Feliz cumpleaños

El domingo Carmín se levantó de la cama hasta el mediodía. Doeni estaba lavando y don Leo aprovechó para ponerse al día de lo que pasaba con Carmín, Citli y la Unión.  Platicaron en tanto Doeni estuvo ocupada, y luego prepararon juntos la comida.

Ninguno salió de la casa a otro lado que no fuera la tienda y el lunes festivo lo mismo, Carmín se dio el lujo de no hacer nada más que el cuadro sinóptico que les dejó la maestra de cívica y ética, sin importarle lo descuidada que estaba siendo con sus deberes escolares.

Los siguientes días pasaron entre clases habituales, entrega de tareas a medias, el encanto de Emanuel, Sara y Dani peleando por Said, la magia de Mashonpe y el asecho de los enemigos, además de las noches en las que Carmín practicó el dominio de su propio mar de sueños.

Pronto terminó noviembre y el primer día de diciembre la sorprendió con una mañana fría.  Su mamá había dejado una caja y una tarjeta sobre la mesita junto a su cama.

Carmín leyó la felicitación y luego abrió su regalo. Eran unos patines blancos por los que le había rogado a su mamá el año pasado, cuando todavía tenía trece años y con los que se obsesionó después de ver a una chica patinar a toda velocidad en Chapultepec.

Se los probó y le quedaron justo a la medida, tal vez los podría llevar a Mashonpe y patinar sobre la calzada desde el palacio 8, hasta la plaza de la Luna.

En la escuela recibió un llavero de peluche y una carta de parte de Sara, Dani le dio una pulsera tejida y Emanuel le regaló una sonrisa cuando salieron al receso.

—Gracias a las dos por acordarse de mi cumple y por los regalos —les dijo Carmín entre abrazos a la salida de la escuela.

En su casa Don Leo le había preparado su comida favorita, huauzontles.

—¿Y cómo te la pasaste en la escuela? —le preguntó cuando Carmín limpiaba a mordidas cada una de las pequeñas ramas de huauzontle.

—Sara y Dani me dieron regalitos, en las clases todo normal, ningún profe me regaló un diez.

—Ah pues yo también tengo algo para ti, te lo doy ahorita que acabes.

Carmín se volvió a servir otro plato antes de recibir su regalo. Cuando terminó, su abuelo se acercó con un libro viejo de pasta dura color beige que le entregó con emoción.

—Siento no haberlo envuelto, pero no había necesidad.

Carmín lo recibió como si fuera un tesoro, miró los detalles de adelante y de atrás, el libro no tenía título, solo estaba en su portada el mismo símbolo que estaba en su placa.

—Es un libro único en el mundo, tiene muchos secretos en sus páginas, algunos tal vez no los puedas comprender ahora porque está escrito en varias lenguas, pero te será muy útil en tu camino como dorada.

El teléfono sonó y Carmín se levantó a contestar con el libro en la mano.

—Bueno…

—Hola hija. Feliz cumpleaños.

—Hola papá, gracias.

—¿Cómo estás?

—Bien.

—Qué bueno hija. Quería ir a verte y llevarte tu regalo, pero tenemos mucho trabajo acá en la empresa y estamos empezando la temporada más pesada, no voy a poder ir hasta después de año nuevo.

—No te preocupes, no es necesario que vengas.

—Te voy a mandar dinero para que te compres lo que tú quieras.

—Sí, gracias, ojalá puedan ser más de 300 pesos porque con menos no me alcanza para nada.  Bye.

Después de colgar Carmín sintió tristeza porque una vez más, su papá no estría con ella en un momento importante. Doeni llegó a las seis de la tarde con un pastel de chocolate y unas flores. Carmín ya había guardado su libro junto a la placa en su cajón que se estaba llenando de secretos.

—¿Dónde está mi quinceañera?

—Hola ma, llegaste temprano.

—¡Muchas felicidades mi niña grande! —le dijo abrazándola con fuerza.

—Gracias ma, me gustaron los patines.  Hace un rato me llamó mi papá, dijo que me va a mandar dinero.

—Me preguntó si te pasaba algo, dice que le colgaste.

—Le colgué después de despedirme, no me viene a ver ni en mi cumpleaños y todavía se queja.  Pero no me voy a poner mal por eso, tengo cosas más importantes en qué pensar.

—Sí ya me imagino, mejor vamos a partir el pastel.

—Sí, se ve muy rico. Voy a poner mis flores en agua.

Partieron el pastel y un par de horas después, Carmín se puso sus patines para modelarlos e ir practicando su equilibrio.

Al poco rato, cuando su mamá y su abuelo estaban hablando de cosas de adultos, sintió curiosidad por los secretos del libro, lo sacó del cajón y lo puso sobre su cama.  Comenzó a leer las líneas de la segunda página y descubrió que aún tenía mucho que aprender.

El Ópalo de fuego es el comienzo, si domina el poder de su Tonalli en los sueños, podrá dominarlo en el mundo que existe fuera de ellos. El Ópalo y el Tonalli se necesitan el uno al otro para soportar la fuerza del poder.

El Metl que brota de la tierra deberá ser fuerte, flexible, resistente y veloz, el cuerpo físico tendrá que prepararse para comenzar su transformación. Estará listo si logra elevar a su aprendiz al Ópalo.

El Caracol descubrirá la magia que posee el agua. En la apnea conseguirá preservar la vida aún en la profundidad y aprenderá a ser digno de robar el Tonalli.

El Balam deberá esforzarse para convertirse en un ser de gran divinidad, podrá observar el mundo a través de los ojos de un jaguar si comprende el significado de seguir su instinto.

El Águila podrá alcanzar el cielo si está dispuesto a renacer. Volar es el más profundo deseo del Tonalli y por eso buscará tener unas alas capaces de proteger, defender y expandir su magia.

El Xquenda tendrá esplendor por sí mismo y como una estrella podrá permanecer en la eternidad. Un poder personal le será dado cuando su Tonalli demuestre que es capaz de dominar la oscuridad que lleva dentro.

El Quetkán tendrá poder supremo, sabrá lo que significa ser poseedor del más inmenso secreto de la Tierra.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play