Capítulo IX -Visita indeseada

Debido a que la resiliencia de Víctor era abrumadora, Dante no lo apartó más después que el primero se le pegó más de media hora y le dijo cosas insinuantes por toda la escuela e incluso después de salir del instituto. Soltó un suspiro y se tranquilizó. Dejando que lo abrazara todo lo que quisiera. Tal vez así no intentaría besarlo delante del todo mundo, como intentó en un momento mientras lo llamaba cariñosamente con una nota larga al final.

-has cambiado, Dante- dijo Jordi como saludo a la mañana siguiente cuando llegó al salón. Era temprano, solo estaban ellos y un par de compañeros más. Jordi se echó a reír al ver la expresión atónita de Dante- ja, ja, ja… No lo digo en el mal sentido. Es solo que últimamente pasas más tiempo con Víctor y te noto más animado- ´´el único animado es el calenturiento de Víctor´´.

Dante bajó la mirada, su expresión era indiferente, pero por dentro no sabía qué pensar. No creía que tuvieran algo especial. Además, ¿quién podía estar contento de ser fastidiado?, ¿O acaso Jordi quería decir que Víctor lo hacía feliz? No. Eso no era posible. De lo contrario podía llamarse a sí mismo un masoquista. Siempre estaba siendo molestado por Víctor desde que salía el sol hasta el anochecer y aunque estuvieran juntos seguía jugando con él la mayor parte del tiempo.

Encima no podía saber si era capricho o enamoramiento, lo de Víctor o cuánto le duraría. Por lo que no opinó sobre el comentario de Jordi. Decidió no reflexionar más en eso. Dejaría que las cosas siguieran su curso y vería como evolucionaba su relación.

Aquel día también dejó a Víctor acercarse y ni siquiera puso reparos a la invitación de ir a su casa una vez terminaran las clases. Víctor supuso entonces que Dante funcionaba con base en su estado de ánimo. Podía decir que no y luego sí a una misma propuesta de su parte dependiendo de cómo se sentía en ese momento. O tal vez fuera el hecho que no le había dado otra opción.

-no habrá nadie en casa -había asegurado Víctor con una amplia sonrisa, pero se equivocó. Fue desafortunado que uno de sus familiares hubiese decidido aparecer esa vez.

En la tarde, ambos entraron en la vivienda y cerraron la puerta detrás de sí cuando escucharon una voz femenina.

- ¡Viicky! - “Dios, no” pensó Víctor entre sorprendido y descontento. Volviéndose en ese instante. Una mujer atractiva y esbelta con el cabello decolorado corrió por el pasillo con tacones y se abalanzó encima de él para darle un abrazo. Víctor compuso una mueca. Pero cuando ella vio a su acompañante perdió de inmediato el interés en él y fue donde se encontraba este.

-qué chico tan guapo -Charlotte agarró las mejillas de Dante y se las apretujó- ¿eres amigo de Víctor? -Dante emitió una serie de sonidos incomprensibles. No podía contestarle mientras lo agarraba de esa forma.

-no- negó Víctor enojado- suéltalo.

- ¿Por qué no nos presentas? -dijo después de obedecer su orden como si no le importara en absoluto el tono que empleó.

-él es Dante, es mi… -la pausa se debía a que dudaba sobre qué tipo de relación tenían actualmente. Antes no parecían llevarse bien como los amigos normales y ahora hacían cosas propias de los amigos con beneficios (no obstante, tenía la premonición de que si se iba con alguien más con ese pensamiento, Dante lo mataría) Su relación no había cambiado mucho. Aparte del hecho que Víctor quería poseerlo todos los días -… Compañero.

- ¿Qué soy qué? -Dante al parecer no había escuchado. Pero por la forma en que lo había dicho cualquiera pensaría que en realidad dijo ´´pareja´´, puesto que la última palabra no la había dicho con mucha seguridad, encima era un término ambiguo. Charlotte al parecer interpretó lo mismo porque abrió los ojos de par en par y miró al frente, donde estaba Dante.

-pues debo admitir que tienes buen gusto para los hombres- opinó la mujer. Dante bajó la mirada con la cara sonrojada. Algo bueno de aquello era que a lo mejor no intentaba tirárselo. Sin preocuparse de la vergüenza de su ´´compañero´´, Víctor prosiguió:

-Dante, ella es mi madre.

- ¿no vas a decir mi nombre? -inquirió su progenitora dándole un empujoncito con el brazo al ver que no agregaba nada más.

-No tiene por qué recordarlo… ¿No tenías nada mejor que hacer? - Sabía que ella iba de salida, pues llevaba su bolso de mano colgando de uno de sus hombros y estaba maquillada como payaso de circo. Al parecer Dante notó la frialdad de sus palabras porque levantó la vista del suelo y lo observó con los labios entreabiertos. En cambio, Charlotte no parecía molesta por sus palabras, sonrió y dirigiéndose a la entrada levantó una mano en señal de despedida.

-bien, bien. Ya me voy.

Enseguida, Víctor tomó a Dante de un brazo y lo condujo escaleras arriba hacia el segundo piso donde estaba su habitación. Pensaba en descargar con él su ira y emociones reprimidas.

Al entrar en la alcoba, Dante se dio cuenta de que Víctor no había mentido cuando dijo que su cama era enorme. Podían caber en ella cuatro o seis personas cómodamente. ¿Para qué necesita una cama tan grande? Justo después de hacerse esta pregunta, Dante se respondió solo. Seguro de que Víctor le habría encontrado muchos usos grupales. Sintió una punzada, pero intentó no divagar en ello.