9.

—Los cheques fueron firmados ayer —explicó Jaehan mientras hablaba por teléfono —. Claro, de esa manera fue estipulado todo y las modificaciones fueron hechas a la brevedad. Coincido en eso, fue un pequeño error que volvio lento todo lo demás, pero no va a volver a suceder. La chica que tenemos aquí es nueva, así que debido a eso se ocasionó todo.

Magdalena entró y, al verlo hablando por teléfono, hizo las cosas en silencio. Le dejó unos papeles mientras le ordenaba una carpeta.

Lo vio con un traje negro a excepción por una corbata que era rosada. La quedó mirando extraño porque él siempre solía usar corbatas grises, azules o negras.

—Desde luego, el viaje de mi madre se alargó un poco, pero llega mañana al atardecer. Si se comunica con ella va a estar encantada de hablar con usted sobre los próximos eventos que se van a realizar en apoyo a los hogares de menores.

Ella tomó unas últimas cosas y simplemente salió con cuidado al cerrar la puerta.

—Siempre hemos estado presente en esos eventos y lo vamos a seguir estando. Para mi madre aquello es algo de vital importancia que nunca se debe dejar de lado y menos en estos tiempos que están cada vez más difíciles.

Se puso de pie por unos segundos mientras miraba la ciudad desde su ventanal. Escuchaba atentamente lo que decía el hombre al otro lado de la línea.

—Sí, esos momentos fueron difíciles para todos, pero los hemos ido superando con el tiempo. Los duelos siempre llevan un cierto tiempo de superación, pero como familia nos hemos ido recomponiendo. Gracias de todas maneras por su apoyo.

Asintió un par de veces esperando que el hombre cambie de tema porque era algo que no le gustaba recordar muy seguido por el mal sabor de boca que le daba. Se quedó en silencio solo oyendo y no perdió la primera oportunidad de cambiar de tema y la llamada fue finalizada.

Se fue a sentar a su silla para seguir revisando unos papeles que tenía pendientes y rascó su nuca para quedarse pensativo unos segundos. Terminó apoyando su mentón en la palma de su mano y soltó un suspiro mientras pensaba en algunas cosas. Le había dicho a Saije que hoy iban a ir a comer, pero casi le había rogado de rodillas que debía comportarse. El Omega le había asegurado que iba a ser todo un niño bueno por haberle comprado todo lo que quería y que no iba a haber el más mínimo berrinche.

Tenía más que claro que estaba en la boca el lobo. Vio su teléfono como se iluminaba por una nueva llamada por su madre.

—Buenas tardes, madre.

—Hola, querido, ¿cómo estás? ¿Cómo lo estás llevando todo?

Soltó un suspiro porque sintió que él no estaba llevando nada, más bien que lo estaban llevando a él a un lugar que no tenía muy seguro.

—Tan bien como puedo.

—Jaehan, recuerda que no tienes que hacer cosas que no quieres. Estamos haciendo esto, únicamente, porque sus padres eran buenos amigos de tu padre y yo, pero no te sobre exijas. El contrato solo dura unos meses mientras ellos intentan recomponerse con el dinero. He estado hablando con ellos y dicen que han podido solucionar muchas cosas gracias a nosotros.

—Sí, ya lo sé, madre.

—Lo de ayer fue demasiado, no debiste permitir que él hiciera eso. Todos sabemos como suele ser, no vayas a dejar que te manipule o algo parecido —habló la madre con una voz clara demostrando que no estaba muy feliz con lo que había sucedido.

—Solamente intento calmar a los medios, cuando se calmen, ya no haré nada más.

—Te dije que yo podía silenciar las cosas. Debiste aceptar mi ayuda, pero tu orgullo fue más grande.

Se quedó pensativo porque él pensaba que solo Saije era un orgulloso, pero se olvidaba de que él también tenía algo de eso en algunos momentos de su día a día.

—Tranquila, mamá, todo está bien por el momento. Si necesito tu ayuda te lo voy a comunicar.

—De acuerdo, nos vemos pronto e iré a verte a tu casa.

—Como desees —susurró porque sabía que no podía inventar una excusa nuevamente.

Cuando el día finalizó, salió de su oficina caminando de forma lenta.

—¿Ya va a casa, jefe? —preguntó Magdalena mientras caminaba a su lado.

Sus tacones resonaban en el suelo y alzó la mirada porque era más baja que él. Lo vio tan fuerte, alto e imponente como siempre y pensó en si, en algún momento, iba a lograr tenerlo para ella sola.

—No, voy a un sitio del centro oeste.

—Oh, por esos lugares todo es muy caro. Para mi desgracia, yo vivo por ahí. El arriendo me sale un ojo de la cara.

—Lo lamento mucho —contestó él no muy seguro de lo que ella le había dicho porque estaba leyendo un mensaje de Saije donde le decía que debía llegar en cinco minutos o se iba a enojar.

—Sí, pero bueno, al menos tengo un trabajo y a un jefe tan bueno como usted.

Jaehan no escuchó nada porque tenía los nervios de punta. Solo estaba pensando en Saije y en lo que podía hacer en ese restauran.

—Espero que le vaya bien —se despidió ella.

—Magdalena.

—Dígame —respondió con una sonrisa.

—Yo te llevo.

—¡Muchas gracias!

El viaje fue silencioso. Hasta que llegaron al lugar donde Jaehan se bajó y Magdalena también porque vivía solo en la esquina. Se quedaron hablando unos segundos y ella se esforzaba en sonreír siempre intentando verse linda.

