18.

Mientras estaba tomando desayuno, escuchó como Saije bajaba las escaleras. Lo quedó mirando unos segundos como llegaba para tomar un poco de agua.

—¿No quieres tomar desayuno? —le preguntó, porque ya lo habían hecho un par de veces.

Saije escuchó eso claramente, pero terminó de beber agua y nada más regresó por donde había bajado. Las ganas que tenía de tirarle el agua por los ojos era mucha, pero tenía más ganas de ahorcarse él mismo por haber sido tan idiota por haberle preparado un pastel de cumpleaños cuando había entendido que, mientras él preparaba el pastel, Jaehan estaba muy feliz festejando su cumpleaños con una mujer.

—Oye —insistió Jaehan, pero con amabilidad.

—¿Tomar desayuno contigo?

—Sí.

—No, prefiero comer solo a sentarme contigo y que se me contagie lo idiota —farfulló.

Jaehan lo miró dudoso porque pensó que ya había dejado esa actitud, pero soltó un suspiro al darse cuenta de que no.

—Como quieras. Me da igual.

—Entonces, si te da igual, no preguntes tonterías. Me basta con ver tu cara de idiota para también oír tus idioteces —farfulló mientras subía las escaleras.

Lo quedó mirando y nada más se fue al trabajo.

Saije lo vio marcharse y formó puños. Estaba enojado y bajó para encontrarse con Anna lavando algunas cosas. Ella estaba tarareando alguna canción con amabilidad. Estaba entretenida lavando cuando vio al Omega de reojo.

—¿Cómo le fue anoche con el pastel? —preguntó ella con una sonrisa —. No vi nada en el refrigerador, así que supongo que se lo comieron todo.

Saije no respondió nada. Se quedó parado unos segundos porque ella era amable y no tenía la culpa de nada, pero le dio igual.

—Lárgate —soltó.

—¿Disculpe?

—Que quiero que te vayas ahora.

Ella no entendió lo que le ocurría, pero no le quedó de otra que salir. No supo lo que había hecho mal, pero para el Omega la culpa era de ella por haberle dicho sobre el cumpleaños de Jaehan y haberle dado ideas tontas que no debía tener. Cerró la puerta y no pensó en nada mejor que dañar la cerradura para que luego Jaehan no pudiera entrar.

Se quedó mirando la casa y supo que los sillones eran costosos. Quiso destruirlo todo y hacer el mayor de los berrinches por haberle provocado sensaciones extrañas.

Tomó un cuchillo y comenzó a romper los sillones para ver si, de aquella manera, entonces Jaehan ya no quería tenerlo más en su casa y poder terminar con todo. Le dio lo mismo si lo echaba a la calle y no tenía a donde ir y si sus padres no lo recibían porque prefería dormir en la calle que seguirlo viendo. Formó puños y no se detuvo hasta que los sillones estuvieron totalmente rotos y sin forma de poder sentarse en ellos. Miró a todos lados pensando qué más podía hacer y vio los cuadros altos. No los alcanzaba, pero eso no le impedía el poder tirarle comida a las paredes y todo lo que se le ocurría.

Cuando subió las escaleras, se quedó parado afuera de su habitación. Solo había entrado aquella vez en que le había bordado aquello a su chaqueta y dudó unos segundos para solo terminar haciéndolo.

Se quedó mirando y la cama sobre todo imaginando que Jaehan de seguro había estado con aquella mujer que contestó el teléfono.

Se acercó a la cama para tirar todo al suelo y buscó algo que pudiera hacer enojar a Jaehan para qué lo terminara odiando con ganas y sus ojos llegaron a la fotografía que había sobre una mesita de noche. Vio a la niña sosteniendo el violín. Pensó en que se veía linda, pequeña e inocente, pero nada más tiró el pequeño cuadro contra la pared.

Cuando Jaehan se bajó del auto, caminó para abrir la puerta y la notó cerrada igual que siempre. No le tomó mucha importancia porque era como siempre la solía encontrar cuando llegaba.

—Jefe —habló uno de sus hombres y eso lo frenó.

—¿Qué pasa?

—Pasó algo en el pueblo de nuevo —le informó el Beta.

