¿Debería preocuparme por eso? Jimin fue bastante atrevido, pero suponiendo que el señor Lee no le haya contado de mi situación, tendré que ser yo quien se lo diga. Pero estuvo en París, debe saber...
Pensé unos segundos mirando a la nada... entonces mi estómago gruñó fuerte.
¿Almorzar? Me había olvidado por completo de eso. Entre a la mansión y fui directo a la cocina, al entrar me encontré con muchas señoras moviéndose de acá para haya. Estaban preparando algo, Pero, yo no había pedido nada.
—¿Qué desea para comer señorita Blue? —Esa voz me sonó conocida, me gire encontrándome con el señor Joon. Este parecía tener la misma expresión impenetrable que Kris.
—Ah, creo que estoy bien con lo que sea. Excepto con las patatas dulces, esas no me gustan—. Me rasque el brazo nerviosa, «¿Entonces por que dije eso?» estaba segura de que estaba haciendo alguna expresión con mi rostro, pero me logré controlar.
—El Señor Kris me pidió que la ayudará a pedir el almuerzo, luego debo irme—. Asentí satisfecha—, los médicos vendrán mañana por la mañana. El señor Lee exigió que fuera en un horario en el que esté presente.
Su actitud indiferente me molestaba un poco. Gritó algo a las empleadas y salió de la sala. Lo seguí de atrás, tenía que sacarme las dudas de la cabeza.
—Disculpa, asistente Joon ¿Verdad? —Joon se detuvo, asintió y llevo sus manos detrás de la espalda—. Presiento que no le soy de mucho agrado, ¿Verdad? —hice ademanes con las manos y expresión.
—Señorita Blue, siento que usted pone en una posición desfavorable al Kris. De seguro escucho de él; que hay muchas personas que lo quieren ver tirado en el piso y otras que lo quieren muerto. Si no hubiera cometido ese error en París, el señor Lee estaría más tranquilo—. Su voz replicando me comenzó a incomodar, sentía que todos nos estaban mirando, ya que estábamos al lado de la cocina y había una que otras sirvientas limpiando—. Por eso, me molesta su presencia—, me mordí el labio inferior reteniendo las lágrimas, me hizo sentir culpable. Asentí ahogando las lágrimas en una sonrisa fingida.
—Ok, si usted lo ve de esa manera—, fruncí el ceño—. Entonces, quédese con sus ideas—. Hice una pequeña reverencia y volví a la cocina. «Mi equivocación, ¿Tenía que ser mi culpa?» Yo nunca quise preocupar a nadie, pero siempre termino fallando.
—Señorita —la voz de Haru me saco de mis pensamientos.
—¿Si? —me seque una pequeña lágrima escurridiza.
Me señalo el camino del comedor, el mismo que ayer. Supuse que ya habían terminado de cocinar, así que simplemente me senté y espere. Me sirvieron varias cosas que ya conocía, por lo que fue más fácil el poder comerlas.
Necesitaba llamar a mi mamá.
No tenía mucho apetito, mi estomago se había tensado por culpa de Joon. Me limpié la boca y subí a mi habitación.
Marqué. Esperé… pero me mandó al buzón de voz, una vez más.
De seguro estaba molesta conmigo y por eso no respondía, y no la culpo yo también lo estaría.
Me lance a la cama y sujete el celular con ambas manos mientras era presionando con fuerza. Estaba triste y molesta, ya no tenía ganas de estar aquí. Cerré los ojos y las lágrimas no aguantaron más, tenía que llorar.
De repente, un celular comenzó a sonar, pero me sentí decepcionada al ver que solo se trataba de Kris, por ello lo deje sonar, no quería contesta ninguna llamada que no fuera la de mi madre. Pero, el celular sonó varias veces hasta colmar mi paciencia, terminando por contestar.
—¿Hola? —me seque las lágrimas y ahogue mis sollozos.
—¿Por qué no contesta? —Era el señor Lee.
—Porque no lo escuché —me excuse. No quería hablarle, no quería hablar con nadie. Me senté en la cama.
