Diecinueve: ¿Elizabeth?

Me desperté de golpe escuchando gritos de una mujer exigiendo algo, pero no eran en la misma habitación. De la nada mi cuerpo empezó a doler ¿Dónde estaba?, miré a mi alrededor y me encontraba en un blanco cuarto bastante limpio, una habitación del hospital y privada porque solo estaba yo, no había otra camilla vacía, nada.

— ¿¡Qué parte de que es mi hijo y quiero verlo no entienden!? —las voces se escuchaban pegadas a la puerta, esa es mamá.

—Señora, tiene que dejarlo descansar, cuando sea la hora de…

— ¡Tengo derecho, soy su madre! —ay, Dios, qué vergüenza. Debería de levantarme y mostrarle que estoy bien, o bueno, que al menos estoy despierto— Déjeme pasar o lo empujo, usted decide— no se escuchó nada más, unos segundos después la puerta se abrió, el doctor le dio permiso para entrar, el pobre hombre se había resignado.

—Mamá— dije al verla entrar toda nerviosa. Al verme fue como si le echaran un balde de agua, o así fue como yo lo percibí. No dejaba de caer lágrimas de sus ojos.

Corrió hacia mí y me abrazo, yo solté un quejido, sentía como moretones por todo el cuerpo. Como pude le correspondí sintiéndome culpable porque sé que se debió de sentir horrible todos estos días al no darle ninguna señal de vida. Estuvo bastante tiempo pegada a mí mientras lloraba. Se separó y tomó mi cara entre sus manos, sus ojos estaban rojos.

—No sabes lo preocupada que estaba— empezó a hablar con la voz quebrada— Ya hasta había supuesto lo peor— hizo una pausa aguantando el llanto— Pero ya estás bien, ya atraparon a los que te hicieron esto— sonrió y dejo un beso en frente.

— Sí, me preocupé bastante cuando llegó a mi casa tan asustado— miramos a la puerta donde estaba la señora Martin con un ramo de flores y el mismo detective que nos había interrogado a su lado— Me alegra que ya estés despierto, traje un pequeño presente, espero no interrumpir nada— se refirió a las flores— Son magnolias púrpuras, significan suerte y salud— mi mamá se apartó de mí para recibirla.

—Es un hermoso detalle, señora Martin, pase por favor— Isabelle pasó dándome una mirada intensa ¿Qué está pasando? ¡Elizabeth! ¿Dónde está Elizabeth? —Sigue algo débil, permítame— recibió las flores. Fruncí el entrecejo sin entender nada, aparte que no precisamente inspira confianza.

—Él es el detective Roswell, ayudó a atrapar a este grupo de “rebeldes” —hizo comillas con los dedos al llamarlos de ese modo ¿Grupo de rebeldes?, ¿se refiere a los hombres de Richard?

— ¿Grupo de rebeldes? —mi madre me quitó las palabras de la boca.

—Sí, señora White— habló el supuesto detective— Primero permítame presentarme, soy Finn Roswell detective privado, vengo de la ciudad Aramor, un gusto— le extendió la mano a mi madre y ella la aceptó con las dos manos entusiasmada.

— ¿De Aramor?, eso está bastante lejos— dijo con sus manos unidas moviéndolas frenéticamente de arriba abajo— Le agradezco que haya venido hasta acá, deben ser un grupo bastante rebelde— giré los ojos ante lo evidente que era mi mamá, le gustaba el detective.

—Sí— logró soltarse— Desde hace rato lo estábamos buscando, atacan a personas al azar por diversión, y, bueno, su hijo tuve la mala suerte de cruzárselos y llamar su atención— eso no estaba ni cerca de lo que en verdad pasó, ¿Por qué estaban cubriendo a Richard?

— ¿Dónde está Elizabeth? —pregunté enojado, los tres me miraron.

— ¿Elizabeth? —me había olvidado que mamá no sabía de ella— Debe ser su amiga, mis padres me dijeron que fue a visitarlos junto con una chica— le explicó a Roswell.

—Sí, da la casualidad de que conoce a mi nieta, se llama así a honor a su difunta madre— esta vez era Isabelle quien estaba mintiendo— Ella está bien, no tienes por qué preocuparte.

—Quisiera verla— la señora, disimuladamente, me tiró una mirada amenazante.

—Eso no va a ser posible, no está en país— ¿Cómo que no está en el país? Cuando abrí la boca para seguir preguntando el detective se adelantó.

—Bueno, ¿tiene alguna otra pregunta? —mi mamá negó.

—Gracias por todo— les agradeció.

—Bueno, nosotros los dejamos descansar— ambos se despidieron y se fueron cerrando la puerta.

No puede ser, Elizabeth ya no está en el país, ¿o es una mentira? ¿Entonces Isabelle estuvo con Richard todo este tiempo?, no creo, según me contó su hija era ella quien la cubría cuando salía de fiestas o la consolaba cuando su marido se volvía loco… al menos que todo haya sido una sucia jugada para ganarse su confianza, si Richard siempre se enteraba y encontraba a su hija en algún momento ¿Isabelle sería capaz de delatarla? Siento que la cabeza me va a explotar.

—Ray, mi amor, la negociación salió bastante bien— acercó una silla a la camilla y se sentó al lado mío agarrando mi mano— Y, dada las circunstancias, vamos a tener que irnos los dos— suspiré, pero asentí, después de todo no me atrevía a oponerme, aparte, solo estudiaría— El jefe ya sabe nuestra situación, cuando te mejores nos vamos— besó los nudillos de mi mano y después se levantó para besar mi frente— Te amo, hijo.

—Y yo a vos

ㅤㅤㅤ

Entramos al departamento, y quedé asombrado, era mucho más amplio que el anterior, aparte de tener mejores vistas por estar más alto. Parece que mamá va a cobrar mucho mejor ahora.

—Está mucho mejor, ¿no? —mamá dejó unas cajas en el piso al lado de la puerta— Y ahora no solo tenemos una habitación cada uno, sino que hay un cuarto de más para cuando vengas tus abuelos, un baño arriba y otro abajo y queda lugar para la oficina— podía notar que se sentía orgullosa de lo que había logrado y en lo que había invertido.

—Es un gran avance— dejé las cajas que llevaba por ahí con la intensión de explorar y elegir mi habitación.

—Mandé a dejar tus cosas en el cuarto que elegí para vos— me avisó con tono burlón. No respondí, seguí subiendo las escaleras.

Pasó un mes desde que vi a Elizabeth por última vez, tengo una borrosa imagen de la rubia llorando. No supe nada más de ella, de lo que pasó en realidad, no sé si estará a salvo o seguirá en manos de su mentirosa familia. Me gusta pensar que vive su vida como artista, como ella en realidad quería.

Admito que extraño su presencia, la extraño a ella.

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