14.

Jaehan movió su cuello con cuidado porque estaba totalmente adolorido. Era la primera vez que dormía tan incómodo y en un sillón. Sintió que le dolía todo el cuerpo en realidad.

Abrió sus ojos con lentitud y soltó un suspiro. Pestañeó un par de veces hasta que centró su mirada en Saije. Lo vio durmiendo y se puso de pie para poder salir a estirarse un poco. No tenía su teléfono porque lo había dejado en el auto, pero pensó que podían ser como las diez de la mañana a más tardar. Cuando regresó, vio al Omega despierto mientras intentaba sentarse en la cama. Le dolía donde tenía la aguja, así que intentó mover el brazo lo menos posible.

—Hey —habló y Saije levantó la mirada para verlo ahí de pie —, ¿te sientes mejor?

Lo vio desviar la mirada porque no sabía muy bien qué decir. Vio que la venda en su brazo tenía una pequeña mancha de sangre.

—Sí —susurró jugando con sus manos.

—Bien, menos mal.

—¿Qué te pasó en el brazo?

Jaehan se miró para ver que tenía un poco de sangre.

—Escucha, ¿sabes lo que acaba de suceder? ¿Recuerdas algo?

—Yo..., no mucho en realidad.

—Saije, escucha —habló el Alfa sentándose a su lado —, cuando yo te digo que no puedes andar solo afuera es por algo, no es por un simple capricho mío. Si te digo que no vayas a algún lado es porque sé muy bien en el lugar donde vivo y los riesgos que hay ahí. Es por eso que prefiero mil veces que estés dentro de la casa.

Saije se quedó en silencio solamente mirando sus manos. Intentó hacer memoria, pero no tenía recuerdos de nada. Había una enorme laguna mental en su cabeza y lo último claro que tenía es que se había cruzado con unos hombres.

—Lo último que recuerdo es que iba caminando por un callejón cuando unos hombres aparecieron frente a mí. Quise intentar escapar, pero uno de ellos me tomó y me puso un paño cubriendo mi boca y nariz.

El Alfa tragó saliva y bajó la mirada por unos segundos.

—Las cosas no son así de sencillas. No termina todo porque un hombre te tomo y ya. Ese pueblo al que fuiste es pequeño y es conocido únicamente porque los Omegas siempre desaparecen ahí y tú fuiste a la boca del lobo por querer escapar. Si dije algo cuando bebí, lo siento mucho, no quise asustarte ni nada parecido y...

—Yo también lo siento —murmuró el Omega dándole una breve mirada —. Tienes esa herida por mi culpa, ¿verdad?

—Suelen llevar a los Omegas a unos lugares donde los drogan y sacarlos de ahí es casi imposible. Supongo que no todos los Omegas tienen tan buena suerte como tú porque pude encontrarte a tiempo antes de que te enviaran a otro lugar del que jamás ibas a poder escapar. Los Omegas lindos como tú siempre son una fortuna.

Saije sabía eso. Todos sabían sobre el contrabando de los Omegas y de lo que sucedía en ellos, pero él pensó que nunca iba a pasar por algo como eso. De la peor forma, aunque no recordaba nada de lo que había sucedido, había entendido hasta donde lo podían llevar sus caprichos y malas actitudes que podía tener en algunas ocasiones.

No supo como lo había sacado Jaehan, pero si había obtenido aquella herida por su culpa, le provocó culpabilidad y preocupación por las cosas que había tenido que pasar.

Se quedaron en silencio y Jaehan solo salió para poder hablar con el doctor y averiguar si estaba bien el irse a casa. Al entender que Saije no tenía nada grave, sintió tranquilidad. No había habido abuso de por medio y nada más había sido la intensidad de la droga.

—Ven, ya nos podemos ir —anunció cuando entraba a la habitación —. Todo está bien y no hay problema alguno.

Se movió con cuidado sintiendo un pequeño dolor en su brazo.

—Y, ¿mi ropa? —preguntó Saije viendo que nada más estaban sus pantalones.

—Pues, tu polera y abrigo estaban un poco sucios con... sangre, así que los tiré, pero puedes irte con mi chaqueta.

Le estiró la chaqueta por unos segundos y Saije la quedó mirando. Era demasiado grande y ancha, así que era obvio que le iba a quedar demasiado larga. Dudó por unos segundos hasta que la terminó tomando. Jaehan solo salió fuera y se vistió. Se quedó unos segundos viendo la prenda hasta que se la colocó y vio que casi le llegaba a las rodillas.

Al salir fuera, miró a ambos lados hasta que vio a Jaehan.

