Ritual

La conversación con el Príncipe Asug terminó antes de que esperaba ya que su caballo personal lo vino a buscar para atender un asunto urgente... ¿Que razones podria tener yo para querer derrocar al Emperador? Definitivamente Asug está demente.

Camino hacia la biblioteca, allí debe existir registro de los antepasados del Príncipe Maldito... Debo saberlo todo de él, solo así podría llegar a entenderlo... Pero antes de llegar allí, me encuentro con Liel. Que infortunio el mío:

- Señor Liel. Me reverencio.

- Justo contigo quería hablar Princesa.

- ¿Conmigo?

- Sé que él Príncipe del reino Gook se reunió en privado con tu padre.

- Si... Asi fue...

- Amelie, tomemos el té en la biblioteca, tus sirvientas dicen que pasas gran parte del día ahí, déjame acompañarte.

- Está bien. Acepto sin ánimos.

Una vez sentados allí, Liel me mira de forma extraña.

- Princesa... He sido algo duro contigo. Pero ponte en mi lugar, mi prometida enamorada de un sacerdote...

- No sé que decirle, solo puedo asegurarle que jamás me entregué a su Eminencia. Soy pura.

- ¿Estás enamorada de él?

- No señor. Ignoro el tema, no quiero hablar de Edriel ni mucho menos de mis sentimientos.

- Le pediré a tu padre que borre de su mente mis palabras. Estoy aquí para disculparme con la princesa.

- Recibo sus disculpas y las acepto.

- Amelie... Asug es peligroso... Si esta aquí y aun no inició batalla, eso quiere decir que esta buscando negociar ¿Verdad?

- Creo que si...

- Dime lo que les ofreció hoy. Se mi aliada, tendrás el apoyo imperial que tu reino necesita.

- Si yo le dijera los planes de Asug ¿Usted se casaría conmigo sin pedir la corona de mi padre?

- Princesa, esa corona será mía tarde o temprano.

- No rompa con las leyes de mi pueblo. La corona se entrega cuando el rey muera.

- Amelie no querrás tenerme de enemigo...

- No. Pero si ese fuera el caso...

- Si nos unimos podríamos derrotar al gran Príncipe Maldito. Tendrías lo que tanto sueña tu padre, un imperio sin guerra entre los reinos...

- Ahora que lo pienso... Asug es una amenaza al Imperio ¿Verdad?

- ... ¿Qu... Qué dices? No sabes de qué hablas.

- Son ocho los reinos que conquistó... ¿Cuántos quedan? La gloria que Asug lleva a su reino, los consagra de poder.

- ¿Quieres ser castigada? Estás insultado a tu Emperador. Por más guerras que Asug haya ganado jamás podrá derrocar a mi tío, la gracia de Dios lo acompaña... El poder ancestral de los Dioses del cielo están dentro del Emperador.

- Entonces, nos unamos, pero no tocarás la corona de mi padre. No hasta que él fallezca.

- Bien... Pero no quiero volverte a ver con Edriel.

- Eso no pasará, en este momento lo detesto tanto como al Príncipe Maldito y como a usted por haberme insultado ante el Rey, mi padre.

Me levanto y me retiro, dejándole en claro que no permitiré que me amenace ni a mí ni mucho menos a mi padre.

Quedan muy pocos días para mi cumpleaños y todos estos acontecimientos me hacen dudar con respecto a la decisión que mi padre tomará. Pero sea lo que sea que él decida, estoy segura de que será lo correcto:

- Su majestad, debo hablar con usted.

- Dime Amelie.

- El señor Liel se disculpó conmigo... Está dispuesto a seguir adelante con la boda.

- Hija... Acabo de recibir una carta del Rey Baroh.

- ¿El padre del príncipe Asug? ¿Qué quiere?

- Al parecer esta sorprendido porque su hijo aún no inició batalla aquí.

- Todos lo estamos. No puedo dormir tranquila sin saber que tiene planeado Asug.

- Pero hay algo más Amelie... El Rey Baroh pide la unión de nuestros reinos.

- Asug también lo hizo, padre. Quizás el no tiene intenciones...

Papá me interrumpe: - Hija, el Rey Baroh pide la unión entre los dos príncipes herederos. Quiere que Asug se convierta en tu esposo.

Ante las palabras de papá solo reacciono con silencio ¿Un matrimonio con el Príncipe Maldito? Esto es una locura.

- Pero... Pero papá... Liel está aquí, el Emperador lo envío para nuestra boda.

- Lo sé, esto es... Es una locura.

- Asug quiere arremeter contra el Emperador, si tu haces eso, te convertirás en su enemigo.

- Hija... Jamás he querido la guerra, pero debes saber que no siempre estuve del lado del Emperador.

- ¿Qué?

- Hay muchas cosas que no sabes, Amelie.

- Sería bueno empezar a saberlas, padre.

- Todo a su momento... Te lo prometo.

- Papá no estamos en condiciones de seguir guardando secretos... Además ¿Qué quieres decirme? ¿Permitirá que me case con Asug?

- Quizás sea lo mejor. Todos hablan mal de él, pero yo veo a una persona integra.

- Es un maldito adicto a la muerte. Miles de inocentes han muerto gracias a él.

- Quizás el también solo es un peón.

- ¿Peón? No entiendo nada de lo que dices papá.

- Nada... Olvídalo. Ahora vete, tengo demasiado trabajo que hacer.

Mientras tanto en el Templo:

- ¿Ya tienes todo preparado? Pregunta Liel.

- Si mi señor, puede avisarle a su tío, que ya está todo listo.

- Debes apurarte, estoy seguro de que esta noche, el Rey Carson anulará mi matrimonio con la princesa. Así que debes hacerlo lo más rápido posible, Edrien.

- Le aseguro que mañana haré el ritual...

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