¿Intentó Besarme?

Ambos me miraron con pizca de sorpresa y, definitivamente mis mejillas se encendieron en un calor abrasador.

¿Por qué tenían que mirarme de esa forma?

Me gustaba ver a los chicos peleando entre ellos, debido a que se notaba la amistad que tenían, además de que eso me parecían muy divertido.

—Muy bonita —anunció Jimin con dulzura. Si bien no había entendido ni una sola palabra, me cubrí la boca ocultando mi enrojecidas mejillas.

—Ya deja de mirarla así. La pones nerviosa —al fin la atención que caía sobre mi había desaparecido. El señor Lee se había encargado de robarla.

—Si—, rezongo—. Tengo que hablar contigo—, informó. A continuación ambos se pusieron de pie y salieron.

—Señor Lee. —Me puse de pie y llevé mis manos a mi pecho algo nerviosa.

—¿Señor Lee? ¿Le dices señor? —Jimin se inquietó al escucharme llamarlo con tanto respeto. Era una costumbre que me habían inculcado de pequeña, respetar a los mayores; y él era un hombre mayor. Aunque no sabia exactamente cuanto, después de todo era CEO de una compañía y se debe tener mas de veinticinco, ¿O me equivoco? —Solo dile Kris —embozó una sonrisa jovial mientras movía sus manos despreocupadamente. Al mismo tiempo, Kris soltó un suspiro pesado e indago sobre Jimin.

—No hables por mi—, aseguro sin despegar la vista de él, pero Jimin no parecía importarle demasiado, y lo demostró levantando sus manos y encogiendo los hombros. Entonces, aparto la mirada de Jimin y la poso sobre mi—, puede llamarme como le sea más cómodo. —Esperó a que asistiera y salieron de la cocina.

«Le iba a preguntar si podía salir a fuera» me quedé con un mohín en los labios.

Solté un suspiro cargado y dejé caer los brazos. A pesar de que estaba en un lugar, el cual, no conocía y que prácticamente era un nuevo planeta para mi, la mejor opción ahora era buscar con que entretenerme, pues ahora era Rapunzel en un castillo —literal —incluso me daba miedo perderme en él. Bastante cohibida me dispuse a salí de la cocina para poder recorrer la mansión.

No me sorprendió que algunas salas estuvieran vacías, en el piso superior las únicas habitaciones que contenían muebles eran la de Kris —una de las que no me atreví a abrir—, y la mía, a parte había un gimnasio. La parte trasera de la mansión parecía un bosque, pues solo se admiraba lo silvestre y arboles, como si fuera una reserva ecológica. Como me había informado él, la parte de atrás estaba al descubierto con muchos muros de cristal.

Si tuviera que comentar qué pienso al respecto… diría que esta mansión se olvida de la privacidad. En este instante agradezco que mi habitación sea una de las que aplica con la arquitectura del siglo XIX. Aun así, la construcción había sido reconstruida para la comodidad del dueño, tenia notorias partes que describían que la mansión no siempre había sido así.

Era un lugar extremadamente grande para alguien que vivía solo. Finalmente opté por quedarme en el living, que en concreto estaba actualmente adornado, y era un sitio en el que estaba a la vista de todos, al menos por si necesitaba algo. Frente a mí, sobre la mesita enana, estaba el control del televisor. Con base a esto, era como si estuviera llamándome a gritos, pero no podía, no podía ir y venir tocando lo que no era mío. Temía a molestarlo, aunque él no estuviera aquí, eso me ponía mas nerviosa.

De repente una chica, la misma de anoche se paseo por al lado del sillón fingiendo estar ocupada en los quehaceres del hogar, pero no era tonta como para no saber de que me estaba examinando, podía sentir sus ojos sobre mi. Moví inquieta mis manos sobre las piernas y solté un suspiro recargando la espalda sobre el sillón.

—Señorita—, oí la voz de aquella chica, al parecer hablaba mi idioma. Y la cual capto mi atención—. Si desea ver la televisión, puede hacerlo, siéntase cómoda de usarlo, —sonrió con sumisión y salió de la sala.

Su sorpresiva intervención me había dejado pensanda, ¿Podía usarlo? Es que no me sentía muy cómoda como para tomar ese aparato y encender la pantalla plana. Debido a lo impaciente que me volvía está decisión, entrelacé mis dedos resistiéndome a tocar el control. Al final me rendí y encendí la televisión, descubriendo así que los canales estaban en Coreano «¿en serio?» suspiré y presioné el menú donde me salto una cuenta de Netflxx.

—Si —festeje en silencio, iba a ver algo en mi propio lenguaje.

Con forme la película avanzaba mis ganas iban disminuyendo. Un sueño bajó a mi. Me sentía muy agotada, tal vez es el cambio de horario, pues había ocho horas de diferencia entre Corea y París.

Lentamente el sueño me derribó dejándome completamente dormida.