Él solo le indicó que se fueran y llegaron a casa de forma tranquila hasta que vio a sus padres esperándolo.

—Carajo —susurró.

Saije le dio una breve mirada a la mujer alta y al hombre que era más bajo. No era difícil de ver quién era quién.

—No digas nada, nos bajamos y te vas dentro —le indicó a Saije.

Se bajaron y la mujer fue la primera en comenzar a caminar donde ellos. Saije la vio demasiada alta e igual a Jaehan. No supo donde mirar cuando la mirada de ella era intimidante.

—¿Dónde es que estabas, Jaehan? —preguntó con voz alta —. ¿Desde cuándo dejas tu casa sin ninguno de tus hombres? Y...

Se quedó callada cuando vio su brazo vendado y su rostro se llenó de enojo.

—Madre...

Saije quiso solo irse, cuando ella lo tomó del brazo con fuerza para retenerlo y decir:

—Tú no vas a ningún lado, Omega.

Jaehan se movió para alejarlo y sabía lo que eso podía provocar. Sabía muy bien como era su madre y las repercusiones que podía tener el retarla de aquella manera frente a alguien. Ambos se quedaron mirando por unos segundos. Eran del mismo tamaño, pero todos podían ver que Jaehan podía ser fuerte, pero que ella era un millón de veces peor. Los hombres simplemente se fueron porque sabían que no debían oír cosas que no eran de su incumbencia.

Saije se sintió pequeño en medio de ambos, pero pudo notar que la mano de Jaehan lo tomaba con cuidado a diferencia de como lo había hecho su madre. Él lo movió para dejarlo casi detrás de él y pensó bien en lo que le iba a decir, aunque tenía claro que muchas opciones no tenía de salir sano y salvo.

Vio a su padre acercarse y tomándola del brazo para hacerla retroceder un poco. Él era un poco más alto que Saije y estaba más que acostumbrado a estar en medio de ambos porque solían pelear mucho.

—Marriott, por favor, dijiste que no ibas a pelear con él —le recordó en un susurro amable.

Ella lo que más deseaba era discutir con él tras darse cuenta de todo el caos que había causado por alguien con quién no tenía deber alguno.

Retrocedió unos pasos haciéndole caso al Omega, pero no pudo evitar darle una mirada a Saije que casi era cubierto por el cuerpo de su hijo. Lo quedó mirando atentamente porque tenía la ropa de Jaehan y no tenía un rostro muy normal. Se notaba que algo le había sucedido sin duda alguna.

—Vamos dentro, hijo, y hablamos más calmados —sugirió el Omega.

Todos entraron y Saije quiso pasar desapercibido, pero le fue imposible.

—¿Estás loco o qué? —preguntó la mujer mientras se cruzaba de brazos.

Llevaba un vestido que se ajustaba a sus curvas y sus tacones eran altos y finos.

—¿Cómo te atreves a irte a meter a ese condenado sitio? ¿Te das cuenta de las cosas que pudieron haber sucedido? ¡Te dispararon, Jaehan! ¡No puedes meterte en sitios como esos porque ahí las balas no son de plástico!

—Cariño, no grites, sabes que no debes alterarte.

Ella al oír aquello, respiró profundo y cerró sus ojos por unos segundos.

—¡Para la próxima vez...!

—No se preocupe, no va a haber una próxima vez —habló Saije dándole una breve mirada —. Fue mi culpa por querer escapar de aquí, pero ya me quedó claro que el peligro está afuera y no aquí. Así que no tiene que preocuparse de nada más, permiso, señora.

Ninguno dijo nada y Saije nada más paso por su lado como si nada. Ella lo vio pasar y no supo que decir porque nadie nunca antes le había hablado de esa manera. El padre y Jaehan cruzaron miradas porque nadie era capaz de dejarla callada a la primera vez, pero el Omega lo había hecho y sin despeinarse ni un solo poco.

—Bien —dijo ella no muy segura —, ya que todo quedó claro aquí, nos vamos, mi amor.

Ella estiró su mano hacia el Omega.

Jaehan los vio marcharse tomados de la mano igual que siempre. Habían pasado muchas cosas, pero se tenían el uno al otro cada vez que no se sentían capaz de seguir. Luego vio como el auto se perdía y soltó un suspiro porque había jurado que todo iba a terminar mal y solo había terminado dándose cuenta de que el Omega además de caprichoso y vanidoso era muy valiente para hablarle a su madre de aquella manera.

Saije se quedó mirando por la ventana y soltó un suspiro porque se había asustado, pero lo había disimulado bien. Solo se había concentrado en tener una salida digna y ya.

