Habitación Privada

La semana se paso volando, casi ni sabia en el día en que me encontraba, y mas aun cuando el señor Kris no daba señales de vida. A veces lo veía en las mañanas, después de eso no había mas indicios de él en todo el día.

Y para colmo, en este preciso momento me encontraba sentada en la alfombra del living con una pila de libros en un idioma que no abarcaba en mi léxico. Si, estaba teniendo mis clases de idioma, en otras palabras tenia un profesor que me estaba enseñando. Jimin era muy jovial, pues tenia carisma para enseñar y sonreía como si no hubiera un mañana. Sin contra con ese bello rostro que parecía haber sido sacado de revista de moda, y sin hablar de su altura, en este lugar todos parecían bien amamantados.

Mientras él explicaba solté un sonido con los labios y mire la hoja desconectada. El Hangul tenía más vocales que el teclado de mi celular, formal en informal. Aún que era más fácil hablarlo y entenderlo que estar escribiendo líneas y círculos.

—Ok Kat—, inquirió, pues al parecer le gustaba llamarme así, a pesar de que nos conociéramos desde hace una semana—. ¿Qué dice acá? —me señalo en el pequeño pizarrón blanco el cual, tenía escritorio varios signos. A todo esto, negué sin comprender. —. Presta más atención.

—Ok… —me rasqué la cabeza—. Apenas han pasado dos días no puedo aprender tan rápido. Ten compasión —gruñí molesta y me crucé de brazos.

—Soy paciente, mira esto dice “hola” y aquí dice “adiós”. Pronuncia las palabras—, me repose sobre la mesita enana y suspiré con fastidio.

—Hola y adiós

—En Hangul —replicó irónico.

—¡Ok! Hola y Adiós—. «Zoquete» como dije, intenso.

—Muy bien, continuemos —la clase duró tres horas, incluso, de vez en cuando las sirvientas me traían algo de beber o comer.

Su manera de enseñar no era muy profesional, pero de que tenía paciencia, tenía paciencia.

Para pasar la tarde mas rápido me decidí a estudiar en mi habitación, al menos con eso nadie iba a escuchar mi mala pronunciación y mis intentos fallidos por sonar dulce y agradable. Al final siempre sonaba como si intentara imitar las voces de esos animes que veía por internet. Si, así de feo.

Para cuando despegue la vista de el libro que tenia en las manos, me di cuenta de que ya había oscurecido. En otras palabras, el hambre llamaba a mi puerta con gran desesperación y poder, por un momento me sentí como Six cuando le da hambre, podía comer cualquier cosa que se me atravesara.

Así pues, me dispuse a bajar a por algo de alimento, mientras me repetía algunas palabras para mejorar mi pronunciación. Soy un desastre, Jimin renunciará antes de lo previsto.

En el momento que crucé por en frente del pasillo inferior, note que la luz de la oficina estaba encendida. Y por un instante amague caminara hacia allí, pero al final termine optando por la cocina, sí, conmigo y mi soledad sin que nadie me moleste. Aun que hubieron varios puntos en los que sentí que él me estaba evitando. Mas que por simple trabajo era mas por incomodidad, o que se yo, a lo mejor me estaba equivocando, ya que no conocía su rutina de vida.

Anteriormente las sirvientas me dijeron que sacara lo que quisiera para comer, puesto que era una invitada especial y debía sentirme cómoda, algo que agradecí demasiado. Hay que destacar que cuando me dicen esas palabras, yo me lo tomo muy en serio. Y aunque me lo dijeron las empleadas sabia muy bien de que la orden venia de el señor Lee

Saque una botella con jugo de naranja, y una magdalena, dirigiéndome al comedor donde tome asiento en una de las sillas mas cercanas a la ventana.

Fría era la noche, pero la vista de la luna lo valía. Dado que ella reflejaba con intensidad a través del techo de cristal, dejé la luz apagada. Quería ver aquellos reflejos brillantes. En un intenso silencio me quedé enamorada del enorme tamaño de esta, sin darme cuenta de que había alguien más en la sala.

