3.

Saije se encontraba en su habitación encerrado. Había ignorado todos los llamados para bajar a desayunar e incluso a almorzar. Estaba más que decidido a quedarse en aquellas cuatro paredes a como de lugar. No pensaba en darle en el gusto a nadie y solo estaba pensando en qué más hacer para poder fastidiar a ese Alfa de cuarta, como él lo llamaba.

Se cruzó de brazos y dio unos pasos por el lugar pensando en la mejor forma. Ya no podía usar la ventana porque le habían colocado rejas. Estaba más que furioso porque lo tenían literalmente encarcelado y jamás, de los cinco días que llevaba ahí, había recibido alguna llamada de sus padres.

Formó puños y quiso golpearse la cabeza porque tenía hambre, tenía sed y estaba aburrido.

Se acercó a la puerta para abrirla de forma lenta y miró por el pasillo, mas nadie había y creyó que tenía el camino libre. Dio unos pasos porque no sabía muy bien a donde ir para llegar a la cocina debido a que la mansión era enorme. No sabía cuántas habitaciones tenía con exactitud, pero de seguro que podía dormir como cinco familias enteras o incluso más.

Bajó las escaleras y le enojaba más el hecho de que habían algunos cuadros que eran más que hermosos. Quería tirarlos al suelo, pero estaban demasiado altos y no los alcanzaba.

Al llegar al primer piso, miró a todos lados y comenzó a notar que el lugar estaba demasiado vacío. Se quedó de pie dudoso unos segundos porque, como otros días anteriores, las sirvientas que estaban encargadas de él ya las tendría detrás suyo repitiéndole lo mismo de siempre:

—Su esposo se encuentra trabajando.

—Su esposo dijo que se comporte.

—Su esposo dijo que debe comer para estar saludable.

—Su esposo dijo que no intente escapar porque le va a ir muy mal.

—Su esposo dijo que puede salir, pero no solo.

Estaba más que cansado de las cosas que le decían cada vez que daba un paso, pero ahora esas mujeres insoportables, como él las consideraba, no estaban por ningún lado. Tragó saliva y, al escuchar unos ruidos, comenzó a caminar al lugar del que provenían. Vio una mesa enorme y larga donde lo más bien podían caber veinte personas, pero solamente estaba ocupada por Jaehan.

Él tomaba un café de forma lenta mientras estaba leyendo el periódico. Le gustaba enterarse de las cosas que sucedían en la ciudad, pero no le gustaba la televisión, así que siempre debía tener un periódico en mano. Pasó de hoja de manera lenta y sus ojos se siguieron moviendo por encima de las palabras que iba leyendo hasta que alzó la mirada y Saije dio un respingo. Él no dijo nada, solo lo observó unos segundos y siguió leyendo como si no hubiera nadie de importancia. Bebió otro trago de café y observó el reloj que solía llevar en su muñeca izquierda sin falta alguna. Odiaba llegar tarde a sus juntas, reuniones y cosas sobre su trabajo, así que siempre debía andar con un reloj.

El Omega lo vio demasiado serio con su cabello negro. Llevaba un traje azul oscuro y se veía grande a pesar de que estaba sentado, pero eso no dejo que lo hiciera sentir intimidado. Jamás quería verse débil o temeroso ante los Alfas, así que tomó una profunda respiración para preguntar:

—¿Dónde está tu mugrosa servidumbre?

El Alfa terminó de leer el párrafo donde habían unos pequeños comentarios sobre un matrimonio en secreto, naturalmente, era el suyo.

Luego, dobló el periódico con cuidado y lo dejó en el suelo.

—La despedí —contestó y terminó de beber lo que le quedaba de su café.

Saije lo quedó mirando con enojo por creer que le estaba tomando el pelo.

—¿Qué?

—Vi que eres demasiado caprichoso, así que, para que todo sea como tú quieres, entonces no habrá nadie más que tú —dijo mientras se ponía de pie.

—¿Estás loco o qué?

—El otro día mencionaste que había polvo por algunos lados, así que tendrás todo el día para limpiar cada rincón de la casa.

—¡¿Qué?! ¡No soy tu empleado, idiota! —soltó furioso y deseó tener algo en las manos para tirárselo a la cara.

—También mencionaste que la comida era asquerosa y que tú solo debías comer comida de primera categoría, así que la cocina es toda tuya. Claro, eso si es que sabes utilizarla —se burló Jaehan, pero se contuvo las ganas de soltar una sonrisa.

