Capítulo X -Secretos parte 1

- ¿Deberíamos hacerlo otra vez para quedar a mano? -preguntó Víctor abrazándolo por la espalda -Dante frunció las cejas al escuchar la sórdida propuesta de Víctor.

- ¿de qué hablas?

- Me refiero a tocar tu paquete

- ¿por qué harías eso? -Preguntó Dante sintiendo que se sonrojaba.

-la primera vez que lo hicimos tú te viniste una vez y yo dos- habrían sido tres si Dante no lo hubiese apartado- Después tú una de nuevo y yo una. Te hace falta una para quedar a mano-´´ ¿en serio lleva la cuenta? ´´ no podía creer lo que escuchaba. No obstante, un pensamiento cruzó su cabeza.

-Antes no preguntaste- murmuró Dante en un tono de reprimenda.

-Eres tan transparente Dante, ¿acaso nunca nadie te ha hecho ´´eso´´? -La última vez Víctor no pidió permiso y se hizo cargo de su excitación usando su boca para darle placer. En ese momento tenía la guardia baja.

- ¡P-pues claro que no! -exclamó Dante ruborizado\, separando su cabeza de la cama. Por suerte Víctor no dijo nada más o de lo contrario\, Dante lo hubiese tirado al suelo.

Más tarde, Víctor se levantó mientras Dante alargaba sus brazos y piernas con las sábanas enredadas en su cuerpo. Ni siquiera podía alcanzar los extremos. Se encontraba tan relajado que pensó que podría acostumbrarse a esa comodidad. En la visión de Víctor parecía un gato perezoso. La imagen le resultaba adorable.

-deberíamos ducharnos- opinó Víctor agarrando una toalla.

-no quiero levantarme... -replicó Dante en voz baja- ¿puedo seguir acostado? -Víctor le guiñó un ojo.

-es toda tuya- dijo refiriéndose a su cama. Luego fue a bañarse.

En tanto se aseaba Dante no sabía qué pensar de este tipo. Primero lo besaba y tocaba su cabello con dulzura. Luego lo embestía con fuerza.

Minutos antes, cuando Víctor acomodó ambas manos a sus costados, sus miradas se conectaron un segundo antes que Dante desviara la suya sintiendo calor en sus mejillas. En parte estaba avergonzado, pero también le preocupaba el comportamiento de Víctor desde hacía un rato. Así que se inclinó sobre él y juntó sus labios cerrando los ojos. Al separarse pudo ver la expresión de Víctor. Por su cara supo que no se lo esperaba. Sin embargo, de inmediato le devolvió el gesto con avidez.

Al volver Víctor, Dante todavía estaba en la misma posición con los ojos cerrados. El primero se quitó la toalla y se subió a la cama a hacerle compañía. Luego se arropó con la sábana y observó la expresión tranquila en el rostro ajeno mientras descansaba antes de cerrar los ojos él también.

Dante abrió los ojos un rato después y miró a Víctor a un lado suyo. Meditó sobre cómo el primero evitaba el tema de su madre o su familia cada vez que era sacado a flote de un modo u otro. Sintió que su cara se acaloraba al pensar que quizás esa había sido una de las razones que lo llevó a querer hacer ´´eso´´ con tanta energía minutos atrás. Tomándolo de frente y luego terminando en él de espaldas.

Se aclaró la garganta antes de hablar. Esperaba que su mal humor se hubiese enfriado un poco para poder tener una conversación.

- ¿vas a decirme alguna vez lo que sucede con tu madre? -preguntó Dante.

-No- contestó Víctor flemático. Dante se contuvo de responder de la misma manera y de darle un puñetazo en la mollera. Se incorporó hasta quedar sentado.

- si me cuentas yo te diré algo que nadie más sabe- Aunque sus palabras tentaron a Víctor\, pues este abrió los ojos y lo oteó\, a decir verdad\, se sentía nervioso de tener que confesar lo que había hecho en su habitación a solas. Esperaba que la revelación del otro fuese lo suficiente impactante para dejar pasar la suya y si no era el caso\, siempre podía inventarse otra cosa en el último momento.

- eso me da curiosidad- dijo Víctor apoyando su cabeza en su palma- A ver\, suéltalo.

-la idea fue mía, se supone que tú deberías empezar...

- mejor no- Víctor se volvió a recostar- si es un secreto tuyo tiene que ser muy aburrido. Alguna tontería o una broma.

- ¡eso no lo sabes! -replicó Dante enfadado para asombro de Víctor.

´´Agh, no puede creer que estuve a punto de contar algo tan vergonzoso a este imbécil´´ pensaba Dante molesto. Decidió irse con su dignidad intacta. En seguida se levantó de la cama y se puso su ropa en un santiamén.

-espera-lo llamó Víctor desde su cómoda posición con la cabeza reposando sobre sus brazos flexionados. Su cuerpo estaba despojado de vestimenta y las sábanas solo cubrían su parte inferior. Dejando al descubierto los bíceps y sus abdominales en forma.

Pese a que ya lo había visto desnudo un par de veces, Dante aún no se acostumbraba y batalló por no apartar la mirada.

-dímelo- Su mirada era seria y expectante. Realmente lucía distinto después de hablar con aquella mujer, pero eso también quería decir que lo que sea que haya sucedido lo hería más de lo que creía. Los ojos color café continuaron mirándolo con mucha intensidad y un atisbo de interés. Parecía que verdad quería escuchar lo que tenía para decir. Sin embargo, Dante repentinamente se sintió abrumado, volvió el rostro y se recobró enseguida. Luego le sonrió con travesura.