Al darse cuenta de que seguía estando con la chaqueta del Alfa, se la quitó para ponerse otra ropa y no pudo evitar olerla. Cerró sus ojos sintiendo ese olor intenso y el saber que Jaehan había ido a un lugar como ese solamente por él hizo que su corazón se acelerará unos latidos sin poder evitarlo.

No sabía muy bien como sentirse. Le era complicado el encontrar una sensación específica para algo que no recordaba. No podía forzarse a sentir o inventar alguna emoción. Sin embargo, el miedo que había sentido cuando aquel hombre lo había atrapado lo categorizó como descomunal. Se acostó en la cama y se quedó viendo las flores que seguían estando en el florero, entonces, se preguntó:

—Si me hubiese ido, ¿dónde más podría ver unas flores tan lindas?

Al despertar, no escuchó ruido alguno. Asumió que Jaehan ya se había ido a trabajar y no se equivocó, sin embargo, cuando llegó abajo vio a una mujer limpiando algunas cosas y sintió un aroma por toda la casa que era dulce y delicioso.

—Oh, hola, joven Saije. Muchos ya regresamos de nuestras vacaciones —anunció la mujer con una sonrisa mientras cocinaba algo.

—Genial —susurró él acercándose a ella para ver qué estaba cocinando.

—¿Desea comer algo en especial? Al joven Jaehan le gusta mucho la carne, así que es algo que come casi todos los días, pero no me molesta cocinarle algo aparte si así lo desea.

Él negó.

—Estoy bien así, comeré carne también. ¿Has visto a los hombres rondando la casa?

—Eh, sí, los vi hace unos minutos cuando salí. A Michael lo dejaron aquí cerca para usted.

Al oír eso, sonrió con mayor intensidad. El tenerlo a él cerca se podía sentir un poco más en paz y el oír a alguien más hablando en la casa le dio tranquilidad después de tanto silencio.

—Voy a salir un segundo.

La mujer solo asintió.

Al abrir la puerta, vio un día un tanto nublado. Los días soleados ya se estaban yendo y cada día comenzaba a hacer más frío y en la casa se iba notando más que afuera. Miró a todos lados hasta que vio a Michael unos metros lejos mientras revisaba su teléfono.

—¡Michael!

Al escuchar su nombre, alzó la mirada y se movió donde Saije.

—Buenas tardes, ¿desea algo?

—No, solamente quería preguntarte algo.

—Claro, dígame.

—¿Sabes dónde fue Jaehan a buscarme?

Él sabía que no tenía que hablar sobre aquellos asuntos, pero le costaba controlar su lengua y, antes de darse cuenta, comenzó a decir:

—Sí, todos lo tuvimos que a acompañar al lugar, fue de película de acción. Él estaba muy preocupado y hace tiempo que no se enfrentaba a alguien con armas, pero sigue siendo igual de bueno que antes disparando. El jefe tiene un don para las armas porque las balas le daban a todos. Asesinó a muchos solo por buscarlo a usted, ya verá que tiene un muy buen esposo.

—¿Él sabe disparar?

—Sí y es muy bueno. Le tomó esfuerzo, pero no se quedó tranquilo hasta que lo encontró y menos mal que lo hizo o se habría vuelto loco y quemado todo. Ya debe imaginar como son esos lugares. Son mafias peligrosas que solo se dedican al contrabando de Omegas que son como usted.

—Ya veo. Entonces por eso es que quedó herido. No pensé que podía hacer algo como eso cuando no tiene motivo.

El Beta no supo a qué se refería con eso porque, según él, era lo que un esposo debía hacer para salvar a quién amaba y ya.

—Ahora si te quiero pedir algo.

—Claro, dígame.

—¿Puedes ir a comprarme un teléfono? Él dijo que recargó la tarjeta de nuevo.

Michael nada más asintió. Saije vio desde la puerta al rubio marcharse en el auto y se entró.

**********

Por si no saben, las mujeres Alfas no se embarazan, sino que ellas embarazan al Omega porque tienen un miembro retráctil que solo "sale" cuando lo van ocupar, por eso la mami de Jaehan es una Alfa y el papi es un lindo Omega recesivo.

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Comments

Lady Marie

Lady Marie

Yo creo que Michael escogió mal su profesión JAJAJAJAJA Creo que periodista hubiera sido su trabajo perfecto 😂🤌🏼😂

2023-12-18

182

Laurence Chanell

Laurence Chanell

La verdad, no me lo puedo imaginar xd

2024-04-16

7

Laurence Chanell

Laurence Chanell

ESTE WEY ES EL PAJARITO QUE CONTABA TODO A MI MADRE

2024-04-16

1

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