—¿Desapareció otro Omega?

—Sí, pero no fue solo uno, sino que fueron tres a la misma vez. La denuncia fue hecha, pero como siempre se pierden entre todas las demás.

Jaehan soltó un suspiro.

—¿Saije está dentro?

El hombre asintió.

—No ha salido en todo el día y hemos estado vigilando por detrás de la casa, así que está todo bien, pero creo que, si quiere evitar algún problema, debería cambiarse de lugar.

Jaehan sabía eso. Tenía claro los peligros del sitio en el cual vivía. Tenía hombres que eran buenos vigilando y que sabían usar armas muy bien, pero que vivía demasiado cerca de aquel pueblo. Nunca le había preocupado la cercanía que tenía, pues no tenía ningún Omega que pudiera correr peligro o algo parecido, pero ahora estaba Saije.

El pensar en que supieran de que él estaba siempre solo, podría ser problemático. Y era claro que sabían sobre él, pues su tío no era parte de la familia, pero siempre se enteraba de todo y, debido a que Jaehan había ido a enfrentarse contra todos por traer al Omega, tenía claro que, en algún momento, su tío podía hacer algo en contra de él justo como había hecho algo contra su pequeña hermanita. Tragó saliva y pasó una de sus manos por su cabello.

—Vamos a tener que establecer un perímetro mucho más grande de vigilancia. No he tenido mucho tiempo estos días, pero en cuánto lo tenga buscaré un lugar diferente para que Saije esté bien.

—No se preocupe, nosotros comenzaremos a vigilar con mayor intensidad.

—Bien, si necesitan un poco más de ayuda, me lo comunican y contrato un poco más de personal.

—Por el momento estamos bien, Rex vale como por cinco hombres más, derribarlo a él es bastante complicado y sabemos que es bueno peleando de cualquier forma. Lo he visto romper la cabeza de otros Alfas con una sola mano y sin siquiera soltar una gota de sudor.

Jaehan asintió porque sabía que era verdad. Rex había sido parte, durante mucho tiempo, de mafias rusas, así que su frialdad para hacer algunas cosas era inmensa.

—De acuerdo, ¿eso es todo?

—Sí, jefe, buenas noches.

Lo vio marcharse y se giró para introducir la llave en la puerta cuando escuchó pasos. Al mover su rostro hacia la derecha fue que vio a Anna acercarse y su entrecejo se arrugó porque ella ya debía haberse ido.

—Anna, ¿por qué sigues aquí?

Ella lo quedó mirando no muy segura de cómo le iba a explicar lo que había sucedido y la forma en que Saije la había echado.

—Joven Jaehan, lo siento, pero no tuve tiempo de sacar mis cosas para irme.

—¿Por qué no tuviste tiempo?

—Bueno... Es que el joven Saije me echó de la casa y no me dio oportunidad de sacar nada.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¿Cuándo sucedió eso?

—Unas dos horas después de que usted se fue —contestó ella sintiéndose nerviosa.

Jaehan soltó un suspiro largo.

—De acuerdo, no pasa nada. Ya abro la puerta para que saques tus cosas y no lo tomes en cuenta, de seguro solo es un berrinche y ya. Ya sabes como es.

Introdujo la llave a la puerta cuando notó que no abría por más que lo intentaba. No veía dentro de la cerradura, pero se pudo dar cuenta de que algo andaba mal y que ese era el por qué de que la llave no pudiera abrir.

Movió la manilla con fuerza por unos segundos en un intento de forcejear con la puerta para ver si de alguna manera cedía, pero no logró nada por más que lo intentó.

—Tiene que ser una maldita broma —susurró y la mujer a su lado supo que todo iba a terminar mal, demasiado mal.

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Comments

Dafne_Mimi08

Dafne_Mimi08

no Saije ahora sí te mamaste

2023-11-23

201

JharumyE

JharumyE

pues que les digo, para Jaehan el Rexi no es más que uno más del montón, si Rex puede con 5 a la vez, Jaehan puede con 10 y más

2024-05-13

0

Zulim

Zulim

Ay no,se fue al carajo 😱😱😫

2024-05-09

1

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