—¿Le gusta la vista? —pegue un brinco del asiento acompañado de un gritito cortó. ¿En qué momento había llegado? Nunca lo sentí.

Por poco y me caigo de la silla.

—¿En qué momento entro? —me volví a acomodar en el lugar.

—Era lo que yo iba a preguntar —la luz que entraba por el techo de cristal me permito verlo, estaba sentado en una de las silla al lado de la mesa.

¿Cómo es que no lo vi?

—Yo no sabía que estaba aquí. Pensé que estaba en su oficina —me quedé callada esperando alguna palabra suya, pero este solo permaneció en silencio—. Mmmh, ¿Y que estaba haciendo aquí… con la luz apagada? —Aun seguía sin verlo, hasta que se escucho el sonido de la silla y sus ojos se colaron entre los reflejos de la noche dándome una vista mas admirable que la misma luna.

—Me quedé dormido después de cenar, alguna sirvienta debió haber apagar la luz —por poco y me rio. ¿Cómo pudo haber sido eso? ¿A caso les da miedo despertarlo? Solté una risita que ahogue con mi mano—. ¿Qué es gracioso? —su mirada intensa me detuvo la gracia.

—Solo me reí, no es por nada—. Me mordí el labio inferior y no lo pude resistir—, ¿Tanto miedo le tienen sus sirvientas, para dejarlo durmiendo en una silla y no despertarlo? —aguante la risa nuevamente.

Rayos, ahora que lo digo en voz alto eso sonó mas descortés que gracioso.

—Tienen dos opciones, pero ellas siempre deciden la primera—, su voz gangosa deterioro mis expectativas, ¿La primera? Entonces… ¿Cuál era la segunda para que la esquivaran tanto? Solté un suspiro y mire la pequeña Magdalena mordida, ¿En qué momento la mordí?—, ¿Le duele la cabeza? —lo mire algo confundida. Reposó los antebrazos sobre la mesa y con una mano se señaló la cabeza—. ¿Le duele? —negué rotundamente.

—La clase de hoy~ no me fue muy bien —solté con resignación.

—No es fácil al principio —se irguió y camino a la salida.

—Sí, ya me di cuenta—, suspiré. Sin emitir sonido saco el celular de su bolsillo y abandono la sala. —Que descanse —dije con una voz lejana, ya que ni se digno en decirlo él.

¿Cuál es su problema? ¿No le enseñaron modales?

Ahora bien, nunca había suspirando tanto en mi vida. Al final me quede mirando la luna hasta que me terminé y el jugo. Subí a mi habitación y, mientras me cepillaba los dientes me quedé atenta observándome al espejo, divagando en una cosa.

La magdalena… negué y me enjuague la boca.

—Estoy demasiado distraída —me recosté y acolchone las mejillas con la almohada—. Mañana seguiré estudiando —me dije por última vez, antes de quedarme dormida.

Esa misma mañana me levanté con un poco de dolor de cabeza y estomago, tal vez no debí haber comido esa magdalena anoche. Con agotamiento me estire en la cama y me dispuse a levantarme. Para estar mas cómoda decidí vestirme con un conjunto negro de blusa y jeans. Además de tener grandes necesidades de golpear a alguien, necesitaba ir al baño.

Al bajarme las bragas simplemente ahogue un grito.

—¡Ah! ¿Por qué? —Me subí la ropa y baje rápidamente.

Estaba al tanto de que necesitaba toallas intimas y calmantes. De paso, me había olvidado de que me bajaba la regla cerca de estas fechas, así que sin más retrasos busque a las empleadas de la mansión, tal vez ellas tendrían algo.

Me encontré con la primera sirvienta, era bastante joven.