Podía ver que Saije era más pequeño que él, pero que la cantidad de enojo que podía haber en su cuerpo era demasiado. Lo vio con su rostro rojo y como casi le salía humo por los oídos. Tenía más que claro que, si hubiera tenido un arma, le habría disparado hasta agotar todas las balas. Su cabello rosado ya podía ver que se volvía rojo fuego.

—¡¿Crees que no sé cocinar?! ¡Puedo hacer lo qué quiera! ¡No soy un inútil como tú, maldito enfermo!

Lo vio pasar por su lado y quiso subirse a su espalda para ahorcarlo unos segundos, pero sabía que no tenía muchas oportunidades de ganar. Miró a todos lados hasta que vio en la mesa que había un florero con unas rosas que estaban recién cortadas.

—Llego como las siete. Sé una buena esposa y tenme la comida lista.

—¡¡Te la tendré, pero con veneno!! —exclamó con fuerza tirándole el florero.

Jaehan ya había cerrado la puerta, así que solo impacto en ella. Se quedó parado unos segundos escuchándolo como regañaba solo y como gritaba miles de palabrotas mientras maldecía su nombre de todas las formas posibles y hasta en otro idioma. Naturalmente, estaba haciendo un berrinche. Comenzó a alejarse cuando lo escuchó intentando abrir la puerta y, al darse cuenta de que estaba cerrada con llave, comenzó a gritar con muchas más ganas.

Había unos hombres que solían cuidar el área siempre y se quedaron asombrados porque Saije gritaba groserías que ni siquiera ellos conocían. Se miraban unos con otros y sintieron un poco de lástima por su jefe por tener que soportar a alguien como él.

—No la tiene fácil, jefe —comentó uno mientras caminaba a su lado.

—No me interesa tenerla fácil. Es únicamente por un contrato. Cuando se finalice, no lo volveré a ver nunca más.

—Menos mal usted es un poco paciente.

—Sí, supongo que la paciencia es mi mayor virtud.

El viaje al trabajo fue lento. Revisó algunos correos en el camino y notó que, la noticia de su matrimonio, estaba saliendo a la luz de forma rápida. Se habían casado en secreto donde solo había estado la familia, pero, como siempre, los medios televisivos se enteraban de todo de cualquier forma con tal de tener algo de que hablar para tener más trabajo y dinero.

Al bajar en su empresa vio el nombre del apellido de su familia en lo alto: EMPRESAS TECNEC BRENNAN LIMITADA.

Se especializaban en diferentes cosas y la marca BRENNAN era una de las más vendidas, ya fuera en telefonía o computación. Estaban expandiendo sus terrenos y sus inversiones le funcionaban a las mil maravillas. Jaehan era el CEO de la principal, pero sus otros dos hermanos se estaban comenzando a encargar de otras, aparte de otros integrantes de su familia: tío, madre y padre.

—¡Felicidades por su boda!

—Felicidades, CEO Jaehan.

—¡Me alegro por su boda!

—¡Espero que tenga una linda vida matrimonial!

Escuchó las felicitaciones en silencio y únicamente daba un asentimiento de cabeza en modo de agradecimiento, pero no podía evitar pensar en el hecho de que el tener una linda vida matrimonial era muy difícil cuando, con quién se había casado, de seguro que le estaba preparando comida con veneno y hasta pensando en como quemar la casa sin importarle el morir en el intento.

—Gracias a todos. Es algo que se debía mantener en secreto, pero creo que ya todo el mundo lo sabe —supuso, reflexionando en cómo iba a controlar los medios y las cosas que se le iban a venir encima.

—¿En secreto? Usted es uno de los CEOS más famosos del último tiempo, además es un Alfa dominante con una reputación intachable, es normal que todos estuvieran pendiente de su vida.

No dijo nada más, solo entró a su oficina para comenzar a revisar algunos papeles.

—Permiso —habló su secretaria que entraba con unos papeles.

Era una Omega que llevaba trabajando con él más de tres años y siempre se esforzaba en dar lo mejor de sí con el único propósito de obtener algo a cambio del Alfa, pero ahora, con la noticia de su reciente y secreta boda, no estaba nada feliz.

—Magdalena, que bueno que has venido. Llévale estos papeles a Rouse, dile que hay algunos puntos que están mal. Se los he dejado marcados para que los corrija lo antes posible.

Ella asintió tomando los papeles y entregándole otras cosas.

