Capítulo 15

Pasé durante mucho tiempo en la pequeña sala de espera, pensé en muchas cosas y tomé demasiadas decisiones mientras luchaba para no cerrar mis ojos y esperar hasta obtener algunas noticias sobre mi hermana.

Suspiré al notar como mi hermano David se encontraba recostado en su asiento, su expresión era demasiado fría, parecía congelar al mundo con su mirada.

Aunque aún me sentía algo fantasiosa con toda la información que había obtenido, pude llegar a una resolución.

Realmente en estos últimos días he estado en una maraña de emociones, unas más locas que las otras.

Pero...

Después de meditar durante mucho tiempo, me dije a mi misma que no debería dejar que nada me deprima, mi padre seguiría siendo mi padre hasta el final de los tiempos, eso nadie lo cambiaría, ni siquiera mi madre, la cual aún se encontraba descansando en un cuarto aparte.

Mientras esperaba de repente el sonido de un celular llamó mi atención, contemplé con curiosidad como mi hermano mayor atendía la llamada.

— ¿Qué pasa? — gruñó cómo si no tuviera el tiempo suficiente para ser amable con la persona que estaba detrás del celular, David poseía las características perfectas de un CEO mandón.

Observé la hora en mi celular que marcaba cerca de las 3 de la madrugada.

— ¡¿Qué?! — proclamó mi hermano haciendo que lo miré con preocupación.

Intenté escuchar, pero, mi hermano me observó brevemente antes de salir y dejarme sola en la pequeña habitación.

Por la expresión distorsionada que puso en su rostro supe que sea lo que sea que le estaban diciendo no eran buenas noticias.

— ¿Dónde está tu hermano? — cuestionó mi padre tomándome por sorpresa, su rostro se veía demacrado como si no hubiera dormido durante mucho tiempo.

— Recibió una llamada — respondí con algo de incertidumbre debido a que aún me sentía extraña después de todo lo que había descubierto.

Me era difícil ver el rostro de la persona que me había amado de manera incondicional después de descubrir que yo fui el motivo de su infelicidad y aunque me decía a mi misma que no era mi culpa, aun así la incertidumbre me embargaba con cada intercambio que realizábamos.

— Lidia despertó hace algún tiempo, en unos minutos saldrá — comentó — ¿Alguna novedad sobre tu hermana?

— Aún están adentro — dije con melancolía — No hay noticias aún, pero, espero que todo esté bien y puedan rescatar la vida de ella y del bebé.

— Dios escuché tus palabras, mi solecito — susurró tocando mi cabeza con cariño.

Sí.

Él era mi padre, mi familia y mi hogar.

No importa que no compartamos lazos sanguíneos.

¿Quién dijo que eso era un requisito para ser familia?

Él me amaba y yo lo amaba a él.

Evidentemente, nosotros desde hace mucho tiempo nos habíamos convertido en una familia.

— Papá — llamó David mientras caminaba con el ceño fruncido — ¡Qué bueno que te encuentro! Necesitamos hablar.

— ¿Qué sucede? — cuestionó mi padre con intriga.

— Hablemos a solas, es sobre la compañía — añadió mientras me miraba.

Me mantuve callada mientras esperaba el veredicto de mi padre.

— Esto no es algo que podamos ocultar por siempre — mencionó mi padre mientras se llevaba una mano a la frente — Vamos, habla muchacho.

David suspiró antes de empezar a hablar.

— Las investigaciones que se está llevando a cabo acerca de las licitaciones, así como de aquel terreno, han culminado — guardó silencio por un momento mientras nos miraba fijamente, claramente por su expresión sabía que no eran buenas noticias — Bueno... estamos arruinados — soltó con los dientes apretados — Los Rinaldi fueron acusados de fraude y lavado ilícito de activos, en este momento están siendo detenidos para las futuras investigaciones, todas las oportunidades de negocio que realizamos se fueron al caño, nadie quiere estar involucrado con nosotros, debido a que el proyecto del conglomerado fue un total fracaso y muchos pequeños inversores se vieron perjudicados, las personas piensan que somos unos estafadores, he recibido varias notificaciones de los bancos en donde señalan que los plazos para pagar las deudas ya casi vencen — mencionó en un hilo de voz.

