No pude resistirme a tanta tentación y comencé a comer. La señora se mantenía ocupada en algo y no se veía con intenciones de interactuar conmigo, tal vez… ¿Por el idioma?
Supongo que el señor Lee tenía razón. Pero debía intentarlo, estábamos en el Siglo XXI, el mundo de los avances tecnológicos.
Saque el celular de mi campera y busque una aplicación para traducir, el celular ya estaba conectado al wifi de la mansión, así que no tendría que preocuparme por eso.
Espere a que se descargara y configure el idioma.
—Hola, mucho gusto, mi nombre es Katy, ¿Podría saber cómo se llama? —Después de que hable deje que el celular hiciera lo suyo, la señora dejo de hacer lo que estaba haciendo y se acercó a mí con una sonrisa.
—Mi nombre es Kang Haru—, me quedé pensando en sus palabras, «Kang, Kang Haru», supuse que ese era el nombre, pues estaba al final de la frase.
—Oh, Kang Haru… —la señora asintió, entonces pude sonreír—. ¿Hace cuánto trabaja para el señor Kris? Por favor respóndame por la aplicación así podré entenderla—. Misma rutina y la señora volvió a asentir.
—Trabajo para el señor Kris desde que se mudó a la mansión. Siempre está ocupado, por lo que siempre tiene que tener algo dulce para comer, de hecho estoy preparando más pastel uno de los platos favoritos del Joven Kris.
—¿Y como es el señor Kris? ¿Es de confianza? —quería quitarme las dudas, y que mejor que con las personas que lo rodean. La señora Kang titubeo por un segundo y su semblante se entristeció.
—El joven amo es un hombre muy fiable, desde que vive aquí a trabajado sin parar y su vida es tan agotadora que el estrés le hace perder el sueño, por eso cuando lo vemos dormir procuramos que nada lo despierte. Y si, puedo decir que el joven Kris es de las personas más confiables que conozco—. Ahora comprendía por qué su semblante tan triste, todos aquí de seguro se sentían como una familia, todos se preocupaban por él.
Para mí sorpresa la señora hablaba con tranquilidad, como si fuera parte de la familia, y no una extraña que a penas había llegado ayer. Me hizo sentir cómoda.
E incluso, hablamos de situaciones sencillas; por ejemplo del alrededor de la mansión, y por qué había tanta seguridad en el lugar. Al parecer Kris tenía razón de los reporteros y su privacidad.
—¿Por qué el señor Kris no vive con su familia? —De hecho no era una pregunta que me llamara mucho la atención, cualquier adulto le gustaría vivir por su cuenta. De repente, la señora giró hacia la puerta y se quedó callada, no pude evitar fijarme hacia donde lo había hecho.
Antes bien, en la entrada se encontraba el señor Kris, mirando a la señora Kang con hosquedad. Ella solo agachó la cabeza y congeló una sonrisa abrumadora, entonces regreso con lo que había dejado para hablar conmigo.
—Señorita Katy, me gustaría que no le haga preguntas personales a mis empleados —se acercó y tomo asiento al costado de la mesada, quedando frente a mí. Se veía diferente a estar vestido de traje y formal, a estar vestido de sudadera y jogging muy casual.
—Solo estaba tratando de conversar —rezongué mientras terminaba el pastel.
—Si quiere saber esas cosas, debe preguntarme a mi—. Lo mire de reojo, ignorándolo con seriedad. ¿Por qué estaba molesto? Solo fue una simple pregunta. La señora Kang le sirvió una rebanada del mismo pastel y una taza de café con leche, al parecer le gustaba mucho lo dulce.
—Señora Kang, recuerde de lo que hablamos —aquellas palabras que no entendí causaron que la señora se tornara nerviosa y asustadiza. Y quién no, la voz del señor Kris era grave y sería.
—No hay razones para que se moleste con ella. No le volveré a preguntar nada, no se preocupe—. Levanté mi plato y taza, llevándolos a la mesada dónde los lave. Me sentía inquieta, no sabía si dejar lo utilizado o lavarlos, asique opte por la última.
—Los especialistas llegarán mañana —«especialistas» ¿Por qué aquellas palabras se oían vacías para mí? Tal vez, porque me la pasé en hospitales sin saber si esto tenía o tiene cura. Me concentre en la espuma en mis manos comenzando a hundirme en mis pensamientos—, ¿Señorita Blue? —Entonces volví a la realidad.
—¿Eh? —Me gire para verlo. No sabía si me había dicho algo más, sus palabras se habían esfumado por la inercia—. ¿Si? —Volví a preguntar.
—Dije que tenemos personal para la limpieza, no se preocupe por lo que está sucio—, me señalo a la señora Kang quien se veía algo inquieta por mi acción. Me moví del lavado y me volví a sentar—, no se ve bien—, «Gracias, por lo que me toca» mi rostro no tenía el mismo aspecto que hace unos momentos.
—No es nada… —Coloque los codos en la mesada y me sujete la cabeza algo agotada—. Solo… aún me siento cansada—. No quería dudar de mi misma, sabía que ellos tenían medicina más actualizada, pero aún había algo en mi mente que me hacía dudar.