—Lo siento mucho, jefe. Rouse lleva un mes ya aquí, pero aún no se acostumbra. Es un tanto lenta.

—No te preocupes, todos cuando somos nuevos en algún lugar solemos cometer errores. Solo dile que, si tiene alguna consulta, que me la haga para que los errores se puedan evitar.

—Por supuesto. ¿Necesita algo más?

—Nada, puedes retirarte.

Tecleó algunas cosas en su computador, pero se detuvo al ver que ya habían pasado tres horas. Pensó que habían sido horas suficientes para que a Saije se le pase el enojó y marcó el número de la casa.

El teléfono que estaba colgado en la pared sonó y sonó por mucho tiempo, pero Saije no hizo ni el más mínimo intento en tomarlo. Estaba más que furioso aún y le daba exactamente igual todo.

—Ese maldito Alfa. Pero, si ha asumido que me puede ganar, está muy equivocado. Voy a dejar este asqueroso sitio brillante —aseguró.

Tenía todo lo necesario para comenzar a limpiar, nada más se colocó un pañuelo en su cabello para evitar que se le vaya para los ojos y comenzó a limpiar todo lo que sus ojos veían. Podía ser caprichoso, vanidoso e insoportable, pero no por eso era alguien inservible. Sabía hacer muchas cosas sin problema alguno y era bastante rápido, así que, cuando terminó de limpiar toda la casa entera, aún le quedaban tres horas para que Jaehan llegara.

Se sintió más que orgulloso porque todo olía bien y casi podía ver su lindo y hermoso reflejo en el suelo.

Luego, se dispuso a irse a la cocina para ver qué cosas tenía y comenzó a cocinar todo lo que sabía sin detenerse. Tenía harina hasta por los ojos y se quemó más de un dedo, pero no se detuvo jamás. Ordenó la mesa para dejarla elegante, casi como la mesa que solo la realeza debería tener. Y no solo porque estaba ordenada sino porque había todo tipo de comida.

—Vamos a ver quién perdió —susurró cuando se sentó en el sillón y, en menos de diez minutos, estaba durmiendo desparramado.

Cuando se escuchó la llave siendo introducida en la puerta, Saije seguía durmiendo. Tenía el sueño pesado, así que no despertaba ni por un terremoto.

Jaehan abrió la puerta cuando vio todo brillante. Miró a todos lados porque hasta el más mínimo lugar relucía. El aroma que había en el lugar era dulce y no sabía muy bien a qué olía. Dio unos pasos pensando que, en cualquier momento, Saije se iba a tirar sobre él para atacarlo por la espalda con un cuchillo. Dio unos pasos dentro, pero todo estaba demasiado silencioso hasta que escuchó un pequeño ronquido.

Miró en aquella dirección para verlo durmiendo en el sillón. Aún tenía el paño en su cabello y un pequeño camino de baba por la comisura de sus labios. Además de harina por todos lados.

Lo observó unos segundos porque durmiendo se veía inocente e indefenso, pero cuando estaba despierto era muy diferente. Tragó saliva y desvió la mirada para encontrarse con la comida que había sobre la mesa. No sabía si realmente él había cocinado todo aquello o no, pero no podía negar el hecho de que se veía todo delicioso. Se acercó un poco para mirar más de cerca cuando vio una nota.

BUENA SUERTE ELIGIENDO LA COMIDA QUE NO TIENE NADA MALO, ZOPENCO.

ATENTAMENTE: TU LINDA ESPOSA.

Soltó un suspiro meditando en qué probar. Vio unos waffles dando por hecho de que nadie se atrevería a dañar unos deliciosos waffles. Tomó un pedazo de uno con un tenedor para llevarlo a su boca y al principio no sintió nada, cuando, luego de masticarlo unos segundos, lo picante le llegó hasta el alma.

Saije solo siguió durmiendo como un pequeño angelito mientras que Jaehan estaba lavando su boca con agua porque sentía que lo picante le llegaba hasta las entrañas.

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Comments

Isa

Isa

Y yo que me demoró 2 días en limpiar mi cuarto 😿

2023-12-03

166

PatriarcadeYing

PatriarcadeYing

No tendrá veneno pero sí una posima de amor que te va a endulzar para que no lo tires a la calle ❗☝🙄

2024-04-23

4

Zulim

Zulim

O sea: Arrastrada de cuarta 🤨🙄

2024-05-08

2

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