— Este era el negocio en el que habíamos apostado todo nuestro capital — susurró mi padre en voz baja mientras se sostenía el pecho — ¿Cómo pasó esto? ¿Cómo? — cuestionó con voz grave haciendo que me preocupe debido a su mirada desencajada.

— Algo no está bien con papá — susurré al verlo palidecer — ¡Tranquilízate, papi! — exclamé mientras lo veía caer en el piso.

David se apresuró a levantarlo mientras yo llamaba con prontitud a una enfermera para que lo venga a auxiliar.

— Mantengan la calma — mencionó la enfermera cuando logró estabilizar la situación de mi papá — El señor tuvo un pre-infarto lo instalaremos en un cuarto para vigilar su salud, mantengan la calma, señores.

Cuando me quede a solas con David no pude evitar sollozar.

— No llores, Georgina — mencionó mi hermano mientras me tendía un pañuelo — Sécate las lágrimas.

— ¿Realmente estamos arruinados? — cuestioné en un hilo de voz — ¿No hay nada que podamos hacer?

David me miró antes de suspirar.

— Necesitamos de manera urgente una inyección de capital, la empresa no ha ido nada bien en lo últimos años, las deudas se incrementan y el flujo de dinero es escaso — dijo en un suspiro — Todos los negocios en los que ha invertido papá no han tenido buenos resultados.

— ¿Qué vamos a hacer? — cuestioné con voz queda — Papá se puso así luego de que escuchó tus palabras, después de todo esta empresa es su vida, él la construyó con su propio esfuerzo, derramó lágrimas hasta llevarla a la cima, no es justo que todos sus ideales se derrumben así, no es posible que todo lo que alguna vez construyó desaparezca como si nunca hubiera existido.

— Lo es, ciertamente, por eso te prometo hermanita que voy a buscar la forma para que esto se solucione — susurró arrastrándome a un incómodo abrazo debido a la torpeza de sus acciones.

Debido a su personalidad algo alejada de los demás en raras ocasiones mostraba sus emociones más complejas, mi hermano era como un regalo que difícilmente se le podía desenvolver, no más bien, su corazón era igual a las capas que rodean a la cebolla.

— Ojalá eso suceda hermano — señalé con una sonrisa débil.

De un momento a otro la habitación que habíamos estado vigilando durante mucho tiempo cambió de color.

La operación había terminado luego de más de diez horas.

Cuando se abrió la puerta tomé por inercia la mano de mi hermano mientras contemplaba las expresiones de las personas que abandonaban aquel pequeño cuarto.

Todo estará bien.

Todo estará bien.

Todo estará bien.

Aquella frase la repetí como un mantra durante mucho tiempo.

— La operación fue un éxito — anunció el doctor con voz solemne haciendo que mi corazón palpite de manera errática debido a la expresión distorsionada que mantenía en su rostro como si lo que fuera a decir era algo que no estaba en sus planes.

— ¿Qué pasa, doctor? — cuestionó mi hermano con voz grave.

— Aunque la operación fue exitosa, no puedo asegurar que la vida de la paciente no corra peligro, abra que esperar hasta que despierte para ver las reacciones que va a tener con su estado actual — señaló.

— ¿Estado? ¿Qué le pasa? — pregunté.

— Su rostro está desfigurado, perdió dos dedos de la mano derecha y puede que no pueda caminar con normalidad en el futuro — dijo haciendo que lo miré con incredulidad.

— Lo importante es que ella esté bien — respondió David — Las consecuencias del accidente serán tratadas después.

Aunque su expresión era seria y trataba de mostrarse optimista podía ver que detrás de aquella máscara llena de frialdad había una preocupación infinita.

— ¿Y el bebé? — cuestioné — ¿Está bien?

— El caso del bebé solo se lo puede explicar como un milagro — comentó el doctor con una expresión llena de incertidumbre e incredulidad — Un verdadero sobreviviente, él estará bien, mientras tu hermana no se agite y coopere con su tratamiento cuando despierte, aún debemos mantener una estrecha vigilancia en ella, ya que su condición no es la mejor, pero, todo indica que mejorará con el tiempo.

Luego de decir aquellas palabras aquel médico se fue con pasos apresurados.

— Ella es alguien valiente — señalé tratando de ser optimista — Todo estará bien.

