5

Segundos después su mirada cambia a una preocupada e intenta refutar para rechazar todo lo que digo, pero simplemente no puede ¡Porque todo lo que digo es verdad!. Puede que intente ser simpática conmigo y si, logra en parte hacerlo, mucho mas de cuando la conoci, pero ¿y?.

—Ya sentí el desprecio por parte de tus "hermanas", así que no seas hipocrita y demuestra que eres igual que ellas también... porque por mas que lo retengas, el cuerpo nunca miente, "madre" —limpio la prófuga que salió sin mi permiso y como no se aparta, la jalo de su bata hasta dejarla cerca de mi boca— Y deja estar tan cerca —gruño sobre su boca cuando solo está a centímetros.

Sorbo mi nariz otra vez, hasta creo tenerla roja por el resfriado que tengo. Fue muy mala idea bañarme con agua tan fría.

—Kate, no... —suspira, mirando abajo— no es eso. No te traje aqui para que sintieras eso... y si, las monjas aquí creen que estas poseída...

—Creemos, porque tu lo crees también y... Me vale mierda. No expliques algo de lo que sé. Aqui todos ustedes son unos... —suspiro. Yo debo estar en mi cuarto y no aquí.

—Ellos no lo entienden...

«Y tu tampoco»

—Entendemos, incluyete tambien, joder. —me exaspera que intente salirse de algo que tambien esta incluida. Vuelve a suspirar.

—Nuestro señor... —bufo ante lo mencionado— ¡Solo escucha, ¿vale?!— pide saliéndose de su tranquilidad. Asiento lentamente— Fuimos creados por nuestro señor....

— Adán primero y después Eva para que le hiciera compañía. Desde ese momento el hombre es para hacerle compañia a la mujer y la mujer para servirle al hombre. Todo el que quiera alterar ese orden es un demonio enviado a estar en la tierra por el diablo —relato a mi manera, ya que la suya sería tediosa. Ella asiente.

—Es asi como debe ser y es asi que ellas también lo creen.

—Creemos —reitero, incluyendola. ¿Cual es tu tema en salirse de algo que tambien apoya?

—Es algo que fue implantado en nosotras y... Como tu, ha venido una chica con el mismo problema. Y fue salvada, ella regreso a como era antes, volvio a su actitud tranquila y obediente que sus padres le habian enseñado. —relata con parsimonia.

Entonces lo que sentía solo era curiosidad y no probó el verdadero placer que es estar con una mujer o al menos tener contacto con los labios de una. Eso no se puede arreglar, porque es un puto gusto inevitable.

—Bien por ella. La felicito —ironizo, dándome la vuelta para largarme, ya que parece que no va a venir nadie.

— La clase aun no termina...

— ¿Siquiera a comenzado?. No veo una... Monja explicando tal cosa.

—No me has dejado iniciar, Kate. —comenta, casi... Casi en queja. Evito formar una expresion de sopresa al saber que sera ella y no otra— Toma...

Me ofrece un pañuelo, -sorbo- y mis ojos caen en ella con la tranquilidad que se carga.

—Sientate, por favor —pide, señalando el asiento.

«doble mierda», pienso, cuando el corazón vuelve a golpear con fuerza mi pecho. Pasa frente a mi y al instante por el polvo que levanta, estornudo una... Dos... Tres veces, apenas con dos segundos de diferencia.

— Lo siento. No lo han utilizado en dos años —quita la cortina y la luz se adentran al lugar, trayendo consigo mas polvo. Cubro mi nariz con el pañuelo y cierro los ojos. «Alergia con resfriado no es bueno»— Este aula es para las de tu edad, y como no teniamos fue abandonada. Asi que, manos a la obra.

— "¿Disculpa?"— mi voz sale extrañada debido a mi nariz tapada y... «mierda»... Esa mujer vuelve a reír.

Debería hacerlo más seguido. Sacudo mi cabeza. «No, no»

—Solo... —se acerca detras de mi y agarra lo que tengo en mi nariz para amarrarlo detras de mi cabeza—, problema resuelto.

— Al señor no le gustará que te contagie ¿no?— ironizo en broma. La mujer, sin embargo, vuelve a regresarme donde estaba sentada.

¿Y ahora, qué?

— Dejalo, por favor —dice. Frunzo el ceño por su pedido, totalmente confundida por sus palabras repentinas. Suspira— Dejas las ironías por mi creencia, aquí. Evitaré hablar de ello y tu evita hablar de tu orientación sexual.

Eso me deja mas confundida. ¿No se supone que deben imponer esa creencia sobre mi? ¿Como que evitara?. Esta mujer me confunde mas que a quienes me follado.

— Habla de lo que sea, yo tambien lo haré. Al menos por hoy, ¿si?. Ya mañana o cuando estés fuera de aquí puedes usar esa... Ironía que usas y yo sigo con mi creencia.

— V-vale— balbuceo con las mejillas rojas y empeoran cuando extiende una gran sonrisa satisfecha.

«¡No te confundas, corazón!»

