Capítulo XIII- Revelaciones parte 1

A la mañana siguiente Víctor fue el primero en despertar. Estaba desnudo de cintura para arriba y la cobija solo le cubría una parte de sus piernas. Mientras tanto Dante dormía a un lado suyo en posición fetal dándole la espalda con el edredón envolviéndolo casi por completo, solo su cabeza estaba descubierta.

Víctor pensó que Dante primero se adueñó de su cama y luego de sus sábanas. En seguida se aproximó hasta él y lo abrazó. Percibiendo el calor emanando de su cuerpo.

-no vamos a hacerlo otra vez, Víctor- murmuró Dante colocando un codo en las costillas ajenas. Víctor no se apartó aún después de descubrir que estaba despierto.

-no estaba pensando en eso, pero si quieres…

-no, déjame dormir- Dante le dio un golpecito y Víctor se alejó molesto al otro extremo de la cama. La noche anterior lo hicieron en una mesa durante la celebración. Después de ayudarlo con su excitación Víctor lo cargó a su habitación donde se acomodó entre sus piernas mientras se besaban y entrelazaban sus manos terminando por revolcarse en la cama otra vez. Al acabar Víctor se apoyó en el pecho de Dante y se quedó dormido entre sus brazos. Por supuesto a Dante no le apetecía otra ronda tan temprano.

- ¿quieres dormir? Está bien- en contra de todo lo que esperaba Víctor se sorprendió cuando después de un rato Dante se dio la vuelta y le rodeó el torso con un brazo. Víctor miró su cara. La nariz delicada\, sus largas pestañas bajas y sus párpados cerrados. Incluso cuando dormía Dante fruncía el ceño un poco\, pero también se notaba cierta paz en sus expresiones. Se le veía tranquilo y sencillamente bello -bueno… Esto tampoco está mal.

Aproximadamente cinco minutos más tarde Víctor no pudo aguantar más la tentación y levantó la sábana para ver el cuerpo que había debajo, al instante Dante hizo que la bajara de un manotazo. El primero suspiró derrotado.

-si alguna vez llegamos a vivir juntos vas a tener tu propia habitación para que duermas solo cuando te canses de mí- bromeó Víctor. Seguro de que Dante la utilizaría de vez en cuando teniendo en cuenta lo quisquilloso que era en ocasiones.

Así Dante y Víctor durmieron abrazados un rato más antes de este último decidiera levantarse. Bajó a la primera planta a buscar el desayuno. Sin embargo, Víctor fue en un mal momento, pues coincidentemente se encontró con su madre que salió en ese instante al pasillo al que él acababa de llegar.

-Víctor -dijo ella al verlo. El susodicho se volvió en sus pasos rodando los ojos- ¿hasta cuándo vas a seguir evitándome? -Víctor no respondió nada, aunque se detuvo un segundo en los escalones. ´´si pudiera lo haría de por vida´´ No le gustaba hablar con ella. Por lo anterior regresó de nuevo a su habitación.

En la estancia empezó a recoger algunas sábanas y cosas que habían tirado la noche anterior antes de acostarse en la cama. Víctor estaba especialmente callado. Solo dijo a Dante el cual se había sentado luego de despertarse con el movimiento ajeno que lo llevaría a la residencia. Dante supo al instante que se había encontrado con Charlotte.

- ¿qué te dijo tu madre? -preguntó. Víctor se detuvo y lo miró frunciendo un poco el ceño.

- ¿cómo sabes que hablé con ella?

-Porque estás extrañamente serio. Por un momento me imaginé que en lugar de llevarme a casa me asesinarías en un lugar desierto y dejarías mi cadáver a que se pudra- Víctor sonrió.

-Creo que a veces sí quiero matarte, pero en otro sentido -Dante lo observó un largo rato. A lo mejor también se imaginaba una escena parecida a la que tenía Víctor.

-No, por favor- dijo. Negando con la cabeza. En seguida Víctor se acercó a la cama y se acostó a su lado. Mirando el techo. Se sentía cansado. No obstante no era una fatiga física, sino mental. De improviso, Dante se aproximó a él y peinó su cabello hacia atrás.

