9

El sudor cae por mi frente, cuello, en mi espalda arde cuando se desliza por las heridas aun abiertas... Estoy bañada en sudor, pero logré hacer lo que necesitaba para colgar mi ropa.

Tuve que dejar la tablet en el segundo viaje porque la bañaria de sudor también, y eso, no seria nada bueno para mi entretenimiento. El sol esta a punto de ocultarse para dar completa oscuridad en todo el lugar y yo... Necesito regresar adentro antes de que venga la ronda de vigilancia.

La ropa tendré que lavarla mañana cuando mi cuerpo ya este con las fuerzas renovadas al cien. Dejo salir un suspiro lleno de cansancio y apoyo mi frente en la pared con los ojos cerrados.

El hambre ataca nuevamente por la energía que gasté buscando esos putos palos, y el agua lo calma, pero solo pocos minutos.

El reloj me indica que ya van a cenar y mi estomago ruge pidiendo que vaya a por eso.

— Bien. Solo... Me bañare ¿vale?— me digo a mi misma.

Me dirijo al baño para hacer como puedo para lavarme todo el cuerpo y evitar lastimarme yo misma. ¿Cuanto tardará en cicatrizar completamente?

Al menos fuese traído un puto medico para que me sanara bien las heridas que ella misma me hizo, aunque, pensándolo bien, no puede hacer eso. Un medico no es tan estúpido para creerse que lo que tengo, sea un accidente.

Las heridas no son nada agradables al tacto, ya me imagino como sera a la vista. La que tengo entre mis pechos no fue tan profunda, pero duele si utilizo la fuerza necesaria.

No se cuanto tarde en el baño, pero fue refrescante porque no estaba helada. Admito que dude entrar por ese pequeño... Problema. Seco mi cabello al caminar y busco las opciones que tengo para usar despues que ponga en las heridas esa crema.

«Sera complicado»

Necesario, obligatorio... Tener a alguien para este tipo de problemas porque no alcanzo a cubrir todo completamente y lo necesito. Aun si están cerrando, me dan algunas calenturas y unos escalofríos debido a eso. Tampoco es agradable las punzadas que me dan casi siempre.

Obviare el hecho que... Mi cuerpo que amaba ya no es así, no lo es y eso... Provoca que mis ojos se llenen de agua al instante.

«Es horrible»

Seguiría con mis lamentos, pero es inevitable que mi cuerpo se tense cuando están tocando la puerta con insistencia, pero no tan alto. El miedo me recorre cuando en mi cabeza llega el pensamiento de que es esa mujer.

Me sobresalto cuando vuelven a tocar y aprieto mis puños porque... Debo abrir. «mierda» El sudor se instala en mi frente y la respiración se me agita bastante. Es la unica que puede andar por los pasillos a esta hora, porque ya las aprendices deben estar en sus dormitorios.

Veo el reloj y marca las ocho y media. Bien. Solo debo hacerme la desentendida y ya.

No tengo necesidad de cubrirme, ya que esa anciana lo ha visto. Respiro hondo para calmar el miedo aunque no se lo demuestro y me ubico frente a la puerta con la mano en el pomo.

Abro lentamente, dandole paso a esa anciana pervertida. Mis manos tiemblan y no sabría decir, si de hambre o miedo de lo que me diga esa mujer. Cierro los ojos cuando sus pasos se escuchan y dejo la puerta cerrada cuando esta adentro.

Silencio. Un silencio extraño. Dejo de tener los ojos cerrados cuando una mano muy diferente a la persona que crei estaba dentro y me recorre un escalofrío cuando hace un etéreo roce en mis heridas.

«Mierda»

Volteo rápidamente y mi espalda toca la puerta cuando retrocedo, pero tal acto me hace quejarme por la brusquedad del impacto. «Que estupida»

— Kate...

— ¿Que quieres?— gruño al no poder decirlo de otra manera por el dolor que he causado.

— Te traje comida, crei que tenias hambre —murmura, señalando la comida.

— No tengo... —un rugido me irrumpe, y mis mejillas enrojecen.

«¡Estomago de mierda!»

Paso de ella para buscar algo que ponerme y siento sus ojos en mi cuerpo, en cada movimiento que hago y eso me... Molesta. ¿Por qué sigue aqui?.

— Puedes irte, ¿no?— digo al tener la comida que me trajo en mis manos.

No se inmuta y deja unos mechones del cabello que se interponía en su vista detras de su oreja, para después suspirar. Su cabello es gris «Wow. Es... hermoso». Me golpea un fuerte latido cuando sus ojos tienen contacto con los mios y... «mierda». Desvío la mirada con rapidez cuando mis mejillas enrojecen nuevamente y los latidos se aceleran.

«Es como las otras, Kate. Así sea bonita»

Cuando fue a verme en aquel sitio no sentí eso. Sentí... Asco cuando vió mi cuerpo, no quería que lo viera y ahora tampoco, por eso me coloque el camisón.

