Él No Puede Amarme

Él No Puede Amarme

Enviado por el Emperador

Se aproximaban tiempos difíciles para nuestro reino. Las guerras lo estaban devastando todo... Muchos reinos con menor poder militar cayeron ante el Príncipe Maldito, Asug, el heredero al trono Gook.

Los hombres temían tan solo de escuchar su nombre, había quienes aseguraban que el Príncipe se convertía en un demonio inhumano cuando luchaba... Y por tantos reinos caídos ante sus pies se ganó el nombre de "Príncipe Maldito"

Los hombres de mi padre, el Rey Carson, seguían de cerca a Asug y aseguraban que el Príncipe sólo tenía en mente ver caer su reino...

El Rey Carson era un gobernante justo y correcto. Jamás cedió ante la codicia, el bienestar de sus súbditos era una de las cuestiones que más le preocupaban y trabajaba arduamente para ello. Por eso, papá era un rey amado y respetado por todos en el reino... Además de haber sido un esposo amoroso y un padre protector...

A veces pienso que fui yo la que lo arruino todo al nacer mujer... Cuando mamá desapareció poco después de darme a luz, papá no quiso volver a casarse por lo que no tuvo ningún príncipe heredero. Así es por lo que está en mi destino contraer matrimonio con Liel, el sobrino de nuestro Gran Emperador. Y por supuesto que cumpliré con mi misión. Únicamente así, el poder de mi padre aumentará, el Emperador Ruth le dará protección a nuestro reino y Asug no nos someterá a él.

Mi nombre es Amelie, princesa del reino Siom. A mis dieciséis años fui comprometida con Liel y en unas semanas, cuando mi cumpleaños número dieciocho haya llegado, me casaré con él aunque mi corazón le pertenezca a otro hombre. Haré todo lo posible para que mi padre no caiga en los pies de Asug...

En los pasillos del castillo Siom:

- Debes pedirle a tu padre que no permita ese matrimonio.

- Ya te lo dije, es mi deber. Es lo que debo hacer...

- Pero tú no amas a Liel.

- No. No lo amo y jamás lo haré, pero no dejaré que mi padre caiga ante el Príncipe Maldito.

- ¿Sacrificarás nuestro amor ?

- Lo siento, de todos modos siempre iba a estar prohibido... Tú eres un sacerdote, siervo de Dios y de nuestro Emperador... No me odies Edrien...

- ¿Me pides que no te odie? Seré yo, yo quien deba casarte con otro.

- Por la paz de los reinos y la misericordia del Emperador, muchos haremos sacrificios...

- Amelie... No me juzgues si no puedo aceptar esta realidad.

Edrien se va camino al templo, es hora de dar la bendición. Es el sacerdote elegido por el Emperador para profesar el amor a Dios y a él...

Recuerdo la primera vez que lo vi llegar, dos años atrás, en esos majestuosos carruajes del Imperio, apenas puso un pie en la tierra del castillo, nuestras miradas se cruzaron y parecían haberse congelado allí. Mis mejillas tomaron pronto un color rojizo y sentía una especie de mareo... Nunca me había gustado ningún hombre ¿Por qué justamente debía fijarme en un sacerdote? Papá los recibió con un gran festín, era un honor inmenso para nuestro reino tener a los sacerdotes elegidos por el mismísimo Emperador:

- Traigo conmigo algunos regalos del Emperador, debe saber su majestad, que nuestro Gran Emperador no deja de sorprenderse por su trabajo. Edrien hablaba con papá.

- Es un honor saber que el Emperador los envía a nuestras tierras... Espero que estén a gusto.

- Lo estaremos. Edrien le responde mientras vuelve a mirarme.

- También hay un obsequio especial para la única princesa del reino Siom.

- ¿Para mí? Pregunto sorprendida.

- Si me permite, la puedo acompañar a verlo...

Busqué la aprobación de papá que con su cabeza me la dio. Cuando llegué al jardín, el asistente del sacerdote me señala una gran caja.

Al abrirla, veo un hermoso zorro bebé:

- Por los cielos, es... Es hermoso.

- El emperador escucho sobre la belleza de la princesa Amelie... Sobre su delicada piel blanca y su cabello rojizo... Y este animal tiene algunas de esas cualidades, aunque debo admitir, que todo aquel hombre que hablo de su belleza, fue poco exagerado.

- ¿Poco exagerado?

- Si princesa... Ellos se quedaron cortos al hablar de sus encantos...

Yo solo sonreí, como una tonta, además de estar encantada por las palabras de él, sólo quería tener en mis brazos el obsequio del Emperador.

- ¿Cree usted que es peligroso? Le pregunte, antes de sacar al pequeño zorrito de su caja.

- Bueno... Es un animal salvaje... Pero estoy seguro de que no le hará daño... Tómelo, su rostro demuestra el entusiasmo que tiene por sacarlo de la caja.

Lo tomé en mis brazos, era tan liviano... Su pelaje suave y rojo eran encantadores.

- Debería ponerle un nombre, Princesa.

- Lo llamaré Phill.

- Es un nombre que le sienta. El Emperador estará feliz cuando sepa que su obsequio fue bien recibido.

Volví a sonreír, en ese momento mi corazón latía con adrenalina... El pequeño zorrito era muy dócil y estaba a gusto entre mis brazos. Y Edrien también parecía estar a gusto con mi presencia.

Desde ese momento, fue difícil sacarme de la cabeza a Edrien... Y fue allí cuando mis sentimientos por él comenzaron a crecer...

:

Más populares

Comments

amiga por qué te dan de baja las novelas
las otras dos novelas que tenías las borraron

2022-10-23

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play