-si me lo dijeras podría intentar ayudarte. Pero… si no quieres supongo que haré lo que pueda para hacerte sentir mejor - Víctor contempló sorprendido el rostro opuesto. Se dio cuenta de que Dante había estado preocupado por él hasta ese momento. Le causaba asombro cómo a veces solía decir dulces palabras o actuar de esa manera inusitada que ejercía una atracción y un descontrol irresistible sobre su persona. Esto último le gustaba a Víctor en particular sobre el otro.

Víctor observó los labios finos de Dante y se acercó a ellos para morderlos. Dante abrió los ojos de par en par y en seguida se apartó con gesto irritado. Víctor lo miró ceñudo.

- ¿te molesta? -inquirió. Dante giró la cabeza a un lado cubriendo su boca con el revés de la mano.

-no es eso- contestó Dante volviendo la mirada hacia él con timidez- es solo que… estaba siendo serio y no creí que fueras a hacer eso de repente.

-no es de repente- dijo Víctor sonriendo y acomodándose junto al otro más calmado por su respuesta- solemos hacer eso.

-no es cierto- repuso Dante- siempre follamos y ya.

- ¿has dicho follamos? -Víctor ensanchó su sonrisa. Su compañero terminó por darle la espalda. Avergonzado\, seguramente. Sintió moverse algo en su interior al pensar que Dante quería ser besado más tiempo -Así que… ¿A lo que te refieres es que quieres besarte conmigo?

-cállate y no cambies de tema -Era la segunda vez que lo andaba a callarse en menos de doce horas. Víctor esperó a que volviera a darle la cara y mirándolo a los ojos dijo:

-no es la gran cosa.

- ¿en serio? -dijo Dante sarcástico al mismo tiempo que elevaba una ceja. Si no representaba un problema tan importante como quería expresar podía decírselo. Esto era lo que decía su gesto. Víctor suspiró rendido. Se acostó de nuevo.

-ya sabes que soy rico- empezó- pero no siempre fue así -Dante se tumbó a su lado y Víctor al verlo rodeó sus hombros con un brazo.

-mi madre no estaba en una posición económica alta cuando me tuvo, pues aún no vivíamos con mi padre -hizo una pausa- Por aquel tiempo, incluso antes, mi madre era muy libertina. Se acostaba con muchos hombres.

-ya veo de dónde has sacado tu promiscuidad- observó Dante sonriente. El otro curvó sus labios imitando su gesto.

-Quizás. Salía con muchos tipos, pero luego dejó de hacerlo cuando se casó con mi padre. Ahora gasta su dinero y sale con sus amigas. Mi padre… bueno, es dueño de una importante compañía.

-esto suena como una telenovela.

- ¿Quieres que continúe o no? -Dante cerró el pico sin dejar de sonreír.

-Varios años después mi madre contrajo matrimonio con mi padre -continuó Víctor- No sé si lo hizo porque le quería o por dinero. Lo cierto es que yo no le importaba demasiado. Soy solo como una herramienta para ella, ya que mi padre no tiene más hijos eso me hace su único heredero. Por lo que ahora intenta entrometerse en todos los aspectos de mi vida. Estoy seguro de que el que te haya invitado a la celebración es parte de algún plan enfermo suyo.

Se hizo un breve silencio que Dante aprovechó para decir algo que había pensado cuidadosamente:

-creo que si a ella no le importaras en lo más mínimo no se preocuparía porque fueras el heredero de tu padre, aunque es solo mi opinión.

-tal vez Charlotte parezca agradable -replicó Víctor mirando sus ojos claros- pero es la clase de mujer que no dudaría en abandonar a su propio hijo. Recuerdo haber estado solo la mayor parte de mi infancia. Mientras ella se desatendía por completo de mí para ir a divertirse.

Dante prefirió no agregar nada más a sabiendas del dolor ajeno. Víctor giró la cabeza mientras Dante aún lo miraba atentamente. A veces parecía preocuparse por él más que su verdadera madre. Sonrió. Pensó que era posible que tuviera razón y él se equivocara un poco con respecto a Charlotte. Sin embargo, era un fastidio lidiar con ella. Pasaría mucho tiempo para que dejara de hacerlo y aún más para perdonarla.

De pronto vino a la mente de Víctor lo que había dicho Dante hacía unos días y se volvió hacia este.

-ahora que te lo dije cuéntame tu secreto.

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