— Sí, al menos una buena noticia, en medio de tanta calamidad — respondió con el rostro cabizbajo — Hay demasiados problemas en esta familia para agregar algo más. Ve a casa Georgina, anda y descansa.

— No quiero volver a casa, hermano, ya no — contesté con firmeza — En casa siempre tengo que oír reproches y malos tratos. Aunque ahora se la razón de todo este desamor no significa que lo acepte como alguna especie de mártir.

David guardó silencio por un momento mientras me atraía a sus brazos.

— ¡Lo siento! — susurró — Entiendo tu punto y no trataré de hacerte cambiar de opinión, después de todo eres libre de tomar tus propias decisiones, ya sabes, siempre te apoyaré hermana.

— ¡Gracias! Ya sabes, hermano, aunque no viva con ustedes eso no significa que no me importen, es solo que decidí que ya era el momento para abandonar aquel círculo vicioso que mantenía con mi madre — argumente con una sonrisa que era más falsa que las sonrisas de los comerciales de pasta colgate.

— ¿Con quién piensas quedarte? — cuestionó mi hermano con una mirada amable.

— Me estoy quedando con Dan hasta que consiga mi propio lugar.

Ante mis palabras la expresión de David se enfrió un poco, aún no había olvidado su relación clandestina con mi mejor amigo, estaba curiosa por preguntarle, pero, no me atrevo a hacerlo debido a que he aprendido que a veces es mejor esperar y no presionar.

— ¡Oh! — comentó — Georgina, ten cuidado, ve a descansar pequeña, yo me quedaré aquí porque con todos los problemas que tenemos capaz que este sea el único momento en el que puedo velar por mi hermana.

— ¿Tan grave son las cosas? — cuestioné con preocupación.

— Sí, podemos perder la casa e incluso a nuestro padre, porque aquella empresa es el patrimonio de toda su vida, conozco sus pensamientos mejor que nadie, ya que he estado a su lado en estos últimos días, aquel proyecto que realizamos con los Rinaldi era nuestro pase, pero, ahora todo se fue al desagüe debido a los problemas que enfrenta esa familia con sus tratos llenos de baches — explicó — Tal vez tenemos cerca de una semana para solucionar esto antes de perder todo.

Luego de aquellas palabras depósito un beso en mi frente en señal de despedida.

— Seguro que no quieres que me quede, creo que debería hacerlo, mamá y papá están en un estado caótico y Emilia aún está en cuidados intensivos — repliqué.

— Descansa, no hay nada que puedas hacer, ya nuestros padres están siendo atendidos y Emilia está fuera de peligro — refutó — Hazme caso Georgina y ve a dormir que ya mañana todos estos problemas que tenemos explotarán como alguna especie de bomba atómica.

Lo miré por un momento antes de asentir y salir.

En este momento mis problemas de corazón roto pasaron a ser irrelevantes mientras buscaba en mi mente una forma para ayudar a mi familia.

No quería ver a mi papá así de decaído, aún podía sentir aquella sensación desagradable cuando lo vi caer en el suelo sujetando su pecho, mis manos se sentían sudorosas que conducir se volvió un poco molesto en este momento, lo único que agradezco es que las calles estén desiertas debido a la hora.

Al pensar en mi querida hermana, me sentí triste porque deseaba decirle que la amaba y que olvidará aquellas palabras que salieron en un momento de rabia, deseaba que despierte y que sonría como siempre lo hacía cuando me veía, como si fuera una princesa de cuento de hadas.

Cuando llegué a casa de Dan no pude evitar sorprenderme al ver al auto que se encontraba estacionado ahí. Después de todo estaba familiarizada con ese auto y con el dueño de una manera que desearía borrar en este momento.

— ¿Qué haces aquí — cuestioné al ver a Nicolás sentado en la acera.

— Necesitamos hablar, Georgina.

— No hay nada de que hablar — respondí con voz firme tratando de que no se noté como me había afectado ver su presencia aquí — Ya todo quedó claro, no necesitas explicar nada.

Nicolás se veía demacrado casi sentí lástima al ver su aspecto desaliñado, pero, al recordar su "Te amo Emilia" Todos aquellos sentimientos complejos desaparecieron dejando una frialdad sin fin.

— Quiero explicarte las cosas.

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