— Lo siento, Kate —dice, doy un bocado, masticando con lentitud sin quitar mis ojos de lo que como. Escucho sus pasos y en segundos sentada a mi lado. El cuerpo se pone rígido al instante— No debiste pasar por eso. No fue justo para ti cuando no eras culpable.

— No me toques —advierto cuando veo su intención.

Vuelve a suspirar y esta vez con dificultad. Eso me obliga a mirarla para ver que sus ojos están llenos de agua. Prenso la mandíbula y vuelvo a centrarme en mi proximo bocado.

Ella, sin embargo, ignora mi advertencia y deja que su mano rodee mis mejillas para que vuelva a mirarla.

— Kate, perdón. No pensé en las consecuencias. Perdoname —murmura con las lagrimas al borde. Y los míos se llenan de agua también.

No te confundas corazón. Es un simple acto que deben hacer para no sentirse culpables, no es porque sea yo, es porque es necesario para su religión. Pero a pesar de mis advertencias el late con fuerza, queriendo salirse de mi pecho.

¿De que me preocupo?

Cuando mi plan empieze andar se me quitara y además, yo me voy, aunque sea con o sin J, de este lugar me voy, no voy a esperar el año y esperar que destrocen mas mi cuerpo.

Eso ocurre porque es con la unica que he tenido mas contacto. «Claro que es eso». No me preocuparé por ello.

— Al menos, dejame ayudar con tus heridas...— su agarre mas fuerte empeora mis latidos y su intensa mirada de suplica también— por favor...

Las mejillas se tiñen de rojo otra vez y salgo de su agarre rápidamente para no perder los estribos por su cercanía. Suspiro mas nerviosa que cansada y vuelvo a mirarla. Me duele todavía, o más bien, empeore las punzadas por el golpe que recibí en mi espalda.

Solo tengo que evitar que su toque no me cause asco. Y no por ella, es por mi. Siento que le daré asco.

— Como sea— mascullo.

Dejo la comida de lado para mirarla de frente. Ella se acerca mucho mas y me ayuda a quitarme la prenda que coloque hace minutos. La respiración la contengo cuando mantiene la mirada en la herida y la recorre desde el inicio hasta donde termina.

Ahora su mano es quien se acerca y cierro los ojos cuando siento su tacto pasar por ahí.

Es mas difícil de lo que crei. Mi cuerpo huye de su tacto y la respiración esta muy alterada.

— Kate... Tranquila —pide con esa voz calmada.

Su mano deja de tocarme y mi cuerpo se relaja por completo. Abro los ojos lentamente y tiene lo que ella me entrego aquel día, su ceño se frunce cuando nota que nunca lo había usado y sus ojos caen en mi.

— Eres terca —dice, quitando el sello para dejar su dedo cubierto— Si la fueses usado no se notaría.

— ¿Acaso le asquea, señora?— mascullo, deteniendo la mano que iba a tocarme. Fue ella quien pidio ayudarme y ahora se queja— No pedí tu ayuda

— No lo hace. No me das asco. Ni antes ni ahora— comenta, siguiendo con su camino cuando mi agarre se aflojó.

Me esta jodiendo ¿me esta jodiendo, no?. Quien sea que vea lo que tengo en mi espalda le provoca eso. Me recorre un enojo grande y le agarro la mano que estaba apunto de tocarme para jalar de ella y su rostro quede cerca del mío.

— ¿Me estas jodiendo?— reclamo. Porque si, le estoy reclamando por sus palabras— No digas algo que no sientes, Jeanne.

— No lo hago. Mi religión no permite decir men...

Termino de recortar la distancia entre nosotras y mi boca cae sobre la de ella, callandola. No hace nada por mi acción, me mira como yo lo hago con ella mientras que muevo mi boca sobre la suya que esta quieta.

— Dilo... —gruño sobre su boca, sin quitarle los ojos de encima— Di que te dió asco lo que hice.

— No

Alejo su cuerpo con brusquedad, retrocediendo por inercia de lo que esta diciendo en este mismo momento.

Obviamente esta mintiendo. A los religiosos este tipo de cosas no lo permiten, no pueden porque son cosas del diablo; es pecado y quienes lo hagan deben rezar no de cuántas mierdas para "limpiarse" el alma y también pedir a dios para que los regrese al camino correcto.

— Eres una puta mentirosa —murmuro, reteniendo las lagrimas como puedo. ¿Por qué miente?

— No estoy mintiendo, Kate. No tengo porque hacer eso— dice, volviendo a intentar tocarme— Dejame ayudarte, por favor. No hablaré si es lo que quieres, pero dejame hacerlo.

