Mía

Los príncipes herederos ingresan a la habitación, los sacerdotes estarán detrás de las cortinas que cubren el lecho matrimonial.

- Príncipe...

- Perdóname princesa. Yo... Lo lamento. Mi padre te falto el respeto.

- Pero... ¿Qué haremos ahora?

- ... No hay muchas opciones. Si lo permites... Debemos terminar con esta espantosa situación.

- Entiendo... Amelie odia esas palabras.

El príncipe se sienta en la cama y Amelie se recuesta. Su corazón late tan fuerte y sus manos comienzan a sudar. El príncipe desprende su camisa y frunce su ceño, Amelie entiende que realmente el no quiere hacer lo que están a punto de hacer... El se acuesta a su lado y los dos se miran con vergüenza:

- Por favor, ya acabe con esto, príncipe. Amelie le ruega.

Asug se sube al cuerpo de la princesa, y la respiración de ambos se agita.

- ¿Puedo... Besarla?

- Si...

Los dos se besan, al principio con incomodidad pero con el correr de los segundos, desaparece... Y el beso se convierte en una fuente dulce de sensaciones que los esposos no entienden.

Asug acaricia los cabellos cobrizos de su esposa y Amelie, envuelta en deseos toca con sus dos manos la espalda musculosa del príncipe... Vuelven a besarse y Asug no lo resiste más, así que baja sus labios hasta el cuello de ella, Amelie lanza un pequeño jadeo y cierra los ojos. Asug la mira y sabe que no puede contenerse, la belleza y el encanto de su esposa lo están volviendo loco, con sus grandes manos toca las piernas de ella y sube la camisola...

- Por favor... Sea suave. Amelie teme.

- Trataré de no hacerte daño.

El príncipe desprende sus pantalones, mostrando su desnudez, toma saliva con su mano y la lleva hasta la entrepierna de la princesa. Amelie ya no quiere mirarlo, siente que está hechizada con la belleza de su esposo y que mirarlo la excita demasiado...

Asug la penetra, ella lanza un quejido ante el dolor:

- ¿Puedes soportarlo, esposa?

- Aay... Me duele demasiado.

- Entonces pararé.

- No, no se detenga. Termine de una vez con esto.

Las palabras de Amelie le causan algo de tristeza al Príncipe... Para ella es una tortura vivir tal situacion a su lado y aunque fue el mismo quien le dijo que no habría sentimientos de por medio, Asug comienza a dudar...

El dolor poco a poco se va... Amelie comienza a tener demasiadas sensaciones que no puede comprender... Una de ellas es placer, los cuerpos calientes de ambos, la respiración acelerada y el querer que este momento no termine... Aunque ella haya dicho que si, realmente no quiere que el Príncipe pare.

Amelie agarra el rostro de su esposo y lo besa, el la levanta, sin sacar su miembro de ella, y la sienta en sus piernas, para tenerla más cerca y al oído le dice:

- Princesa, eres hermosa...

Amelie deja escapar otro gemido, esta vez un poco más fuerte. Los sacerdotes se miran, saben que los príncipes herederos están consumando el acto.

- Amelie... Voy a terminar...

- Esta bien.

El matrimonio entre los príncipes fue consumado. Amelie se acomoda su ropa y Asug se viste:

- Ya pueden pasar y lleven la muestra de que la princesa era pura. Asug le ordena a los sacerdotes.

- Si príncipe, así será. Los dioses bendigan este matrimonio.

Los sacerdotes salen del cuarto, Amelie se siente completamente avergonzada.

- Amelie... Te lo recompensaré

- ¿Qué?

- A esto... Te juro que te lo recompensare... Perdón, no debió pasar. No debió ser así.

- ¿Tanto se arrepiente? La princesa no comprende la actitud de su esposo.

- Si, este matrimonio es falso... Tú serás libre en un tiempo. No quería que tal cosa sucediera.

- Pero es parte de nuestro deber. Así debió ser.

Asug mira a su esposa, una parte de él siente alivio tras su palabra y la otra está hundida entre culpas y más culpas.

- Buenas noches, príncipe. Que descanse.

- Amelie... Ya no me trates con tanta formalidad. Vista la circunstancia, es posible que seamos muy buenos aliados.

- ¿No teme enamorarse de mi, príncipe?

- ... Asug no esperaba esa pregunta de parte de su esposa.

- Ja,ja... Era un chiste. Solo quería ponerlo nervioso. Descanse. Temprano partiremos hacia su reino.

- Si. Buenas noches, princesa.

Asug no se acuesta al lado de su esposa, decide ir hasta la biblioteca y encender un cigarro. Entre humo y vino piensa que se sentirá mejor.

Cuando estaba allí, su mejor guardia llega:

- Mi señor ¿Me mando a llamar?

- Dian... Me alegro verte bien.

- Lo estoy. La herida en mi vientre está sanando bien.

- Deberás enamorarla.

- Mi señor...

- Te será fácil, es una mujer estupenda... Fuerte y única.

- Lo sé, sé como es mi lady.

- Entonces... Mañana te nombraré guardia real de Amelie y... Deberás hacer bien tu trabajo.

- Lo haré. Se lo juré a usted y se lo juré a la Diosa. Mi lady será siempre mi prioridad.

Asug toma su copa y mira el suelo. La idea de que otro hombre enamoré a Amelie no le está resultando tan fácil como espero...

Basta Asug... Fue solo sexo, no es amor. Nunca amaras a la princesa... Nunca más volverás a tocarla ni a desear esos labios... No la merezco, ella no debe ser mía. El príncipe se habla a sí mismo.

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Comments

Emiux Emiux

Emiux Emiux

mmmm no entiendo. Porque se supone que no deben ?????

2023-02-06

0

Liovanyela Peñalver Pereda

Liovanyela Peñalver Pereda

esto me tiene en suspenso 😜

2023-01-07

0

Jazmín

Jazmín

dijo promesa a asug y a la diosa sera que es otro plan del cual su padre no esta enterado

2022-12-03

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