—¿Ya almorzó? —Su voz se torno tranquila y preocupada. Solo hice un sonido con los labios para asentir—. Si quiere caminar por el jardín… puede hacerlo por la parte de atrás, nadie podrá verla si es por la parte de atrás. Solo que un guardaespaldas la acompañe—, asentí nuevamente con los labios—. ¿Se enc~? —las voces en el fondo lo bloquearon, y corto.
Tire el celular lentamente sobre la cama y me recosté mirando el techo, «debo salir a tomar aire» me levanté, me puse un tapado de lana, y salí. Para mi sorpresa, al final de las escaleras había un hombre de apariencia robusta por los músculos, ojitos rasgados y que no encajaban con su apariencia, se veía demasiado aniñado de cara. Ya no puede sorprenderme nada. Su piel era natural y aterciopelada, parecía muy suave, incluso su cabello caía sobre su frente, bastante organizado.
Este me señalo hacia un costado anunciando la puerta que estaba cerca de las escaleras, la puerta trasera, dejándome ir primero. A simple vista ya podía admirar la belleza del lugar.
En el momento que cruce la puerta de cristal me tope con una brisa que hizo encogerme un poco. La parte de atrás estaba llena de flores y árboles que medían tanto como la mansión. También había enredaderas que subían por los troncos, y había varios caminos a la distancia que se perdían entre lo selvático. Y cerca de la mansión había una piscina, no muy grande.
—La mansión tienen dos hectáreas de silvestre, al joven Kris le gusta el bosque. También hay un invernadero si camina hacia el este—. El guardaespaldas me señaló los lugares antes de salir a caminar. Menos mal que me entendía.
Camine por el sendero que estaba en el medio, el cual estaba marcado con escaleras de piedra lisa y a los costados era acompañado por un sendero de flores, y diferentes tipos de helechos. Era demasiado bello para ser real, me sentía como bella en “La Bella y la Bestia”. El guardaespaldas me siguió de cerca tratando de no molestarme con su presencia.
—Una pregunta —me gire para poder captar la atención del hombre quien era muy apuesto—, ¿Por qué el señor Kris tiene este lugar tan grande? Además de que esta lleno de flores… Si él no está siempre—. Moví mi dedo señalando el alrededor.
—El Joven Kris usa estos caminos como entrenamiento, y hay flores por qué siente una gran atracción por las cosas frágiles—. Su voz tranquila parecía sacada de una telenovela, o un comercial.
Asentí y seguí el camino. Era más largo de lo que creí, aun que el aire fresco me había servido bastante, ya no me sentía agobiada. De regreso me encontré con una pequeña fuente llena de peces Koi, eran demasiados, me puse en cuclillas y estire la mano para tocar el agua. Los peces se esparcieron en cuanto mis dedos se reflejaron en el agua.
—Ustedes también están atrapados —sonreí con desgano, «Ah, no debía pensar en esto, no de nuevo»—. ¿Quién los alimenta? —el guardaespaldas estaba mirando hacía otro lado un poco inquieto.
—Ah, el jardinero. Él se ocupa de todo aquí—, asentí y me puse de pie. Su inquietud me estaba impacientando—, Señorita Blue, ¿Podemos regresar a la mansión? —me acerque a él, algo me decía que algo no andaba bien.
—Si, por supuesto —se sintió un poco extraña su voz, preocupado. Ahora caminaba más cerca de mi—. ¿Sucede algo? —Lo mire de soslayo, estaba apretando algo en su oído, ¿Un auricular?
—No se preocupe, lo mejor por ahora será regresar a la mansión—. Seguí caminando hasta que escuche el sonido de la hierba moviéndose, fue solo un segundo, pero fue suficiente como para que el Guardaespaldas me hiciera acelerar el paso—. Atención, atención, el ala oeste está inusual —no entendí sus palabras, peor algo estaba sucediendo.
De pronto, escuché el sonido usual de una cámara fotográfica, me quedé quieta y lo siguiente que vi, fue la espalda del guardaespaldas, corriendo hacia el sonido, desapareciendo entre las plantas.
—¡Quédese ahí! —grito.
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