—Disculpe —fue la única palabra que recordé de la clase—, por casualidad… no tendrá toallas intimas —hable mediante el celular, me sentía un poco avergonzada por preguntarle algo así. La chica se sorprendió un poco, y negó.

—Aquí… cuando a la mujer le baja… tiene permitido faltar al trabajo —escuche cada palabra traducida con atención, y lo único que salio de mi rostro fue una expresión tonta de pánico. «Estoy perdida» solo me queda preguntarle a una persona. Asentí con una sonrisa fingida, y salí directo a la oficina de Kris.

Antes de entrar toqué la puerta, pero nadie respondió. Al mismo tiempo, mire dentro y no lo encontré. Llegue a la conclusión de que, si no estaba en su oficina… estaba en su habitación. Sin perder tiempo subí por las escaleras de la misma oficina que me llevaba al segundo piso, en lugar de darme la vuelta, este era mas un atajo.

Ya frente a su puerta, hice exactamente la misma rutina de tocar, pero nuevamente nadie contesto. De modo que, siendo precavida entre a la habitación, dado que era posible que no me hubiera escuchado. Para mi sorpresa, tampoco estaba en la habitación, «Ok, pronto será una escena del crimen»

En silencio comencé a divagar con la vista, puesto que en el lugar había muchas cosas interesantes a los ojos, y mas cuando lo chequeabas con detenimiento. En eso, note que en cada estante y mueble que ocupaba en este sitios estaba adornado con esculturas de vidrio, todas distintas pero con un aires parecidos, como flores, colibríes y mariposas. Todas acomodadas perfectamente sobre ellos.

—Ah, cierto que Shon dijo que a él le fascinaban las cosas frágiles. Aun así, es un extraño hobby para un CEO —me crucé de brazos y me acerque a una de las esculturas que estaba sobre la mesita de noche, a un costado de su cama—. Pensé que tendría diplomas y libros de negocios—, susurre.

De repente, el sonido de las puertas abriéndose provocó que me irguiera rápidamente y volteara a ver. De pronto y a plena vista, el señor Kris deslumbró mis ojos y pensamientos con una apariencia bastante interesante, pues tenia la camisa desprendida, dejando al descubierto la parte superior de su cuerpo, mientras se abotonaba la manga. En el momento que lo note me gire rápidamente, ignorado aquello.

Su cuerpo bien ejercitado se había clavado en mis retinas, sin la oportunidad de poder olvidar.

—Señorita Katy, ¿Qué hace en mi habitación? —camine lentamente en reversa hacia él. Cuando sentí que estaba demasiado cerca me detuve.

—Lo siento, estaba buscándolo. Toque la puerta, pero no respondió y entre —me mordí las uñas nerviosa—. Pensé que no me había escuchado —mostrando indiferencia paso por al lado mío y asió el celular que estaba al lado de la escultura, si, la misma que había estado mirando.

Chequeo el mismo y lo dejo sobre la cama, y aún estaba con la camisa desabrochada. Mis mejillas estaban comenzando a tomar color, era difícil el contenerse para no mirar. Era la primera vez que tenia algo así en frente de mi.

—¿Qué necesita? —Al fin el silencio había cesado, entonces mis mejillas volvieron a arder, recordé por que lo estaba buscando—. Debe ser importante si entro a mi habitación—, se comenzó a abotonar la camisa.

—Yo… yo… tengo… una situación que requiere —su mirada paso de estar concentrada en su camisa, a mi.

—Solo dígalo —se estaba desagradando mi vacilación y oscilación. Tome oxígeno y me relamí los labios. Si le iba a contra debía hacerlo ahora y ya, de lo contrario la situación iba a empeorar e iba a morir de dolor.

—Necesito toallas higiénicas—, cambie la última palabra para no sonar tan chocante, pues casi no nos conocíamos. Entonces detuvo su acción y se quedó pensativo por unos segundos, luego me miró.

—Toallas… ¿No hay en su baño? —Negué apretando los labios.