Siento los latidos retumbar en mis oídos y la vergüenza por mi sonrojo me deja sin habla. «Joder» Me alegro de tener algo que cubra en parte mis mejillas, aunque ¿de que me preocupo? Es una monja de todos modos, por lo tanto, mis acciones o gestos le dan igual.

No siente nada

— ¡Excelente!

Quita las cortinas restantes cuando se aleja de mi y el polvo se alza. ¡¿Desde cuando no limpiada esta porquería?!. Abre las ventanas con facilidad y yo solo estoy mirando su gran capacidad para andar con ese atuendo en este calor.

Son un total de seis ventanas y todas a mi derecha, dejando ver el pozo de agua mas allá.

— Kate, ayudame —pide, volteo a mirarla y el sudor corre por su frente. Creí que iba a dar clases— Sería bueno que me dieras una mano.

Relajo mi cuerpo, ya que esta rígido aún si menciona que actúe normal.

«Solo actúa normal, Kate. Como si estuviese con J, y tu personalidad bromista aparece cuando el dice cosas asi» Sé que no es igual porque con él las digo en doble sentido, pero es una monja y no sabrá de lo que estoy hablando, es decir, si lo sabra pero en el tema al que hablemos.

— ¿No te funcionan solo dos?— insinuo, acercando a la tercera ventana. Su risa causa una sonrisa que no puede ver por el pañuelo que esta cubriéndome.

— No. Y ya que tu estas aquí, puedo utilizar los tuyos

Las mejillas se me enrojecen por tal comentario y procedo abrir lo que me ha indicado. Creo que las insinuaciones las descartaré si sus respuestas me pondrán roja.

«Los mios»

Muevo mis dedos y me centro en el movimiento de arriba a bajo. ¿Como se sentirá?. Mierda. Golpeo mi frente con la ventaja siguiente y lo repito dos veces mas. «No debo pensar en eso»

— Hey, ¿estas bien? —cuestiona, deteniendo con su mano el próximo movimiento que iba hacer— Dios, estas caliente.

Me alejo de ella en un paso para después aclarar mi garganta que la sentía algo seca.

— No hay problema, l...los cambios de temperatura— sorbo mi nariz y en eso, estornudo debido al polvo que logró colarse.— Estoy bien, Jeann... Señora.— corrigo y voy a la quinta ventana, evitando el ceño fruncido que esta formando.

Procede con la ultima cuando yo he terminado de abrir la quinta. Retrocedo un paso para ver como lo hace y cuando quita el seguro, la ventana no cede.

Sus intentos me parecen divertidos, ya que en un segundo entendí porque no abre. Las anteriores tenian un seguro arriba y abajo, pero ésta ultima lo tiene de lado. De modo que no abrirá como las otras.

— ¿Estara oxidada?— murmura intentándolo otra vez.

— No...— sus ojos caen en mi y su ceja levantada me causa gracia—, digo, solo... —quito los seguros necesarios, pero no iba a salir como quería ¿o si?— espe...

La mujer jala la ventana y tal impulso me hace caer de culo con ella encima de mi débil cuerpo. El aire se me escapa por el golpe de su peso y dejo salir "puf" por esa pequeña accion.

«Mierda»

—¡Oh, dios mío! —exclama, ahora mirándome con preocupación— Kate, lo siento. ¿Estas bien? Oh, dios...

Tanta preocupación de una religiosa me estresa.

Decido levantarme para que deje de preguntar por mi estado, que puede ver que estoy bien solo se me fue el aire unos segundos, sin embargo, se me escapa de nuevo cuándo su mano en mi mejilla y su frente en la mía, cerrando sus ojos.

«Solo verifica mi temperatura, solo verifica mi temperatura»

Las mejillas vuelven a teñirse de rojo y esta vez lo puede ver perfectamente porque el pañuelo fue a caer a no se donde.

— Tienes calentura, por eso tus mejillas rojas— dice.

Volteo mi rostro como si fuese una bofetada y vuelvo a respirar por mi estupidez.

— Estoy...— estornudo— estoy bien.

Cubro otra vez mi boca y empiezo a organizar los asientos en un solo lugar. Supongo que me tocara todo esto sola, ya que la monja dudo que se quede mucho tiempo conmigo.

Un simple resfriado no me mandara a la cama y el polvo no me matará. Aunque... Mi estómago ruge y eso detiene las acciones que estaba por tomar.

Vale. Definitivamente tengo hambre.

— ¿Por qué eres tan terca, Kate?

"No es su puto problema", quiero decir, pero me abstengo de suspirar y volverme a donde ella se encuentra.

—Es por inercia —confieso— he obtenido varias autodefensas asi, gracias a mi progenitor —mascullo, agarrando otro asiento para dejarlo en el montón—... terquedad, sarcasmo, ironías, odio, desprecio. Todo gracias a él.

— ¿No te desagradaban los religiososos?

Niego con la cabeza y voy por otro asiento, ignorando esa mirada, ya que de verla, se accionara esa autodefensa recordándome que ella es una religiosa que busca modificar mi manera de ser.

—Era como ustedes. Todo estaba bien. No era tan estricto antes y solo... Ocurrió, ese día— el recuerdo es amargo, así que me detengo—, todo cambio desde ese día. Donde supe que tú señor no ama a todos sus hijos.