«Solo es un simple toque, Kate»

Dejo de impedir su avance y los escalofríos llegan al instante cuando siento su tacto pasar sobre la herida. La respiración de detiene al momento cuando empieza a untar la crema lentamente sobre la piel.

El aire sale con lentitud y lo retomo de la misma manera, asi en cada movimiento que hace y siento la frescura con algo de alivio en segundos que termina de poner eso. Aflojo los puños que no sabía que apretaba y vuelvo a mirar a la mujer que esta... ¿Sonrojada?

Mi corazón se alborota cuando desvía la mirada y el sonrojo aumenta en sus mejillas. «Joder». Cubro mis pechos por inercia y vuelvo a centrarme en la comida que ya esta fría por el tiempo que tiene.

«Odio la cena fría»

— Deberias irte— sugiero, ahora jugando con la comida.

Debio irse desde el momento en que la deje entrar con esta comida fría que tengo. Yo no puedo tener a una monja como... ¿Apoyo, amiga, gusto?. Ninguno de esos términos.

Mas aun cuando hay castigo por ello.

— Aún no termino. En tu rostro y espalda todavía falta. Kate, mirame— pide, al ver que tengo la mirada en el plato.

Los engranajes de mi cerebro están buscando una respuesta para lo que estoy sintiendo y para el comportamiento de la monja que esta junto a mi.

Aunque... Estoy obviando una parte muy importante desde que sali de aquel puto lugar del demonio.

¿Lo sabía? ¿sabía de ese cuarto que esta detras de la oficina de esa anciana? ¿Estaba al tanto de los castigos que hacían allá y... Cree también que son cosas de dios?

—Tu lo sabías... —murmura entre mis cavilaciones.

Es imposible que no lo sepa cuando... No se sorprendió de lo que tenia, es decir, si lo hizo, pero no fue por lo que tenía sino por la cantidad que llevaba en mi espalda.

— Eso lo utilizaban anteriormente. El director antiguo. La última ves fue hace doce años y no lo utilizaron mas hasta hoy. Nadie lo sabe, excepto quien toma el puesto de director— contesta, resentida— Creí que no lo volverían usar jamás, ya que es algo cruel...

— Para... Detente... —refuto ante su... Palabrería religiosa, porque a eso iba— Son unos claros hipocritas y esto...— señalo mi herida— lo confirma.

— Te equivocas. Las hermanas no tienen que ver y las aprendices tampoco porque no lo saben. Ellos solo piensan que son horas de lecciones sobre nuestro señor— defiende a los otros— Yo lo supe de casualidad y no me gusto para nada.

No seguiré refutando porque de lo contrario no estaremos bien y se irá por la puerta en este mismo momento. Aceptare eso y ya.

Asunto cerrado.

Alejo las manos de la comida que era mi juguete y le doy la espalda para que termine de ayudarme y se largue por donde vino para evitar mas latidos fuertes en mi pecho. Soy joven y no quiero morir de un infarto.

— Kate, sé como te sientes...— aprieto mis puños por su caricia en mi espalda baja— y eres hermosa.

Ahí esta de nuevo, esos fuertes golpes dentro de mi pecho y el rojo teñido en mis mejillas fuertemente notable.

El beso anterior fue por impulso del enojo para que callara y confesara que le daba asco ese tipo de contacto con una mujer, pero esta vez... «mierda» no es asi, son ganas puras de saborearla como se debe.

J... Recuerdo cuando ese puto me dejo dentro de un baño público y tuve que esperar que entrara alguien para poder salir. Fue un maldito, porque a pesar que ers publico, tuve que esperar casi una puta hora.

Río nasalmente y niego con lentitud. Lo que debo hacer para contenerme de un puto beso que no se debe dar.

«Tranquila, Kate. Es una religiosa y jamás me correspondera como se debe». Mañana estará a mil metros de mi y podré ver que mentía cuando dijo que no me tenia asco. Solo debo centrarme en mi objetivo principal.

Y ella no lo es, mucho menos... Una religiosa hipócrita.

— Acuestate

Hago lo que pide con calma y me acuesto con los ojos cerrados. Imito el mismo procedimiento con la respiración lenta al sentir sus dedos llenos de esa crema fría.

Me trago el quejido cuando siento que unta demas, pero luego me relajo por sus dedos paseándose con experiencia sobre mi piel. Aun mantengo mis puños cerrados al momento de recordar el desastre que debe estar viendo.

En algún momento o no lo se... Mi respiración comenzó a relajarse y el sueño se apodero de mi en minutos o segundos. No lo sé. Quizás por el cansancio de dormir en una cama peor que ésta con un olor a humedad por todos lados. Me dormia era porque tuve que acostumbrarme a esa incomodidad.

No sé cuando se fue o si dijo algo malo sobre mi aspecto. Simplemente no lo se porque cai dormida muy... Bien, súper bien.

Como si todo lo que pase fuese un sueño, un mal sueño.

...----...

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play