—No son ese tipo de toallas —suspire entre dientes y sonreí divertida.

Volvió la vista al botón de la manga y sus mejillas se tornaron levemente rosáceas. Debido a su reacción mi rostro se encendió al punto de arder, «que vergüenza».

Después de un rato de esperar en el baño de mi habitación, por fin llegaron. “Espero que no las haya traído él” fue lo único que cruzó por mi cabeza.

—Señorita Katy —«me quiero morir» hice una expresión de llanto y me calme.

—¿Si? —Abrí una pequeña brecha de la puerta, puesto que estaba de bata, no la iba a abrir del todo.

El señor Kris estaba con una bolsa en las manos, era de cartón y tenía la marca “Baby” en el costado.

—Aquí tiene lo que pidió, Jimin estaba de camino y las compro—. Se notaba angustiado, sonreí y tomé la bolsa. De solo recordar sus mejillas ruborizadas y su camisa desprendida mi estomago se llenada de cosquillas.

«Deja de pensar en ello» me exigí.

—Gracias, y lamento las molestias —sonreí a la fuerza, me sentía más avergonzada que culpable, además de estar pensando en lo sucedido—. Dele gracias a Jimin de mi parte—, cerré la puerta y me afirme en ella, aliviada.

—No hay de que —se escuchó una voz demasiado melosa e impostada, que llevo a que mi cuerpo le subió un escalofríos brutal. Mi expresión de terror era de película. Jimin estaba en la habitación.

—Que aterrador —susurre. Después de la ducha mire lo que había dentro de la bolsa; había tres paquetes grandes de toallitas intimas y un par de ropa interior. En ese preciso momento, no sabia como calmar el calor abrasador que subió por todo mi cuerpo, «¿Por qué me sucede esto a mí?» —Jimin tonto—, dije disgustada y avergonzada. Si, había recordado otra palabra en Coreano.

Me vestí rápido y me preparé para las clases. A parte, estaba agradecida con Jimin de que también hubiera pensado en comprar calmantes, de lo contrario me estaría retorciendo en la cama.

Como era de esperarse, al llegar abajo me encontré con Jimin, el cual me estaba esperando en la sala del living. Al verme embozo una gran sonrisa.

—Si no te sientes bien podemos dejar la clase de hoy para otro día—, sonrió con empatía y una voz aterciopelada.

—Si… —respondí con desconfianza.

Capítulos
1 Prólogo
2 Flor de Loto 1
3 Flor de Loto 2
4 ARTGLOW
5 Ojos Oscuros
6 Oficina del Jefe
7 Habitación
8 Un trato
9 El trato
10 Aeropuerto
11 Contrato
12 Corea
13 La Mansión
14 Jimin/Jonny
15 ¿Intentó Besarme?
16 Oficina
17 El doctor
18 Profesor
19 Habitación Privada
20 Serie/Novelas
21 Wiki
22 Lee Jong
23 La casa del bosque 1
24 La casa del bosque 2
25 La casa del bosque 3
26 La casa del bosque 4
27 La casa del bosque 5
28 Último día
29 ¿Podría besarme?
30 Pequeño Jin 1
31 Pequeño Jin 2
32 Pequeño Jin 3
33 Compras
34 Desvió la mirada
35 Aprendiendo a ser asistente
36 Aprendiendo a ser asistente 2
37 Primer día
38 Primer día 2
39 Segundo día
40 Un mes después
41 Me gusta
42 Disgustado
43 ¿A caso dejé mi zapato de Cristal?
44 ¿No me conoces?
45 Lee Hannah
46 No te enamores de mí.
47 Te entiendo, pero no te comprendo
48 Un traje para Kris
49 Sus ojos era demasiado bonitos
50 Jin no está
51 Encuéntralo
52 Como una princesa
53 Iré a verte
54 Una amiga
55 No se arrepentía
56 ¿Vivir para Kris?
57 La Rosa
58 Hipnotizada
59 Una fiesta de Negro y Rojo
60 Negro y Rojo 1
61 Negro y Rojo 2
62 Negro y Rojo 3
63 Acaramelada
64 Cuidado que muerde
65 Mordida
66 Cabreado
67 Nuestros labios
68 La Disculpa perfecta
69 El ascensor
70 Confío en tí.
71 Cálido
72 Oficialmente me gustas
73 Maldita Cenicienta
74 Un regalo
75 Todo lo posible
76 Manipulando
77 Confío en ti
78 Flor de Loto
79 Masajes
80 Oportunista
81 Un sentimiento mutuo
82 Libro 2: (Corazón de Cristal)
83 Que se repita
84 ¿Aún si es peligroso?
85 Si te confesara que me gustas
86 Un papel principal
87 Una fantasía imposible
88 Toda la noche
89 Beso
90 ¡Me gustas!
91 Confundida
92 Contrato 1
93 Contrato 2
94 Contrato 3
95 Tú le gustas
96 Corazón de Cristal (Libro 2)
97 Me pertenece
98 Recuperación
99 Buscarlo
100 Katy y Kris (Anuncio)
101 Confesión
102 No te voy a detener
103 Beso
104 Regreso
105 Tocarnos
106 Te quiero
107 A mí cuidado
108 Buzón
109 ¿Amante?
110 Amante
111 Preguntas
112 Anuncio
Capítulos

