13.

Siguió manejando hasta que llegó a la entrada y comenzó el camino de tierra.

Habían agujeros por todos lados y no tenía mucho tiempo para esquivarlos, así que pasaba casi encima de todos. Se dedicaba a mirar que no hubiera nada delante de él que pudiera chocar y nada más. Todas las otras cosas le daban totalmente igual. Sus hombres detrás de él, no podían ver muy bien porque la hilera de polvo que se estaba levantando era enorme.

Cuando comenzó a ver las luces del lugar, vio que habían demasiados autos y una entrada donde habían rejas. Notó a algunos hombres que se pusieron de pie sosteniendo sus armas al notar la extrañeza de lo que se acercaba. Siempre eran informados cuando alguien iba a llegar y, debido a que todos los invitados ya estaban dentro preparándose para marcharse con sus compras, dieron por hecho de que eso no era algo bueno. Se ganaron en medio del camino esperando que el auto bajara la velocidad, pero Jaehan no iba a hacer una tontería como esa. Nada más piso el acelerador hasta el fondo y los hombres se tuvieron que tirar hacia los lados para no ser atropellados.

La reja fue tirada al suelo y tuvo que sostener el volante con fuerza para evitar no perder el control del auto.

Sus hombres no tardaron en llegar detrás de él y todos estaban más que especializados en ese tipo de cosas. Sabían lo que debían hacer y cómo hacerlo. Jaehan tampoco era demasiado ajeno a esos ambientes, así que solo tomó el arma que ocultaba bajó el asiento del copiloto y abrió la puerta para bajarse.

—¡Revisen todos los lugares! ¡Si Saije no está aquí quemo este lugar y haré lo mismo con los demás hasta que lo encuentre!

Rex y otro de los Alfas se fueron con Jaehan y los demás se fueron a otros lugares cuando los disparos comenzaron. Jaehan se cubrió detrás de un contenedor de metal y luego se movió para disparar y darle a los hombres sin problema alguno. Todos comenzaban a salir por todos lados y golpeó a más de uno mientras avanzaba por el lugar. Cuando las balas se le acabaron, Rex le entregó más y los dos lo cubrieron mientras él le cambiaba el cargador a la Beretta que cargaba en sus manos.

Se apoyó detrás de un poste grande de luz y espero paciente para disparar y se movió. Al abrir un lugar, las feromonas de los Omegas estaban por todos lados. Se cubrió la nariz con un paño revisando a todos los que estaban tirados en las camas y los Betas y Alfas que estaban aprovechándose de los drogados que se encontraban, salieron corriendo.

Verificó cada habitación, pero ninguno de ellos era Saije. Al salir, un hombre lo sorprendió y lo golpeó. Cayó al suelo, pero no se quedó tranquilo. Si Jaehan había recibido un golpe, entonces el que lo había atacado recibió el triple. La sangre salpicó en su ropa y lo tiró al suelo. Disparó cuando fue necesario y fue escuchando como sus hombres gritaban:

—¡Aquí no!

—¡Nada aquí!

—¡Tampoco aquí!

—¡Vacío!

—¡Él no se encuentra aquí!

Miró a todos lados comenzando a sentir miedo. Apretó la empuñadura del arma en su mano y miró a todos lados viendo que aún quedaban lugares por revisar.

Cuando otros hombres se le cruzaron, tuvo que ocupar sus puños porque el arma no tenía balas, pero le fue sencillo hasta que sintió el ardor en su brazo derecho. Rex llegó para cubrirlo, pero Jaehan no se detuvo por nada. Tomó un arma que estaba tirada en el suelo hasta que llegó a otro lugar para verificarlo. Habían muchos Omegas femeninos como masculinos que estaban drogados. El respirar le era casi imposible con toda la cantidad de feromonas que habían por el sitio, pero tampoco estaba Saije.

Cuando llegó a uno de los últimos puntos, abrió la puerta de una patada porque ya estaba a nada de volverse loco. Sabía que disponía de un cierto tiempo para poder recuperarlo, pero comenzó a pensar en el hecho de que, si Saije nunca había estado con alguien antes, entonces no lo iba a encontrar en ese lugar porque a él lo habrían mandado a otra parte diferente como otros vírgenes porque así eran mucho más valiosos.

Fue abriendo las puertas hasta que, en la última puerta, se quedó parado al verlo.

Lo que sintió en su pecho no supo lo que era, pero fue tan poderoso que incluso sintió ganas de llorar. Se acercó para verificar como se encontraba, pero estaba más que drogado y no era capaz de ni siquiera abrir sus ojos o escuchar cuando Jaehan pronunciaba su nombre. De esa manera, no iba a tener la más mínima posibilidad si venía un tipo o incluso tres para hacerle cosas inimaginables. Sintió sus feromonas con olor a uvas que entró por sus fosas nasales con una intensidad desmedida. De aquella forma podía descontrolar a cualquier Alfa.

Jaehan acarició su rostro y tomó un mechón de su cabello rosado con cuidado y delicadeza. Soltó un suspiro porque lo había encontrado a tiempo y tragó saliva ignorando el dolor en su brazo derecho por la bala que estaba alojada ahí.

Lo vio tan débil y frágil que quiso salir y terminar de matarlos a todos por haberle hecho algo como eso. Sabía que el nivel de su preocupación y miedo era casi estúpido porque no eran absolutamente nada, pero no era capaz de entenderlo del todo bien aún.