—¿Le preocupa que no encontremos algo que la ayude? —Lo mire y deje caer mis brazos sobre la mesada, su expresión seguía viéndose apática, pero su voz se oía tranquila y comprensiva. Asentí con lentitud—. Hasta que no encontremos una cura no podré ayudarla—, el contrato decía que no me dejaría hasta que encontrará una cura o antídoto para mí enfermedad. ¿Estaba tratando de consolarme?
—Graci~
De pronto, un chico joven entro por la puerta con unas energías jamás vistas. Tenía el cabello platinado, con un peinado despreocupado, además de que su rostro parecía el de un príncipe, con labios carnosos y mejillas redondas, a cierta vista ya se veía jovial. A parte, de que su altura era similar a la del señor Kris.
—Yooo~ —el chico le palmeó la espalda a él y me miró a mi, su sonrisa se borró—. Yo… creí que estabas solo —sonrió con nervios y miró a Kris, este estaba avergonzado y no podía levantar la cabeza, encogió los hombros y se sujeto la cabeza con amabas manos tratando de ahogar la vergüenza. Era la primera vez que lo veía así.
—No hables en Hangul, ella no lo entiende—. Se escuchó a través de sus manos y levantó la cabeza para mirarlo de orillas.
—Oh, ok. Lo siento —su sonrisa me deslumbró «demasiado risueño» por poco y quedó ciega.
—Él es Jonny, pero le gusta que lo llamen… —la tranquilidad del señor Kris fue interrumpida por este chico platinado y ojos rasgados.
—Jimin, puedes decirme Jimin —se sentó en la punta quedando en el medio de ambos—. Un gusto —estiro la mano con una sonrisa, observé su mano y este siguió mi acción—. Ah, no te preocupes siempre tengo estás energías, no tienes que estrecharla si no quieres.
—No es eso —me avergoncé por no poder tomar su mano. Jimin comenzó a reír como si mi expresión fuera graciosa, lo que me dejó sorprendida, ¿No estaba molesto?.
—Solo jugaba, así que… —coloco un codo sobre la mesada y reposo su mejilla en la mano, junto a eso una sonrisa pícara—. ¿Tu eres la chica de la que Kris supuestamente abuso? —La expresión de el señor Kris ya no era la misma. Este lo agarro del cuello de la camisa y lo levantó de el asiento.
—Oh, ¿Qué sucede? —me levanté de mi asiento sorprendida, ¿Se iban a pelear aquí y ahora?
—¿Cómo lo sabes? —rechisto con una expresión penetrante, mientras que Jimin irónicamente lo provocaba.
—Las noticias viajan demasiado rápido —susurro muy cerca de su rostro—. ¿Puedes aflojar el agarre? Me estoy ahogando—. Kris había permanecido sentado lo único que hizo fue jalarlo desde la camisa y acercarlo a él. Ahora se notaba su fuerza, su brazo se había inflado un poco. Ablandando el agarré y comenzó a soltarlo de a poco. Entonces, bastante despreocupado Jimin se arregló la camisa negra que llevaba puesta—. Gracias —se volvió a sentar.
—Disculpa, pero… ¿Cómo sabes de eso? —Me senté antes de llamar su atención. Jimin volvió a la misma postura del principio y me miró a mi.
—Ah, si… ¿Cómo lo sé? —Soltó un sonido corto con los labios y chasqueo los dedos—. Solo lo sé por qué fui a París… y acabo de regresar—. Fijo la vista en Kris y negó con la cabeza como si estuviera cansado—. Tu hermana es demasiado intensa, no paraba de comprar ropa y me tenía de asistente. Dile que se detenga, por favor —Kris soltó un bufido y sonrió con ostentación «demasiado sádico» quedé estupefacta.
—¿Qué hacías en París? A parte de perseguir a Hannah—, su sonrisa desapareció, tomando una postura de brazos y tornándose serio, y malhumorado.
—Solo me reuní con unos empresarios que estaban pensando en invertir—, repitió la postura de Kris, negando nuevamente insatisfecho—, pero no sé decidieron así que busque a tu hermana. Luego vi las noticias, estabas en varias pantallas. El CEO más apuesto de Corea —levanto una mano y recito las palabras como si fuera un título en alto—. Abusa de una mujer —las últimas palabras se ensombrecieron y soltó en risas—. Eso es imposible, pensé —su risa se calmó lentamente—. Pero ahora la veo aquí— me miró embelesado «Que bonito»—. Es muy bonita, ahora veo por qué te la… —de repente el señor Kris le sujeto la cara tapándole la boca, y lo lanzó hacia atrás, a la vez que Jimin intentaba hacer equilibrio en el banquito para no caer, mientras se sostenía del antebrazo de Kris.
—Despídete de la vida —El señor Kris se veía muy molesto, por alguna razón, ya que reaccionó así cuando Jimin comenzó a hablar en ¿Hangul? ¿Qué le dijo para molestarlo tanto?
—Tranquilízate, solo jugaba —sonrío nuevamente y lo soltó. Por alguna razón la acción de ambos me causo risa, me cubrir la boca pero logré captar la atención de ambos—. Oh, sonrío —se sentó correctamente, afirmó ambos brazos sobre la mesada y recostó su cabeza.
Los mire a ambos, Jimin sonreía y el señor Kris me miraba con apatía, pero con una pizca de tranquilidad.
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