Updated 112 Episodes

1
Prólogo
2
Flor de Loto 1
3
Flor de Loto 2
4
ARTGLOW
5
Ojos Oscuros
6
Oficina del Jefe
7
Habitación
8
Un trato
9
El trato
10
Aeropuerto
11
Contrato
12
Corea
13
La Mansión
14
Jimin/Jonny
15
¿Intentó Besarme?
16
Oficina
17
El doctor
18
Profesor
19
Habitación Privada
20
Serie/Novelas
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Wiki
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Lee Jong
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La casa del bosque 1
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La casa del bosque 2
25
La casa del bosque 3
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La casa del bosque 4
27
La casa del bosque 5
28
Último día
29
¿Podría besarme?
30
Pequeño Jin 1
31
Pequeño Jin 2
32
Pequeño Jin 3
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Compras
34
Desvió la mirada
35
Aprendiendo a ser asistente
36
Aprendiendo a ser asistente 2
37
Primer día
38
Primer día 2
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Segundo día
40
Un mes después
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Me gusta
42
Disgustado
43
¿A caso dejé mi zapato de Cristal?
44
¿No me conoces?
45
Lee Hannah
46
No te enamores de mí.
47
Te entiendo, pero no te comprendo
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Un traje para Kris
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Sus ojos era demasiado bonitos
50
Jin no está
51
Encuéntralo
52
Como una princesa
53
Iré a verte
54
Una amiga
55
No se arrepentía
56
¿Vivir para Kris?
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La Rosa
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Hipnotizada
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Una fiesta de Negro y Rojo
60
Negro y Rojo 1
61
Negro y Rojo 2
62
Negro y Rojo 3
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Acaramelada
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Cuidado que muerde
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Mordida
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Cabreado
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Nuestros labios
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La Disculpa perfecta
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El ascensor
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Confío en tí.
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Oficialmente me gustas
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Maldita Cenicienta
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Un regalo
75
Todo lo posible
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Manipulando
77
Confío en ti
78
Flor de Loto
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Masajes
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Oportunista
81
Un sentimiento mutuo
82
Libro 2: (Corazón de Cristal)
83
Que se repita
84
¿Aún si es peligroso?
85
Si te confesara que me gustas
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Un papel principal
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Una fantasía imposible
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Toda la noche
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Beso
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¡Me gustas!
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Confundida
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Contrato 1
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Contrato 2
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Tú le gustas
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Corazón de Cristal (Libro 2)
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Recuperación
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Confesión
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No te voy a detener
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