De repente, en lo que dormía, unas voces distantes empezaron a hacerse presente poniendo en duda si estaba dormida, o eran causadas por culpa del ciclo rem. Di por concluido de que no se trataba de un sueño y abrí los ojos para luego volverlos a cerrar en cuanto escuché a Kris y a Jimin entrar en la sala. La televisión estaba apagada por alguna razón, tal vez alguna sirvienta me vio dormir y la apagó.

—¿Entonces que vas a hacer? —esa era la voz de Jimin, era demasiado dulce y jovial. Aún que estaban hablando en Hangul por lo que no entendería nada.

—Ya te dije… Ya no me molestes —ahora era el señor Kris el que daba su participación. Entre abrí un ojo y mire sus reflejos a través del televisor. Kris estaba con la mano en los bolsillos y Jimin estaba con los brazos cruzados—. Lo que ellos digan o hagan, no me interesa en lo más mínimo—. Comenzó a caminar hacia el sillón donde yo estaba acostada, rápidamente cerré los ojos.

—Pero es tu familia —rayos, debía fingir que estaba dormida, de lo contrario pensaran que los estoy espiando. Si me encuentran dormida no tendré que dar escusas.

—Si vas a hablar solamente de eso… será mejor que te marches—. Kris se oía con pocas ganas.

—Ya, está bien. No te preocupes, no diré nada —Jimin se estaba acercando demasiado, estaba prácticamente detrás de mí—. Oh, pero que cosa más bonita—, escuché como salto por enzima del sillón y quedó enfrente de mi—. Es como una damisela esperando por su príncipe—, entendí lo de príncipe, pero lo demás no.

¿Qué estaba haciendo? No quería apretar los párpados, de lo contrario lo notaría.

—¿Qué estás haciendo? —«¡Kris llévatelo!» solo podía gritar en mi mente—. No hagas nada estúpido —sentí como la respiración de Jimin estaba sobre mi rostro, su aliento golpeó mis labios.

—¿La despierto? —Susurró. Mi corazón comenzó a latir a mil por segundo, ¿Qué estaba haciendo?.

De repente, varios golpes y sonidos se hicieron audibles, y no pude seguir fingiendo. Abrí los ojos encontrándome con Kris montado sobre mi, sujetándole la cabeza a Jimin, mientras que con una mano le tapaba la boca.

—¿Q-que sucede? —no podía durar de que mi rostro se volvió rojo como un tomate. Así pues, él se salió de sobre mi y levantó a Jimin del piso, sin destaparle la boca.

—No te preocupes —Kris se veía bastante alterado.

Entonces mire a Jimin, teniendo en cuenta de que este tenía la mirada más pícara que jamás había visto, para luego dejar que mi mente comenzara a procesar lo percibido. “Príncipe, mano en la boca, mirada pícara, Kris alterado” en cuanto lo deduje mi cuerpo se prendió fuego «¿Intento besarme?» automáticamente quede boquiabierta.

Jimin trato de hablar, pero Kris lo saco a jalones de la sala.

Me sujete las mejillas tratando de calmar aquel calor abrasador. Luego, escuché la puerta a lo lejos abrirse y cerrarse, lo que robó mi atención. No pasaron ni veinte segundos que el señor Lee cruzo la puerta. Por mi parte, rápidamente fingí desconcierto y me senté.

—¿Qué hacia durmiendo en la sala? —Replico mientras se acomodaba la ropa, no había notado que estaba vestido de traje—. ¿Y bien? —Esperó y se cruzó de brazos echándome esa mirada acusadora.

—Estaba viendo una película… y… me quedé dormida—, agache la cabeza y me mordí los labios, no quería seguir mirando aquellos ojos—. Alguien debió apagar el televisor —señale la tele, y escondí las manos entre las rodillas.

—Intente no quedarte dormida… cuando está Jimin—, vaciló al nombrar la palabra “dormida” y salió de la sala acomodándose el pliegue del saco.

—Espere —me levanté rápidamente y lo seguí —¿Se va a algún lado? —camine a paso veloz para seguirlo de cerca, pero su actitud indiferente no ayudaba.

—Debo ir a trabajar —abrió la puerta y lo seguí hasta afuera. En frente de las escaleras había un hermoso Bugatti Chiron de color petróleo verdoso, incluso brillaba bajo los débiles rayos de sol—. Si necesita algo puede llamarme, o puede llamar a Joon —se coloco lentes oscuros y un hombre le entrego la llave—. Mis empleados le prepararán lo que quiera para almorzar—, se subió al auto y bajo el vidrio del acompañante. Me acerque y agache para quedar a su altura—. No dude en llamar si necesita algo—, asentí y me aparté—. Por cierto, Jonny será su profesor a partir de la semana próxima.

Cerro la ventana y salió del lugar dejando atrás un gran sonido. Pensé que trabajaba desde casa, supongo que no es así.

Esperen ¿Dijo Jonny? ¿Ese Jonny? Ósea, Jimin…

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