muchas antes). Era casi como si fuera una especie de radar anti-mujeres. Por otro lado, Víctor empezó a captar el interés de otros hombres. Le resultaba increíble la cantidad de gais que aparentaban ser heterosexuales. Pero eso era otra historia.

Víctor se figuró que la moza no se había enterado aún de que estaban saliendo. Así que aprovechó el momento para dejarlo claro.

Al mirar a un costado se fijó en la expresión de Dante, el cual parecía que se burlaba de algo en su mente. Víctor se abstuvo de preguntar a sabiendas de que su cara alegre probablemente estaba relacionada con su nombre y el de la chica.

-Víctor...-dijo Dante sin poder reprimir una sonrisa-... tú ¿estás celoso?

-No, solo cuido lo que me pertenece porque no quiero compartir tu trasero -contestó Víctor con serenidad- Además no me dejas acostarme con una chica mientras esté contigo -Dante lo escuchó divertido antes de hablar.

-claro que puedes estar con una chica.

- ¿en serio? -preguntó Víctor perplejo.

-sí, pero primero te partiré las piernas- La confusión que sintió Víctor se convirtió rápidamente en una mueca. En seguida alejó su mano de la pierna de Dante.

-Tienes una extraña fijación con romper cosas- señaló Víctor mientras Dante sonreía ampliamente- si esta relación continua voy a empezar a preocuparme por otras partes de mi cuerpo.

-si te refieres al pequeño amigo que tienes ahí abajo, no te preocupes. No soy tan cruel.

-no es pequeño- repuso Víctor con un deje de enfado.

-como tú digas -Dante esbozó una pícara sonrisa.

- ¿Qué quieres decir Dante?

-solo digo... que los he visto más grandes –Víctor miró de hito en hito a Dante y tardó un poco en replicar.

- ¿me estás... siendo infiel?

-define "infidelidad". Puede que no tengamos la misma definición del concepto -declaró Dante. Sin saber cómo tomarse las noticias Víctor se quedó en silencio un momento. Sin embargo, Dante que no era de talante cruel no demoró mucho en aclarar el asunto -es broma, me refiero al porno.

A pesar de que ya lo intuía de todas formas la conversación le sentó mal a Víctor, por lo que dirigió la mirada hacia al frente con ademán de molestia. En otras circunstancias le habría parecido divertido, incluso se habría reído.

No obstante Víctor que consideraba a Dante más puro (o al menos más que su persona) y suponiendo que no mentía no alcanzaba a imaginárselo ¿qué clase de vídeos podría ver Dante? Se preguntó si le gustaba observar otros miembros o si tenía un fetiche. Aunque le daba curiosidad se sentía un tanto traicionado.

- ¿qué pasa\, Vicky? -cuestionó Dante en tono meloso. Poniéndose a horcadas en la silla y acercándose más a él. De manera que su rodilla rozó la pierna de Víctor - ¿se acabaron los juegos? -solo para ver que hacía a continuación Víctor no volvió la vista y permaneció imperturbable.

Como esperaba Dante intentó otra forma de llamarle la atención. No obstante, la repentina caricia lo tomó desprevenido aun cuando prestaba atención. Dante tomó delicadamente un mechón de su cabello rubio. Rozando su mejilla en el proceso y lo puso detrás de su oreja. No podía sentirse molesto por el hecho de que utilizara su apodo después de lo que había conseguido y de lo que iba a decir:

-no- negó Víctor que agarró la muñeca de Dante con una mano y con la otra lo sujetó por la barbilla- cuando lleguemos a casa voy a follarte hasta hacerte gritar.

En seguida Dante se puso rojo como la grana, eludió la mirada y se levantó del asiento.

- ¿A dónde vas? – preguntó Víctor con una sonrisa.

- al baño- dijo Dante con ademanes rápidos y un semblante serio- ya casi se termina el descanso... Iré a orinar -se volvió un momento y lo miró ceñudo- ni se te ocurra seguirme -Víctor dejó que se alejara un par de metros para hacer justo lo contrario a lo que se le había pedido.

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