Capítulo XIII-Revelaciones parte 2

Dante abrió los ojos de par en par y miró hacia otro lado visiblemente alterado, lo que causó que a Víctor le rascara la curiosidad.

- ¿qué? P-pero ya no cuenta...-vaciló Dante- No quisiste aceptar en ese momento...

-me lo prometiste- replicó Víctor circunspecto.

-yo no recuerdo eso- Dante lo miró a los ojos con el ceño fruncido. Pretendía hacerse el necio, pero Víctor no iba a dejarlo ir.

-entonces, supongo no me queda de otra que obligarte a hacerlo- declaró Víctor.

-no puedes -la expresión de Dante demudó. Luego este se incorporó y se bajó a prisa de la cama a la par que retrocedía para alejarse de él. Víctor también se movió rápido y se detuvo frente a Dante a solo dos metros de distancia. Había quedado entre la pared a su espalda y Víctor al frente. Este último lo observó con seriedad.

-sabes que lo haré -Víctor avanzó un paso y Dante se movió en sentido contrario. De repente se asustó y extendió su mano con la palma abierta para que se detuviera.

- ¡espera! Está bien\, está bien. Lo haré. Lo voy a hacer... -Víctor frenó sus movimientos.

-te escucho- instó Víctor. El otro le dedicó una mirada a la cara, luego al suelo y de nuevo a él.

- fue después de que...-empezó Dante mirando el piso de vez en cuando. No sabía dónde meterse-... ¿Recuerdas esa vez en mi habitación que entraste por la fuerza? Y después...- Víctor estuvo a punto de preguntar a cuál se refería\, pues ya habían pasado por varias situaciones similares. En algunas de esas ocasiones Víctor ingresaba en su casa sin ser invitado para sacar a Dante y llevarlo a un lugar donde pudieran estar a solas\, pues Dante a veces a este le daba por ponerse rebelde y no quería seguirle el juego en su apartamento. Entonces él lo enternecía con caricias y besos.

Víctor trató de hacer memoria. Las veces que estuvo a su lado no recordaba haber visto nada llamativo, así que era probable que tuviera que ver con esa vez.

- ¿te refieres a cuando entré en tu cuarto la primera vez y metí una mano en tu pantalón?\, ¿y luego toqué tu...?

- sí ya. No tienes que decirlo todo. -cortó Dante molesto. Luego inhaló aire profundamente ante de continuar- después de eso... yo... eh... bueno\, no fui a clases porque... eh...-balbuceó\, se quedó en silencio y se sonrojó mucho. Un instante después se cubrió la cara con ambas manos- ¡No puedo! No sé qué estaba pensando. No puedo hacerlo...es muy vergonzoso.

-Ayer fuiste al gimnasio ¿no es cierto? -preguntó Víctor de pronto en un tono mesurado- Te quedaste dormido justo después de que lo hicimos.

-Sí ¿y qué? -inquirió Dante entrecerrando los ojos

-Debes de estar agotado ¿verdad? -siguió Víctor con una mirada peligrosa.

- ¿sí? -replicó Dante dubitativo. Presentía que algo andaba mal "¿cómo sabe este mis hábitos?"\, se preguntó preocupado en su mente. No recordaba haberle dicho nada a Víctor.

-Bien- dijo el otro escueto. Una fracción de segundo después Víctor lo agarró y empujó. Dante ni siquiera pudo hacer nada cuando el primero lo tiró de improviso. Víctor se había movido tan rápido que cuando Dante se dio cuenta de lo que sucedía ya estaba inmovilizado por él contra la cama.

- ¡¿qué crees que haces?! -exclamó Dante. Intentando darle una patada que Víctor esquivó con agilidad moviéndose a un lado. En el siguiente momento presionó su pierna hacia abajo. Dante no pretendía herirlo\, solo que se quitara de encima. Pero ahora quedaron en una posición más bochornosa.

- Haré que lo digas -expresó Víctor con una expresión alegre.

- ¡esto se llama abuso\, imbécil! -espetó Dante fulminándolo con los ojos. Creyó que Víctor pararía\, pues se quedó quieto un segundo y lo miró con gravedad. Sin embargo\, con la misma rapidez compuso una sonrisa aterradora.

-no, si lo disfrutas.

Dante se resistió naturalmente mientras Víctor agarraba sus muñecas a ambos lados de su cabeza. Forcejeó un rato más antes de voltear la cara sin mirar a Víctor. Si realmente quisiera, podría zafarse con facilidad de su atacante con un par de movimientos, pero justo cuando pensaba eso Víctor se inclinó sobre él y besó con una suave ligereza su cuello, pecho y continuó más abajo.

Dante experimentó una agradable sensación por cada beso dejado en su cuerpo. No se fijó realmente en que Víctor le ataba con la chaqueta que estaba en la cabecera de la cama hasta que fue muy tarde.

-No...- gimió cuando Víctor le besó la base del abdomen. Sin embargo, este solo se río y bajó un poco más hasta su pelvis- ¡Ahí no! -su grito sonó agudo. En seguida Dante estiró sus manos aprisionadas y sujetó con los dedos el cabello de Víctor, pero sin mucha fuerza para no lastimarlo.

- ¿por qué no? -Inquirió Víctor en tono juguetón mientras levantaba la cabeza para luego descender a su zona más inferior- si aquí es donde más te diviertes. Lo besó ahí y Dante emitió un tierno gemido y una corriente de excitación lo recorrió de pies a cabeza. Sus piernas se estremecieron a ambos lados de Víctor que este tomó y colocó sobre sus hombros.

Víctor siguió jugando con su boca a desabrochar su pantalón. Deteniéndose solo para mirar a su pareja y preguntar con una sonrisa:

- ¿de verdad no quieres que lo ponga en mi boca?

-N-no...-negó Dante titubeante.

-Tomaré eso como un sí- dijo Víctor volviendo a inclinar la cabeza sobre las piernas ajenas. Dante solo pudo observarlo imponente con su hermoso rostro cubierto por un sonrojo.

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