Se quitó su chaqueta para cubrir su cuerpo y lo tomó en sus brazos porque, aparte de estar drogado, se veía bien. Comenzó a caminar aguantando la respiración porque sus feromonas casi lo mareaban, pero tenía que ser fuerte y aguantar lo que fuera necesario para poder llevarlo a casa. A la casa donde lo volvía loco y se estaba adueñando de su baño por completo, mas prefería eso a algo como lo que acababa de suceder. No supo lo que había provocado que Saije saliera escapando de nuevo y asumió que, por estar ebrio, había hecho o dicho algo indebido. Entonces, prometió que, cuando él despertara se iba a disculpar y que le iba a dar más flores.

Se detuvo cuando, antes de salir por la puerta, vio como dos tipos llegaban y lo apuntaban con un arma.

—Vaya, vaya, si es el famoso CEO Jaehan. ¿No crees que andas demasiado lejos? —preguntó uno de los hombres que lo miró con burla.

—Muévanse —ordenó mirándolos con un rostro serio. Su cabello negro caía sobre sus ojos, así que eso lo hizo ver más peligroso.

—Viniste a crear un caos aquí y piensas que solo te vamos a dejar ir. A tu tío no le va a gustar en lo más mínimo lo que acabas de hacer.

—Lo que crea y haga ese hombre no es mi asunto, hace mucho tiempo que ya no somos familia.

El tipo se volvió a reír.

—Ah, claro, como olvidar que la familia se dividió después de que asesinó a tu pequeña hermanita Amalia.

Jaehan tras escuchar eso, su sangre hirvió en su pecho. Si no hubiese estado cargando a Saije en sus brazos, simplemente se habría ido contra ellos para golpearlos hasta cansarse y borrarles esa sonrisa.

—Pobre de tu hermanita. Aparte de que había nacido enferma y había quedado en una silla de ruedas, la mataron de una manera cruel.

El pecho de Jaehan subió y bajó con fuerza por la mención de su pequeña hermana. Ya habían pasado tres años, pero él recordaba esa vez muy bien. Por unos segundos, pudo oír el sonido del violín que tanto amaba tocar todos los días.

—Si tu padre no hubiera sido un Omega recesivo de seguro que ella no habría tenido tantos problemas.

Sus dientes casi rechinaron y juró en silencio que los iba a matar por estarse burlando de su familia. Los vio quedarse en silencio por unos segundos y como el tipo soltó una sonrisa para solo hacerle un gesto al otro y marcharse por escuchar una orden.

Jaehan se quedó parado unos segundos mirando a la nada cuando vio a sus hombres llegar.

—¡Jefe, debemos irnos! ¡Viene la policía!

Reaccionó al recordar lo que tenía en sus brazos y salió caminando de forma rápida para subirse al auto. Los tres autos dieron la vuelta por detrás para salir por otro lado. Jaehan iba al medio mientras que un auto por delante y el otro por detrás.

Al llegar a la clínica. Le entregó a Saije a los doctores y otro doctor se encargó de quitarle la bala del brazo. No sintió ni hizo alguna mueca de dolor porque su cabeza estaba perdida en las palabras de aquel hombre. Por un momento, se perdió en esos recuerdos de su pequeña hermana que solo había muerto a los doce años de edad. Sintió una presión en el pecho, pero que iba desapareciendo de forma lenta al ver que Saije ya estaba en un lugar seguro. Tenía una intravenosa para ir contrarrestando la droga y se quedó parado unos segundos viéndolo.

Estiró su mano donde su brazo no estaba herido y dijo:

—Ya deja de escapar, Saije, no creas que voy a estar siguiéndote cada vez que quieras salir huyendo de mí.

Retrocedió hasta que se dejó caer en el sillón que había porque estaba muerto de cansancio.

Cuando el Omega comenzó a despertar, no supo donde estaba. Se quedó mirando a todos lados hasta que llegó a ver la aguja que había en su brazo y, al mover su cabeza un poco más, vio a Jaehan durmiendo en el sillón. Pestañeó un par de veces porque estaba con la ropa sucia e incluso con salpicaduras de sangre. Vio la manga de su camisa blanca cortada en el hombro y como tenía una venda que rodeaba su brazo.

Intentó hacer memoria del por qué de todo lo que estaba sucediendo y recordó ese hombre que lo había tomado poniéndole algo en la nariz donde todo se le había puesto negro.

Se movió con cuidado para quedar sentado en la cama viendo como afuera ya estaba de noche cuando había dejado la casa de Jaehan no era pasado el medio día. Volvió a centrar su mirada en el Alfa y no entendió porque él estaba en la camilla cuando él parecía que incluso había sido atropellado por un camión.

Tragó saliva por unos segundos y soltó un suspiro. Tal vez estaba recién despertando, pero sabía que todo había comenzado por haberse escapado otra vez.

Entonces, prometió disculparse cuando Jaehan despertara.

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Comments

Na-Bi Yu

Na-Bi Yu

ya sabía que ese cuarto pertenecía a alguien importante 🤧

2023-11-26

179

Zulim

Zulim

QUEE??😱😱

2024-05-08

1

PatriarcadeYing

PatriarcadeYing

El estándar

2024-04-23

2

Total

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