Ella mira como dejo todos los asientos en un solo lugar y luego las mesas al lado contrario.

No me molesta hablar del pasado, solo me causa algo extraño. Incomodidad o nostalgia, porque... Si, extraño esos dias, pero fue hipocresía y mostró su verdadero rostro cuándo deje de ser su modelo a seguir, por lo tanto, ese sentimiento se anula por completo.

No necesito de esos días. Solo necesito libertad.

— Nunca tuve contacto con él, pero si mencionaron que era estricto y fiel seguidor— dice, cortando el silencio. Yo no dejo de reunir las mesas — Pero no debió golpearte

— ¿No me diga?— mascullo

— Kate

Me da a indicar que está reprochando mi voz.

— Vale

Aprieto la mesa por el rugido que hace mi estomago y dejo caer la mesa para no seguir pasando vergüenza. «¡Deja de traicionarme!»

Termino con las mesas y quedan un gran espacio en el medio. La nariz sigue molestando con esos mocos y a cada momento debo sorber para no saborearlos.

— ¿No se supone que debes irte? —empiezo a buscar música en la tablet, esperando que entienda mi indirecta.

— Debo hacerlo. Y deberás esperar que regrese —eso me hace mirarla con una ceja enarcada— Es una orden.

Eso me hace dejar la tablet para enfocarme solo en ella. Mi cerebro cuando escucha esa palabra, es un claro "desobedece". Porque no acato ordenes de nadie y si las sigo es porque eso me beneficia en algo y no veo en que me beneficie lo que pide.

Dejo salir una pequeña risa cuando estoy caminando a su posición y me detengo a solo un paso de ella.

Abro la boca y la cierro, porque ella no es persona como yo. La mujer frente a mi, las insinuaciones no le valen nada, no le causan absolutamente nada.

— Creo que puedo intentarlo, señora— comento, con el cuerpo rígido.

— Bien —sonrie— tardaré 20 minutos.

Se va, pasando por mi lado con rapidez y parte de su perfume sin mucho olor se queda en mi. «No huele mal»

El hambre no me esta dejando pensar bien. Solo hay una cosa que puedo hacer para calmarlo. Cansar mi cuerpo para obligarme a dormir.

Con algo cubriendo mi boca bastará.

Quito el pañuelo que cubría mi cara y empiezo a caminar al unico lugar donde nadie puede molestarme. Cubro mi cabeza con la capucha y guardo las manos en los bolsillos de la sudadera. Las miradas curiosas no se hacen de esperar y olor a comida solo empeora los rugidos de mi estómago.

Inhalo hondo cuando se atraviesan unas monjas y sus miradas están en mi. Las ignoro cuando mencionan el "que el señor la guíe por el buen camino", sin embargo, pasar por su lado y que no me revisaran todo mi cuerpo sería extraño.

Porque se fijaron en el pañuelo que sobresale donde tengo la mano.

— Regresa eso —advierte una—, robar esta prohibido, jovencita.

Aprieto mis puños con esa tela en mano e intento tragarme todas las maldiciones que desea darles con toda la felicidad del mundo. ¿Por qué me contengo?... Claro... Castigo.

— No lo robe —mascullo sin darle la cara.

— Mentir también esta prohibido. Regresa lo que no es tuyo, seguro la hermana Jeanne lo esta buscando y tu se lo ...

Le tiro el pañuelo en su cara y le doy una fria mirada que las hace retroceder a ambas. Nunca he tenido necesidad de tomarme algo ajeno, como para que vengan estas estupidas y me culpen de algo que no es así.

Sorbo mi nariz nuevamente y prosigo mi camino

— Reza 10...

— Tu madre lo hará, "hermana" —hable con ironía. Su jadeo ofendido se escucha, pero yo estoy bajando las escaleras sin siquiera mirarle.

Apresuro el paso para entrar al lugar seguro que he encontrado y tengo la suerte de que hay algunas de las mojigatas en mi camino.

La furia intenta salir para gritarle que dejen de mirarme. No soy un maldito objeto para curiosidades. Sonrio algo forzada a las que miro y paso de ellas con gesto de manos.

El hambre no me tiene de humor para charlas y la furia retenida apenas, tampoco.

Llego a mi tranquilidad y cierro con seguro para que nadie entre aun si yo no lo permito. Aprieto mis dientes cuando el hambre ataca de nuevo y dicha acción esta empezando a doler mi estómago.

«Ahora no»

Busco con la mirada una jarra llena de agua y la consigo sobre la mesita de noche. En ese instante bebo casi toda el agua que esta en la jarra y detengo es por las arcadas que quieren darme.

— Tendré que soportar hasta mañana. Solo unas 24 horas... Sólo esa... Esa mierda...

Las mejillas se me humedecen otra vez y es inevitable que escape el sollozo que tanto trate de contener. Esto es una mierda peor que estar con papá, aqui me tratan de ladrona y mentirosa, obviando la parte de los desprecios de todas las monjas.

Esas perras. Quisiera ver si actuarán así si comprendieran lo que es un gusto hacia tu mismo sexo.

...--------...

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play