Pero su sonrisa se esfumó cuando vio como alguien se le acercaba. Alguien de cabello rosado en su totalidad nuevamente porque el día anterior había ido hasta la peluquería. Jaehan no había tenido mucho tiempo para aquello, así que seguía teniendo un poco de color azul. Cuando se lavaba el cabello lo hacía muy bien y, debido a que el tinte no era tan bueno, la duración era menos.

—Te estabas tardando mucho —susurró Saije con una sonrisa.

Luego, miró al frente donde estaba ella. Sin poder evitarlo, ambos Omegas se miraron de pies a cabeza con un desagrado más que palpable. No tenían mucho que envidiarse porque ambos eran iguales de hermosos.

—Magdalena, él es...

—Su lindo y dulce esposo —respondió con una sonrisa.

Jaehan quiso decirle que no exagere, pero no le fue posible.

—Y, ¿tú eres? —inquirió mientras la observaba.

—Su secretaria —contesto ella estirando su mano.

Saije observó su mano unos segundos y le dio un ligero apretón para luego, sin siquiera disimular, limpiar su mano como si hubiera tocado lo más sucio del mundo. Ella vio ese gesto que solo le provocó enojo.

—Vamos dentro porque tengo hambre o tu comodín se acaba —le recordó Saije.

Magdalena no entendió de que comodín hablaban, pero Jaehan supo muy bien que se refería sobre seguir siendo un buen niño. Se despidió de Magdalena de forma amable y se fueron dentro. El Alfa ya había dejado todo listo y la mesa estaba reservada, así que se fueron a sentar donde un mesero les llevo la carta de inmediato.

Como era de esperarse, Saije pidió todo lo que veía aún sabiendo que no se iba a comer ni un solo tercio de la comida. Las personas estaban hablando sin parar a su alrededor de lo que estaba sucediendo y era más que obvio que mañana iba a estar en muchas revistas y periódicos. Jaehan asumió que eso era más que suficiente para que lo vieran, tuvieran de qué hablar y los dejarán en paz.

—¿Te acuestas con tu secretaria? —preguntó Saije sin el más mínimo tacto y Jaehan se atragantó con el vino que tenía en su boca.

—¿De dónde sacaste eso? —inquirió.

—Pues, por cómo te mira es obvio que le gustas —comentó mientras comía algo.

Jaehan se quedó dudoso por unos segundos porque nunca antes había pensado en algo como eso. Estaba demasiado ocupado en la empresa y en cosas de la familia como para siquiera imaginar un amorío con su secretaria.

—No.

—¿No qué? —cuestionó Saije.

—No me gusta.

—Había dado por hecho que sí, es que tienes tan malos gustos hasta en la ropa que asumí que con las parejas igual.

El Alfa soltó un suspiro porque no tenía caso. Saije no cambiaba por nada del mundo.

Continuaron comiendo y no le quedó de otra que escuchar al Omega hablando y hablando sin parar sobre el hecho de que la comida estaba fría, que le faltaba sal, que estaba mal cocida, y más, mientras que para el Alfa todo estaba a la perfección y solo se concentraba en comer.

Había sido un día largo, así que estaba muerto de hambre.

—Oye, no se supone que quieres dar una buena impresión —le recordó el Omega.

—¿Ahora de qué hablas?

—De que pareciera que el único que se esfuerza soy yo.

—Porque únicamente tú eres un malcriado.

—No estoy hablando de eso, habló de que tú quieres que me vea como un buen esposo para no dañar tu respetuosa imagen, pero ni siquiera te has puesto el anillo.

Jaehan se miró el dedo anular para ver que estaba vacío.

—Vi unas personas fotografiando, de seguro que se ve como no lo tienes. Ya puedo ver el título de las portadas de las revistas mañana: Alfa infeliz, Omega ciegamente enamorado —habló burlándose.

De forma rápida, comenzó a buscarlo en sus bolsillos porque siempre lo dejaba por alguno de ellos. No estaba acostumbrado a usarlo, así que le daba un poco de comezón.

—¿Ves? No se te ve tan mal, no te lo quites más. Si tu secretaria babosa ve que no lo tienes, entonces más querrá acercarte a ti y eso crearía otro título de portada de revista: El CEO Jaehan Brennan engaña a su esposo con su secretaria.

—Bien, ya para con eso de la secretaria que te pueden oír —advirtió mirando a todos lados.

Saije se quedó riendo unos segundos mientras pinchaba un pedazo de zanahoria en el plato. Lo llevó a su boca para masticarlo con cuidado y pasó su lengua por sus labios donde Jaehan, por un solo segundo, se distrajo por aquello.

—Voy al baño —anunció el Omega cuando se ponía de pie.

Él solo se quedó sentado dando por hecho de que no se podía meter en problemas solo por ir al baño así que se quedó tranquilo. Lo había oído diciendo tantas cosas que por cualquiera que alzaba un poco la voz, miraba creyendo lo peor y vio a Saije, pero caminando con tranquilidad. Lo quedó mirando hasta que se sentó y soltó un suspiro. Al darse cuenta de que él lo estaba mirando mucho, le dio una breve mirada para soltar:

—¿Qué miras, zopenco?

—Nada, se me olvidaba que si te miran mucho te gastas.

—Claro —respondió Saije siguiéndole el juego —, si quieres mirarme más de un minuto tendrás que pagarme. Soy demasiado lindo y dulce para que cualquiera pueda hacerlo.

Más populares

Comments

Jheny55 Antonio

Jheny55 Antonio

pero es la verdad, todos los hombres engañan a su pareja con la secretaria 😫

2024-01-24

72

Limdw que

Limdw que

la q le regaló su esposito

2023-12-01

72

Zulim

Zulim

Amé 🤭

2024-05-08

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play